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Príncipe Rana por Ari_123_love

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Notas del fanfic:

Esta historia es el resultado de haber visto la película de La princesa y el sapo(Disney), y haber leído El Príncipe Rana( Hermanos Grimm)

Si no han leído la historia de los hermanos Grimm, aquí se las dejo: http://arescronida.wordpress.com/cuentos/cuentos-clasicos/el-principe-rana-hermanos-grimm/

Espero que les guste :D

Notas del capitulo:

Tengo una rana de peluche que me sirvió de inspiración...Y tengo un gorro de rana que es su novio xDD *Shippeando el yaoi hasta en sus cosas*

En lo personal, creo que está todo por sin ningún lado, pero considerando que lo escribí en un día -cuando suelo tardarme cinco para un capítulo- ha quedado descente.

Espero y les guste, anden a leer :D

-Entonces, la princesa, que se le había ablandado el corazón por las palabras de la ranita, le prometió ser su mejor amiga y le dio un beso de buenas noches.- Una tierna madre le contaba la historia de El príncipe rana a sus dos pequeños hijos. -¡De inmediato, la rana se convirtió en un apuesto príncipe! La princesa estaba tan sorprendida como complacida. La princesa y el príncipe iniciaron una hermosa amistad. Al cabo de algunos años, se casaron y fueron muy felices. Fin.- Cerró el libro y miró a sus hijos, amaban esa historia.

-Umma, ¿por qué la rana quería ser amigo de esa princesa grosera?- Taemin hacía la misma pregunta cada vez que le contaba la historia.

-Porque él sabía que la princesa no era mala, además, estaba solito. ¿A ti te gusta estar solo?- Preguntó condescendiente.

-No...Pero por eso estás tú y Taeyeon.- Taemin sonrió ampliamente.

-Umma, y ¿los padres de la princesa le dieron permiso de casarse con esa rana?- Taeyeon preguntó.

-¡Claro que sí! El príncipe rana era amable, bueno y guapo.- La señora rio por la expresión de sus hijos. –Vayan a jugar, ¿quieren?- Cerró los ojos, los dolores de cabeza habían vuelto y no quería que sus hijos la vieran así.

-¡Neh!- Dijeron ambos niños a la vez.

***

-¡Mira, noona!- Taemin había atrapado una rana.

-Tae, eso no es una rana.- Taeyeon aclaró. –Es un sapo.

-Yo los veo iguales.- Taemin miró a los ojos al pobre sapo y rio cuando el animalito hizo su característico ruido. –Dice que quiere un beso tuyo.

-¿Qué? No, Tae, quita ese sapo de mi vista.- Taeyeon se alejaba de su hermano, mientras Taemin la seguía con el pobre sapito entre las manos. –No, Taemin, no es cierto el cuento.- Taeyeon se reía a la par de Taemin.

-¿No sería genial? Que besaras una rana y se convirtiera en un príncipe. Que nos ayudará a pagar los medicamentos de mamá.- A pesar de la corta edad de Taemin, comprendía muy bien que cosas pasaban a su alrededor.

-Taemin ah, esas cosas no pasan.- Taeyeon, unos años mayor que Taemin, sabía que los cuentos de hadas eran sólo eso. Cuentos. –Por eso debemos ser buenos y ayudar a mamá.

Y tras entender que la vida no eran cuentos, ambos niños olvidaron que las ranas se convierten en príncipes y se esforzaron para sobrevivir en el mundo real.

***

-Choi Minho.- La profesora llamaba, una vez más, al nuevo estudiante. Bueno, al decir nuevo se refería a que era su primer año en esa preparatoria, pero definitivamente no era la primera vez en la sala de castigo.

-¿Sí, señorita Park?- Minho puso los ojos en blanco, esta era la primera vez que visitaba la sala de castigo, sin saber cuál era su crimen.

- Se preguntará que hace aquí.- La maestra tenía un tono cansado. –Hoy era mi turno de cuidar a los castigados.- Señaló a los otros estudiantes que ocupaban sus respectivos lugares. –Le llamé para hablar sobre sus calificaciones en Filosofía.

