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Una noche de viernes por -Raiden-

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Notas del capitulo:

Este es un one-shot, lo que quiere decir que tal vez... haya alguna continuación... 

Los personajes le pertenecen a Oda-sensei.

 

Este es un poco romantico, pero espero que les guste.

Les recomiendo que cuando lleguen a la parte de la canción, la escuchen, es muy buena esta en youtube, busquenla como "Bad Things" de Jace Everett.

 

Para los que haya visto la serie de True blood, les resulatara muy familiar.

 

 

"Si de casualidad dijera... Esta vez todo acabo para mi... Estoy seguro que tú no me salvarias"

 

"Maldita sea la rutina" eso era un pensamiento que pasa muy seguido por un brillante estudiante de medicina. Trafalgar Law: ese es el nombre del futuro médico, y no sólo eso; quería ser uno de los mejores cirujanos cardiovasculares del país.

El corazón: uno de los órganos vitales para la vida, era la pasión de este chico.

El joven de pelo negro azulado, daba su sexta explicación esa tarde de viernes.

-Shachi-ya te lo he explicado desde hace un rato. El cuerpo humano tienes dos circulaciones: una mayor y una menor. Una recorre todo el organismo y otra sólo los pulmones. -dijo un poco irritado.

-¡Arg! Aún no lo entiendo... - dijo su amigo rascándose la cabeza y lamentando su suerte. Su amigo pelinegro no tenía mucha paciencia, y bueno el tampoco era muy dedicado. A él le gustaba más el tema de la ginecología. Ya saben un pervertido más en este mundo, quería ser ginecólogo y pues las señoritas eran una debilidad literalmente.

-Ya déjalo Law, por más que le expliques no va a entender. - intervino otro chico llegando a la mesa de la biblioteca donde estaban.

-Penguin, tu sabes que este tema no es mi fuerte. - dijo Shachi acomodándose su gorro verde, ocultado su apenada mirada.

-Ya, como sea... ¿Saben que día es hoy? - pregunto sonriente cruzándose de brazos con un aire superior. Ese chico era aún más pervertido que el mismo Shachi. El quería ser cirujano en la belleza estética.

Haría que la mujer menos agraciada fuera una diosa más bella que la misma Athena, bueno eso decía él. La belleza femenina le agradaba de sobremanera, y en más de una ocasión una de ellas le pego tremendo golpe por verlas de forma pervertida.

"Aquí vamos de nuevo" pensó Law al verlo. Suspiró empezando a guardar su libreta y libros de anatomía.

Todos los viernes por la noche salían a los bares más escandalosos y abarrotados de gente; según Law. Incluso si abrían uno nuevo iban a checar la "mercancía" según Penguin. No había bar que no conocieran, y aunque a Trafalgar Law no era muy amigable ni sociable, siempre los acompañaba. Ellos se emborrachaban casi al punto de la inconsciencia, y alguien tenía que sacarlos de ahí, por muy frío que fuera siempre era fiel a sus amistades.

-¡Fiesta! - gritaron al unísono.

-¡Ssshhh! - callaron a los escandaloso que estaban gritando en el recinto que era la biblioteca.

-fiesta - murmuraron de nuevo, empezando a acomodar sus cosas y dejando los libros que habían utilizado para estudiar.

Salieron los tres de la biblioteca, a paso tranquilo. Los dos jóvenes pervertidos haciendo comentarios obscenos sobre las chicas de la clase, de cómo se verían si usan tal o cual prenda de vestir.

En más de una ocasión volteaban para ver la "carne fresca" que pasaba frente a ellos, babeando como perros sarnosos, eran repugnantes; las chicas sólo los veían y aceleraban el paso para evitar ser desvestidas por las miradas lujuriosas que les lanzaban.

"Que patéticos... al menos podrían ser más discretos" - pensó suspirando el pelinegro. Trafalgar Law no negaba ver a las hermosas jovencitas, sólo que sus gustos eran más... masculinos. Así es, nuestro lindo estudiante de medicina era homosexual, pero no se dejen engañar, que no era una maldita nenaza, al contrario su masculinidad atraía a más de uno pero no parecía tener especial interés, porque todos ellos eran unos idiotas; tratándolo como si fuera una joven delicada, que imbéciles.

-Vamos a mi casa para comer algo y luego nos vamos dar una vuelta. - sugirió Shachi animado.

