Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Funny little world por Adid

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Oh My GOB!

¿Estamos ya en el día 6?

La semana se me fue volando ;w; Estoy de verdad muy feliz con la respuesta que ha tenido la Semana GaaLee

Notas del capitulo:

Jeje la verdad me costó un poco pensar en algo para el día de hoy XD En un principio pensé en hacer algo de Gakuen jaja pero al final me desidi por esto, me pareció más divertido jajaja

 

Y bueno, como advertensia esta esto contiene bastante OOC, pero bueno estamos hablando de RTN así que supongo que esta justificado. 

 

Si tienen el estomago para leerlo, espero que les gute >u< Este uno de mis pobres intentos de humor XD 

 

 

Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto sensei ;)

 

 

 

Era ya  muy tarde en la noche cuando Rock Lee entró en su departamento. Sentía su cuerpo entumecido y bastante adolorido. Había pasado,  como siempre, su día entrenando arduamente hasta muy tarde, pero esa no era la razón de su estado. Estaba ya más  que acostumbrado a los duros y extenuantes ejercicios a los que sometía su cuerpo, y por supuesto también al dolor que estos le provocaban.

 

No, lo que lo había dejado así de magullado fueron los inclementes ataques de su compañera de equipo, quien lo había descubierto tratando de robar su ropa interior. Otra vez. Lee se estremeció ante el recuerdo, sobandose su mejilla adolorida donde Tenten había estrellado su puño en más de una ocasión, esa tarde su cuerpo había sido el blanco de miles de cachetadas y un montón de objetos punzocortantes que, de no ser por su increíble rapidez y destreza, lo habrían dejado como coladera.

 

Su amiga repitiendo una y mil veces que era un pervertido.

 

Lee lanzó un gemido lastimero e hizo una pequeña mueca, sus mejillas sonrojándose al recordarlo. Él no era ningún pervertido, no uno tan descarado como Neji al menos. Pero es que la ropa interior de mujer se sentía tan bien en su cuerpo. Era tan suave y delicada, y sus diseños siempre eran mucho más bonitos.

 

Sentir la pequeña pieza de tela sobre su piel, ajustándose perfectamente, comprimiendo sus genitales y apretando sus glúteos era una experiencia inigualable. El sujetador era algo que no necesitaba,por supuesto, pero siempre era parte de un juego armonioso que se vería incompleto si no lo usaba también. Le encantaba usarlos bajo su traje de spandex, sin que nadie se diera cuenta, sintiendo un cierto placer morboso ante su pequeño secreto. O en la intimidad de su baño, donde nadie más pudiera verlo, observarse largamente  y desde todos los ángulos posible, frente al espejo.

 

Un fuerte suspiro escapó de sus labios ante sus pensamientos, sintiéndose un poco afiebrado. Sacudió la cabeza tratando de despejarse. No tenía caso pensar en eso, lo mejor era alistarse para descansar y dar por terminado su infortunado día. Se dirigió a su habitación dispuesto a tomar una muda de ropa para poder darse un más que necesitado baño.

 

De pronto paró en seco. Algo no estaba bien. Tomó un kunai de su bolsa  de armas poniéndose en guardia. Sin embargo, y tal vez por lo cansado que estaba, su reacción no fue lo suficientemente rápida, por lo que algo salido de quién sabe dónde lo golpeó. Una poderosísima prensa lo rodeó haciéndolo caer al suelo. Aturdido, bocarriba y con los brazos pegados al cuerpo, tardó un rato en comprender lo que había pasado y darse cuenta de  que aquello que lo envolvía era arena.

 

Una suave risita se escuchó en el lugar haciéndolo levantar la vista. Encontró unos risueños  ojos verdes que le devolvieron la mirada. De pie a un lado de su cabeza y con el cuerpo inclinado sobre él había un pelirrojo al que conocía bastante bien.

 

-¿Gaara?

 

El joven aludido cerró los ojos acentuando su sonrisa ante el reconocimiento del otro.

 

-Hola, Lee-chan.

 

***~~~***

 

Gaara era un chico de la misma edad que Menma-kun, o sea, un año menor que él. Hijo del actual Kazekage de la alde de la arena. Era una persona sin duda bastante peculiar, pues tenía una apariencia en primera bastante inofensiva, pero bien sabían los que lo conocían que en realidad el chico era un arma letal.

 

Tenía una piel muy pálida, a pesar de ser alguien nativo del desierto. Con el cabello de un color rojo intenso y unos ojos verdes, muy lindos, rodeados de lo que parecían unas muy marcadas ojeras.

