Lee SungYeol se removió de los brazos de su amigo con algunos que otros derechos. Odiaba etiquetar lo suyo con WooHyun como "amantes", aunque si lo eran, ambos se amaban profundamente, ambos deseaban estar por siembre ahí, en aquella casa en el bosque que el mayor de ambos se había conseguido.
Era un escape para ambos
El más alto tomó la cámara fotográfica entre sus manos y la encendió con una en sus labios, aquella sonrisa que solo WooHyun podía provocar con solo estar a su lado. Eso en parte lo hacía sentir importante en la vida del delgado, quien ya se aproximaba a su rosto relamiendo sus labios por inercia. Cuando veía a SungYeol su mundo caía y solo existían ambos , aunque se encontraban separados por "x" motivos, lo único que podía hacer era colocar en su rostro aquella falsa sonrisa, la cual SungYeol conocía a la perfección, y sonreír por cualquier cosa, lamentablemente no lo podía evitar, no podían hacer nada para remediarlo.
Woohyun tenía novio y no era SungYeol.
SungYeol tenía novio y no era WooHyun.
El alto se aferró al cuerpo de Woohyun, ambos se sonrieron, se besaron y Yeol aprovechó de plasmar aquel momento en una fotografía. Rieron cuando el flash encandiló sus ojos y vieron como salía una polaroid de ambos. Esa fotografía sería una más de las que escondía en su casa. Él y SungYeol vivían separados, Woohyun en la casa de la empresa y SungYeol con su novio, solos, y eso era lo que más le dolía, ver como el menor cada día aparecía con ojeras marcadas, esas que no eran gracias al café que consume a diario. Sus parpados caídos le decía todo, pero, el pequeño momento que podía compartir con él a solas quizá era la parte más buena de su tedioso día y era después del ensayo, en la casa de los siete, originalmente ambos compartían aquella habitación, pero luego del incidente, el manager habló con SungYeol y su novio, el rubio de ojos tajados.
Aun recuerda como pasó todo, aun se odia por pensar mucho en SungYeol.
//Flashback//
El día había sido algo complicado, Yeol se había lesionado mientras bailaba y yo me había ofrecido para cuidarlo aquella noche en la que todos iban a salir.
Me recosté con él en la cama y le sonreí, acariciando la mano que tenía posado en su abdomen. A pesar de todo lo que había pasado aquel día sonreía y no era una sonrisa forzada, me alegré por ello y ambos fijamos nuestra mirada en el pasillo, donde se podía apreciar como todos se paseaban sin parar de un lado hacia otro. Esta era una noche libre luego de muchos días de extensos ensayos.
— ¿Estás seguro de que no quieres salir? — Preguntó sacando el celular de su bolsillo— Si quieres yo puedo llamar a .... — Y no lo dejé terminar, robé sus palabras con un suave pero arriesgado beso, el cual no duró más de 10 segundos antes de ver como las mejillas de este se volvían algo rojas, me reí despacio.
—¡Yah! No hagas eso nunca más Hyunnie, bobo. — Golpeó mi brazo con sus nudillos. A SungYeol no le gustaba eso, porque se sentía mal, la culpabilidad lo comía, al igual que a mi.
Y aun así, le envió un mensaje a su novio para que lo cuidara esa noche.
— Ahora vete a arreglar y sale con el líder, como el novio que eres. — Mandó con leves dejes de tristeza que yo noté a la perfección, quería quedarme con él, yo quería ser el que acariciaría su pierna lesionada.
Yo estaba con SungGyu, pero lo que alguna vez tuve con Yeol no lo pude olvidar, no lo puedo olvidar.
Y así pasaron unas horas y todos estábamos listos. Gyu agarró mis manos y sonrió dirigiéndose a la habitación de SungYeol y yo, donde él estaba abrazado a su novio, quien rodeaba aquella cintura con sus brazos. SungYeol se veía tan feliz y cómodo que en aquellos momentos pensé que quizá to podría haber sido quien lo abrazaba.
Pero ya era bastante tarde.
—Espero que cuides bien de SungYeol y que no hagan cosas... Recuerda que está mal de su pierna — Gyu soltó una carcajada y me arrastró con el, pude ver el rostro del más alto antes de irme, el cual me miró de reojos.
Pasó la noche, yo y Gyu llevabamos 3 meses juntos y ya me había pillado desprevenido, me metió a los baños.
— ¿Qué haces hamster del mal? — Pregunté observando expectante sus acciones sobre mis pantalones.
