Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Primogénito por Shin Black

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Todos los personajes (excepto Kazuya sanada) le pertenecen a Konomi, yo solo los uso para mi conveniencia XDDD

Primogénito.

 

Nunca  se ha contado todo lo que ha pasado durante esos meses en los cuales el primer hijo se gesta.  Muy probablemente dará escalofríos saber cómo hijo, el momento exacto en el cual fuimos concebidos y no era para nada ajeno a la familia Sanada, por lo tanto era mejor comenzar la historia narrando ese pequeño suceso ocurrido el día mismo del cumpleaños de Seiichi Yukimura. Tener dieciocho años no era nada para dejar de lado, sobre todo para un joven que estaba próximo a graduarse de la escuela secundaria superior y llevaba consigo montones de folletos de universidades donde sus dotes artísticos y atléticos fueran desarrollados.

Muy a pesar de su muy reciente curación ante su enfermedad, Seiichi Yukimura llevaba la victoria y el lienzo en su cabeza, siempre creyó que la mejor manera de vivir una vida plena es realizar la carrera que anhelaba con tanto vigor, lo que no esperaba era que “algo” o mejor dicho “alguien” truncara esos sueños que llevaba en mente desde muy temprana edad.

El pastel estaba decorado, al igual que las flores que tanto le gustaba y su mamá le comenzaba a preparar el desayuno que todos los años le realizaba con tanto amor. Se levantó a las seis y media como todos los días de colegio, su malestar le obligaría a quedarse en la cama, pero no era la primera vez que le pasaba. No había cenado casi nada la noche pasada por miedo a dejarlo en el baño, lo cual ocurrió antes de irse a dormir. Cada vez que caminaba, su cabeza le daba vueltas, además de sentirse gordo y asqueroso. Definitivamente no era el mejor día para celebrar su cumple.

 

–¡Hijo, baja que ya está tu desayuno! –Comentó su madre muy contenta, golpeó suavemente la puerta hasta que escuchó un quejito y un golpe en seco en el suelo–. ¿Estás bien, amor?

–Si mamá, no te preocupes, fue un ligero mareo –susurró caminando descalzo por su alcoba y mirando las terribles ojeras por el espejo enorme que decoraba el cuarto, estaba pálido, demasiado para la época del año en la que estaba y tenía una terrible cara de enfermo–. Por dios. ¡Ya bajo mamá!

 

La mujer se quedó tranquila y bajó por las enormes escaleras a seguir con su sorpresa, mientras su hijo con todas las “ganas” que podía tener al encontrarse gordo, pálido y encima vomitando. Se colocó su ropa de colegio y bajó para desayunar. Al entrar en la cocina su padre, hermana, madre y su abuela gritaron al unísono: “SORPRESA”, casi aterrando al joven quien espantado retrocedió dos pasos. Ver después de varios años a sus padres con gorros de cumpleaños le resultó algo “ridículo” pero tierno. Oh, no, nuevamente la sensibilidad lo atacó y comenzó a derramar unas lágrimas.

–Ay Cariño ¿te gustó la sorpresa? –murmuró el padre alcanzándole un pañuelo, el chico afirmó y se abrazó al hombre alto y de cabello azulino–. Ya, ya…..estas algo sensible ¿no?

–S-Si…..–se sentó en la punta de la mesa como todo cumpleañero y comenzó a tomar un vaso de leche.

–Mira amor, el pastel que te hice, tiene un dibujo tuyo –habló la madre y lo colocó en la mesa. Seiichi comenzaba a sentirse mareado.

–Niichan, estas pálido…..–comentó su hermanita.

 

Se sentía terrible, todo comenzó a girar y girar. Sus padres le hablaban en un tono extraño y apenas podía concentrarse. Durante los últimos dos meses no dejo de sentir malestar y comenzaba a sospechar que su propia enfermedad estaba retornando. Justo en el peor momento, cuando su madre se acerca a cantarle feliz cumpleaños encendiendo las velitas, Seiichi le devuelve encima la leche que había consumido.  No fue fácil luego de aquello decir que quería ir al colegio, porque la negativa de sus padres le hizo permanecer en cama esperando al médico de cabecera.

