Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

One Final Graven Kiss por Luna Shinigami

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Yu Gi Oh

"One Final Graven Kiss"
By: Luna Shinigami

++++++++++++++++++


"La impotencia me esta absorbiendo, la rabia intenta carcomer mi alma, las culpas y los reclamos inundan mis oídos y calan en lo profundo de mi oscuro corazón"

Veo con cansancio las calles a través del ventanal oscuro del auto, me recargo pesadamente para sentir el frió que trae consigo el cristal opaco, juro que no quiero llegar a ese maldito colegio, pero no tengo otra opción… no tengo opciones… así ruegue por un milagro, así llore con el corazón en la mano a todos los dioses… lo he intentado, invocar a Ra, Amón, dios, Ieva, Jehová, Ala… todos, pero ninguno me escucha, como queriéndome culpar de algo que se que no tuve la culpa.

Mi corazón sufre y nadie quiere sanarlo, intento no desfallecer y poner mi mascara estoica cuando llego a las rejas de esa prisión que llaman centro educativo, veo como mis compañeros caminan sin ninguna prisa, sonriendo; como quisieras robarles la sonrisa y que sufrieran como sufre mi corazón, como quisiera que ellos temieran cada día como yo le temo, como le temo al sol, cada vez que aparece.

Bajo del auto y ni siquiera miro al chofer, aunque él si esta conciente de lo que sufro yo, lo ha visto cada vez que mi mirada se pierde, no dice nada pero se que me tiene lastima, pesar, no quiero que lo sienta y me dan ganas de despedirlo, pero no puedo, el que un sujeto tan insignificante sienta mi dolor como propio o aunque sea, sea testigo de mis lagrimas invisibles me refresca mi adolorida existencia.

Camino despacio, se que me miran como si fuera una visión, unos con rabia, con envidia, con celos, otros por el contrario con deseo, con lujuria, con sentimientos tan banales que no les presto atención.

Cada paso es un tormento, cada segundo una perdida de tiempo, lo se, quiero salir corriendo de allí y regresar a mi mansión, llegar a mi alcoba y no salir de allí nunca más, por temor a ver de nuevo la luz del día, esa que se burla de mi y me dice que tengo un día más solo porque él lo decidió.

Me siento como siempre y prendo mi laptop, comienzo a digitar a mil por hora, no porque realmente lo necesite, pero necesito que el sonido incesante me recuerde que no soy ningún débil, que debo vivir un día más, que debo luchar un día más, escucho cuando entra el profesor, uno más de todos los que pasaran en un día.

"filosofía", genial¡ una materia que me carcome el alma, dejo de teclear cuando escucho la palabra "inmortalidad", "esperanza" , "nuevo amanecer", lo miro con rabia mal disimulada y todos lo saben porque efectivamente me están mirando a mi, ¿Cómo un hombre puede hablar de cosas que no conoce? ¿Cómo puede hablar de sentimientos que nunca ha tenido? ¿Cómo puede hablar como si tuviera razón completa?.

La sangre se agolpa en mi rostro, en mi cuerpo y huyo, vuelvo a huir como siempre, solo que esta vez lo hice publico, escucho perfectamente los murmullos de mis compañeros y la voz chillona del pequeño imbecil de Yugi.

Corro como desesperado hasta entrar a los lavados, cierro finalmente con seguro, no quiero que nadie entre y me encuentre en una situación tan patética, respiro agitadamente y camino trastabillando mis pies hasta el espejo de los lavamanos, miro mi reflejo, intacto pero tan cansado, mis ojos azules están derrotados eso puede verlo hasta un ciego, las ojeras de mi rostro están más pronunciadas y aunque cada cosa esta en su lugar, yo se que no es así, miro mis manos… están más delgadas, quiero morir, por favor no quiero continuar así… MLADICION, no tengo más de diecisiete años y tengo el peso del mundo sobre mis hombros.

Finalmente siento como algo se desliza por mi mejilla y al posar de nuevo mis orbes azulinas en el espejo veo que son lagrimas, unas que ya no puedo reprimir,, que he reprimido durante los últimos cuatro meses y ya no puedo, una, luego otra y otra, caen solas y no las puedo detener, caigo de rodillas sobre el suelo frió y lo golpeo una y otra vez tratando de arrancar mi sufrimiento, siento como mis manos cerradas se tensan al golpearlas duramente contra aquella baldosa fría.

-MALDICION¡¡¡¡¡- logro gritar como nunca, como no he podido hacerlo hace cuatro meses.

