Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Reemplazo por chrome schiffer

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes de Naruto pertenecen a su autor Kishimoto-sama.

 

Notas del capitulo:

Fic basado en el doujinshi de Bleach "Subete no Owari no Hajimari", es un dj que me gusta muchisimo y quise adaptarlo a Naruto, agregandole y quitandole algunas partes, por eso digo basado, no es que sea completamente igual la mayoria es de dicho dj. 

Sin más, les invito a leer n.n

 

Uzumaki Naruto, de 19 años, cabello rubio, 1.77 cm de estatura, ojos azules zafiro, un color muy extraño y por ello mismo muy llamativo, de piel canela y tres marcas en sus mejillas que contra todo pronóstico no se le ven tan mal; es mi compañero de clase desde hace unos cuatro años, llego de Estados Unidos para poder estudiar aquí en la ciudad de Tokio, más concretamente según él mismo me dijo, para estudiar en la prestigiosa Universidad de Tokio donde actualmente estamos terminando el sexto semestre en la carrera de Arquitectura.

 

Mi impresión inicial de aquel rubio fue que era un dobe bueno para nada, me exasperó desde un principio su hiperactividad y efusividad en cuanto decía y hacía, es de esas personas que cae bien y hace amigos rápidamente regalando sonrisitas por acá y por allá, porque si y porque no también, es un completo payaso. No se cómo fue que logro un cupo en esta Universidad, no es una lumbrera a decir verdad, es más bien algo tonto y despistado, pero a su favor es de esas personas que se esfuerzan sin cansancio hasta conseguir lo que se proponen, sin decaer, sin desfallecer, sin rendirse. Y es así como ha conseguido sacar adelante esta carrera que no es nada fácil, y lo digo yo Sasuke Uchiha que soy considerado prácticamente un genio en todo lo que hago.

 

En un principio nuestra relación fue de rivalidad pura, pero con el pasar del tiempo forjamos una especie de amistad después de superar un par de inconvenientes, mejor dicho peleas y discusiones en las que a cada rato éramos los protagonistas, yo por creerlo un inútil sin futuro en esta Universidad ya que no hay carrera para payaso y se lo hacía saber sin ningún remordimiento ni consideración y él por defenderse ante mis ofensas y por considerarme un envidioso teme amargado según sus propias palabras, me reñía a cada momento porque me iba mejor que a él y porque a su pesar cuando decía o hacia alguna burrada no podía yo el evitar soltarle su indirecta muy directa.

 

Pero gracias a esas constantes riñas y altercados empezamos a pasar más tiempo juntos, compartiendo más y sin quererlo realmente sabiendo y conociendo más y más el uno del otro, al pasar unos cuantos meses ya no me parecía tan insoportable como al principio y mi nivel de tolerancia para con él aumento permitiéndole hasta estar a mi lado un poco más que lo que le permito al resto, que es prácticamente nada. Es en esos instantes donde me entere por casualidad que él era como yo, bueno, algo parecido, y al decir como yo me refiero a que soy un shinigami y con otros cuantos como yo les damos muerte a entes espirituales, almas errantes, espíritus o como le quieran llamar, que vagan en este territorio sin distinguir en absurdos encasillamientos como lo son “espíritu bueno” o “espíritu malo”, eliminándolos completamente de la faz de la tierra, despareciendo su existencia sin darles cómo se diría una muerte honorable, bah! eso son tonterías, los muertos, muertos han de quedarse y si ya no están en este mundo hay que desaparecerlos sin más.  Los Onmioyi raza o clan a la que él pertenece se encargan de lo mismo salvaguardando esta ciudad de espíritus malignos o akumas y como no, de enviar a aquellos “espíritus buenos” a que descansen por la eternidad.

 

Debido a esta discrepancia en opiniones en cuanto a cómo darle muerte a los espíritus, nuestros clanes han tenido esta disputa irreconciliable por generaciones que aún está vigente hoy en día y  grande fue nuestra sorpresa al encontrarnos los dos a punto de atacar a un mismo espíritu para desaparecerlo, mejor, grande fue mi sorpresa, porque al parecer él ya sabía sobre mi “situación”.

 

 

--Flash Back--

 

--¿teme… que… que haces aquí?-- él me miraba impresionado por encontrarme ahí en ese momento, más al parecer no impresionado por saber que soy un shinigami, cosa fácil de identificar por nuestro característico kimono negro, cosa irrelevante si destacamos un hecho mucho más importante que es el que en mi forma espiritual un humano cualquiera no puede percibirnos, mucho menos vernos.

 

--¿me ves?-- pero que pregunta más estúpida acabo de hacer, ¡es obvio que me ve! y yo a él, con un ropaje blanco muy característico del clan…. --eres un Onmioyi-- afirme y fruncí mi seño inmediatamente, más por mero instinto que por otra cosa.

 

--si… al parecer lo soy dattebayo-- me dijo rascándose la nuca de forma desprevenida y como culpable --siento no habert…. ¡¡teme aléjate!!-- se interrumpió en su intento de disculpa al ver al espíritu dirigirse a nosotros para atacarnos e inmediatamente invoco una especie de espada luminiscente, pego un gran salto y de un solo corte le acabo.

 

--tu dobe ¿sabías que soy un shinigami verdad?-- le pregunto, más bien le acuso con mis ojos clavados en los suyos

 

--veras… nosotros somos muy hábiles en sentir el aura espiritual de otros seres y al cabo de unos días me percate de eso-- termino diciéndome mirándome de reojo como temiendo alguna clase de represalia de mi parte

 

--entiendo-- dije simplemente y me di la vuelta dejándolo algo desconcertado dispuesto a ir de nuevo a la Universidad para terminar mi día, eso claro hasta que sentí su mano en mi hombro haciéndome girar quedando de frente a lo cual bufe y le mire molesto --tsk ¿qué quieres ahora usuratonkachi?--

 

--¿no me vas a golpear o a pelear conmigo?--

 

--¿por qué habría de hacerlo dobe?-- suspiro relajando un poco mi semblante al suponer el porqué de dicha pregunta

 

--ya lo sabes… tu clan… mi clan… --

 

--habla claro que pareces idiota--

 

--arggg estúpido teme, ¡¡pues porque tu clan y el mío son enemigos a muerte dattebayo!!-- termina gritando prácticamente y usando esa muletilla que hasta ese momento escuchaban por primera vez mis oídos.