 

Lo había conocido hacía ya varios años, la primera vez que se había presentado a los examenes chunnin. Le había tocado enfrentarse a él en aquella ocasión. Y por un momento había sentido un poco de lastima por tener que luchar con alguien que lucía tan frágil y delicado. Pero si había algo importante que aprender en el mundo ninja era a no juzgar nunca por la apariencia, ni mucho menos subestimar  a un adversario. Esa tarde lo comprobó, después de todo el pelirrojo no había llegado ahí junto con su equipo por nada.

 

Fue él quien lanzó el primer ataque, haciendo un esfuerzo por no ser demasiado brusco, no queriendo lastimarlo más de lo necesario. Sin embargo muy pronto se dio cuenta que el chico no estaba tan indefenso como parecía, pues tan pronto lanzó el primer golpe éste fue absorbido por una masa de arena que no  permitió que sus ataques causaran efecto alguno.

 

Había  terminado teniendo que hacer uso de todas su fuerza y habilidad, teniendo que recurrir  a sus mejores técnicas. Pero ni siquiera estas fueron de mucha ayuda, pues a Gaara, a pesar de que en verdad le había dado balla, con su gesto inocente y una pequeña sonrisa en el rostro, no había tenido problemas en jugar con él con su arena, azotandolo contra las paredes y el piso del lugar una y otra y otra vez. Al final, no solo había perdido de manera inminente contra él, sino que había tenido suerte de salir vivo de aquel encuentro.

 

Gaara era un ninja extremadamente fuerte, conocido y temido por muchisímos. Una persona quien cuando decidía que alguien debía morir era una sentencia irrevocable. Él mismo se encargaba de hacer que se cumpliera. Y  sus víctimas elegidas , que terminarían triturados bajo una sarcofago de arena, lo último que verían sería el rostro sonriente del pelirrojo.

 

Sin embargo después de aquel encuentro, y a pesar de que casi acaba con su vida y con su carrera como ninja, de alguna manera habían establecido una especie de ... amistad, por llamarlo de alguna forma. A partir de aquél encuentro Gaara había desarrollado alguna clase de fijación por Lee. Después de todo, el pelinegro había sido la primera persona, aparte de su madre, que lo había tocado, y al parecer la sensación le había gustado.  

 

Desde entonces el pelirrojo lo había sometido a un acoso, que al parecer lo hacía sentir con derecho de aparecer cuando le apeteciera en la aldea, más específicamente en el departamento de Lee,  y atacar y hostigar al moreno como y cuanto  le viniera la gana.

 

Justo como lo estaba haciendo ahora.

 

-Ne, Gaara. ¿Crees que podrías dejarme libre? Por favor.

 

Pidió Lee un poco exasperado después de que largos minutos pasaran y el pelirrojo no diera señas de querer soltarlo o siquiera moverse de su posición.

 

Gaara no contestó ni dio señales de querer atender a su petición en un principio. Al poco rato simplemente se enderezó, sin dejar de sonreír, y manipulo su arena de modo que levantara al moreno del suelo y lo depositará sentado en la cama, apresurándose  a tomar el lugar a su lado.

 

-¿Me extrañaste, Lee-chan?

 

Preguntó alegremente haciendo que la arena por fin soltara al pelinegro, regresando a su calabaza que se contraba descansando en una de las esquinas de la habitación. Lee suspiró aliviado cuando por fin se sintió libre.

 

-¿Eh? Claro, Gaara. Sabes que siempre estoy contento de ….¡¿qué haces?!

 

Exclamó, al levantar la mirada se dió cuenta de que el pelirrojo se había inclinado y ahora estaban muy cerca uno del otro, Gaara estaba casi encima de él. Sus rostros casi tocándose. Se hizo un poco hacia atrás tratando de poner algo de distancia, levantando las manos para interponerse entre su cuerpo y el de Gaara.  

 

-¿G.. Gaara?.- Se estaba poniendo extremadamente nervioso, sabía por experiencia que Gaara no tenía ninguna clase de respeto por el espacio personal, su rostro calentándose a niveles insospechados.

 

El pelirrojo solo sonrió acercándose todavía más, haciendo caso omiso de las manos que empujaba  levemente tratando de frenar su avance. Disfrutando por completo del intenso sonrojo que se había apoderado de Lee. Depositó un pequeño beso en la mejilla de Lee al tiempo que con sus manos tomaban de la cintura al moreno, provocando que el rojo de sus mejillas se encendiera aún más.

 

-Gaara...n..no. No hagas eso. - Pidió con voz débil y  avergonzada. En eso, el pelirrojo mudo una sus manos a sus piernas y ahora la  subía directo a la entrepierna. -¡GAARA!

 

Regaño pero sus reclamos cayeron en oídos sordos. Gaara había escondido su cabeza en la curvatura de su cuello y respiraba contra él causándole escalofríos.