Después de descargar mi frustración, me levanto como si nada hubiera pasado, limpio mi rostro con abundante agua y peino de nuevo mis cabellos, con mis manos no puedo hacer nada, las tengo dañadas, cuando llegue a la mansión me tendré que poner guantes, no quiero que vean lo que me he hecho.

Cuando veo que no hay rastros de alguna actitud fuera de mi, respiro hondo y vuelvo a salir para dirigirme al salón de clases, como si nada vuelvo y me siento, aunque puedo percibir todas las miradas sobre mi, ante todo la del grupo de ¡viva Yugi¡, si supieran cuantos los odio, si supieran que en lo más perverso de mi mente lo único que quiero es hacerlos llorar y pedir clemencia sin recibir nada a cambio.

El inepto profesor me mira de nuevo y cambia el tema, mientras yo digito a mil por hora… quiero alejarme de este tonto malestar, dejo de teclear un momento y miro hacia la ventana, el sol se empieza a opacar y un apretón en mi corazón me hace doler todo.

"tu no me ganaras" "tu no eres nada" "tu no eres nadie" "tu… no puedes dejar vació mi corazón", es estupido retar a una masa gaseosa que ilumina los días, pero necesito convencerme que nunca me ganara, porque soy yo, a mi nadie me ha ganado y ese maldito amanecer no comenzara a hacerlo.

La voz del enano me distrae.

-Kaiba… necesito hablar con tigo- dice como suplicando, pero no le puedo dar el lujo de responderle , simplemente lo ignoro, me importa muy poco que su clan se haya puesto de pie para defender a su jefe.

-Kaiba, Yugi te esta hablando¡¡¡- dice la voz ofuscada del antiguo faraón, ¿crees que me importa si me habla, grita o golpea?, en este momento no me importa nada y él no será quien venga a destruir mi mediana cordura, lo miro amenazante y veo al clan de amigos, Tristan el chico mono, Tea la estupida de la cara feliz, Ryo un albino con problemas de doble personalidad, Yami con el puño levantado y su lloroso Hikari de ojos violetas, si supieras cuanto te odio Yugi Motou, si supiera que sueño con poder destruir tu tonto corazón y arrojarlo a los perros para ser devorado.

Me levanto, señal inequívoca de pelea fija, porque inmediatamente veo como el resto de las personas del salón hace un círculo como si fuéramos gladiadores romanos.

-no quiero hablar con él…- digo fuertemente mirando a Yami, y estoy tratando de controlarme para no golpear al pequeño, porque él ha sido testigo de cosas que debieron ser mías únicamente, como su sonrisa, como sus lagrimas, como sus derrotas y sus victorias.

Por eso te odio Yugi y espero que te pudras en las profundidades del infierno y si tanto crees en el reino de las sombras, vete allí en estadía permanente.

Intento salir del salón pero la mano del imbecil chico mono me detiene.

-no escuchaste ricachon,…- dice en tono rencor, yo se que me odia con todas las fuerzas de su alma y el sentimiento es plenamente correspondido Tristan, yo tampoco siento aprecio por ti, lo único que deseo es que mueras de la forma más penosa posible. Suelto mi mano de su agarre y continuo, adentro quieren matarme pero no lo harán soy más fuerte que ustedes y eso me satisface, por fin la campana sonó y puedo volver a mí casa, a mi refugio,.

Camino donde esta la limosina, pero me detengo al ver a la persona que más odio en este mundo, más que a Yugi, más que a Tristan y más que a los locos de los artículos del milenio, más que a mi padrastro… más que a todos, sus ojos mieles llorosos me miran como rogando.

Ruega todo lo que quieras pero nunca tendrás mi perdón, te odio como a nadie en este mundo, te odio porque tu me quitaste la única esperanza de mi corazón, tu cabello se mueve, supongo que huele a vainilla, un olor que alguien tan despreciable no debería tener.

Sigo caminando pero le pongo mi mejor rostro de asesino, se que se va a intimidar, tiene que hacerlo, da dos pasos hacia atrás y alguien sostiene sus hombros, veo a un hombre mayor de cabellos rubios opacos y mi ira se incrementa, así que los mal nacidos se juntan para recibir su castigo, siempre están en esa misma posición, todos los días, desde hace cuatro meses para pedir mi perdón, uno que nunca recibirán.

-que quieren¡¡¡- mi voz de hielo puede enfriar hasta las arenas del desierto, sus ojos mieles me miran con miedo, pero las orbes negras del mayor no se acobardan tanto.