 

--¿a ti te importa eso?-- le mire expectante a su respuesta sin demostrarlo en mi faz y negó con su cabeza.

 

-- tu eres mi amigo y rencillas de siglos atrás no impedirán que lo sigas siendo-- dicho esto me regalo una de esas sonrisas suyas donde deja ver sus blancos y perfectos dientes y que a mi forma de ver, aniñan su rostro haciéndolo ver algo… diferente.

 

--ahí está-- di por zanjado el tema y me di la vuelta dispuesto a emprender mi camino de vuelta a la Universidad con una sonrisa de lado casi imperceptible pero que decía mucho.

 

--¡yosh! Entonces vamos teme que llegamos tarde y nos toca Dibujo Arquitectónico --sentí sus manos en mi espalda empujándome mientras hablaba pero sin borrar esa tonta sonrisa de su rostro -- y ya sabes cómo se pone Ibiki sensei cuando llegamos tarde dattebayo-- al ver mi renuencia a caminar rápido se pone frente a mi instándome con sus manos a apurar el paso, cosa que no pienso hacer --joooo teme, eres muy lento, llegaremos tardeeee ¡rápido, rápido!-- le escucho lloriquear y compadeciéndome un poco de él, acelero mi paso, cosa que le hace sonreír de nuevo.

 

Al veces parece un crio, más que un hombre casi a punto de cumplir los 20 años.

 

--Fin Flash Back--

 

 

Luego de esa situación nos volvimos muy cercanos, demasiado a mi parecer, nos juntábamos en mi casa o en la suya, no había diferencia, en los trabajos, en las salidas comunes con amigos, en las actividades del club de kendo en el que estamos los dos desde que salieron las inscripciones, vaya sorpresa la que nos llevamos al vernos, pero sonreímos con autosuficiencia al saber que nuestras riñas no solo serían con palabras o puños, también entraban espadas de madera, pero ya en ese momento no era como en un principio, nuestros enfrentamientos eran pura y meramente para medir nuestras fuerzas y divertirnos, en fin, en prácticamente todo estábamos juntos. Fue allí donde la frase mejor amigo tomo forma y presencia con su presencia y estuvo bien, se sentía bien.

 

Nuestra etapa de mejores amigos duró poco más de dos años, parece poco pero para mí es lo más que una amistad, que una verdadera amistad me ha interesado y he conservado. Digo duró porque Naruto ha estado muy raro últimamente, ya no sonríe como antes, ya no se comporta como lo hacía cuando le distinguí, casi no se hace notar cuando tres años atrás era prácticamente el alma del salón, ya no es ese ser hiperactivo, risueño, seguro de sí mismo, testarudo e infantil que lograba exasperarme y hacerme sonreír a partes iguales. Lo que más me… duele, si, duele de su actual actitud es que parece evitarme completamente, me huye e ignora cosa que se siente… extraño.

 

 

Hoy es un día como todos los demás, me levanté temprano, me duché, cepillé y alisté para asistir a clases, después de desayunar y de despedirme de mi hermano Itachi me dirigí a la Universidad esperando que el dobe me determine si acaso. El día paso muy lento a mi parecer, pero ya es hora de salir y sentado en mi puesto con mis manos descansando en la mesa, miro de reojo a mi compañero rubio alistar sus cosas lentamente como si estuviera cansado, para poder irse, sin mirar a nadie, sin percatarse si quiera que mis ojos le siguen a diario buscando su azul mirar, buscando un resquicio del Naruto que era hasta hace dos meses, mi mejor amigo. Apoyo mi codo en la mesa y poso mi quijada sobre la palma de mi mano y sin mover otra cosa que no sean mis ojos, sigo su figura hasta que sale por la puerta del salón y bufo decepcionado y preocupado.

 

--me pregunto qué le pasa a nuestro kitsune favorito -- bufo por el apelativo cariñoso son el que “este” llamo al dobe, apodo que se ganó por sus marcas en las mejillas y veo por el rabillo del ojo sin dejar mi actual posición a Sai Shimura quien fue el que hablo, es uno de mis compañeros de carrera, muy parecido a mi según dicen, mira al igual que yo hacia la puerta por donde acaba de salir la persona que al parecer no era yo el único que veía --últimamente se ve más pálido y decaído que lo normal-- continua en un tono algo preocupado, tono lejos del suyo usual, irónico y burlón --también ha dejado de comer con nosotros y eso es muuuy raro-- despega su vista de la puerta y me mira acusadoramente como si me echara la culpa del actual estado del dobe.

 

--deja de mirarme así Shimura, ha de ser alguna estupidez-- espeto dicha frase sin creérmela en realidad desviando mi mirar por fin de la puerta y fijándola en la ventana, ha de haberle pasado algo realmente importante para que su actitud haya cambiado tan drásticamente.

 

--no me digas…-- escucho ese tono burlón y volteo a mirarle algo molesto al saber que va a soltar una idiotez de las suyas, sonríe de lado y se apoya en mi mesa inclinándose hacia adelante y hablándome muy cerca de mi rostro --no me digas que también estas preocupado Uchiha bastardo ¿eh?-- 

 

--¡¿eh?! ¿por qué habría de estarlo idiota?-- reacciono un poco más agresivo de lo que me proponía, pero el saberme tal vez descubierto por mi copia barata me enoja.

