Capitulo 1: Una tarde matizada
Era una tarde fresca, el viento soplaba ligeramente, había una sensación de tranquilidad en el ambiente, ¡pero no para él!; tiene un corte profundo del lado izquierdo de su cuerpo, sus piernas no pudieron soportar el peso y cayó al suelo bajo la sombra de un hermoso roble, las lagrimas rodaban por sus blanquecinas mejillas, sentía un dolor punzante e indescriptible en el costado, estaba consciente de lo que ocurría a su alrededor, podía sentir como su sangre salía a borbollones de su ser, sus manos temblorosas se apresuraron a oprimir con todas sus fuerzas la herida para impedir desangrarse; la desesperación se apodero de él, comenzó a temblar incontrolablemente, tenía miedo, miedo de morir en ese lugar tan callado y tranquilo, de pronto, sintió una mano cálida que acariciaba su mejilla, sus hermosos ojos desorbitados veían con odio al que lo apuñalo, cerró los ojos con fuerza y de pronto, sintió el rose de unos cálidos labios sobre su boca y por ultimo una voz, - “¡Te ves absolutamente, hermoso, jamás había visto algo tan sublime, mi bello pajarillo!”-.
-¡Tu maldito mal nacido!, ¿Por qué me haces esto?, ¡pensé que éramos más que amigos!, ¡JURO QUE TE MATARE O ENVIARE A ALGUIEN HA HACERLO PERO LO HARE, ESTUPIDO!, ¡te metiste con la persona equivocada, maldito perro, voy a hacerte pagar por esto! Esta pequeña herida no me va a detener.-
Tembloroso pero firme se levanto lentamente apoyándose en el enorme roble, ya de pie comenzó a caminar, su sangre corría por su mano que aun presionaba con fuerza la herida, sus piernas flaqueaban de vez en cuando, pero no se daba por vencido, solo debía caminar para buscar ayuda y él lo lograría; mientras, su agresor lo seguía de cerca, sabía que no llegaría lejos, no lo haría, el tamaño de la herida y la profundidad del corte le decían cuanto viviría, solo unos 10 minutos o tal vez menos ya que estaba esforzándose demasiado.
-¡Creo que ya es suficiente, es hora de que termine con esto!-, tomo al sangrante chico por el cabello y lo lanzo al suelo. Los ojos desorbitados y asustados del joven miraban con terror a su atacante, deseaba gritar con todas sus fuerzas para pedir ayuda, pero, para su desgracia no podía, era como si se hubiera quedado sin voz, ¡ moriría!, no había duda y la persona parada junto a él era su asesino, que pasaba por la mente de ese maldito; el otro chico lo miraba morir a sus pies, le sonreía muy gentilmente, se paseaba por los alrededores con cara de felicidad; estando en el suelo, pensaba en todos sus sueños, había muchas cosas que aun no había hecho, sus padres lo esperan para cenar, es su cumpleaños, ¡su maldito cumpleaños!, no moriría ese día, hizo un último esfuerzo, se puso pecho a tierra y comenzó a arrastrarse, pero ya no tenía fuerzas suficientes, todo se nubla, llama a su madre con desesperación, sus brazos y piernas ya no le responden, hay mucha sangre a su alrededor, la hermosa grama verde ahora es roja, entierra sus dedos en la tierra, una mueca grotesca de dolor se dibuja en su rostro, da un último suspiro largo y profundo, cierra los ojos con fuerza, una última lagrima y su alma deja su cuerpo, inerte, como un cascaron vacio.
Para el asesino todo era perfecto, la belleza de la escena era sublime, se maravillaba de lo fácil que había sido, todo había sido tan rápido, limpio y exacto, no hay testigos, no dejo pistas, ni huellas dactilares que pudieran delatarlo, limpio el bisturí con su pañuelo y lo guardo en su bolsillo, todo había salido tan bien que podía escuchar el hermoso canto de las aves en los arboles, había tanta paz y silencio en el lugar, deseaba quedarse para seguir admirando su obra maestra, pero por desgracia no podía, la bella tarde que seguía su curso lentamente, el ocaso rojizo se matizo con la roja sangre en el suelo, dándole brillo, suspiro muy profundamente, se inclino y puso una hoja rojiza en los labios del joven muerto, se levanto miro nuevamente su obra, dio media vuelta y se fue caminando muy tranquilamente.