Minho puso los ojos en blanco, sabía que sus notas no eran las mejores de la escuela, pero era específico en esa materia donde peor le iba.

-Señorita Park, sé que no he tenido buenas notas, pero para antes del parcial ya habré recuperado los puntos que sean necesarios.- Minho empezó a excusarse.

-Me temo que por su cuenta será algo imposible. Reprobará la materia si no saca un cien limpio en el parcial.- Después de todo, la maestra se preocupaba por sus alumnos. –Así que me he tomado la libertad de asignarle un tutor.

-¿Qué? No. No necesito uno.- Minho renegó de la idea, pero al ver la cara de seriedad de su maestra, prefirió quedarse callado.

-Acompáñeme, se lo presentaré.- La señorita llamó a alguien para vigilar el aula, mientras encaminaba a Minho a la dirección.- Él es su tutor.- Señaló a alguien de segundo.

-¿Él?- Minho miró al chico, era menor que él, pero no dijo más, tenía que pasar la materia.

-Joven Lee.- Lo llamó la maestra. El chico se acercó.

-Buenas tardes señorita Park, ¿se le ofrece algo?- Taemin contestó cortésmente.

-De hecho sí, mire, él es mi alumno Choi Minho. ¿Podría asesorarlo en Filosofía?

-Por supuesto.- Taemin estaba acostumbrado a que los maestros le pidieran que asesorara alumnos, lo entendía, él había estudiado tanto para estar mejor preparado y conseguir trabajo. Asesorar a alguien más no sería la diferencia.

-Taemin ah, es imperativo que inicien hoy.- La maestra casí suplicó, sabía que Taemin tenía dos trabajos y pedirle esto era más un favor que una obligación.

-Está bien...- Taemin sopesó la idea, tendría que llegar tarde a trabajar, pero le daría el gusto a la señorita Park. –Tú, sígueme.- Le habló algo rudo al chico al que iba a asesorar. -¿No tendrás algún problema con ir a mi casa ahora? Más tarde estaré ocupado.

-No, iré por mis libros.- Minho miró algo horrorizado al chico, tenía demasiada seriedad.

***

-Esta es mi casa.- Taemin abrió la puerta y dejó pasar al mayor. –Espera un segundo, ¿quieres?- Taemin se excusó y subió al cuarto de su madre, lo más seguro era que ya hubiera regresado de trabajar. -¿Mamá?- Taemin entró a la habitación oscura, sabía que la luz causaba dolores a su madre. –Ya llegué. Estaré abajo asesorando a un sunbae, si necesitas algo puedes llamarme.- Taemin besó la frente de su madre y regresó a la sala.

Minho miraba curioso las cosas que había en la casa. No era una casa muy grande, y tampoco tenía muchas cosas, pero estaba bien, o eso suponía. Entonces se topó con algo fuera de cuadro. Había un tanque, algo grande a comparación con las demás cosas, que tenía un hábitat pequeño y a una rana de color verde que le miraba atentamente.

-Hola, pequeño.- Minho saludó a la rana. -¿Cómo te llamas?

-Príncipe.

-¿Qué?- Minho dio un respingo, por un segundo pensó que la rana le había respondido, luego reparó que era la voz de su asesor.

-Se llama Príncipe.- Taemin metió la mano al tanque y tomó a la rana.

-Que peculiar nombre para una rana.- Minho miró al chico y después a la rana, había una naturalidad con la que Taemin tomaba a la rana, llamaba la atención que el animalito no intentara huir de sus manos.

-Bueno, era ese o Galán, pero para ser sincero, Príncipe no es muy guapo que digamos.- Taemin rio mientras miraba la cara de su ranita.

-¿Te gustan las ranas?- Minho veía maravillado a Taemin.

-Demasiado.- Taemin estaba demasiado concentrado en su pequeña mascota. –Solía correr tras ellas de pequeño. Luego obligaba a mi hermana a besarlas para que se casara con un príncipe.

-Que tierno de tu parte, buscarle un príncipe a tu hermana.- Minho miraba la rana.