 

--a ver…-- veo que cierra los ojos y posa uno de sus dedos en su mandíbula en pose pensativa --tal vez porque eres su mejor amigo, aunque a ti te gustaría poder ser algo más para poder por ejemplo comerle la boca a besos-- ¿pero que está diciendo?, le miro con el ceño fruncido, con ganas de golpearle para que calle de una buena vez y noto que abre los ojos y sigue hablando mirándome fijamente y sin pizca de vergüenza y con toda la certeza de que lo que dice es verdad --y ya estando en un lugar más privado poder acariciarle y poco a poco irle quitando la ropa y ya después de las preliminares hacerle el am… ugh! bastardo eso dolió-- ¡¡estúpido Sai!!, si le dolió pues no se nota porque la estúpida sonrisa que carga en sus labios no es de dolor precisamente hablando aun cuando se soba la mano donde e enterrado uno de mis lapiceros, odio que se haya percatado de lo que siento por Naruto, pero que lo sepa no quiere decir que se lo vaya a confirmar ni mucho menos --cierra tu jodida boca Shimura-- siseo y le miro amenazante apretando el lapicero en mi mano con un leve temblor que dudo ese imbécil pueda percibir, estoy tan enojado que hasta podría clavárselo en la garganta, pero sé que no le haría nada ya que él es un shinigami como yo, no moriría por eso, pero tal vez lo haría solo y simplemente para que deje de restregarme en la cara lo que deseo y no puedo por más que quiera. Me levanto dispuesto a irme y paso a su lado empujándolo al hacer chocar intencionalmente nuestros hombros.

 

--entonces…-- detengo mi paso un momento al escucharle con voz seria y fuera de burla como la de hace un momento --¿entonces no sabes nada de verdad Sasuke?--

 

--pues no-- digo simplemente y emprendo mi marcha nuevamente dispuesto a dejarle atrás

 

--deberías ir a visitarlo, tal vez… tal vez algo malo le esté pasando, si te preocupa alguien es normal que quieras saber si está bien-- susurra antes de perderme completamente de vista y en el camino a casa medito si tal vez es una buena opción el ir a verlo y averiguar así sea a golpes que es lo que le pasa de una buena vez…

 

-------------------------------------------------------------------------

 

Es un martirio, es un martirio ir todos los días a clase, salir todos los días de mi casa y caminar, es un martirio tener que ir a donde no quiero, es un martirio ser como soy, ¿por qué no las cosas se quedaron como eran antes?, ¿por qué  estos sentimientos tuvieron que aparecer para arruinarlo todo?, ¿cómo es que mi amistad por ti se convirtió en… esto?

 

Me vine a vivir a Tokio con consentimiento de mis padres, primero para poder estudiar lo que yo quería que era Arquitectura y segundo, donde quería que era en la muy prestigiosa y famosa Universidad de Tokio, una de las más reconocidas y prestigiosas universidades de Japón. Soy medio japonés y medio estadounidense y mi madre siempre quiso estudiar en dicha universidad pero debido a algunas situaciones especiales no pudo hacerlo y siendo yo su hijo y ella la responsable de mi descendencia nipona me propuse cumplir su sueño así sea con mi propia piel, le comente a ellos mi deseo de inscribirme y entrar a dicha universidad y mi madre fue la que más se puso feliz al saberlo, ambos me brindaron todo su apoyo y así, partí a esta ciudad donde todo será para bien dattebayo, estaba seguro.

 

A decir verdad hay una tercera razón y es tal vez de las tres, la más importante, pertenezco a un clan encargado de eliminar a los espíritus malignos o akumas y de enviar a los buenos espíritus que por una u otra razón quedaron vagando en este mundo a descansar. Esta zona fue la designada para mí y que mejor, ya que cumplo con mi deber y cumplo mi sueño y el de mi madre al mismo tiempo.

 

Era una persona amable, activa, risueña, luchadora y un poco despistada, pero en conjunto se puede decir que era una agradable persona, solía hacer amigos muy rápido y al entrar después de mucho esfuerzo a la Universidad de Tokio no fue la excepción, eso hasta que dicha persona se cruzó de alguna manera en mi camino. Sasuke Uchiha, de 19 años, cabello negro azulado, ojos negros carbón que le imprime a su mirada misterio y algo como sensualidad, de 1.82 cm de estatura y de piel tan blanca como la nieve, contrastante completamente con la mía. Después de una serie de altercados con él, nos convertimos en unos algo así como amigos, cosa que se afianzo aún más por un desliz de mi parte al dejarme sorprender atacando a un espíritu, yo al cabo de un tiempo me di cuenta de que él era shinigami y siendo yo un Onmioyi no podía dejarle saberlo, apreciaba mucho su amistad y no quería perderla, pero contra todo pronóstico no le importo y nos convertimos en mejores amigos, cosa que me alegro en demasía.

 

Pero desgraciadamente las cosas ya no son como antes… y no lo volverán a serlo nunca más. No quiero que me aleje de su lado al saber lo que pasa por mi cabeza, no quiero que me repudie cuando se dé cuenta de lo que estoy sintiendo hace ya casi seis meses por él, las cosas no debieron suceder de esa forma, debimos, debí simplemente limitarme a verlo como mi amigo, como mi camarada y compañero, pero no Naruto, vas y te enamoras de él dattebayo, pero simplemente no pude evitarlo, dicen que uno no manda en el corazón y parece ser cierto, pero en algo que sí puedo mandar es en mis acciones y por eso me alejé, es preferible ahora y no después. Así todo volverá a la normalidad… tal vez.

 

Como es mi rutina hace ya dos meses asisto puntualmente pero sin ganas a la Universidad, hago lo que puedo con respecto a mis clases, últimamente no me he sentido muy bien y no puedo rendir como debería o como desearía, pero así estoy bien, así es como debe ser. Camino a paso lento con rumbo a mi casa estando ansioso cada vez más por llegar. Subo por las escaleras hacia mi departamento, saco las llaves de mi bolsillo y abro la puerta expectante, entro y cierro la puerta apoyando mi espalda en ella y miro hacia la figura que esta frente a mí, tan altivo, vestido con unos pantalones negros ajustados y una camisa polo gris a juego con sus zapatos, con una chaqueta negra que cuelga a su espalda de sus dedos de la mano derecha sobre su hombro y por último con esa sonrisa prepotente que me encanta y me tiene envuelto en toda esta maraña de sentimientos difíciles de manejar y nuevos para mi completamente.

 

--estoy en casa dattebayo-- susurro con una sonrisa mirándole embobado

 

--bienvenido-- me responde él mostrándome su sonrisa estirando su mano hacia mí para que la tome, y yo sin pensarlo siquiera avanzo tomándola, como si una tabla de salvación ante un precipicio fuera.