 

No tuvo que esperar demasiado pues el gentil hombre arribó a la casa a media hora de ser llamado, subió las escaleras y quedando solo con el joven comenzó un extenso cuestionario sobre sus síntomas.

 

–¿Dolor abdominal? –preguntó el anciano.

–No mucho, aunque últimamente siento dureza aquí abajo –susurró señalando su bajo vientre. El hombre lo anotó.

–Me dijeron que haz vomitado ¿progresivamente?

–Cada día tengo más y más vómitos, aunque últimamente se me han calmado –susurró, su voz se encontraba ronca aun por el sabor ácido entre sus dientes.

–¿Mareos?

–Si.

–¿Fiebre?

–No he tenido fiebre desde los quince años.

–Hmmm….. ¿has tenido relaciones sexuales periódicamente?  –preguntó filoso. Seiichi abrió los ojos asustado.

–¿Tiene algo que ver con ésto?

–Puede ser, estoy tratando de descartar un posible embarazo –toma su valija y saca una jeringa.

–Bueno, si…..yo…..tengo novio.

–¿Tus padres lo conocen? –preguntó mientras armaba la jeringa para extraerle sangre, le ató una goma en la parte superior del brazo y clavó la aguja justo en la vena.

–S-Si…..bueno ellos lo conocen pero hace poco que salimos. Genichirou pensaba que salir mientras fuéramos muy jóvenes era falta de respeto a la familia o algo así –miró al doctor mientras le colocaba una curita y le quitaba la goma del brazo–. ¿Qué tengo?

–Embrión.

–¿Em…brion? –preguntó casi iluso.

–Pues digamos que en menos de nueve meses ese niño se encontrará en tus brazos y le pondrás nombre, ropitas y esas cosas…….–coloca la sangre en un tubo de ensayo pequeño y lo coloca en una parte especial de su valija–. Tendré los resultados esta tarde ¿puedes pasarte al hospital donde trabajo?

–Es donde me internaron ¿cierto? Pasaré –se coloca una mano en el vientre instantáneamente–. ¿Pero….qué?

–¿Hace cuánto tienes reacciones así? –sonríe, Seiichi suspira.

–Un mes y medio, creo que mi cuerpo ya sabe que tendré un bebé……pero el problema es que…..yo estoy tan entusiasmado por la universidad y…..por todo, además……Geniichirou también ha planificado un futuro y yo…….

–Calma, calma jovencito –susurró el señor acariciándole la cabeza–. Hoy día es muy seguro hacer un aborto en un hospital.

–¡Noooo….! –el viejo alzó la ceja confundido–. No quisiera…..que una personita inocente sufra por mi imprudencia…..yo…..creo que de cierta manera quise esto.

–¿Hm? ¿Por qué lo dices? –el viejo se sienta y mira a Seiichi, este comenzó poco a poco a sollozar bajito intentando no sentirse culpable.

–Geniichirou es el hombre más fascinante que he conocido, él sería un esposo ideal…..y de cierta manera sabía que cuando me fuera a Paris…..la relación no sería la misma….y poco a poco lo perdería…..yo…..deseaba que el tiempo se congelara y…..terminé haciéndome daño y haciéndole daño a él.

–Tranquilo niño….todo estará muy bien…..

 

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

 

Había convencido de alguna forma a sus padres que tenía que salir un momento, les dijo que no iría por ningún motivo al colegio a entrenar, aunque seguramente se pasaría para ver como se realizaban las prácticas vespertinas.  Pasó por el hospital donde la noticia de su embarazo fue más que obvia, afirmando que seguramente debía tener entre dos meses o dos meses y medio aproximadamente por el tiempo de gestación.  Se guardó el papel en la mochila y fue caminando al colegio donde observó desde afuera como sus compañeros realizaban las actividades acordadas por él, aunque Sanada parecía algo inquieto y apenas lo vio acercarse fue corriendo tras de él.

 

–¿Estás bien? ¿Te sientes bien? ¿Qué paso? –comenzó con sus acosadoras preguntas, Seiichi lo apartó de si, dado que comenzaba a fastidiarse y siguió su curso a las canchas.