-sabes lo que queremos joven Kaiba- dijo bajando la cabeza, mi autocontrol se va al piso, tomo al rubio mayor de las solapas de su vestido barato y lo lanzo fuertemente contra el muro de la puerta del colegio.

-NUNCA MALDITO, NUNCA... ENTIENDE NUNCA…- mi ira creció y fui separado del hombre por Yami y Tristan que tratan en vano que no lo mate, escucho el llanto de aquellos ojos mieles y le reto con rabia, llora, llora que eso libera a mi alma de un peso enorme.

-no vuelvan a acercarse a mi o juro que será lo ultimo que verán es sus insignificantes vidas…- me suelto de mis dos captores y me subo a la limosina, suspiro con nervios y ordeno al chofer que me lleve a casa.

Mi cabeza cae lentamente hasta el asiento y siento que de un momento a otro va a explotar, necesito relajarme, necesito pensar en otra cosa… mis ojos se cierran lentamente y veo al motivo de mis odios.

Si supieras cuanto odio tu sonrisa fresca, si supieras como detesto tus cabellos rubios, si supieras cuanto reniego de cuerpo, si supieras que al final de cuentas que te odio, porque eres el motivo de mis desvelos, porque eres el motivo de mis miedos, tu y esos ojos mieles que he llegado a odiar y a la vez a amar.

Otra lagrima traicionera sale de mis ojos pero la retiro rápidamente, no quiero que nadie la vea, las calles se vuelven opacas y no tienen ningún sentido, ni ellas, ni las personas, ni las cosas, ni mi empresa, nada tiene sentido en mi patética existencia, cierro los ojos cuando veo el sol, no quiero verlo derrotarme, escucho las rejas de la mansión abrirse y el auto entrar lentamente.

Otra vez estoy en casa, en mi casa, mi refugio, mi vida, lentamente entro y veo el semblante preocupado de mi hermano menor, por lo cual le forzó una sonrisa y lo brazo como mi tabla de salvación para que mi alma no se pudra en el infierno.

-buenas tardes Seto ¿Por qué no fuiste a Kaiba Corp?-pregunta tiernamente.

Yo solo sonrió –no tenia ganas de ir…- digo en un tono de voz lastimero cuando veo a la enfermera con unos recipientes, últimamente la mansión huele a hospital, frunzo el seño, me desagradan las enfermeras y los doctores.

Mokuba sonríe un poco, aunque también noto su cansancio en los gemelos de mis ojos –Seto, es necesario así no te guste hermanito…-

-lo se, Moki, lo se…- digo cansado dándole otro abrazo a mi hermano.

-tienes hambre???- pregunto mi adorada fortuna.

-un poco, Mokuba harías el favor de pedir que la envíen a mi habitación…- respondo en tono sedoso.

Solo lo veo asentir y alejarse aun con el uniforme del colegio, ¿Qué hubiera hecho sin mi hermano? No hubiera resistido tanto, subo pesadamente las escaleras y llego a mi habitación, suspiro pesadamente y dibujo una sonrisa para entrar, allí en ella esta mi tesoro, mi regalo, mi vida, allí en esa habitación esta todo lo que es Seto Kaiba.

Muevo la perilla y entro despacio, descalzándome en el marco de la puerta, camino sigilosamente y veo allí al motivo de mis alegrías y de mis odios, le doy un suave beso en la frente y hago que sus hermosas gemas se abran ante mí.

-buenas tardes… Seto…- dice cansadamente.

-buenas tardes mi regalo- suspiro suavemente mientras deposito en sus labios un beso tierno.

-ya almorzaste…- preguntas cansadamente y tratas de incorporarte en nuestra espaciosa cama, te ayudo y coloco una almohada atrás de tu espalda frágil.

-Mokuba me va a subir algo de comer… no te preocupes…- digo suavemente acariciando los mechones de tu cabello.

-jugué toda la mañana con Mokuba….- me dices cerrando tus ojos, en señal de cansancio –hace mucho que no tenía un juego de video en las manos-

-me alegro, mi pequeño sol…- le sonrió y me alejo un poco para quitarme el abrigo y la corbata, desabrocho la camisa y la dejo por fuera, para luego acostarme junto a mi pequeño sol.

-como te fue en el colegio?? Viste a Yugi…- me preguntas recostando tu cabeza en mi pecho, muerdo mis labios para no gritar en desaprobación.

-si mi sol, pero ya sabes las ordenes del medico, aun no pueden venir, pero cuando estés mejor iremos juntos al colegio… y te reunirás con la pandilla de perdedores…- escucho tu risa entre la tela de mi camisa y también sonrió. Sabes que los odio y eso nunca va a cambiar eso también lo sabes.

-Seto que ha dicho el medico??-preguntas ingenuamente y yo trato de no mostrarte mi faz de desaprobación y preocupación.

-que estas mejorando… lo sabes…- digo suavemente dándote otro beso tierno en esos labios que amo.

Intento no llorar, soy fuerte y te abrazo, me abrazo a tu cuerpo delgado, a ese cuerpo que fue perdiendo la vitalidad, te abrazo y siento como tus mechones rubios caen delicadamente en mi pecho, tu eres mi debilidad y mi fuerza, mi lindo sol, mi lindo rubio, mi lindo Joey…

No quiero ni pensar como comenzó nuestra historia de amor, porque he aprendido a no vivir con el pasado sino a disfrutar de mi presente, ese en el cual estas tu…

Siento que respiras rápidamente y te recuesto, saliendo a llamar a la enfermera, entra con cuidado y te revisa, coloca una masacara de oxigeno en tu delicado rostro y siento morir.

Mokuba entra también y me mira como yo tengo la mirada perdida, solo escucho de su labios un "se fuerte, por él se fuerte", y así lo hago, solo por él soy fuerte, solo por él tengo ganas de vivir cada día, aunque en la noche no desee cerrar los ojos con miedo de que cuando los abra me digan que ya no esta a mi lado, que lo he perdido para siempre y que el no puede estar conmigo,.

Mientras la enfermera hace su trabajo yo pienso, porque odio a todo el mundo, odio la sonrisa simpatizante de mis compañeros porque no sienten el dolor de ver morir entre tus brazos a la persona que amas y no puedas hacer nada para remediarlo.

Odio a Yugi, por robarme tus sonrisas y tus miradas, tu tiempo y tus deseos, odio a Yami por involucrarte en el juego estupido de las cartas y no dejarte vivir como una persona normal, odio a Tristan por aquel beso robado, odio a tea porque estuvo siempre a tu lado, odio a Ryo porque siempre tendrá a su Hikari, mientras yo me estoy muriendo al ver tu cuerpo desvanecerse en esa estupida enfermedad.

Pero sobre todo odio a los gemelos de tus ojos, odio a Serenity porque en tu afán inalcanzable de salvarla olvidaste tu salud y tu vida, una que se iba opacando cada vez que luchabas por ella, por un momento te maldigo, porque la única persona en el mundo que no ha sido egoísta, petulante, avara es la que deseo que lo fuera, que fueras egoísta y no pensaras sino en ti, pero es difícil tu pienses en otra cosa que en tu hermana, una que siempre robo tu corazón, por esa razón la odio, porque por pensar en ella te olvidaste de ti, que no cuidaste tu salud y que a nadie le importo, a tu padre que en vez de ayudarte se sumió en el alcohol y no te ayudo a llevar tus pesadas cargas, odio a la vida porque no se quiere quedar en tu cuerpo.

Escucho un respiro de alivio de Mokuba y veo como claramente la enfermera a salido de la habitación, dejándonos a los tres solos, sumidos en el olor a fármacos y medicina, odio ese olor, odio que tu olor a vainilla no lo tengas ya solo por oler a drogas.

Me acerco a ti despacio y beso una de tus pálidas manos, se que estas dormido, solo entonces me permito llorar, mientras Mokuba me abraza y llora también.

-que ha dicho el medico, Seto?- pregunta mientras peina tu cabello rubio con delicadeza.

-que no hay esperanza, lo desahuciaron Mokuba… la medicina moderna ya no le tiene cura a su maldita enfermedad….- digo irremediablemente cansado y coloco mi cabeza en su pecho –no quiero que me deje… no quiero que lo haga… Mokuba, ayúdame a que no se valla…-

Nunca le he pedido nada a al vida, ni padres, ni felicidad, ni sanidad mental, ni compañía, solo he tenido a Mokuba y ahora a mi lindo cachorro rubio, pero la vida se empeña en arrebatarme lo que más amo.

-Seto… debes ser fuerte…- murmura mi hermano, tratando de reprimir las lagrimas, se que lloras más por mi que por él, porque él descansara de semanas de tratamientos, de su agotamiento físico, de su cansancio, de su inconsciencia, de las agujas, de los fármacos, de las enfermeras, pero yo quedo aquí sumido en el infortunio, cerrando mi corazón porque él no va a estar conmigo.