 

--------------------------------------------------------------------------

 

Mi mente definitivamente no me deja en paz, no dejo de darle vueltas y vueltas a la frase de mi copia barata antes de irme del salón de clases “deberías ir a visitarlo, tal vez… tal vez algo malo le esté pasando, si te preocupa alguien es normal que quieras saber si está bien”, todo esto es tan complicado, ¿acaso el idiota piensa que no lo he intentado?, además no es como si fuera muy fácil hacerlo cuando al parecer evitarme es su deporte favorito en estos momentos, no he ido a su departamento por la certeza de que no me abrirá,  pero si le he preguntado en la Universidad que es lo que le sucede, solo responde un “no es nada, estoy bien” y se aleja, eso cuando se digna a contestarme porque cuando no quiere simplemente se va y me deja con la palabra en la boca, no soy alguien que ruegue y busque a nadie, ya hice lo que en mis manos estaba y no hay nada más que pueda hacer.

 

Pero… Shimura tiene razón… algo definitivamente le pasa y me hiere en mi orgullo que nuestra amistad no sea suficiente para que pueda confiar en mí y me cuente que sucede, tal vez y pueda ayudarlo, si esta en mis manos por supuesto que le ayudare, el solo tiene que permitirme hacerlo. Sigo caminando rebanando mi cabeza pensando y dándole vueltas a todo este asunto, me detengo y me percato y me digo a mi mismo que tal vez estoy exagerando las cosas, es Naruto después de todo, el que nunca se rinde, el que todo lo que se propone lo logra, el que logro hacerme conocer el significado de la amistad, de la verdadera amistad, la persona que logro hacerme sentir… esto. Apretó mi camisa a la altura de mi corazón y olvidándome de sentimientos absurdos y sin sentido continuo mi camino hacia mí casa a seguir con mi rutina, rutina que hace dos meses sin él es completamente aburrida, monótona y vacía.

 

--será mejor dejar las cosas así, será mejor dejarlo solo-- susurro y dejo salir el aire de mis labios en un suspiro --probablemente no quiere que me preocupe por él, probablemente piensa que tal vez no es algo tan importante como para que yo lo sepa, estúpido dobe, si tan solo supieras…-- paso una mano por mi rostro en muestra de cansancio y desgano mientras me adentro en mi casa --si él no me lo permite… no hay nada que yo pueda hacer, nada--

 

--------------------------------------------------------------------------

 

En estos momentos mi habitación está inundada por nuestros jadeos, sobre todo por los que escapan de mi boca sin restricción ni impedimento alguno, si alguna vez me preguntaran como se siente la gloria, les respondería que justo así, estando en brazos de la persona que se ama, que se sentiría justo así, sabiéndose querido y deseado, tanto como cada embestida, gemido y jadeo de ese cuerpo sobre el mío me lo hace saber. Mi cuerpo tiembla y se estremece ante su toque ansioso y ferviente, mis brazos alrededor de su cuello y piernas alrededor de su cadera lo aprisionan contra mi cuerpo temiendo que en algún momento pueda desaparecer, que en algún momento despierte de este sueño, de este anhelo… me arqueo al sentir una embestida claramente más profunda que las demás y que me llena de un éxtasis sin igual.

 

--ahh…¡ahh!... a-asi…-- musito entre gemidos de placer y algo de mi saliva escurre por la comisura de mis labios, muestra del júbilo que siento ante este acto tan primitivo como la civilización misma, condenado por unos cuantos y aceptado por otros ya por mera resignación ante lo evidente e irrefrenable, no me importa que la homosexualidad no sea aceptada completamente, yo solo sé que soy egoísta al sentirme pleno cuando él me toma y me sostiene con amor en sus brazos, justo como lo hace ahora, justo como lo hace cada tarde desde ya hace un par de meses.

 

La persona frente a mí se separa un poco de apoyando ambas manos al lado de mi cabeza y mueve sus caderas  embistiéndome más lentamente pero profundo, muerdo mis labios y mis manos aferran con fuerza las sabanas de mi cama mientras mi mirar recorre su blanco y fuerte pecho perlado por gotas de sudor al igual que el mío, sigo el recorrido de dichas gotas hasta que se pierden en el poco vello que dicta el inicio de su intimidad, que dictan el inicio de mi paraíso en la tierra, el inicio a… mi perdición. Llevo una de mis manos a mi propia intimidad sintiéndome ya cansado y cerca al orgasmo, me masturbo al ritmo de sus ahora más rápidas y certeras embestidas, logrando en unas cuantas más y en unos movimientos diestros de mi mano sobre mi falo el tan esperado y placentero orgasmo.

 

--…ugh…. ¡ngh!...-- jadeo quedamente al sentirle salir de mí y sintiendo como su esencia se desliza por mis nalgas como muestra irrefutable de la culminación de dicho acto, pero al retirar su miembro de mi entrada siento además, inmediatamente un vacío y sentimiento de vulnerabilidad arrolladores, alzo mi mano buscando tocarle, buscando sentir que es real y esta aun conmigo, solo buscándole, no importa que mi cuerpo se sienta débil, no importa que me sienta desfallecer en estos precisos momentos, no me interesa nada y solo ruego a mis ojos dispuestos a cerrarse, dispuestos a dejarse llevar por el sopor de mi agotamiento, cada día, mi cuerpo se siente más frágil y cada día mi alma se siente con más ganas de abandonar definitivamente a mi cuerpo y yo no me siento con la fuerza ni entereza suficiente para impedirlo, es más, sé que todo acabara con ese resultado más temprano que tarde… pero todo esto se me olvida y mi vista se centra en una sola acción de su parte que hace que mi corazón, cuerpo y alma no puedan estar más aliviados y revolucionados al mismo tiempo, al verle sonreírme con tanto amor en sus ojos mi boca se mueve sola sonriendo y susurrando su nombre con suma felicidad y cayendo luego en la absoluta inconciencia --Sasuke--

 

--------------------------------------------------------------------------

 