-Si estaría. ¡Oh oh! Hay un nuevo bar en la zona de Punk Hazard deberíamos ir. - siguió Penguin sonriente.

-Pero no vayan a tomar hasta la inconsciencia, no quiero tener que llevarlos al hospital por una intoxicación alcohólica. - empezó Law serio, sacando su celular y mandar un mensaje a su padre que se quería en casa de su amigo.

-Vamos Law, tal vez haya personas "interesantes" en ese nuevo bar. - dijo Shachi abrazando por los hombros.

Sus amigos sabían sobre sus preferencias sexuales pero nunca lo rechazaron ni nada, al contrario le decían que se hiciera amigo íntimo de las chicas más buenas de la escuela para que les tomara fotos y video, pero él de inmediato los golpeo por querer usarlo para tal guarrada.

Caminaron hasta casa de Shachi, que estaba cerca de la Facultad de Medicina donde estudiaban, era lo bueno de ser hijo de padres con pasta. Siempre le atendían sus necesidades y gustos por estar lejos de él cuando era pequeño.

Se la pasaron comiendo sushi y jugando a la consola en la casa de Shachi.

Cuando ya era de noche, todos se cambiaron de ropa, ya que como era rutina habían dejado ropa para aquellas ocasiones aunque no era nada sugestivo ni nada formal como tal, más bien ropa cómoda pero que se veía a la moda.

Todos estaban más que listos.

Shachi con unos jeans oscuros camisa verde oscuro con una corbata negra, chamarra oscura y tenis blanco con negro. Claro no olvido ponerse su gorro para ocultar su castaño cabello.

Penguin por su lado con un pantalón de vestir camisa blanca desabotonada en la parte superior, un saco abierto negro y zapatos de vestir.

También se puso un gorro con un pompón rojo en la punta, todo para apoyar a su amigo, que no quería ser el único con gorro.

Law por su lado traía unos jeans negros, una camisa también negra abierta de los primero botones de esta, una chamarra negra con decorados dorados en el brazo izquierdo, sus clásicos zapatos negros, junto con sus dorados pendientes; un par en cada oreja, se veía realmente atractivo. También se pudo su gorro blanco con motas oscuras, no era por solidaridad, la verdad a él le encantaba ese gorro, le traía buena suerte.

Tomaron un taxi para llegar al nuevo bar, no sabían cómo se llamaba pero sabían que estaba en la zona de Punk Hazard. El chofer sabía llegar, ya que esa noche había llevado a varios pasajeros al mismo destino.

Cuando llegaron por fin supieron el nombre del nuevo bar.

Con letras fluorescentes en color rojo se leía: "Broken Heart" (corazón roto), que raro.

-Mira las chicas de la fila. - dijo Shachi babeando al igual que Penguin. Bajaron del auto corriendo haciendo que el pobre pelinegro pagara el pasaje.

Suspiro cuando pago al chofer y bajó para formarse junto con sus amigos.

-Espero que no tarde mucho, ya quiero ver a las nenas. - dijo Penguin algo impaciente.

-¡Yo ya quiero beber algo y ver algunas nenas claro! - contesto Shachi mirando como la fila como no avanzaba.

Law sólo veía divertido a sus amigos impacientes, siempre era lo mismo, decían cosas como esas para molestar a la gente y se fueran para poder entrar rápido.

Pero esa noche no sería necesario. El cadenero del bar, le hizo una señal a Law con la mano para fuera al principio de la fila. La verdad esto le extrañó al moreno, no porque le llamará sino que el curioso hombre traía una máscara azul con blanco y unos orificios, pero sólo cubría su rostro dejando ver su cabello rubio, largo hasta la cintura.

Cuando el moreno estuvo frente al extraño cadenero del bar, le sorprendió la profunda voz del hombre.

-Pasen, son clientes preferentes. -

El moreno estaba seguro que bajo esa máscara el hombre sonreía ampliamente, pero no rechazó la fabulosa idea.

Llamo a sus amigos que lo veían atónitos como el macabro cadenero le cedía el paso.

Tampoco lo dudaron y corriendo al frente de la fila burlándose de los pobres imbéciles que estaban formados; que los veían con odio por pasar dejarlos pasar antes.

Empezaron a pasar primero Law, seguido de Shachi y por último Penguin que fue detenido por el cadenero.

-¡Oye! ¡¿Qué te pasa?! ¡Vengo con ellos imbécil! - le recrimino pero de inmediato el rubio le contesto.

-Tengo que revisarte. - le dijo mientras lo empezaba a tocar descaradamente.

Penguin sólo se quedo estático sintiendo sus manos, y empezando a sonrojarse violentamente.

-Yo creo que es más que suficiente. - interrumpió Law al ver a su amigo avergonzado.

El rubio detuvo su labor y lo dejo pasar. Law jalo a Penguin porque este trataba de caminar pero sólo arrastraba los pies.

Por fin entraron al bar. Todo el interior era color rojo oscuro con negro dándole un aspecto gótico y oscuro. Las luces tenues rojizas y fluorescentes daban un toque moderno y bastante excitante.

-¡Es genial! - dijo Shachi empezó a buscar una mesa.

-Si... voy a pedir bebidas. - contesto Penguin olvidando el incidente de la puerta y empezó a caminar hacia la barra.

Al fin pudieron ver una mesa desocupada en un rincón del bar. Shachi y Law corrieron para que nadie les ganara el lugar.

Suspiraron aliviados en los cómodos sofás y la mesa estaba limpia y empezaron a ver a la gente que estaba en el bar. A pesar de estar lleno no estaba abarrotado y había por lo regular grupos de varios personas.

Vieron llegar a Penguin con una jarra grande de cerveza y un mesero con lo que parecía ser tres copas de Martini.

-¡La bebida ya llego! - grito animado empezando a servir la fría cerveza en los tarros de traía en la otra mano.

-¿También pediste eso? - pregunto curioso Shachi al ver al mesero detrás de Penguin.

Este negó con la cabeza y Law empezó a interrogarlo.

-¿Quien nos invita esta ronda? - sonrió torcidamente, mientras esperaba una respuesta. Era obvio que alguien les había echado el ojo desde que llegaron.

El mesero sólo les dijo que el dueño del bar acostumbraba a servir una ronda de su mejor bebida a los nuevos clientes.

Miraron desconfiados por un segundo las copas pero de inmediato los tres las bebieron en tiempo récord. Era verdad, esos Martinis secos estaban deliciosos. Les quemaba la garganta, les ardía el estómago y era como si bebieran oro derretido.

Siguieron con las cervezas que a comparación de esos Martinis, el frío líquido era poco embriagador.

Miraron para ver a la gente divertirse. Las personas bailaban al son de la música, que era rock.

-Vamos a por unas nenas Penguin. - dijo Shachi empezando acomodarse su gorro.

-Esa es la mejor idea que he escuchado. - imito Penguin a su amigo y fueron al tumulto de gente que estaba en el centro del bar.

Trafalgar Law veía a sus amigos perderse entre la gente y inmediato de tomo lo que restaba del dorado líquido directo de la jarra.

La verdad tenía ganas de algo más fuerte como aquel martini, pero de inmediato lo descarto, porque tendría que pararse y perdería su lugar en la mesa o podría pedírselo algún mesero pero no tenía ganas de mandar a la mierda al imbécil porque no sabía el nombre de la famosa bebida.

Pasaron varias canciones, hasta que en el escenario subió un joven alto y delgado tenía la apariencia de un zombie, pues parecía tener pintada la boca como si se la hubieran cocido con aguja e hilo.

-Damas y Cabellos es un honor presentarles a nuestro oscuro cantante y compositor. El famoso "Capitán" de los ríos de sangre del inframundo, Eustass Kid.

Todo el bar estallo en aplausos y las luces bajaron a un más. El escenario se ilumino con un rojo llameante y detrás de la cortina salió un pelirrojo con el cabello en punta y una bandana en su frente, y con una clara tez, cargando una guitarra. Llevaba unos pantalones de mezclilla oscura, con una cadena haciendo de cinturón, sus botas tipo militar, y la camisa rojo sangre abierta dejando ver su musculatura. Su faceta ruda y dominante fue lo que hizo que Trafalgar Law, se pusiera de pie encima del sofá para poder verlo mejor.

Su sangre empezó a hervir por ver aquel pálido hombre. Y con razón porque es tipo se cargaba un cuerpo más que envidiable.

-Gracias Heat. - agradeció al presentador con voz grave e intimidante. - Esta canción se llama "Bad Things" y se la dedico a cierta persona que está en este bar. - sonrió maliciosamente mostrando un poco de su locura. Locura que pronto sería desatada.

Empezó con un ligero guitarreo, mientras las luces se volvían doradas alumbrado al baterista, que casualmente era el cadenero. También ilumino al bajista que antes era el presentador, este siguió el ritmo impuesto por el pelirrojo.

A paso lento Kid que también era iluminado por la luz, se acercó al micrófono que estaba enfrente de él y comenzó a cantar, con los ojos cerrados sintiendo la música.

 

"When you came in the air went out.

And every shadow filled up with doubt.

I don't know who you think you are.

But before night is through.

I wanna do bad things with you."

 

Siguió con su leve guitarreo para volver ver a cantar y volteo a ver al moreno.

 

"I'm the kind to sit up in his room.

Heart sick an' eyes filled up with blue.

I don't know what you've done to me.

But I know this much is true.

I wanna do bad things with you.

Ok."

 

Continuo con un solo de guitarra tocando las cuerdas de esta, viendo al moreno, como diciéndole lo que le haría si estuviera en sus brazos. Y luego continúo un poco más lento acercando sus labios al micrófono...

 

"When you came in... the air went out...

And all those shadows there... filled up with doubt...

I don't know who you think you are.

But before the night is through.

I wanna do bad things with you.

I wanna do real bad things with you."

 

Otro solo de guitarra donde el moreno no dejaba de verlo sintiendo cada palabra clavarse en su cuerpo. El calor llenándolo y suspirando inconscientemente...

 

"I don't know what you've to me.

But I know this much is true.

I wanna do bad things with you.

I wanna do real bad things with you."

 

Término la canción y todo el lugar volvió a llenarse de aplausos y gritos de euforia por la hermosa canción.

El moreno no dejaba de ver al pelirrojo y el pálido chico no dejaba de ver al pelinegro. A pesar de que la distancia era un poco larga.

Sus miradas eran intensas, como si estuvieran uno frente al otro, sintiendo el calor que cada uno desprendía y luego...

El pelirrojo agradeció al público con una sonrisa, y salió del escenario por donde había venido. Todas las luces volvieron a la normalidad y una nueva canción empezó a sonar.

Law respiraba pesadamente, sentía que aquella canción era solamente para él y lo llenaba de una locura incomprendida mezclada con lujuria. Era una excitación inevitable.

Bajó del sofá y se sentó tratando de recuperar el aliento.

Tenía que conocer a ese pelirrojo. A cualquier precio.

Tomo aire y camino hasta la barra para pedir información sobre el pelirrojo que acaba de cantar.

Una vez estuvo con el cantinero, le extendió un billete de la denominación más alta que pueda existir, sonriendo torcidamente. El hombre sólo sonrió, tomo el dinero y le señalo una puerta donde podía acceder a los camerinos sin que lo notaran.

Tan rápido como le indico salió caminando hacia la puerta, esquivando ágilmente a la gente.

Entro rápidamente cerrando despacio para no hacer ruido, ya que en el interior había silencio absoluto. A pesar de ser un bar las paredes de aquel pasillo estaba cubiertas para evitar que el sonido entrara.

Camino despacio tratando de buscar al encantador pelirrojo.

Paso por varias puertas donde coloco su oído, para saber si estaba ahí pero no oía nada. Siguió su paso hasta que una puerta por donde había pasado se abrió.

Trato de esconderse en otro cuarto para evitar alertar a la seguridad del lugar pero donde entro estaba totalmente oscuro.

Sólo luz del pasillo dejaba ver lo que ocurría en este.

El cadenero que también era el baterista salía del cuarto acomodándose el casco y su camisa que ahora estaba desabrochada.

Esto se le hizo raro al moreno pero lo vio alejarse. Suspiro y supo que el pelirrojo no debía estar lejos.

Se disponía a salir pero algo detrás de él cerró la puerta.

-¡¿Qué mierda?! - dijo sintiendo como acorralaban su cuerpo contra la puerta ahora cerrada.

-Así que, haz decidido venir a mí. - le dijo la voz cargada de lujuria pasando sus manos por el trasero del moreno y llegando hasta su rostro.

-Me gustaría ver mi acosador. - dijo juguetonamente. La verdad ya sabía quién era pero quería ver ese pálido rostro.

Sintió como se separaban de él dejándole respirar. La tenue luz que se encendió revelo al pelirrojo sonriendo perversamente y su mirada desvestía al moreno descaradamente.

Law por su lado sintió un placentero escalofrío recorrer su espalda por aquella mirada, mientras que en su rostro de dibujaba una sonrisa torcida.

Sin más camino lentamente hasta donde estaba Kid.

El pelirrojo también camino hacia el pero se relamía los labios, degustandose el cuerpo del moreno con sus ambarinos ojos.

La distancia se vio acortada por un pasional beso, sediento de locura, pasando a ser un beso desesperado. Sus lenguas se rozaban constantemente y Kid recorría toda la cavidad húmeda del moreno. Law le seguía el ritmo resistiendose a someterse fácilmente.

La falta de oxígeno les obligo a separarse momentáneamente; porque enseguida volvieron a besarse con más necesidad que antes haciendo que Law lo abrazara por los hombros y Kid por la cintura.

Siguieron comiéndose con ese largo y necesitado beso mientras caminaban hacia el sofá que estaba en la esquina del cuarto.

Nuevamente la necesidad de oxígeno volvió a separarlos.

-Así que... Eustass-ya ¿Tú eres nuestro anfitrión esta noche? - pregunto divertido mientras desvestía al pelirrojo.

-Trafalgar Law... Yo no soy tu puto anfitrión, pero si tu futuro amante. - dijo mientras le arrancaba la camisa y besaba su cuello dejado marcas en este.

El moreno se sorprendió que supiera su nombre pero en ese momento sólo podía gemir por las atenciones del otro.

Trata de preguntarle de nuevo como lo conocía pero su boca se vio apresada por los labios de Kid, que ahora lo besaban salvajemente.

Las manos hábiles del pelirrojo desvistieron al moreno en cuestión de segundos mientras que el moreno seguía tratando de quitarle el oscuro pantalón.

Esto hizo reír un poco a Kid quien cargo al moreno dejando caer delicadamente en el sofá, mientras se desasía el mismo de su apretada prenda oscura.

Law miraba aquel excitante espectáculo tocándose descaradamente su entrepierna.

Kid sólo sonreía satisfecho y cuando se quitó el pantalón junto con su bóxers su gran miembro salió a relucir.

Eso hizo que Law detuviera su mano y mordiera su labio inferior, ya había imaginado algo grande pero eso definitivamente supero sus expectativas.

Sin más se acercó al palpitante miembro del pelirrojo y lo beso en la punta.

Ahora el que gemía era Kid por el contacto de esa boca en su zona tan sensible.

Tomo a Law de la cabellera indicándole que hiciera algo más... profundo, pero cuando vio los ojos plateados del moreno brillando de ira, dedujo que no le gustaban las órdenes.

Río mentalmente, tomo a Law por el brazo aventándolo al sofá nuevamente, quedando de espaldas dejando su trasero vulnerable.

El moreno le iba encarar molesto pero sintió como lo tomaba de la cadera y la gran excitación del pálido hombre detrás él se restregaba deliciosamente.

-Eres exquisito. - dijo roncamente mientras pasaba su lengua por su espalda. - Y todavía tuviste el descaro de provocarme. - finalizo en su oído donde jugaba su lengua con sus pendientes dorados.

-Tú me provocaste con esa canción. - se justifico al confirmar que la efectivamente excitante melodía era para él.

-Y en verdad no sabes todas las cosas malas que quiero hacerte. -respondió tomando su trasero colocando la punta de su miembro en la entraba del moreno.

-Espero que no me decepciones. - sonrió para molestar al pelirrojo, aunque el sonrojo en sus mejillas decía que estaba esperando ese momento, el momento en que el otro lo llenara con esa gran excitación.

Río lujuriosamente el pelirrojo y de una estocada lo penetro tocando la próstata del pelinegro, que gimió sonoramente por el dolor y placer que le provoco.

Era tan estrecho y caliente el moreno que se volvía loco al pelirrojo con tan sólo tocarlo.

El moviendo no se hizo esperar, pero fue lento para no lastimar a Law.

Este sólo gemía desesperado por más. Si le había dolido como el mismo infierno pero el placer era más grande. Incluso movía sus caderas para obtener más contacto y placer.

Kid lo tomo por la cintura, con una mano y la otra tomo su olvidado miembro de Law, que también palpitaba deliciosamente en su mano.

Empezó a masturbarlo mientras las estocadas se volvían más rápidas.

-!Ahhh! !!Aahh!! Kid... - Law ya estaba perdido en el placer que le daba el otro al someterlo contra el sofá. Sólo podía gemir su nombre desesperado poque el otro siguiera con ese caliente juego. Ese caliente placer. Ese caliente sentimiento.

-!aahh! - Kid también gemía por lo bajó al verlo así, le excitaba aún más, tenía ganas de penetrarlo con toda su fuerza posible. Toda esa locura que emanada de él llenaba ahora a su moreno, porque ya no dejaría que se fuera de su lado, no soportaba la idea de que alguien más estuviera con él.

-Kid... por... por fa-... vor... más - dijo entrecortada mente el moreno. Sus mejillas totalmente sonrojadas y sus ojos cristalinos por las lágrimas contenidas, viéndolo por encima de su hombro.

-Law... como órdenes. - contesto susurrando. Cargándolo y obligando al moreno a girar, para que alzara su flexible pierna por el hombro de Kid, que este no desaprovecho la oportunidad y metió su caliente miembro aún más.

Esto hizo gritar al moreno por el enorme placer que le daba.

Por fin pudo pasar su pierna al otro lado de Kid quedando abierto de piernas frente al pelirrojo.

El movimiento no paró en ninguno momento, pero ahora el plan era llevarlo hacia la pared más cercana para empotrarlo y llenarlo aún más de él.

Y así como pensó Kid, cargo a Law y este se sujetó con sus piernas a sus caderas mientras que sus brazos abrazaban su cuello.

Lo cargo y estampo su espalda contra la fría pared arrancándole un delicioso gemido de dolor y placer.

Ahora Law estaba gritando de placer. Kid era una bestia, lo penetraba salvajemente, y no le daba descanso, sentía la boca del pelirrojo morder, besar y lamer su cuello y hombro.

Estaba seguro que mañana tendría que caminar bastante despacio, y tendría marcas peores que si lo hubieran atacado para robarle.

Las estocadas se volvieron frenéticas pero quería que su moreno también lo disfrutara así que empezó a masturbarlo al ritmo de las estocadas.

Law se sentía en el mismo paraíso. Todo era perfecto, los gemidos suprimidos de su ahora amante, y ser llenado por la persona que le robó el corazón en ese instante era jodidamente perfecto.

No había nada que le quitará a su pelirrojo, no lo permitiría, el era sólo suyo.

El ansiado final se acercaba, Law tomo a Kid por la cabeza para besarlo apasionadamente. Y en el último movimiento de la mano del pelirrojo Law se vacío en esta, aprisionando deliciosamente su interior, haciendo que Kid también se viniera llenándolo de su blanquecina y caliente esencia.

Los gemidos fueron ahogados por sus labios que se quedaron inmóviles al momento del éxtasis.

Se quedaron así por unos minutos, hasta que delicadamente el abrazo de ambos se hizo de alguna forma tierna.

Kid camino hasta el sofá donde se sentó aún dentro de su moreno, y Law en su regazo aún abrazo del pelirrojo con sus piernas y brazos.

-¿De dónde me conoces? - pregunto por fin Law en el cuello de su amante sin apartarse ni un momento.

-Pues digamos que a mí también me gustan los lugares con buena música y bebidas fuertes. - contesto acariciando su espalda.

Así que el también iba a los bares, seguramente lo vio en alguno de ellos, y de inmediato se interesó en el.

-Y... ¿Cómo es que el dueño te deja tirarte a los clientes? - sonrió al preguntar y levanto la vista para ver esos ambarinos ojos.

-Porque el dueño soy yo. - sonrió arrogante. -Sabía que vendrías al bar como siempre haces con cada nuevo que abren por estas zonas. - siguió sonriendo viendo los plateados ojos de su amante.

-Pues es verdad que me conoces bien. - susurro acercándose a los labios de Kid para besarlos una vez más y sentir esa juguetona lengua.

La noche apenas comenzaba y el pelirrojo empezó a mover las caderas para otra ronda de salvaje sexo, no le daría descanso hasta que estuviera completamente satisfecho él y su moreno amante.

Law sentía la hombría aún erecta dentro de él, ahora moviéndose de nuevo. Su rutina de todos los días ahora no sería igual, sería mejor y más porque estaba dispuesto a cambiarla por eso loco pelirrojo, que lo llenaba y quemaba por dentro, un sentimiento que nunca había experimentado.

 

Definitivamente ese viernes por la noche nunca lo olvidaría y lo repetiría todos los días.

 

 

Notas finales:

Gracias por leer.

Cualquier cosa estoy para servirles.


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