Escucho unos pasos detrás y se detuvo -¿Iain, a donde vas?-, volteo rápidamente muy asustado, veia a hacia todos lados buscando la voz que lo llama y de pronto, por el rabillo del ojo se da cuenta, esta junto a él, lo ve fijamente como acusándolo, un suspiro de alivio sale de su boca, pone su mano en su pecho y comienza a reír, primero es una risa inocente, luego es una carcajada macabra que lo deja sin aire, abre la boca y respira hondo, pone una mano en su cintura y la otra en la cabeza, se rasca el cabello, sus manos tiemblan de alegría y nerviosismo, mientras camina despreocupado de todo, con una sonrisa en el rostro y una mirada tan fría como si la obscuridad viviera dentro de esos ojos vacios.
- ¡Que susto me diste Allan!, ¿pensé que no te vería por un tiempo?, ¡bueno hasta que se te pasara el enojo!-, - ¡Cómo no voy a estar enojado, prometiste no volver a matar!, sabes que hago todo lo posible por controlarlo-, -¡Eres un tonto si lo haces!, ¡Allan!, sabes bien que no permitiré que nadie te aparte de mi lado-, - ¡eres todo lo que aun me ata a la humanidad!, ¡no quiero que te aparten de mi y quien ose intentarlo morirá!, ¿lo sabes verdad?, ¿verdad Allan?-, el silencio se siente en el cuerpo de Iain, sabe que Allan no quiere quedarse a su lado para siempre, sabe que lo odia, pero que aunque quiera no puede dejarlo, aunque lo desee con todas sus fuerzas, aunque corra y se esconda el siempre lo va a encontrar; porque ellos están unidos no solo por parecerse, sino también porque, el mismo corazón los mantiene vivos, son una misma persona a pesar de ser tan distintos.
Estando ya en su casa Allan entra al baño, se mete a la ducha con la ropa puesta, el olor de la sangre lo hace sentir enfermo y puede sentirlo a pesar de que no se ensucio con ella, pero el olor esta dentro de su nariz y no puede sacarlo de allí aunque quiera, Iain solo lo observa, le sonríe muy cálidamente y le susurra al oído, -Todo va a estar bien, cálmate, lo olvidaras como siempre lo haces, solo relájate y yo hare que lo olvides-. Allan esta asqueado de ser quien más pierde cada vez que Iain mata por placer, ¿Porque el destino se ensaña con él?, ¿Por qué no pudo haber nacido solo?, ¿cómo alguien como Iain está con él?, ¿porque es parte de su ser a pesar de que lo odia, no puede simplemente desparecerlo?, ¡o será que es solo una ilusión o esa parte mala si existe dentro de su ser!.
Acostado en su cama, ya limpio, las lagrimas comenzaron a salir de los ojos de Allan, en su mente solo había sido un mal sueño, eso nunca paso, nunca paso, solo debía olvidarlo como lo hizo con los de mas, sus mejillas pálidas brillan con las lagrimas que recorren su rostro, el frio se apodera de él, puede sentir como recorre su nuca, pero puede ser también su cabello mojado que lo hace sentir ese frio, o tal vez es solo la verdad que se esconde dentro suyo, él es quien realmente desea matar siempre, es el que lo disfruta y el que día a día, se contiene, pero es Iain el que sale para ayudarlo, es él quien realmente lo cuida, se seca las lagrimas con la manga de la pijama y comienza a reír, se tapa la cara con ambas manos, como tratando de esconder su vergüenza, para él la vida siempre ha sido así de confusa, pero a pesar de ser algo que él no desea, solo la sobrelleva como una enorme carga y cuando ya no puede es cuando aparece su parte más fuerte, Iain.
-¡Iain, donde estas, porque no estás aquí!, ¡por favor tengo mucho miedo de estar solo, dame un abrazo y canta hasta que me quede dormido!, ¡por favor no quiero estar solo, por favor, tengo miedo!-, -¡No te preocupes Allan, estoy aquí a tu lado!, ¡no te preocupes, nada te pasara, todo estará bien solo debes olvidar lo sucedido y te olvidaras del miedo que sientes!, ¡solo fue un mal sueño, sabes bien que no te pasara nada, estás seguro, siempre te cuidare la espalda, no te preocupes!-, -¡Solo cierra los ojos, yo me asegurare de que nada malo te suceda!, ¡estoy aquí, cálmate, estoy aquí, tranquilo, solo duerme, lo necesitas!, ¡Shhhhhhhhhhhhh, duérmete!-.