–Solo tuve unos vomitos y……–frenó su paso y le miró de reojo para luego girar hacia él–. Tenemos que hablar.

–Feliz cumpleaños –susurró apenas audible y le mostró una cajita que llevaba en su bolsillo y la cual sacó de forma apurada–. El vendedor me dijo que es mágico, y aflora la fortaleza espiritual. Yo creí que estaba loco….–Seiichi abre la cajita y saca un hermoso collar con un dije muy particular, una piedrita de un color exótico.

–Es hermosa…..gracias….

–No, gracias a ti.

–Sanada, tengo algo que decirte y tal vez me odies después de esto dado que cambie todos los planes de nuestra vida a partir de ahora –aclaró, Sanada notó la desesperación en el rostro de Seiichi y le tomó del brazo para llevarlo a un costado del colegio.

–¿Qué sucede?

–Estoy esperando un bebé –Seiichi saca de su mochila un sobre que entrega a Sanada con mucha angustia–. Creo que nuestros planes de vida van a tener que cambiar un poco porque, soy sincero, no quiero matar al bebé en un aborto; ni mi familia ni la tuya tolerarían esto…..pero por otro lado, mi vida entera la dedicaré a él.

–¿El? –preguntó sorprendido y lo observó.

–Creo que es niño.

–¿Un Niño? ¡Vaya, vaya, vaya! –ambos giraron para darse cuenta que Niou se encontraba allí y no solo él, todo el equipo titular del Rikkai había dejado de practicar a ver que los tortolitos se separaron del grupo.

–¡Chicos!

–¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS BUCHOU Y FELICIDADES POR EL BEBÉ NUEVO!!

 

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

 

Debía admitir que no fue para nada gratificante informarles a los padres sobre el nacimiento de la nueva criatura, aunque todos estuvieron de acuerdo en preservar la vida del niño y que tanto Seiichi como Genichirou tomaran riendas sobre su nueva vida juntos. Acordaron que lo mejor era vivir en la casa de la familia Sanada, utilizar el cuarto amplio de Genichirou como habitación matrimonial y abrir una puerta hacia el dormitorio contiguo que hacía de cuarto de estudio para transformarlo en la habitación del bebé.
Durante los primeros dos meses hicieron cuentas y fueron comprando progresivamente la ropa, la cuna, la pañalera y todo lo necesario para poder estar listos en cualquier momento. Dado a la gracia de dios tenían familias adineradas por todos lados quienes ofrecieron regalos hacia el pequeño que nacería, además de planear un baby shower donde podrían recaudar lo poco que le faltaba para terminar el cuarto del niño.

Sus padres le regalaron una hermosa cuna con barrotes blancos, cubierta por una transparente tela blanca con bolados celestes, y una calesita pequeña con dibujos de angelitos. El cuarto estaba empapelado con imágenes de parejas de patos con un patito, de conejos con su conejito, de ovejas con su ovejita y de pajaritos con su pichón. A la izquierda de la cuna se encontraba la mesada con pañalera y todo los aditamentos necesarios para cambiar el pañal, sea talco, cremas y toallitas húmedas.

Justo frente a la cuna, una mecedora, una caja de juguetes y un enorme armario pintado de blanco y celeste con dibujos de pollitos cortesía de Niou y Yagyu, quienes habían dado una mano con la pintura, un televisor y un estéreo con varios CD de música clásica. A Seiichi le encantaba ir allí, colocarse en la mecedora y poner una de esas melodías de Braham que tanto amaba. Y así se encontraba en ese momento, a horas de empezar su baby shower, acariciando ese abultado vientre de ocho meses mientras silenciado por la melodía de Vivaldi cerraba sus ojos.

 

–Seiichi –susurró su marido, el joven abrió sus hermosos ojos azules para ver al apuesto muchacho de ojos canela frente suyo–. ¿Estabas durmiendo?

–No, no, solo me relajaba un poco ¿sucede algo?