Un nuevo día da comienzo así como mi rutina, llego a la Universidad más temprano de lo debido y entro a mi clase notándola vacía, me dirijo a mi puesto a mirar por la ventana para buscar distraerme con las cosas que hay fuera, los pájaros volando, las hojas de los arboles moverse, los mosquitos revoloteando por aquí y por allá, cualquier cosa que distraiga mi atención de lo que me atormenta últimamente, de lo que invade mis pensamientos u provoca hondos suspiros, pero no parece surtir efecto… y menos cuando veo a mi rubio amigo entrar al salón tan absorto en su propio mundo y tan indefenso a mis ojos que cuando va pasando por mi lado sin mirarme siquiera, se tropieza y sin señal de reaccionar ante la inminente caída me veo cogiéndolo de uno de sus brazos tan rápido que ni cuenta me doy a qué hora mi cuerpo se mueve para  sostenerlo

 

--¡cuidado dobe!, ¡fíjate por donde caminas rayos!--  mi voz le reprendió por su despiste, por parecer un zombie andante casi como si no tuviera las suficientes ganas de vivir, le reprendí por atreverse a preocuparme de esta manera tan desesperante y angustiante y que no le importe en lo absoluto --eres un torpe usuratonkachi-- susurro suavizando mi voz, arrepintiéndome enseguida de haberle casi gritado hace solo un momento, no es manera de tratarle si quiero que me permita saber que le sucede, pero mi rostro se transforma en una mueca de asombro al segundo después de que él, al recuperar su estabilidad y su centro de apoyo apartara mi mano de su brazo tan rápido y brusco que simplemente sentí calarme claramente su rechazo y desdén y fue peor cuando abrió su boca.

 

--suéltame, no me toques-- me miró de reojo con algo de desprecio, pero contrario a su aspecto y apariencia débiles, su voz sonó fuerte y seria, deje caer mi mano a un lado de mi cuerpo escuálida sintiéndome triste y apartado, sintiéndome tan lejos de esa persona que ahora pasa frente a mi como si nada hubiera pasado, le siento tan lejos aun estando a unos cuantos pasos de mí, le siento ausente, me siento… fuera de su vida.

 

Ya cuando él se sienta en su lugar yo voy al mío y miro mi mano con la que le sostuve como rememorando su toque percatándome de algo --su brazo se sintió… muy delgado-- musité y le miré de reojo recorriéndole disimuladamente antes de volver la vista de nuevo a mi mano --o tal vez… me lo estoy imaginando-- cierro mis ojos y dejo caer mi cabeza hacia atrás tratando de convencerme a mí mismo que solo fueron suposiciones mías, hace mucho que no tengo contacto con él y por eso mismo tal vez es que lo sentí algo más delgado, Naruto ha sido siempre delgado, pero pese a eso, tenía músculos definidos y un cuerpo bien formado, lo sé, porque le he visto en las clases de boxeo en las que nos inscribimos para según el tener un mejor estado físico. Y cada vez que veía su cuerpo me reprendía mentalmente por pensar cosas indebidas, por pensar y desear tocar cada resquicio de piel a mi disposición, me decía a mí mismo que no estaba bien desear y fantasear con el cuerpo de mi… amigo. Así pues, siempre terminaba alejando mis ojos de su persona y desquitándome con quien fuera que sea la persona con la que practicaría y si no había persona, la pera me dejaba los nudillos molidos de tanto golpearla.

 

Al cabo del transcurrir del día mi vista lo recorría ya sin intensión de pasar desapercibido y definitivamente nuevos pensamientos rondan por mi mente “definitivamente está más delgado”, “ha perdido peso”, “su piel ya no es bronceada como solía serlo, parece tan o más blanca que la mía propia”, “me doy cuenta… de todos estos tal vez para muchos, mínimos cambios, pero me doy cuenta” apretó mis puños sintiéndome impotente y molesto, preocupado y casi al punto de la desesperación. Esto no me gusta y muy dentro de mí, siento que si no estoy con él, que si no estoy a su lado, siento que algo malo pasara irremediablemente.

 

La noche pasó, y al termino de las clases del día siguiente recibo una alerta de un espíritu y como es mi deber me dirijo hacia el rápidamente con la ilusión de que Naruto esté allí también, con la esperanza de encontrármelo allí dispuesto a reñirme porque como siempre él quiere “darle el descanso que se merecen”, y yo “tan solo lo mando a la mierda” como me dice-grita siempre. Llego al lugar sintiéndome frustrado al no encontrarle como me lo esperaba, de un corte termino rápidamente con el ente espiritual, guardo mi katana y empiezo a deambular por las calles sin poder quitarme su imagen de mi cabeza

 

--¡¡rayos!!, ¡¡salte ya de mi cabeza!!-- grito buscando liberarme y miro hacia el cielo notando que está sumamente gris, a punto de llover, y cierro mis ojos esperando sentir pronto la lluvia empaparme, recorrer mi cuerpo, calando mis huesos, esperando a que las gotas se lleven consigo su imagen y recuerdo, su rostro triste, su cuerpo delgado y sin fuerza, cosa que sucede a medias, porque la lluvia me golpeo inclemente y me caló hasta por debajo de mis ropas pero no se llevó consigo su imagen, su recuerdo y es en ese momento que me di cuenta que no quiero en realidad eso, lo que quiero en realidad es ayudarlo, ser su soporte, quiero que vuelva a ser como el dobe de antes, quiero que vuelva a ser… mi dobe, mi Naruto. Así que me concentre para poder sentir su energía espiritual, cosa en la que no soy muy bueno y saber si está en su apartamento y efectivamente allí esta, se siente débil y me angustio, pero él… no está solo…

 

--esta presencia… ¡maldición!-- chasqueo mis dientes mientras empiezo a correr buscando llegar lo antes posible a su dirección, sin dejar de pensar en lo que le acompaña --¿qué hace esa cosa con él?... tengo que… tengo que apresurarme-- acelero el paso y llego frente a su puerta sintiendo ya con más claridad las dos presencias detrás de esta y siento un escalofrió recorrer mi cuerpo, no me gusta, ¿qué es esta sensación tan siniestra?, tengo un muy mal presentimiento y solo espero estar equivocado, la resolución con la que vine hacia acá hace solo unos minutos parece flaquear ante lo que sea que este del otro lado de la puerta, dentro de mi siento que no quiero verlo, que no quiero saberlo, mi mano se mueve tan lentamente hacia el picaporte de la puerta que casi parece que no la moviera, estoy tratando de retrasar lo más posible lo inevitable, cuando mis dedos rozan el picaporte pido internamente que esta no ceda y no se abra ante el movimiento de mi mano, pero no es así y esta se abre silenciosa y reveladora.