-¿Quieres sostenerla?- Taemin le ofreció la rana no tan confiado. –No son tan malas como dicen.

Minho tomó la rana y de inmediato el animalito intentó saltar. Taemin ahogó una risa en su garganta, todos quienes cargaban a Príncipe la soltaban de inmediato, no le tenía paciencia suficiente.

-Creo que no le agrado.- Minho la devolvió. La rana era muy escurridiza.

-Yo diría que todo lo contrario, hasta se parecen.- Taemin comparó los ojos de Minho con los de su hermosa rana. –Tienen ojos enormes, además, apuesto a que puedes saltar alto con esa altura que tienes.

-No lo había pensado así...- Minho prestó atención a como Taemin regresaba a su mascota al tanque. -¿Por qué contigo no huye?

Taemin rio, ya le habían hecho esa pregunta muchas veces y nunca era fácil contestarla.

-A Príncipe lo tengo desde que era un renacuajo.- Taemin observó la expresión de Minho.- Cuando sabes donde viven, es fácil atraparlos. Está acostumbrado a mí.- Se acercó a la mesa y tomó los libros que Minho había dejado ahí.-¿En qué tienes problemas?- Taemin le echó un vistazo al libro de Minho y se sentó en un sillón, mientras repasaba los temas. -¿Qué esperas? Siéntate, ¿o piensas estudiar de pie?

Minho puso los ojos en blanco, ¿cómo alguien menor que él le estaba asesorando en filosofía? Sin decir más se sentó y empezó a explicar qué cosas no entendía y por qué no las entendía. Mientras tanto, Taemin trataba de mil maneras explicar de qué se trataba el tema y resolver las dudas de Minho. A los quince minutos, la hermana mayor de Taemin, Taeyeon, llegó.

-Hola, Taemin ah.- Taeyeon estaba tan cansada, que no había reparado en el asesorado de Taemin. Solía ser así, a veces los notaba, a veces no. Después de unos segundos, notó su presencia. –A él no lo conozco.

-Cuarto, filosofía.- Taemin sólo dijo el semestre y la materia.

-¡Ja! Descerebrado.- Taeyeon se burló y caminó arrastrando los pies hacia la escalera. –Iré a ver cómo está mamá.- Tras decir esto, desapareció en su camino al cuarto de su madre.

-¿Tú hermana?- Minho alzó una ceja, algo ofendido por su comentario.

-Neh, ella también da asesorías, pero es algo...¿Ruda?¿Estricta?- Taemin rio. –Creo que por hoy es suficiente, no pareces tener futuro.

-No digas eso. Necesito aprender.- Minho tomó el libro y releyó lo que habían estado discutiendo.

-Mejor dime, ¿qué piensas darme a cambio?

-¿Bwoh?- Minho no entendió. ¿Tendría que pagarle?

-Con las asesorías no puedo ganar dinero, pero gano cosas. ¿Qué piensas darme a cambio?- Taemin le exigió algo.

Minho pensó, podría ofrecerle algo que no le fuera a dar, ¿qué podría ser?
-Puedo prometer ser tu mejor amigo.- Mintió.

-Veré que tanto consigo con eso.- Taemin se burló, sabía que Minho no quería dar nada a cambio.

***

Afortunadamente, Minho logró pasar cuarto semestre, y la promesa de ser el mejor amigo de Taemin seguía en pie. Minho, después de tragarse el orgullo, le había pedido ayuda en más materias.

Ahora, Minho cursaba el último semestre, Taemin el cuarto, y se podía decir que los dos eran mejores amigos. Aunque, para Taemin, eso era un sufrir. Le miraba atentamente, sus ojos grandes, su cabello oscuro, su sonrisa, todo eso era un martirio que Taemin soportaba casi todos los días.

-No puedo, lo siento, no logro aprender esto.- Minho se quejó, renegando de su tarea de historia. Era la hora de Taemin de despertar de Minholandia y regresar a la realidad.

-Serás idiota.- Taemin arrastró el cuaderno de Minho sobre la mesa, para tenerlo más cerca. –Son sólo cuatro nombres, de cuatro personas.- Taemin resaltó la palabra cuatro. –Y cuáles fueron sus más importantes logros.- Taemin suspiró.