–¿Recuerdas que mi abuelo me consiguió un empleo temporal en la jefatura de policía llenando papeles? Bueno, hoy es mi primer día –en aquel momento puso atención a la vestimenta. No se encontraba como siempre con una playera manga corta que resaltaba su cuerpo y unos jeans, sino vestía un traje reglamentario de policía, y había remplazado su gorra negra por la oficial–. ¿Estarás bien sin mi hoy?

–Claro, ya casi está todo listo para el Baby Shower del bebé y….aaay….–sintió una pequeña patadita que alertó a Sanada de una forma un tanto exagerada.

–¿Estas bien? ¿Te llevo al médico? Le diré a mi abuelo que no iré hoy.

–Shhh shhh……no hagas nada Geni, estoy bien, solo que el bebé quiso hacerse notar jajaja….–acarició su vientre y le sonrió a su marido–. Estaré bien, dame un beso.

–Hmm….si tu lo pides –el muchacho le besó los labios y la frente–. Te amo…..

–Y yo a ti…

–Y a ti también te amo –se agachó levemente besando el vientre para luego erguirse y caminar a la puerta–.  Volveré antes que termine tu fiesta.

–Te esperaremos.

 

No paso mucho tiempo antes que su madre le dijera que llegaron los invitador. Al ingresar a la sala de estar de la familia Sanada yacían sobre la mesa infinidades de obsequios; su abuela, su madre y padre, su hermana, y la familia Sanada se encontraban allí para servir a los invitados. Seiichi era primerizo pero no un idiota, había invitado a muchos compañeros pero entre ellos a personas adineradas como la familia Atobe, los Oshitari, Tezuka y Fuji; sus compañeros del Rikkai, y otros menos adinerados como Chitose y Shiraishi del Shitenhouji.

 

–¡Que lindo bebé, que lindo lindo bebé!–dijo Chitose emocionado.

–El bebé aun no nace, ese es un juguete –habló Shiraishi, Chitose observó que hablaba con un muñeco y se sintió un idiota, aun más cuando vio que Seiichi aun estaba gordo.

–Vaya, hay que devolverle a Urano su luna –bufó Atobe, Seiichi gruñó.

–Chicos, recuerden que en esta etapa del embarazo, las hormonas de Seiichi están algo delicadas, y según las leyes, el estado perdona a un embarazado que comete homicidio –susurró Yagyu leyendo un libro.

–Jajajaja que bien luces Seiichi –rio con nerviosismo Akaya.

–Gracias a todos por venir y por sus hermosos y grandes obsequios…..yo estoy….digo, el bebé está muy agradecido –se sentó en una de las sillas, sus pies se encontraban realmente hinchados.

–Y ¿Cómo te sientes? –preguntó Marui emocionado.

–Pues en momentos así, mordería acero…..–bufó, se sentía un tanto incomodo sin importar las posiciones–. A parte que engordé como veinte kilos con este embarazo.

–Pero tendrás un hermoso, hermoso bebé –Chitose era quien estaba terriblemente empalagoso, y eso ponía de malhumor a Seiichi.

–¿Por qué no abres tus obsequios? –preguntó Oshitari. Yukimura afirma.

–Bien, primero el de Atobe…..–tomó el paquete más grande y comenzó a abrirlo para darse cuenta que dentro había un paquete muy pequeño; cuando estaba a punto de causar un Atobecidio, decidió darle una oportunidad y abrió el pequeño empaque para darse cuenta que dentro había una valiosa medalla de oro puro–. Atobe……esto…….tú…..podrías haberme dado algo más útil para un bebé.

–No sabía que necesita un bebé, asi que puedes venderla, sale 10mil dólares en el mercado japonés. ¿Te alcanza para comprarle alguna chuchería al enano? –Seiichi presiona la medalla a su cuerpo y afirma.

–Abre el mío, te va a gustar –Marui le extiende la casa.

 

Marui le había regalado una mantita, Niou un pijama de pollito no muy alejado al pijama de ovejita que le regaló Yagyu, odiaban tener gustos parecidos. Yuushi le había dado unos cuantos juguetes caros, Tezuka como siempre regalando objetos con mención al tenis y Fuji una cámara de fotos digital con un álbum electrónico para que subieran fotos del bebé en sus primeros meses de vida. A decir verdad el día había pasado sin pena ni gloria.