 

Mi expresión al ver lo que está frente a mis ojos no sé cómo definirla exactamente, mis brazos cuelgan a mis costados como sin vida y la palabra “desconcertante” atraviesa mi tez, ¿estoy soñando?, me pregunto y bajo mi mirar hacia el suelo viendo como mis ropas escurren y las gotas quedan en este formando un pequeño charco, pensando que de seguro cuando levante mi rostro de nuevo lo que acabo de ver habrá sido solo una ilusión, una muy retorcida ilusión. aun en mi posición alzo mi cabeza y veo lo mismo que hace unos minutos atrás, Naruto esta tan solo con una camisa abierta dejando ver su delgado torso, sin nada más que le cubra, totalmente desnudo a no ser por el pedazo de tela que cubre sus hombros y espalda, esta acostado de piernas abiertas abrazando a un sujeto, a un hombre que esta acomodado en medio de sus piernas, le abraza y le besa el cuello, tiene sus ropas puestas, pero sus pantalones están desabrochados y su ropa interior esta abajo, llevo una mano a mi boca al sentir leves arcadas ante ello. Noto como Naruto se da cuenta de mi presencia y voltea levemente su cabeza a un lado para verme sin expresión alguna y doy un paso atrás chocando contra la puerta cuando el sujeto se yergue quedando arrodillado entre sus piernas y me ve de reojo sonriendo macabramente.

 

--¿qué es…? ¿que…? ese… ese soy… -- voltea su cabeza y a pesar de haberlo reconocido no más viéndole de perfil, su cabello negro azulado, su piel blanca, su contextura, --ese soy yo-- susurre y el verlo frente a mí, así, mostrándose superior por alguna razón hizo que mi corazón se acelerara abruptamente y eso me enfureció --¡¡ese no soy yo!!-- afirmo sintiendo gotas de sudor y agua bajar por mi frente. Todo esto debe ser una broma, una estúpida broma sin pisca de gracia, eso pensaba hasta que Naruto bajo su mirada melancólico rompiendo así nuestro contacto visual, paso su brazos por el cuello del doble frente a mi acercándosele cada vez más, cerro sus ojos y entreabrió sus labios haciéndole sentir su aliento dispuesto a besarle, acto que revolvió mi estómago porque no es a mí a quien va a besar, no es a mí a quien mira de esa forma, es a “eso”.

 

--¡hey!-- dije en voz alta llamando al ente junto al rubio de marcas en las mejillas, pero note que ese rubio abrió sus ojos y me miro de reojo algo molesto, trate de no pensar en nada, solo de ver a “eso” fijamente  --muestra tu verdadera forma-- no lo hizo y tampoco era necesario que lo hiciera, ya yo sabía lo que era y se lo hice saber a mi rubio amigo --eso es un… ¡es un akuma!-- le mire ansioso y expectante, pero todo se derrumbó al escucharle

 

--¿lo sé, y?-- contesto quitando su vista de mí y volviendo a mirar a eso --él… él se alimenta de mi energía espiritual y a cambio toma la forma que yo desee-- dice casi en un susurro posando su frente en el pecho del ente pelinegro

 

--¡¡Dobe!!, tu… ¿tu tan siquiera estas escuchando lo que dices?... ¡¡¿qué mierda es lo que me estás diciendo?!!-- me acerque un paso y sentí la sangre subirse a mi cabeza y el agua de mi cuerpo casi evaporarse ante mi enojo al escuchar tan absurda e incomprensible respuesta a mi modo de ver, crují mis dientes y sentía tantas ganas de mandar todo a la reverenda mierda, incluyendo a Naruto ¡¡¿qué es lo que está pasando por su cabeza?!!

 

--quien sabe-- baja sus manos y las posa sobre sus muslos pero no deja de mirar esa cosa a los ojos, no deja de anhelarlo con su mirar --seguramente será porque…-- hace una pausa que me deja en estado de alerta e incertidumbre, la cual se acrecienta al escucharle continuar --…porque me has atrapado-- de mi boca sale un quejido en muestra de no entender lo que me dice, en muestra de no captar enteramente lo que está tratando de decirme --así es la única manera en que puedo tenerte… no quiero volver a la realidad-- levanta su mano intentando acariciar la mejilla del contrario, cosa que logra en menos de unos segundos y sonríe lastimeramente --él… ésta… es mi realidad-- cierra sus ojos de nuevo y esta vez de un movimiento rápido une sus labios a los de él en un beso suave y casto sin que yo pueda hacer nada para impedirlo porque mi cuerpo simplemente ya no se mueve, ya no me obedece. Se separa ligeramente y frunce su ceño --¿pero sabes?, en realidad… odio esto dattebayo-- dicho eso relaja su rostro y cierra sus ojos --no quiero estar contigo de esta forma, pero…-- abre sus ojos y me mira con una melancolía inmensa brotando por sus ojos, por esos hermosos ojos azules que carecen ahora totalmente de vida y en su lugar hay tan solo ganas de morir. Yo nunca quise verle así, ni cuando estaba tan enojado y exasperado por su actitud infantil y estúpida de algunas ocasiones, nunca he querido ni siquiera imaginármelo con ese rostro, con esa expresión de derrota y abandono --pero es la única forma-- me sonríe o eso es lo que intenta ya que solo le sale una mueca lastimera y extraña --aunque estoy cansado y ahora solo quiero…-- con ambas manos toma una de las de él y las dirige a su cuello instándolo a que rodee con sus dedos su garganta --…quiero que acabes conmigo-- susurra cerrando los ojos y la mano en su cuello se cierra entorno a él empezando a asfixiarle, salgo de mi sopor y enfurecido y dolido parto en dos al akuma hijo de perra frente a mí, desapareciéndole en un instante.

 

¿Cómo todo esto llego hasta este punto?, ¿Qué es lo que paso?, ¿Por qué no me di  cuenta antes?