-Lo siento, ya estoy cansado por hoy.- Minho tomó a Taemin por la mano con la que estaba señalando todo peligrosamente con el lapicero. –Tranquilo, estudiaré esto por mi cuenta.

-Cómo si fuera posible.- Taemin puso los ojos en blanco. – Hyung, si ya se va, entonces apúrese, tengo que ir a trabajar.- Taemin recogía todos los libros que estaban desperdigados por la mesa y se los entregó a su dueño.

-Te ves tan cansado, Taemin ah.- Minho tomó los libros y después sorprendió a Taemin con un abrazo. –No vayas a enfermarte.- Dijo, antes de irse, dejando a Taemin con el corazón desbocado.

***

Estaban entregando los resultados de un examen sorpresa que habían hecho en el salón de Minho. Como siempre, la calificación de Minho le hacía sonreír.

-Hermano, ¿cómo le haces?- Jonghyun le arrebató la prueba a Minho y revisó las respuestas. –He visto tus libretas, no tienes ni un solo apunte, pero te conozco demasiado bien como para saber que no compras los exámenes. ¿Qué diablos haces?

-Hyung...Creo que estoy enamorado.- Minho apoyó su cabeza sobre sus puños, hace ya un tiempo que sólo quería sacar buenas notas para hacer sentir orgulloso a Taemin y que dejara de regañarle, además, le gustaba verle sonreír más seguido y no pensar tanto en todo lo que tenía que hacer, o pagar. Sí, le encantaba hacer que Taemin se distrajera de su vida.

-Yo había escuchado que el amor te hace tonto, contigo es todo lo contrario. ¿Quién es?- Jonghyun se mostraba interesado.

-Mi tutor...- Las pocas esperanzas de Minho hablaban. –Pero no creo gustarle.

-Entonces tienes que hacer algo. Díselo. ¡Confiésate!- La gran ayuda de Jonghyun no eran un consuelo para Minho.

-No, me temo que si se lo digo, pueda perder su amistad.

-Si no se lo dices, te quedarás con la duda. Hombre, que cobarde te has vuelto.- Jonghyun le dio una palmada en la espalda a su amigo. –Valor, hermano, eres Choi Minho, no creo que te sea indiferente.

-Hyung, ¿has pensando en convertirte en motivador personal?- Minho se burló. –Gracias.

***

-¡Taemin ah! Tienes que ir.

-¿Por qué hyung? ¿Acaso el todo poderoso Key necesita tener a Taemin en una fiesta? Eso no es posible.- Taemin puso los ojos en blanco.

-Soy la persona más popular, no necesito de nadie. Pero, te quiero ahí, eres mi niño.- Key hizo un puchero. –Será de disfraces, ¿olvidaste lo mucho que te divertías en esas fiestas?

-Hyung, tenía ocho. Ya no, además, sabes que estoy ocupado.- Taemin lamentaba tener que rechazar una fiesta.

-Toda tu vida está ocupada.- Key se enfadó. –Sólo un rato, mis fiestas son enormes, toda la escuela va, si no estás ahí, entonces no tendrías vida social.

-Cómo si la tuviese ahora.- Taemin habló sarcástico. –Sólo un rato, ¿de acuerdo?- Taemin cedió, sabía que si no le decía que sí, iba a tener metido en la cafetería toda la tarde, y después en la siguiente cafetería toda la noche.

A Taemin no le quedó más remedio que aceptar ir a la fiesta de Key, y ponerse lo que Key le había obligado. Fue de los primeros en llegar, porque sabía que Key odiaba la impuntualidad, así que estuvo disfrazado de príncipe por un rato, antes de que Sulli llegara disfrazada de princesa.

-Taemin ah.- Sulli saludó a Taemin. –Key oppa…

-Sí… ¿A ti también te obligó a vestirte así?- Preguntó.

-Neh, no entiendo porque.

-Lo escuché hablar sobre ser de la realeza, al parecer nosotros somos sus hijos.- Sulli se sentó a lado de Taemin y rio.