 

–Seiichi, ¿haz pensado en un nombre para el bebé? –preguntó Niou comiéndose uno de los bocadillos, la mayoría de los invitados se habían ido menos los Rikkai.

–Aun no lo pensé……pero cuando lo vea se me ocurrirá uno –susurró acariciando su vientre, se abre la puerta y se encuentran con un Sanada con trapeador en mano  y algunos portavaso.

–Niou, baja los pies de la mesa; Marui, no tires migas en el suelo; Jackal límpiate la cara que te quedó crema en la mejilla; Akaya corte el pelo –exclamó el muchacho.

–¿Eh?

 

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

 

18 de Septiembre. 22:30 pm.

 

Se disponían a irse a dormir como todos los días, cada vez se le estaba haciendo más difícil a Seiichi cubrir su vientre, pues cumpliría los 9 meses en dos días y podía notar la forma de un niño en él. Todos los días el joven Yukimura le hablaba a la panza: “Vamos, sal, que te queremos conocer”, pero el niño aun sin nombre no parecía estar convencido que sea buena idea por el momento abandonar el cálido clima del vientre por el cambiante verano del exterior.
Se sentía gordo, feo e hinchado, lloraba continuamente por sus dolores y las pataditas que su primogénito le impartía durante las noches, tal así que muchas veces no podía dormir y despertaba a Genichirou para que le hiciera más cómoda su estadía en la cama.
En la jefatura de policía, Sanada era todo un profesional, tal vez porque llevaba en las venas el poder y la autoridad, la ley y el orden, pero resultaba ser un gran ejemplo para los nuevos jóvenes que desempeñaban su labor muy a pesar que él se encontraba estudiando para ejercer la profesión y aun no se había graduado.

 

–Geni…..–Seiichi se sentó, le dolía demasiado por las contracciones que sufría todas las noches, por lo que evitó acostarse–. ¿Haz pensado en un nombre?

–¿Nombre? –preguntó, se secaba el cabello con una toalla mientras con otra mucho más grande y larga se cubría desde la cintura hacia abajo, dejando expuesto su fuerte cuerpo–. A decir verdad, no se me ha ocurrido ninguno.

–El bebé puede nacer en cualquier momento y ni siquiera nos hemos tomado un minuto para pensarle un nombre –No otra vez, Seiichi parecía al borde del llanto, por lo que el moreno se acercó a él y le abrazó.

–Tranquilo amor, tal vez no se nos ocurre nada porque debe ser especial, en el momento en que tengamos a ese niño en brazos, se nos iluminará la cabeza.

–Tengo mucho miedo –susurró abrazándose al cuerpo de su novio, Genichirou le acarició el cabello–. De no ser una buena madre.

–Nadie nace sabiendo Seiichi, sé que serás la mejor de todas las madres……..en cambio…..–el mayor suelta a su novio y levantándose de la cama camina al armario–. No estoy seguro de ser un buen padre.

–¿De qué hablas?

–Bueno, tengo miedo, como todos……pero, no sé si seré un buen ejemplo para ese niño. Siento algo extraño en el pecho, algo que nunca había sentido, es terror, el terror de arruinarle la vida a ese pequeño por estupideces mias……

–¡Genichirou! No hay mejor hombre y padre en el mundo que ti. Haz salido a trabajar duramente desde que te enteraste para que yo no mueva un dedo y me dedique completamente al embarazo. Me haz ayudado a decorar el cuarto de nuestro hijo y me haz apoyado más que nada en este mundo. Creo que si re-iniciáramos el tiempo y tuviera que escoger nuevamente, te seguiría eligiendo como padre de mi niño.

–¿En serio? –se dio la vuelta para ver cara a cara a Seiichi.

–Por supuesto……ahora cámbiate y metete en la cama, quiero dormir un poco.

–Que romántico jaja…..–se colocó su pijama y se metió en la cama.

 

Esa noche sería larga.

 

19 de Septiembre. 05:15 am.