 

--eres cruel-- le escucho musitar con la cabeza gacha y sus puños fuertemente cerrados y con mi ceño fruncido y ganas de golpearlo y abrazarlo por partes iguales me dirijo hacia el tomándolo a la altura del pecho con una de mis manos de la camisa que lleva puesta acercándolo tanto a mi rostro que estoy seguro puede sentir mi aliento rozar sus labios

 

--¡esa cosa no era yo!, ¡¡era un akuma maldición!!-- aferro el agarre de mi mano en su camisa acercándolo aún mas

 

--cuando me abrazaba… eras tú-- dice sin dejarme ver su rostro ya que algunos flequillos cubren sus ojos --cuando me sonreía con amor… eras tú-- continua y yo suelto un poco el agarre al escucharle, pero de nueva cuenta le agarro y le zarandeo un poco

 

--¡Naruto ya basta!, ¡acaso quieres morir!... acaso me quieres dejar…-- bajo el tono de mi voz y mi zurda acompaña a mi diestra en el agarre de su camisa, pero no con tanta fuerza haciendo así que él se deje cae sobre la cama, ya que al parecer lo que lo mantenía sentado en esta era únicamente mi agarre, cierro mis ojos y sobre su cuerpo pregunto casi suplicando --¿por qué has hecho esto?--

 

--es porque… habría sido feliz si… me hubieses matado tú-- le veo atónito y me siento morir al ver su expresión, me duele tanto verle tan desolado y dolorido, pero mi mente y corazón están tan  dolidos y con un sin sabor que quieren encontrar respuestas a toda esta locura

 

--¿por qué… porque has dejado que te robe la energía con ese aspecto, con MI aspecto?-- al no escuchar respuesta alguna levanto su rostro con mis dedos sobre su barbilla y veo que tiene los ojos cerrados, respiro hondo tratando de calmar mi molestia y angustia y sin pensarlo dos veces le atraigo a mi uniendo nuestros labios en un beso desesperado y con sabor a “quédate conmigo”, con sabor a “no te vayas” y con sabor a “no te rindas”. Rompo el beso pero no me separo casi nada y susurro sobre sus labios --¿me oyes?-- fijo mi mirar en su rostro ahora ido y doy un quejido preguntándome si siquiera es consciente de que le estoy hablando, si es consciente de que le besé --¡esa cosa no era yo!, ¡mírame!, ¡mírame bien dobe!-- le pido con desesperación claramente reflejada en mi voz.

 

--¿por qué… me estás diciendo todo esto?-- me cuestiona retraído, justo como está desde que elimine a esa jodida cosa, mirándome pero a la vez no haciéndolo en realidad.

 

--no sé pero…-- por supuesto que si se, estoy perdidamente enamorado de él hace ya varios meses, pero no creo que decírselo en estos momentos sea bueno, tal vez… ni siquiera comprenda lo que le digo --…es imperdonable que en estos momentos no me estés mirando-- le hago saber mi disgusto al saber que a “eso” le miraba con añoranza y anhelo y a mí que estoy en frente de él no me ve, su mirada esta oscura y perdida, uno mi frente a la suya y le veo ido sin reacción alguna ante mis palabras --y no te perdonare el haberte dejado engañar por ese ser y estar a punto de morir, estar a punto de abandonarme-- deslizo una de mis manos a su nuca y la aferro con fuerza uniendo nuestros labios en un casto beso --Naruto… dobe… mírame por favor-- murmuro y un sollozo escapa de mis labios ya no pudiendo retenerlo más, no sé cómo hacerle reaccionar, no sé cómo hacer que enfoque su mirada en mí, no sé cómo hacer simplemente que sus ojos me vean.

 

--¡Naruto!-- le llamo antes de verme asaltando sus labios con los míos con gula y anhelo, antes de que mis manos se muevan por su torso desnudo acariciándole y palpándole como tantas veces quise hacerlo, antes de verme acomodado entre sus piernas buscando un lugar que desde un principio me perteneció y que de no ser por mi silencio ante mis sentimientos no me habría sido usurpado; no importa lo mojadas que mis ropas estén, él simplemente no se mueve, el simplemente no reacciona. Libero sus labios escuchando un jadeo de su boca la cual esta roja e hinchada por la voracidad de mi beso, recorro con mi lengua su barbilla y cuello llegando a su manzana de Adán la cual rozo con mis dientes buscando alguna reacción de su parte.

 

--ngh…-- le escucho gemir bajo y mis manos no se cansan de tocar y recorrer su muy delgado cuerpo, muevo mis caderas contra las suyas y jadeo en su oído al sentir mi erección apresada entre mis ropas rozar la suya tan despierta como la mía, al parecer su cuerpo está reaccionando ante mi toque, le miro y aunque gime y su cuerpo se muestra receptivo sigue en su estado de aletargamiento y un par de lágrimas corren por mis mejillas al sentir que lo perderé irremediablemente, acaricio una de sus piernas y la levanto apoyándola en mi hombro un poco mientras dirijo raudo mi mano a la parte baja de mi kimono y lo desabrocho, acomodándolo lo suficiente al igual que mi ropa interior para poder sacar mi miembro ansioso por reclamar lo que ha anhelado por tanto tiempo, no sé muy bien que es lo que estoy haciendo, no sé qué es lo que me impulsa a seguir con todo esto, tal vez el deseo de que sepa que soy yo, Sasuke, el real, el que le quiere, el que le desea, el que le ama… llevo mis manos a su entrada y para mi alivio la noto sin rastro de semen de mi sustituto, le preparo concienzudamente con mis dedos ensalivados ya que lo que menos quiero es lastimarlo aún más, cuando le siento preparado dirijo con ayuda de mi mano mi pene hacia su ano y empiezo a adentrarme en él despacio, aunque al escucharle quejarse decido que dolerá menos si entro de una vez y es así como de una embestida le penetro sintiéndome desfallecer ante la deliciosa estrechez que me cobija, me agacho para besarle los labios y comienzo a embestirle a un ritmo acelerado y ansioso --Sa… suke-- pronuncia mi nombre y de un rápido movimiento le dejo boca abajo con sus caderas levantadas y mis manos en ellas sosteniéndole

 

--…ughh… Naru… por favor…-- digo entre jadeos pidiéndole como hace unos minutos que me mires, que te dés cuenta de que yo soy real, de que soy yo quien te sujeta y acaricia en estos momentos, que soy yo el que te ama y se moriría si decidieras dejarme, de que soy yo el que a estas alturas simplemente ya no puede vivir sin ti.

 

--ahhh… hmmm…-- su boca deja salir gemidos entrecortados y yo sigo embistiéndole, me agacho y muerdo su hombro antes de erguirme y acariciar con mis manos su espalda notando claramente cada vertebra de su columna, ¡por Dios!, estas tan delgado, debí hacer algo antes, ¡debí darme cuenta antes!, bájo el ritmo de mis embestidas dispuesto a parar y terminar, pero un nuevo gemido, más bien una exclamación de asombro me hace desviar mi mirada de su espalda y posarla en sus ojos llorosos y abiertos de par en par --¿Sasuke?-- mi corazón se acelera desbocado en mi pecho al ver brillo en sus ojos, que pienso saldrá de allí de tan fuerte palpitar

 

--así es Naru, soy yo-- le doy la vuelta nuevamente quedando frente a frente y le beso con ansias, entrelazo sus manos con las mías a cada lado de su cabeza y me muevo en su interior lenta y profundamente al igual que mi beso, que ha dejado de ser desesperado para pasar a ser lento y profundo sintiendo como el al cabo de unos segundos me corresponde de igual manera --eso es Naruto, mírame… soy yo… el único-- susurro en sus labios y mi pecho se hincha de emoción al sentir sus piernas rodearme la cadera y sus manos aferrar con fuerza las mías

 

--eres… ahh…. eres tu-- suelta mis manos y dirige las suyas a mis mejillas acercándome para besarme, beso el cual correspondo inmediatamente mientras acaricio su cabello delicadamente y sintiéndome ya cerca al clímax embisto más rápido y profundo haciendo que el roce de nuestros cuerpos friccionen el miembro de mi rubio masturbándole

 

--lo soy-- le confirmo con una sonrisa en mis labios, una que nunca dirigí a nadie, solo a él en mis pensamientos y sueños. Siento los espasmos en su cuerpo propios del orgasmo y su entrada contraída debido a este me hace correr en su interior con ganas, respiro agitado y apoyo mi frente en su pecho buscando regular mi respiración escuchando así, el frenético palpitar de su corazón y cuando mi respiración es más pausada pongo mi rostro a la altura del suyo y beso sus ojos quedando en mis labios el sabor salado de sus lágrimas --te amo dobe, se mío para siempre-- sigo limpiando sus lágrimas con mis besos y lágrimas propias corren por mi rostro sin poder ni querer evitarlo --no me dejes, no te atrevas a pensarlo siquiera-- siento como sus brazos me estrechan contra él y como su llanto se hace más vivido a cada segundo --pensé que te perdería, pensé que moriría, porque sin ti a mi lado es lo mismo que no tener vida, siento mucho no haberte dicho lo que sentía, siento haber dejado que sufrieras de esta manera, sientnghh-- mi monologo se interrumpe al sentir sus labios hacer presión contra los míos

 

--esto es… un sueño-- susurra y tapa sus ojos con uno de sus antebrazos hipando casi sin control y yo limpio los rastros de mi llanto de mi rostro y tomo su brazo retirándolo con cuidado y le sonrió y beso sus labios imprimiéndole algo de fuerza

 

--no, no lo es-- tomo su mano y la dirijo a mi mejilla haciéndole sentirme, haciéndole creer.

 

--Sasuke… yo… yo te amo… tanto… tanto que… yo….-- coloco un dedo sobre sus labios haciéndole callar deteniendo sus hipidos de llanto

 

--lo sé y quiero que tu sepas también que sin ti ya no me sentiré completo, ya no viviré-- acaricio sus mejillas con cariño aun estando sobre él --te amo rubio mío--

 

--yo… yo también te amo dattebayo...-- aun con sus ojos abnegados en lágrimas me regala una de esas sonrisas suyas, no tan amplia como antes, pero autentica, ya me encargare yo de hacerle sonreír como antaño, ya me encargare de traer a mi Naruto poco a poco de vuelta.

 

Le beso en un arrebato poco propio de mí, pero a la mierda todo, de ahora en adelante le hare saber lo importante e indispensable que su presencia es para mí, le hare saber y que este seguro de que mis sentimientos por el no son pasajeros ni efímeros. Después de romper el beso le veo tratando de mantener sus ojos abiertos, pero estos parecen no querer hacerle caso, de modo que lentamente salgo de su interior ocasionando un leve gemido de su boca y contra todo pronóstico le veo enrojecer completamente lo cual me hace reír.

 

--te vez hermoso--

 

--no digas eso… es… vergonzoso-- me dice sin que su sonrojo desaparezco un poco, al contrario, acrecentándose más y cayendo poco a poco aún más en el sueño

 

--es la verdad dobe-- afirmo besando sus parpados por fin cerrados, sin creer que se sonroje despues de lo que acaba de pasar entre los dos, tal vez y hasta ahora es conciente de lo sucedido.

 

--cállate te… me-- se hace un profundo silencio y mi cuerpo se asusta al pensar que tal vez él… no, pego mi oído a su pecho y siento su respiración pausada, su pecho subir y bajar conforme respira, su corazón palpitar a un ritmo constante.

 

El camino de ahora en adelante no será fácil, Naruto tiene que empezar a alimentarse como es debido, tiene que mandarse a revisar por un médico y determinar cuál es realmente su estado de salud, hay tantas cosas que hay que hacer, pero estaré a su lado, siempre. El sentirle casi fuera de mi vida, casi sucumbir ante el akuma y morir me hizo reaccionar y estar consciente de que aunque mi vida es muy larga, esta no tendría ninguna razón de ser si él no está a mi lado. Pero por ahora solo quiero estar con él, descansar y ya mañana enfrentaremos junto lo que nos depare el futuro. Me levanto sacándome todas mis ropas mojadas y me acuesto desnudo a su lado abrigándonos con una manta, atrayéndole a mi cuerpo pasando una mano por su cintura y sonriendo de lado al pensar cual será su reacción al vernos mañana en esta situación, espero y se acuerde de mi declaración, ya que si no, se lo recordare las veces que sean necesarias.

 

FIN

Notas finales:

Este fue mi intento por recrear esta historia, ojala les haya gustado. 

Rew?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).