-Me pregunto a quién escogió como nuestra madre.- Taemin se preguntó retóricamente.

- A Amber.- Key les había cachado hablando de sus disfraces.

-¿Bwoh? ¿En serio?- Sulli se sorprendió. -¿Aceptó?

-Claro, Amber me ama tanto como usted.- Key se sentía la cereza del pastel. –Ahora, como hijos míos, dejen de ser antisociales y muevan sus hermosos traseros de aquí. Intégrense a la fiesta.- Key los corrió de su escondite.

Taemin empezó a deambular por el lugar, estaba más preocupado por la hora, tenía que llegar a tiempo al trabajo.

-Yah, Taemin ah.- La voz de Minho le llamó. Taemin se giró y se encontró a una rana gigante que le llamaba.

-Hyung...Estás aquí.- Taemin quiso reprimir sus ganas de reír. -¡Vaya! Nunca había visto a una rana vestida de rana.- Taemin no soportó más y se rio a carcajadas.

-Bueno, si no te gusta mi disfraz, bésame. Tal vez me convierta en un príncipe como tú.- Minho le retó. Esa sería una buena manera de saber si Taemin le quería.

-Já. No, es sólo un cuento de hadas. Además, a mí me gustan los humanos, no las ranas.- Taemin declinó la oferta, aunque se moría de ganas de plantarle un beso en la boca.

-Tú te lo pierdes.- Minho le sacó la lengua infantilmente.

Taemin rio, le gustaba Minho, y mucho, se sentía tonto cuando estaba a su lado, así que su único remedio era reír. Ahí estaba de nuevo, riendo enfrente del chico que le gustaba, el que tenía ojos grandes, una sonrisa atractiva, su altura que le daba un porte de grandeza. Ya se había perdido de nuevo en Minholandia.

-Hey, Taemin ah, ¿me escuchas?- Minho agitaba sus manos enfrente de Taemin.

-No...¿Qué decias?- Taemin regresó a la tierra.

-¿Quieres bailar?- Minho le preguntó algo nervioso.

-Neh...- Taemin alcanzó a mover su cabeza frenéticamente, si no supiera que Minho era su mejor amigo, hubiera pensado que era una proposición.

Minho arrastró a Taemin a la pista, en realidad si quería bailar con él, pero el menor estaba totalmente ido. Minho agradeció que la siguiente canción que sonó fuese algo lenta. Tomó a Taemin por la cintura y empezaron a moverse a un cierto compás. Taemin sintió un cosquilleo, acababa de despertar y se daba cuenta que estaba bailando con Minho. Tan cerca de él, y se sentía tan lejos.

 -Hyung...Se hace tarde.- Taemin se detuvo.

-Sabía que no ibas a durar mucho.- Minho sonrió a medias, pero terminó soltándole.

Taemin agachó la cara, se hacía tarde. Decidió ir a despedirse de Key,  a él si le debía cuentas si se iba sin más.

-Key hyung...- Taemin buscó a Key por todos lados, el lugar estaba lleno de gente, la mayoría eran personas que no conocía. -¿Dónde estás?

-Hey, Taemin ah. Ya sé, ya te vas.- Key puso los ojos en blanco. –Cariño, ¿a qué hora te diviertes?

-Hyung, sabes que tengo que hacer esto.- Taemin se excusó. –Además, Taeyeon tiene tres empleos.

-Ella también me saca de quicio, ¿en qué momento ustedes dos duermen?- Key preguntó preocupado.

-Mientras comemos.- Taemin se burló. –Tenemos que pagar los medicamentos de mamá y la escuela.

-Me preocupan.- Key puso su mano sobre el hombro de Taemin. –Oye, Taemin ah, ¿quién es el chico que te está llamando?- Key preguntó curioso, provocando que Taemin se girara a verle.

-Es un hyung...-Taemin suspiró con una sonrisa muy culpable en el rostro.

-A ti te gusta ese chico.- Key le acusó.

-Por favor, ¿cómo puede ser eso posible?- Taemin lo negó.

-Dímelo tú, anda, ve con tu amado.- Key le empujó.