 

-Pero a mi me gusta tocar a Lee-chan. Exclamó como si esa fuera razón más que suficiente.- Y yo sé que a Lee-chan le gusta que lo toque.

 

El pelinegro había comenzado a temblar, pero no porque el toque de Gaara fuera desagradable, sino todo lo contrario. Gaara siempre lograba desarmarlo, no era la primera vez que lo asaltaba de esa manera. Lee se preguntaba cómo es que siempre terminaba cayendo. A pesar de que Gaara era un poco más pequeño que él, tanto en edad como en estatura, se las arreglaba para imponerse ante él. Y Lee, aunque se resistiera, terminaba convirtiéndose en mantequilla entre sus manos.

 

-¡Aaaaah! ¡Basta! - Gritó al sentir la mano traviesa posarse esta vez sobre su recién despierta erección.

 

-Mmm … si Lee-chan no quiere jugar.- Dijo Gaara con tono travieso, sin detenerse.- Voy a tener que violarlo.

 

-¡¿Eh?!

 

Exclamó pero no tuvo tiempo de decir otra cosa o hacer nada. El pelirrojo se lanzó sobre él derribandolo sobre la cama y subiéndole encima. Abrió los ojos como platos sorprendido ante las palabras y las acciones del pelirrojo.

 

-No Gaara… e… espera..¡Aaah!

 

Gaara no lo escuchaba, se había puesto a deshacerse de la estorbosa ropa del pelinegro y ahora luchaba contra el spandex verde tratando de sacarlo.  Al final se desespero y terminó rompiéndolo. Deteniéndose por un momento, con el rostro claramente sorprendido, ante lo que vio.

 

Lee se llevó las manos al rostro, avergonzado. Aún traía puesta la ropa interior de Tenten. A pesar de toda la  bronca que le armó su amiga, al final había logrado salirse con la suya.

 

Gaara se quedó observando por un rato el bra deportivo y la ligera pantaleta de algodon que su compañero estaba usando. Después compuso un gesto  travieso, su sonrisa había perdido toda la inocencia y su lindo rostro ahora brillaba con deseo y lujuria. Soltó una divertida y gutural risita que envió escalofríos por toda la columna vertebral de Lee.

 

-Lee-chan esta noche va a ser muy divertida.

 

Prometió antes de lanzarse de nuevo sobre el moreno bajo él, atacando su cuello y acariciando sus pezones y cuanta piel encontrara al alcance.  

 

-No… Gaara...p...por favor… ¡aaaah!  ¡AAAAAAHhh!  … ¡GAARAAAA!




***~~~***



Lee despertó a la mañana siguiente sintiéndose aún un poco húmedo.  El cabello negro totalmente revuelto y varias marcas de chupetes y mordiscos por todo el cuerpo. Además de un ligero dolor proveniente de su parte baja.

 

Sentía un cuerpo caliente abrazarlo fuertemente. Al voltear a su lado descubrió el rostro de Gaara a solo unos palmos del suyo. El pelirrojo lo miraba fijamente con una enorme sonrisa en el rostro, la cual se acentuó un poco más al ver que el otro había despertado.

 

-¡Buenos días Lee-chan¡ - Saludó con voz cantarina - ¿Estas bien?

 

Preguntó, esta vez con un ligero tono de preocupación tiñéndole la voz. Lee lanzó un pequeño bufido ¿hasta ahora se preocupaba por eso? Sin embargo se guardó unas cuantas palabras que el pelirrojo se tenía más que merecidas. No tenían ningún caso. En cambio solo asintió levemente.

 

-¡Me alegro! -Exclamó Gaara abrazandolo más fuertemente.

 

Lee solo suspiró resignado, aceptando el abrazo del pelirrojo. Aunque no pudo evitar que una pequeña sonrisa se formara también en su rostro. Inconscientemente se acomodó más cerca de su acompañante. Aún era muy temprano, sus compañeros de equipo no lo esparian para entrenar sino hasta varias horas más tarde. Tenían tiempo para descansar un poco más.

 

-Te toca invitar el desayuno.

 

Dijo al pelirrojo con voz adormilada antes de lanzar un bostezo. Cerró los ojos dispuesto a dormir otro rato. Arrullado por la respiración de Gaara, quien siguió mirándolo, embelesado, sin parar durante todo el rato que siguió durmiendo.



***~~~***

 

 

 

Notas finales:

jojo espero que les haya gustado 

La verdad me divertí muchisimo escribiendolo.

Bien solo nos queda un tema más =D y es el mero bueno jajaja XD 

Muchas graciaspor leer. Ojala se animen a dejan algun comment (auque sea para lanzarme tomates XD)

 

Besitos tronados >u< 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).