 

Un dolor inexplicable lo levanto. Sanada como todas las madrugadas se encontraba en el dojo, seguramente su entrenamiento Zen había acabado y ahora se estaría dando una refrescante ducha. Miró el reloj de su mesita de luz y contabilizó sus contracciones por minuto. ¡Eran más de diez! Al pequeño Sanada le urgía salir inmediatamente.
Como pudo se colocó las pantuflas y arrastrándose fue al baño donde se escuchaba de fondo la lluvia de la regadera. Golpeo una, dos, tres veces hasta que se abrió la puerta corrediza mostrando a un muy sexy Genichirou en paños menores, se asustó al ver a su pareja con una expresión de intenso dolor y al ser comunicado de las contracciones que padecía, cerró todas las llaves del baño y salió corriendo a cambiarse para llevarlo al hospital.

En el trayecto, Seiichi se colocó unos short y una camisa holgada, caminó arrastrándose al automóvil el cual el padre de Genichirou le había prestado para momentos así, además de haber adquirido la licencia de conducir muy tempranamente y tener un especie de fobia al volante que se le pasaría justamente en ese momento sino quería ser asesinado brutalmente por su pareja. Los ruidos alertaron a Genemon, quien se despertó y caminó hacia el living donde su nieto cargaba todos los bolsos que Yukimura había preparado con anticipación.

 

–¿Ya llega?

–Dile a papá que me llevaré su auto, llamen a los Yukimura y pueden ir con el auto de Keisuke al hospital –habló rápidamente mientras salía de su casa con su novio.

–Ok, suerte….y felicidades –sonrió el anciano.

 

Cuando ya estuvieron listos, el auto dio la marcha y a toda velocidad se dirigieron al hospital general de Kansai. Seiichi respiraba profundamente, mientras acariciaba su vientre para calmar al pequeño en sus entrañas, pero no parecía funcionar. Genichirou puso la radio con música clásica como escuchaba su padre todos los días y eso terminó por calmar al menor, quien a sus dieciocho años sería madre por primera vez.
Apenas y llegaron, con su potente voz pidió una camilla, la cual llegó al instante para ser trasladado a la sala de partos mientras Sanada llenaba las formas correspondientes de egreso. No pasó mucho tiempo antes que su familia llegara junto a los Yukimura.

 

–¿Dónde está mi bebé? –preguntó la señora Yukimura, Genichirou terminó de llenar los papeles y la miró.

–En sala de parto, yo también debo ir……si vienen los chicos, avísenle que estamos dentro.

–¡Tio! Toma la cámara de fotos con filmadora –dijo el pequeño Sasuke de diez años, Genichirou la tomó y agradeció.

–Les avisaré apenas nazca.

Ingresó junto a unos enfermeros a un salón grande llena de maquinarias. Le colocaron un sobretodo verde y un barbijo, escuchaba los gritos de Seiichi por las fuertes contracciones y se sintió culpable, pero al acercarse y prender la cámara todo cambió, podía verlo desde otra perspectiva. ¡Tendría un hijo!
Sería una cesaría, por lo cual intentó no focalizar la cámara hacia el lado superior, y mantuvo la vista en el rostro de Seiichi, quien una vez de recibir la anestesia local, dejo de sentir los dolores pre-parto.

Le tomó fuertemente la mano y suspiró. Este sería un momento único que recordarían el resto de sus vidas, pues  si en algún momento su relación no funcionara, algo los uniría para toda su vida y ese algo, un ser vivo, comenzó a llorar inmediatamente salido del vientre. Sanada giró la cámara apuntando al niño que cargaba el doctor, estaba bañado en sangre y lo unía el cordón umbilical.

–¿Cómo es? –Preguntó inmediatamente al escuchar los gritos del pequeño, la enfermera simplemente lo depositó encima de su cuerpo y Seiichi pudo notar lo perfecto que era–. Mira Genichirou, es perfecto…..tiene cinco deditos en cada mano, dos ojitos….una hermosa naricita, ¡es perfecto!

–Si que lo es….–susurró filmándolo.

–No pareces emocionado –habló el más joven pero inmediatamente notó unas lágrimas en el rostro de su pareja y una sonrisa instantánea y verdadera. En ese momento creyó que los sentimientos más profundos de su hombre estaban siendo develados–. Tiene ojitos de Kazuya.

–¿Ojitos de Kazuya? –preguntó el mayor mientras acariciaba suavemente el cuerpito de su niño.

–Si, mira, son muy azules, los mantiene muy abiertos ¿es eso normal? –preguntó a una enfermera que no sabía cómo responderle que no, no era para nada normal.

–Debe querer explorar el mundo…..–Genichirou acercó el zoom a los ojos azules de su recién nacido y notó que el pequeño miraba fijamente hacia un punto específico–. Tiene la vista demasiado fija para ser un recién nacido.

–Mi niño es especial.

 

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Kazuya se encontraba en brazos de su madre, con su ropita de osito que le quedaba grande debido a su pequeño tamaño a pesar de haber sido parido a los nueve meses exactos de ser concebido. Sus hermosos ojos azules con rastros violáceos eran observados por todos los presentes, y tenía en su boca un chupón en forma de pollito, el cual le quedaba terriblemente dulce.

 

–Cuuuuchiiii cuuuuchiiiii cuuuuuu –mimó Akaya mientras se acercaba al pequeño que lo miraba fijamente sin entender absolutamente nada–. Raro, cuando yo era bebé dormía todo el día, pero este niño se la pasa mirándonos a todos.

–Tiene la vista muy firme –susurró Yanagi anotando en su libro.

–¡Yanagi! No acumularás data de mi bebé –Seiichi aferró a su niño contra su cuerpo, el cual inmediatamente apretó con sus manitas la tela de la ropa de su mamá.

–Es muy lindo, no pensé que saldría algo tan lindo de Sanada.

–¡Niou! –gritó el moreno, pero inmediatamente fue callado por su pareja.

–¡Shhhhh! El bebé necesita dormir –Yukimura sonrió al notar que su pequeño mantenía firmemente el agarre con su mano apenas y le acomodó un poco la ropita que le quedaba grande.

–Pero si apenas y ha cerrado sus ojos un par de veces, sigue mirando fijo, me da algo de miedo…..–susurró Akaya.

–Duerme mi niño, duérmete yaa….sopla el viento, sobre brazos de mami –cantó muy suavemente Seiichi y el niño lentamente cerró sus ojitos–. Shhhh shhhh….mi hermoso bebé.

–¿Y cómo lo llamaron? –preguntó Yagyu.

–Kazuya Sanada.

–Kazuya es un lindo nombre, significa hombre pacífico ¿cómo se les ocurrió? –esta vez quien preguntó fue Yanagi, Sanada levantó sus hombros.

–No lo sé, se le ocurrió a Seiichi –murmuró.

–Algo en mi corazón me hizo sentir que su nombre era así. Como si fuera alguien que a renacido, que tiene un nombre ya, y un momento de nacimiento. A las seis en punto, con las campanadas de las iglesias, nació y le di su nombre –susurró  poéticamente.

–Eso sonó muy bien –Marui se acercó para verlo mejor.

 

Kazuya era el niño más hermoso que hubieran visto, sus ojos eran celestes con destellos púrpura, su cabello incipiente cabello era oscuro como la noche, su piel pálida, suave, como la de su madre. Dormía tranquilo, esperando ser despertado luego para comer.
Nunca creyó Seiichi que de una noche naciera algo tan puro y único como lo fue sus hijos. Su vida no terminó allí, pues después de un tiempo comenzaron a tener problemas en la sociabilidad de Kazuya, le habían diagnosticado psicosis infantil y tuvieron que realizar varios tratamientos que terminaron siendo nada, pues Kazuya no era un niño con problemas. Más adelante nacerían sus hermanos, los gemelos Ken y Seiichirou, luego Yuki….y más tarde Geniichi y Kenji. Kazuya era único, el primero, el complicado, el poco sociable, el solitario, quien no aprendía como los demás pero su brillante intelecto lo destacaba del resto. Kazuya era único, verdadero, solitario, raro, hablaba solo y veía cosas que nadie más hacía, era el primero, pero no el último.

 

Fin.

 

Notas finales:

espero que les haya gustado, DEJEN COMENTARIOS.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).