Taemin murmuró algo inteligible, antes de llegar de nuevo con Minho, a quién le miró mal y después siguió su camino.

-Hey, Taemin, que pasa.- Minho le siguió. –Te quiero acompañar.

Taemin se detuvo en seco y se jiró.
-¿Por qué hyung quiere acompañarme?- Taemin le miró raro.

-Ya es tarde, ¿qué tal si te pasa algo? Tú no manejas, dudo mucho que encuentres un taxi por aquí cerca y definitivamente no te dejaré caminar sólo.- Minho tomó la mano de Taemin y le sonrió.

-Gracias, hyung, pero ¿no le importaría irse así?- Taemin señaló su disfraz. –Yo tengo la suerte de tener mi uniforme en el locker de la cafetería.

-Vamos a mi casa, me cambio y después te llevo a la cafetería.- Minho era bastante insistente.

-Gracias, pero no.- Taemin le sonrió. No podía dejar que Minho hiciera tanto por él. –Mejor me voy yendo, usted no se preocupe.

Taemin dejó a Minho parado en la puerta de la casa, hacía mucho que sabía que sus sentimientos eran tontos, que Minho sólo le cuidaba porque era un buen amigo, y desde el punto de vista más interesado, protegía sus calificaciones. Aun así, Taemin no pudo evitar voltearse y sonreírle a Minho a lo lejos, mientras le decía adiós con la mano.

Minho suspiró, Taemin se acaba de ir, y no había podido decirle nada. Pero era por el simple hecho de que Taemin siempre estaba apurado, nunca se daba un segundo así mismo.

-¿De qué te burlas?- Minho le gritó a la estrella más brillante del cielo. –En vez de burlarte, deberías ayudarme y decirle a tu amigo el gigante, que se regrese, así Taemin podrías estar más tiempo conmigo...¿Puedes?- Minho se sentía tonto gritándole a una estrella, pero era frustrante no tener a Taemin ahí.

***

Taemin llegó a la cafetería a tiempo, de hecho, tenía tiempo para cambiarse de ropa y empezar a limpiar las mesas que quedaron sucias del turno pasado.

-Wow, lástima que no me gusten los príncipes azules.- Chaerin, la otra mesera se burló de Taemin. -¿A dónde fuiste, su majestad?

-No eres graciosa, noona. Estaba en una fiesta. Dame un minuto.- Taemin entró al vestidor y se cambió de ropa lo más rápido que pudo.

-Así me gustan más, trabajadores.- Chaerin acomodó la corbata de moño de Taemin. –Qué bonito te ves.- Le dijo con tono maternal.

-Noona, me ahogas.- Taemin quitó las manos de Chaerin de su corbata. -¿Dónde está Nana?

-Enferma, hoy cubriré su turno. Así que te toca las máquinas de café y la barra, yo atiendo las mesas.- Chaerin y Taemin se pusieron de acuerdo y empezaron a trabajar.

A los pocos minutos, el mismo cliente de todas las noches llegó.

-Hey, pequeño, tu enamorado secreto llegó.- Chaerin le susurró a Taemin. –Será mejor que tú lo atiendas.

-Por favor, noona, no digas eso. No es mi enamorado, y si lo fuera, no sería secreto.- Taemin puso los ojos en blanco y preparó el café que siempre pedía.

-Estoy de acuerdo con lo de secreto, pero está totalmente enamorado de ti. Ha venido a esta hora desde que cambiaste tu turno de la tarde por el de la noche.- Chaerin se quejó.

-Tal vez, su turno también cambió, y sale del trabajo a esta hora.- Taemin buscó una excusa y se dispuso a llevarle el café al chico. –Hey...sunbae.

-Taemin-ssi.- Le contestó feliz. –Por fin puedo hablar contigo. Me llamo Lee Jin Ki.

-Gusto en conocerle, viene muy seguido por aquí.- Sonrió.

-Sí. Me gusta verte, por eso vengo.- Le confesó. –Pero me temo, que a ti no te gusto.

