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La vida de Daniel Phantom por AngleBits

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Notas del fanfic:

Soy nuevo en esto y solo dejare una breve historia espeando ver si es de su agrado o no, de igual forma la continuare pero por ahora sera algo corto.

Las perspectivas cambian, si un personaje esta solo la hitoia sera contada en primera persona, si esta acompañada brincara a tercera y asi susesivamnte.

 

El radiante sol brillaba en el cielo, podía sentirlo, tanta paz. Una increíble sensación crecía en mi pecho y se extendía por todo mi cuerpo como una cálida luz de tranquilidad que no tenían un motivo aparente, el solo ver el basto cielo me provocaba un cosquilleo en el estómago que me hacía sonreír, era uno de esos días en que por ninguna razón me sentía así, feliz. Deslice la mano por el césped en el cual yacía recostado con los brazos extendidos haciendo remolinos con la punta de los dedos sobre la grama, el contacto suave y áspero sin duda era muy agradable, mientras miraba desde mi lugar el cielo azul del día donde pocas nubes blancas se deslizaban con lentitud, casi perezosas. Los cálidos rayos del sol golpeaban en mi piel y el viento silbaba con gentileza, un incomparable aire fresco llenaba el ambiente, un día perfecto para relajarse diría yo. Cerré mis ojos dejándome llevar por el sonido de la naturaleza que se mecía en un tranquilo vaivén y yo junto con ella. Llevaba puesta mi camiseta favorita ese día.

Odiaba los días lluviosos más que nada, ya que cuando era pequeño quede atrapado en una fuerte tormenta de la cual no tengo muchos recuerdos y para ser sincero no me esforzaba tanto en recordarlo.

Los días se habían hecho más llevaderos una vez que me logre ajustar a la rutina de atrapar fantasmas, en horas de clase y fuera de ellas, sin mencionar que contaba con Tucker, Sam, Jazz y otras personas para apoyarme, se habían vuelto hábiles al cazar fantasmas y parecía divertirles.

Mire los árboles que se alzaban a mi alrededor con un aire de satisfacción, sin lugar a dudas este sito era genial ya que se encontraba muy apartado de Amity Park  y no solo eso también estaba en una parte boscosa muy escondida de poca accesibilidad y de gran altura, pero gracias a mi habilidad para volar no resultaba un problema llegar ni volver a casa para cenar. Suelo pasar demasiado tiempo en este lugar y si alguien me pregunta donde me encontraba solo tengo que decir que estaba ocupado, sé que no debería de mentir pero realmente me había ganado estos tiempos a solas.

Las hojas de los árboles se agitaban, y a través de estas haces de luz caían hasta mí, todo se sentía tan perfecto, mi pequeño pedazo de paraíso.

Al observar detenidamente en uno de los imponentes árboles que me rodeaba pude notar una silueta oscura en una de las ramas más altas, no lo conseguía distinguir por culpa de la luz del sol que me daba en los ojos así que me senté tratando de ver mejor pero fue inútil, no sabía que era lo que estaba allí arriba y  al no tener demasiado que hacer decidí observar, la verdad no me asustaba, eh pasado una parte de mi vida casando fantasmas y otras criaturas que comúnmente ahuyentarían a cualquiera, desde pequeño no recuerdo haberles temido antes. Me puse en pie y levemente fui despegándome del suelo, una ligera presión aumento en mis hombros, siempre era lo mismo, cada vez que volaba mi cuerpo era un tanto más pesado, recuerdo los primeros intentos que tuve al volar, rápidamente me cansaba y con duro esfuerzo conseguía elevarme unos cuantos metros, ahora todo es distinto logro volar enormes distancias y llegar a grades alturas sin siquiera sudar una gota y sin la necesidad de transformarme. Me acerque con calma, sea lo que fuese no quería ser atacado por ello, al llegar a la rama más alta del árbol me lleve un gran sorpresa, un joven de tal ves 19 o 20 años de edad dormía reclinado contra el tronco del árbol, me limite a observar aun flotando, el joven tenía cabello blanco, una piel pálida y su condición física era resaltable, su cuerpo se podía apreciar bien trazado y definido por encima de la camisa negra tan pegada que llevaba puesta junto con una chaqueta negra.

Sin notarlo me acerque con lentitud como si fuese atraído hacia el por alguno extraño lazo que no conseguía ver pero sabía perfectamente que el inicio de este era en mi corazón el cual se aceleró, no lo entendía,  no podía ser atracción, mi novia era Sam y yo la amaba en verdad, pero este joven, esto era diferente, porque me sentía de esta forma estando junto a él, ni siquiera le conocía pero no podía parar de mirarlo, mi mente se tornó un caos y no podía detenerlo algo andaba mal en mí, la sensación de tristeza que me agobiaba no tenia sentido , fue tarde cuando me pude percatar de que él me estaba mirando, sus ojos estaban clavados en los míos, podía verme reflejado en sus pupilas y mirarme a mí mismo, mi cara era de total desconcierto, sus ojos eran de un rojo vivo un color que solo se  había visto en la sangre, parecía poder mirar en lo más profundo de mi donde ni siquiera yo conseguía llegar.

-Hola Daniel- Dijo el joven sin ninguna expresión en su rostro salvo una sonrisa que le dirigió con solo una comisura de su boca. