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Intocable por Marcianita

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Notas del fanfic:

Pareja: Mirajane Strauss x Erza Scarlet

Advertencias: Este es un Yuri (relación amorosa, o sexual de una mujer con otra mujer,) así que si te desagrada mucho el género, es mejor dejar en este preciso momento la lectura. Así mismo puede que esta historia tenga escenas explícitas en el ámbito sexual, y… eso, jajaja.

Desclaimer: Ningún personaje me pertenece, todo es de Hiro Mashima.

Prólogo

 

— ¿Aceptarías ir a tomar un café hoy conmigo Mira?

Mirajane formuló una dulce y tersa sonrisa con los labios, los movió hacia arriba sin problema alguno, y se veía tan linda como siempre, eso es seguro. Tal vez hacía esto por vanidad, una que venía dentro del paquete de lo que es ella, una de las caras escondidas de su propia persona; a veces la chica que era apodada "La Demonio," reaparecía, contaba, y se daba cuenta que, "Oh, este es el quinto desgraciado de la semana." La sonrisa dulce, seguía pareciendo de caramelo.

— Oh, querido, lo siento, no puedo.

El hombre abrió la boca, y la volvió a cerrar, debatiendo entre pedir una explicación, o solo dejarlo pasar, en fin, todos sabían que la albina por más dulce, y accesible que se mostrara era una mujer inaccesible, casi intocable, impermeable. Tal vez la derrota, ya estaba dada desde el inicio, y aun así no podía culparla.

— No, debería ser yo quien se disculpase, vamos, una chica tan linda como tú, fijándose en mí, es imposible.

Tal vez tenía algo de razón, tal vez… puede que no, solo que no.

— No seas así — sonrió, Mira, eres preciosa — lo que pasa es que yo… — se mordió los labios, como una adolescente avergonzada, un poco de coquetería escondida en algún lado, escaneada en un instante — ya estoy saliendo con alguien.

— ¿De verdad? Se podría saber quién es el suertudo.

Ella rió, risueña, como las chicas bonitas de esas películas donde ves al tipo malo cayendo irremediablemente, ante la belleza suave de una mujer demasiado femenina. Y ella se burlaba entre dientes, porque la única relación estable que tenía era con sus dedos, y el amado consolador, pero a quién le importaba eso, apostaba que a ese tipo no, o puede que sí, pero no lo suficiente, no había razón para que alguien se enterase de la pequeña mentira. Así que en última instancia, puso uno de sus dedos en sus gruesos labios, y todo parecía crear un aire de secretismo, casi envidiable, mucho más cuando ella se acercó a él, tal vez demasiado, y susurró un: "Shss, ese es un secreto."

Los hombres eran una materia que ella no entendía, pero dominaba. Lo supo cuando el tipo se quedo boqueando ante la cercanía, y solo asintió, estando sin palabras.

….

…..

..

Mirajane Strauss, era una modelo retirada, y para desconcierto de todo el mundo, cuando aun tenía madera para proseguir con la carrera, acabó por trabajar en un bar que a simple vista parecía de mala muerte, ya que de todo tipo de curiosos personajes entraban y salían del lugar. No era tanto así, Fairy Tail – ese era el absurdo nombre del local – tenía su familia, una que tenía tanto que ver con sus fieles clientes, y los servidores del lugar, Mirajane no entendía como ella acabó por pasar de cliente, a anfitrión. Y los demás no sabían como "La Demonio", pasó a ser la servidora de tersas sonrisas, todos decían que era por la desaparición de Lissana, pero cuando la chica volvió a la vida de su hermana, nadie entendía bien el cambio abrupto. No había razón para que alguien lo entendiera, Mirajane no pensaba dar explicaciones a nadie tampoco, eso era cosa de ella.

Cuando estaba por llegar el fin de su turno, cosa que supo cuando vio a Elfman, en la puerta, esperando para recogerla, manía que venía desde hace tiempo, ya que esa era su naturaleza como hermano, más cuando le mencionó su gran popularidad en el lugar. Además él formaba parte de la familia que era "Fairy Tail," y todo hubiera sido normal ese día, si no fuera porque una cara conocida, pero por un largo tiempo desaparecida – al parecer contraer nupcias, y trabajar, retrajo a la fulana – entró por las puerta.

Ella tenía un caminar dominante, contorneaba las caderas, con una coquetería inconsciente, así mismo sus pisadas se hacían resonar en el ambiente, mirada fiera, absorbente, con cierta seguridad que se destilaba en cada poro, pero se aunaba en los ojos, y el cabello rojo que caía por su espalda con presteza, y bailaba en el viento, con cada movimiento de cabeza. Ella era Erza Scarlet, ella le miraba, y sonreía, y no había nervios, pero había algo, que Mira admitía, pero nunca en voz alta.

En el momento en que la pelirroja se sentó en la barra, con los ojos puestos en ella, con una sonrisa amable, porque ella lo era, a pesar de su carácter dominante, la albina botó un suspiro, y tuvo que hacerle caso, y no quería hacerlo, al menos no mucho.

— Hey, Mira, tráeme un tarta de fresa.

Mirajane rió en voz baja, solo a alguien como Erza se le podía ocurrir pedir un pastel de fresa en un bar, es más, es por ella que eso debía estar en el menú, porque nadie quiere saber el quilombo que se formó la vez que le negaron el capricho. Así que ella asintió, y fue a traer el dulce manjar de la chica.

Se movió a pasos rápidos, urgentes, como si buscase algo demasiado importante. Las piernas temblaban un poco, y estaba otro tanto enojada. Y esta era la ironía, que se presentaba triunfante, nadie podía salir con Mirajane, ella era intocable para todos, solo un sueño trazado con los dedos, jamás creído como posible. Y ella, ante todo pronóstico, veía lo imposible en más de una ocasión, sin la esperanza de poder resguardarlo en el pecho. Porque Erza Scarlet, era lo imposible, de lo inadmisible.

Notas finales:

Sí, Yuri en Fairy Tail, ya sé que en este fandom no le van mucho al yaoi, menos al yuri, - es más mis parejas favoritas de ambas son héteros, - pero... cómo decirlo, ellas dos juntas me parece lo más sexy que pueda pasar en la vida, no sé ustedes pero así lo siento, en fin, ¿Alguien me sigue con esto?


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