-Lo siento, sunbae, pero así es.- Taemin se disculpó. –No por eso tiene que dejar de venir.

-Que sincero eres.- Sonrió. –Pero tienes razón, además, el café es excelente.

Taemin volvió detrás de la barra y llamó a Chaering.

-Noona, tenías razón.

-¿Y? ¿Qué dijiste?- Preguntó totalmente interesada.

-Que no me interesaba.- Taemin casi susurraba. –No puedo salir con nadie en estos momentos.

-¿Sigues con lo de ese amor imposible?- Chaering también susurraba, pero esta vez puso los ojos en blanco. –Si no dices nada, te vas a quedar solo de por vida.

-Yah, noona, no me molestes. No sé si quiera decirle algún día al chico que me gusta mis sentimientos...no quiero perderle si no me corresponde.- Taemin se mordió el labio inferior. –Además, él es muy guapo, ¿por qué se interesaría en alguien como yo?

-Tengo que comprarte un espejo, Taemin ah.- Chaering se exasperó, así que decidió dejar de debatir y seguir trabajando.

***

Minho y Jonghyun estaban brincándose las clases, como era su costumbre, pero esta vez hubo algo que no era normal. Taemin estaba sollozando en el pasillo, no había entrado a clases, pero no le importaba. En cuanto Taemin vió a Minho, corrió a abrazarlo.

-Hyung...Mi Príncipe se murió.- Taemin gimoteó contra el pecho del mayor. –Me dejó para siempre.

Minho rodeó a Taemin con los brazos, no sabía qué hacer, Taemin estaba hecho un mar de lágrimas y no parecía tener compostura.

-Taemin ah...tarde o temprano tenía que pasar.- Minho en realidad no pensó lo que dijo. –Las ranas viven diez años, la tuya tenía trece. Algún día iba a pasar.

-¿Por qué dices cosas tan crueles?- Taemin le miró consternado, en realidad no espera que Minho le dijera eso. Sólo quería consuelo. –No importa.- Taemin se quitó las lágrimas y salió lo más rápido que pudo, no quería tener a Minho cerca.

Minho se quedó callado, no se había dado cuenta de lo que había hecho hasta que Taemin se fue, más serio que el día que lo conocío. Sintió un dolor en la espalda, Jonghyun le acababa de golpear.

-Amigo, por si no lo has notado, acabas de arruinar las cosas.- Jonghyun apresuró a Minho a que reaccionara, se había quedado estoico.

Minho corrió, buscando a Taemin, pero no lo halló en los pasillos de la escuela, de seguro se había ido. Entonces fue que se lamentó.

***

Taemin estaba sentado frente al televisor. Era uno de esos pocos días en los que en realidad no tenía nada que hacer. Ahora sin su rana, de verdad estaba sólo y sin nada que hacer. Apagó el televisor, no solía interesarse en los programas que había, eran muy pocos los que veía y sólo porque salían sus actores preferidos. Extrañaba tanto el sonoro canto de esa ranita que le había acompañado por tanto tiempo. Esa rana era como la pelota de oro de la princesa del cuento. Pero Taemin la había perdido para siempre

Taemin resopló para moverse el cabello de la cara. Estaba aburrido, y de cierto modo seguía enojado con Minho por lo que le había dicho. No. Enojado no. Decepcionado. Minho sabía que Príncipe era la adoración de Taemin, y aun así había sido tan frío.

Taemin se acomodó en el sillón, tal vez se sentiría mejor después de dormir. Sí. Necesitaba dormir, así podría distraerse en sus sueños. Pero no tenía ganas de dormir. Quería estar acompañado por alguien. En estos momentos, Taemin prefería la compañía de Minho. Pero no estaba. A Taemin le dolió eso.

El timbre sonó, Taemin no se levantó hasta la tercera vez que sonó. No tenía mucho ánimo de abrir la puerta. Aun así lo hizo.

Minho había ido a pedirle perdón, no quiso decir lo que dijo, y después ya no supo que hacer. Terminó comprando un gran peluche de rana e ir rogando a la puerta de Taemin por perdón, como un tonto enamorado más.