—Lo disfrutarás Hyunnie — Susurró hincándose frente a mi, y yo no pude evitar acordarme cuando me encontraba en las mismas situaciones.
Yo solo cerré mis ojos y traté de no pensar en SungYeol, cosa que fue totalmente imposible. Gyu hacía maravillas con su boca y manos, yo solo estaba ahí sentado, tratando de no perder mi auto-control. Cuando ya estábamos en el climax final, no pude olvidar aquella vez en la que Yeol hizo lo mismo pero en el baño de las salas de ensayos.
— Y-Yeol... — Gemí su nombre en un tono bajo y vi como Gyu totalmente indignado se levantó y me miró con la misma muerte en sus ojos.
—¿Yeol?, ¿Estabas pensando en él? — Me preguntó agarrando su propios cabellos bastante frustrado— ¿Siempre que lo hacemos piensas en él?
Negué con mi cabeza y tragué saliva esperando lo peor.
Al día siguiente, SungGyu fue a hablar con el manager y le pidió a SungYeol -quien no entendía nada- que se fuera a vivir con su novio por algún tiempo.
//Fin Flashback//
Al recordar aquello no pude evitar sentirme triste ¿Era un pecado pensar en él todo el día? Al parecer sí, aquello traía graves consecuencias. Sabía el trato que Yeol tenía con su novio, no estaban pasando por el mejor momento de su relación. Todos sabíamos aquello, el único ciego acá era él.
— ¿En que piensas Hyunnie? — Preguntó con esos labios regordetos abultados hacia mi, yo solo palmeé su pierna y me limité a sonreirle, logrando que insistiera aun más— ¡Dime! —Exigió depositando un golpe sobre mi pecho para nada gentil. Así era él.
—Mmhh... —Me acerqué un poco más hacia él también atrayendo el cuerpo del menor agarrándole por la cintura— Pensaba en cuan loco me tienes... —Susurré sobre sus labios, en los cuales deposité un beso, quedando con un SungYeol confundido.
—¿Seguro que no pensabas en Gyu?— Preguntó temeroso bajando sus brazos que anteriormente, rodeaban mi cuerpo con cariño.
— ¿Por qué haces preguntas tontas, SungYeol? — Suspiré sin entender su comportamiento. ¿Cómo no se daba cuenta que yo lo amaba solo a él?, Mi "amor" por Gyu no se compara a lo que siento por él.
Lástima que no es así.
Lástima.
//Pov SungYeol//
Me removí un tanto de sus brazos luego de preguntarle aquello. Me sentía algo inseguro, como si en cualquier momento aparecería mi novio, Gyu y unos cuantos más por ahí preparados para matarnos a ambos.
Mordí mi labio inferior y me encogí entre mis hombros desviando la mirada hacia otro lugar.
—No sé WooHyun... —Respondí sintiendo cómo él acariciaba los pequeños moretones que en mi pecho se escondían de miradas acosadoras de los demás.
— ¿Qué significa esto? -Bajó las manos a los bordes de mi polera que caía por mis hombros, con cuello "v"— ¿Ése maldito hizo esto? — Me sentí nervioso, muy nervioso, por lo que posé mis manos sobre las de él, deteniendo el trascurso de sus manos.
— No, el otro día tuve un accidente... —Respondí esbozando una sonrisa de culpabilidad. Él solo alzó sus cejas y negó con la cabeza tomando mis manos.
—No necesitas mentirme, Yeollie... — Y ahora, acercó su rostro hacia mi cuello, en donde comenzó a depositar suaves besos, cada uno de estos me reconfortaba, bajaba por mi pecho y me sentía importante para él, cada uno de estos era un pasaje automático hacia el cielo, siempre se tomaba su tiempo cuando se trataba de mi, y ahora, todo ese cariño me lo demostraba a través de sus labios...
¿Por qué me alejaron de todo esto?
//Flashback//
Enredado en las suaves sábanas de mi cama dormía placidamente aferrado a una larga almohada de plumas, la que era levemente aplastada por mi pierna. Morfeo hizo que me despertara de una manera no muy agradable, la puerta se abrió cautelosamente y me sacudieron de los hombros, apretando algunos moretones que tenía ocultos bajo mis holgadas ropas.
—Sungyeol, levántate. —Me ordenaron mientras enderezaba mi cuerpo para que parara de agitarlo, ¿Qué horas serían? — Arregla tus cosas sin meter ruido, los demás duermen.
—¿Qué pasó manager-hyung? -Pregunté medio confundido frotando medio confundido dirigiendo mi mirada hacia la puerta, donde había una silueta muy familiar apoyada en el marco de esta.