Tengo diecisiete años y no puedo llevar el peso de ver morir al amor de mi vida en una cama y no poder ni con todo mi dinero hacer que sobreviva.

Veo como la noche trata de ponerse de nuevo y no quiero cerrar mis ojos, en cuatro meses no he podido dormir bien, siento que si despierto no te encontrare, se que suena egoísta de mi parte pero prefiero verte aquí postrado en mi cama que descansando en paz, no quiero que mueras, ¿es tan difícil que me cumplan el único deseo de mi vida?

Aun sigo recostado en tu abdomen y es cuando siento las manos delicadas y delgadas peinándome los cabellos.

-te amo, Seto…- murmuras cansado , aun con la mascara de oxigeno en tu rostro.

Odio las balas de oxigeno que entrar en mi casa, pero si no fueran por ellas te aseguro que hace mucho no estarías conmigo.

-te amo mi sol…-

Sonríes y es tan puro que levanto la cabeza para verte –olvidaste los… motes caninos….-dices con falsa seguridad.

-tu siempre serás mi cachorro, pero odias que te diga así, además eres mi regalo, mi sol y mi vida…- le digo sinceramente besando sus labios cuando retire la mascara, luego vuelvo a ponérsela.

-te amo Seto Kaiba….- dice cansado cerrando los ojos, tu pecho se mueve lentamente y para mi aliento aun respiras, solo duermes por los calmantes para que no sufras más, esos dolores que te debilitan y no te dejan levantar.

Me levanto con cuidado y veo a mi hermano durmiendo en los pies de la cama, sonrió un poco, se que él ama a Joey, que lo ama como a un hermano, que sonrió cuando le dije que lo amaba y respeto mi decisión de estar con él. Que lloro conmigo cuando lo encontré inconsciente en esta misma habitación, cuando fuimos a internarlo al hospital y cuando me dijeron que tenías una enfermedad de la cual no había cura. Se que para su corta edad no debería estar sufriendo por cuidar a su cuñado, pero él lo hace porque desea, aunque este acabando con ambos, la mansión nunca tuvo tanta vida antes de Joey Wheeler y nunca fue tan sombría como en estos momentos.

Me acerco al balcón de la habitación y respiro hondamente, dejando que mis lagrimas fluyan… porque tu y no Serenity?, si tuviera el poder de cambiar tu vida por la de ella lo haria, aunque si supieras lo que ella espera… mi perdón y el tuyo todos los días a la salida del colegio, seguro me reprenderías al saber que no me importa.

Pero entiendeme, no puedo hacer otra cosa que odiarla, fue por ella que te enfrentaste a Pegasus, fue por ella que acabaste con tu vida, si no hubieras estado tan agotado, tal vez hubiéramos tenido tiempo de buscar una cura, un milagro, algo que evitara que te fueras, pero no… solo por ella, bueno no solo por ella, también por Yugi y compañía, por eso lo odio, los odio, por no percibir en tu mirada indicios de esa maldita enfermedad que te drena la savia de la vida. Como quisiera que cambiáramos lugares y fuera yo el enfermo con tal de ver tus hermosas gemas abrirse de nuevo con brillo.

No se cuanto duraras así, no se si llegaras al año, no se que pasara y me siento impotente, porque solo pude disfrutar unos meses de nuestro amor, uno que tu hermana del alma repudio, después de que sacrificaste todo por ella, un amor que tu familia escupió y pisoteo, pero sin embargo no dejaste, por lo único propio que luchaste en tu vida fue por mi y por eso te amo.

Aun puedo ver el rostro de terror de tus amigos y la de consternación de tu hermana, sonrió maléficamente, me encanto ver sus rostros, también el de Tristan al saber que había perdido con "el bastardo ricachon" pero que culpa amarnos tanto y no poder seguir negándolo más… los odio porque te dejaron solo y ahora desean verte, algo que no permitiré, nadie se atreverá a traspasar las inmensidades de esta mansión, nadie que moleste tu estado o que interrumpa tu sueño, porque se que lo harían con su incesante parloteo solo te drenarían más la vida y no quiero, egoísta soy egoísta pero no quiero que te vallas.

Te amo tanto, Joey te amo tanto, pero solo lo demostré plenamente cuando te interne por primera vez en el hospital, cuando vi tu delicado cuerpo de porcelana atado a tubos para tu supervivencia, odie la medicina, odie todo y aun lo odio, te odio tanto de cómo te amo.