Se iba a dar por vencido, pero Taemin abrió la puerta. Estaba ahí, frente a sus ojos, un lado de Taemin que era muy poco conocido. No traía puesto ningún uniforme, llevaba, como pocas veces, puesta la ropa algo reveladora que le gustaba usar. Tenía unos pantalones tan pegados y rotos, que había secciones en los que era difícil notar que traía puesto un pantalón. Minho parpadeó un par de veces, el cabello de Taemin estaba totalmente despeinado y tenía una mirada de que no le importaba lo que la gente pensara de lo que usaba o como lo usaba.

-Lo siento.- Minho inició su discurso. –Prometí ser tu mejor amigo, y no cumplí con el trato.- Agachó la mirada por unos segundos. –Me siento mal por eso, sé lo mucho que querías a Príncipe, y no fui de ayuda. No quiero que te enojes conmigo, menos que me dejes de hablar...No sabría que hacer sin ti.- Minho extendía el peluche con ambas manos, ofreciéndoselo a Taemin. –Perdóname.

Taemin pensó lo que había pasado. Minho le había pedido perdón, le había dicho que le necesitaba. Aun así no estaba seguro. Pero le extrañaba tanto, necesitaba de ese consuelo. Sonrió tímidamente y tomó a la rana de peluche y la estrujó contra su pecho.

-¿Qué nombre le pusiste?- Taemin dijo sin quitar los ojos del juguete.

-No sabía si me ibas a perdonar...No tiene nombre aún.- Minho admitió algo apenado.

-Entonces ponle uno ahora.- Taemin sonrió. –Vamos.

-Zippity.- Minho imaginó el nombre más infantil que pudo para esa rana de peluche. –Listo, ¿te gusta?

-Neh...- Taemin estrujó al peluche. –Gracias.

Minho abrazó a Taemin, no se pudo contener, se veía tan tierno, y aun así parecía triste en cierto punto. No quería verlo triste. Le abrazó lo más que puedo. Hasta que sintió un leve toque de los cálidos labios de Taemin rozando los suyos.

-Siempre he tenido la curiosidad de besar a una rana...- Taemin se veía apenado, tenía rubor en sus mejillas.

-Y, ¿te gustó?- Minho levantó la vista de Taemin, sonrojándolo más de lo que fuese posible. -¿Te gustó besarme?

-Neh...- Taemin no tenía más palabras con que expresarse, sentía que había hecho una tontería.

-Taemin ah, si te lo pidiera, ¿me besarías otra vez?- Minho necesitaba saber que tanto Taemin le correspondía.

-Neh...- Taemin ya no entendía, Minho estaba haciendo muchas preguntas.

-A mí me gustas, Taemin ah. Quisiera saber si yo te gusto.- Minho sostenía la cara de Taemin, no quería perderse de aquel rubor que hacía ver adorable al menor.

-Eres el único rana-Minho que me gusta.- Taemin confesó.

-Para mí, tú eres un príncipe, ¿puedes vivir con eso? Tú siendo el príncipe y yo la rana.- Minho sonreía a más no poder, Taemin era todo lo que quería y le gustaba ser todo lo que Taemin quería.

-Babbo.- Taemin abrazó a Minho por el cuello y pego sus labios con los del mayor una vez más. –Si tú eres el príncipe rana que quiero.

Minho rio, Taemin era bastante peculiar en muchas cosas, pero era lo que más le gustaba de él. Iba a cuidar de eso, que Taemin nunca dejara de tener sus extrañas aficiones, sus manías, iba a cuidar de cada parte de Taemin. Se había enamorado de él y no tenía otro remedio más que pedir el amor de ese príncipe.

FIN

Notas finales:

Para este punto, ya se han de haber dado cuenta que tengo una obsesión con las ranas u.u Pero es culpa de mis padres, no me quieren comprar una, y la cara de Minho no ayuda :C

¿Me comprarían una rana? T.T

Gweno, ¿les gustó? Si les gusto dejenme un review lleno de amorsh♥ Y entonces regalarán ranas gratis en el mundo *tira confenti*

Ñaa... Abrazos y Besos .3.


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