—Ahora vivirás con tu novio, ¿No te alegra? —Aquello fue lo único que me bastó para abrir mis ojos al igual que dos platos.
Sentó como este tomaba mis manos y se agachaba frente a mi, acariciando con su pulgar mi blanca piel.
—Ahora podemos estar más tiempo juntos cariño, vivirás conmigo hasta que se resuelvan las cosas acá. —Dijo eso en un tono bastante cariñoso, el cual desconocía por completo, se acercó un poco más a mi y besó mis labios, no obteniendo ni una respuesta de mi, aun tenía sueño y estaba procesando todo lo que me acababan de decir.
No entendía nada, solo me dejé hacer por los brazos de mi rapero, quien me tomó como una princesa cubierta por su manta rosa -mi favorita-. Me acurruqué en su pecho bastante adormilado, aun era de noche, podrían ser las 3 o 4 de la mañana, al pasar por el living, vi como Nam tenía al líder entre sus brazos mientras dormía, acariciaba su cabello como si el mayor fuera un niño pequeño. Yo aparté mi mirada y susurré un adiós sin más remedio. Quizá todo estaría mejor sin mi en casa, los vería al igual que siempre en nuestros ensayos y actividades, el único detalle era que al momento de irse, tomaría otro rumbo.
Una vez en el carro, mi novio me dejó en el asiento de copiloto, asegurando mi cuerpo acurrucado con el cinturón de seguridad, yo le sonreí cuando besó mi frente con cariño.
— Te cuidaré muy bien SungYeol, tu eres mi novio, así que estoy en mi derecho para decidir lo que es mejor para ti. —Acariciaba mis cabellos con una mano, pasando esos largos dedos por este, hace tiempo no me lo cortaba. Le observé aun más confundido ladeando mi rostro para poder tener una mejor vista.
—¿Que has decidido?, En verdad, no entiendo nada y prefiero que tu mismo me lo expliques, ¿Que rayos sucede? —Exigí frunciendo mis labios algo molesto como de costumbre, dejando una linea visible entre estos— Dime que pasa amor... —Suspiré por último esperando una respuesta que demoraba en llegar, el solo asintió.
— Kim SungGyu ha notado que su novio y tu... —Mi corazón comenzaba a latir con fuerza— han estado muy distraídos, se demoran mucho en salir de las practicas y luego llegan tarde, lo comentó con el manager y bueno...
—¿Tu crees que te engaño con Nam? —Él sabía, lo sabía sabía que yo me iba a los brazos de WooHyun, pero desde un principio solo lo sospechaba.
—Yeol, sólo hagamos esto más fácil —Me tomó por las manos y besó el dorso de estas, haciendo que mi cuerpo dejara de estar tenso.
El manager fue el único que ordenó todas mis pertenencias, sacó varias maletas y con la ayuda de mi novio las metió al auto que luego me alejó de mi nido de amor.
//Fin Flashback//
— Y-yah... WooHyun.... —Suspiré a medida sentía como besaba mi cuello con más intensidad, haciendo que me estremeciera entre los brazos que rodeaban mi cintura, posesivos como siempre.
—Sólo déjate llevar... —Respondió con un tono lleno de deseo, haciendo que su voz fuera aun más grave, atiné a aferrarme más a su cuerpo y morder mis labios reprimiendo algunos que otros pequeños gemidos que provocaba.
Ambos lo disfrutábamos, sé como a él le gustaba hacerme el amor, no era la primera ni la última vez que lo haríamos, de eso estábamos seguros. Las camas de la casa que volveríamos a compartir tenían secretos en sus telas, de los cuales solo ambos sabíamos. Cualquier persona podría pensar que solo lo hacíamos por calentura, y así era, aunque la gran diferencia es que aquella atracción mutua siempre había sido bien correspondida. WooHyun sabía que las cosas conmigo no se conseguían fácilmente, aunque siempre encontraba la manera de hacer que yo cayera ante él en busca de algo más que un intercambio de palabras.
Cerré mis ojos y no sentí nada más que Woohyun acariciando mi figura con sus traviesas manos, esas manos ágiles que me despojaban de mis prendas. Yo nunca me quedaba atrás, u junto con él, nos prendíamos poco a poco, sintiendo bajo mis manos el delicioso y suave tacto de su piel.
Sólo la luna fue testigo de lo que sucedió esa noche en la cabaña, las paredes eran videntes de los sonidos que ahora guardaban, y sus ojos eran cómplices del obvio abuso de poder por parte de ambos.