La empresa la manejo desde la casa, no tengo tiempo que perder en nimiedades y cada vez que voy es un suplicio para mi persona, por eso llamo cada diez minutos para saber como estas, Mokuba asido de gran ayuda, cuando no esta contigo esta allá, es un Kaiba y es mi hermano por ende es un genio y me siento orgulloso, siempre se lo digo y el sonríe porque sabe que es cierto, que te amo, pero que también lo amo a él.

El viento juega con mis cabellos chocolate y trato de pensar en otra cosa, es cuando siento unas manitos delicadas abrazarme por la espalda, al principio me sobresalte y luego me gire para verte, siempre haz sido diez centímetros más bajo que yo y agradezco serlo para poder verte bien.

Estas frió y no tienes la mascara, me enojo y te alzo con rapidez, no pesas nada, tus manos se enredan en mi cuello, mientras mis brazos cubren tu espalda y rodillas, siento como hundes tu cabeza en mi pecho, pero temes soltarme.

-Eres un irresponsable…- le susurro al oído.

-solo quería estar contigo…- me dices cuando sientes la tibieza de nuestra cama, una que ha sido participe y testigo de nuestras noches y días de amor, y aunque me haga falta ser tu dueño y reclamarte como tal, no soy tonto, si no quiero que te levantes, tampoco voy a hacer el amor, podría alejarte más de mi y no lo deseo.

Cuando lo acuesto Mokuba despierta y me sonríe cansado –de nuevo huyendo de la cama- le dice a Joey regañándolo, luego vuelve a sonreír, mañana abría colegio así que me da un beso y otro a Joey y sale para su habitación.

Los ojos mieles que amo se están apagando y no se que demonios hacer para mantener viva esa llama de vida.

-te amo…. Pero solo soy una carga para ti…- dices agitado, yo solo puedo abrazarte y besarte el cabello, cada mechón, cada parte de él como venerándote, como reteniéndote.

-no seas idiota, no eres una carga para mi…- le digo con pesar y lo recuesto en la cama y yo junto a él.

-no comes bien… Seto….- le cuesta hablar –prométeme que te cuidaras más…- respira más duro y le pongo la mascara –por mi… júralo… Seto Kaiba…- me mira con sus ojos mieles, unos que sabe que jamás le diré que no.

-te lo juro… y me veras comiendo todos los días junto a ti…- sonríes y te recuestas cansado, la conversación te ha debilitado lo mismo que jugar con Mokuba.

Hay días en los que puedes salir en la silla de ruedas y paseas por los jardines extensos de la mansión, pero otros días como hoy que no puedes ni levantarte, en los días que estas bien puedo hacerte el amor solo porque lo pides y lo hago con sumo cuidad, en no dañarte, jamás me perdonaría dañarte cuando quiero demostrarte mi amor.

Me coloco la pijama y miro a mi alrededor, hay una bala de oxigeno en un lado, un comunicador en el otro extremo, una silla de ruedas y una repisa de fármacos, agujas, ampolletas… hasta la silla de la enfermera para cuando Mokuba y yo no estamos, ella te cuida con cariño de madre, una que nunca tuviste..

Te cubro despacio para no dañar más tu cuerpo hermoso y siento que te relajas, te amo tanto mi cachorro, tanto que he prohibido que el mundo exterior interrumpa tu vida, no sabes absolutamente nada de afuera y mejor para todos, no quiero que veas como tus padres pelean tu custodia en los tribunales, no quiero que veas como peleo diariamente con tus amigo o como la prensa me arranca trozos de piel cada vez que puede, no quiero que veas como mi vida esta de cabeza cada vez que no estoy junto a ti.

Trato de no dormirme pero es imposible, como hace cuatro meses, solo te abrazo fuertemente, y como todas las noches rogándole al amanecer para seguir viendo tu sonrisa un día más… no se cuanto tiempo te quedaras conmigo por mi seria eterno… el amanecer… por favor… no me lo arrebates… esta noche no… este día no… así mi ruego como todos los días… para luego despertar y volver a la misma rutina de hace cuatro meses.

Una lagrima cruza mi rostro cuando duermo, el amanecer siempre le da un nuevo día a Joey… uno en el que le digo que lo amo, por eso te agradezco amanecer….por dejarme otro día junto a él.

Owari…….


NA: ^^, hoy me levante con la depre existencial y he aqui el motivo de mis desvelos….. No se como quedo por eso quejas y comentarios serán bienvenidos.

Luna Shinigami

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).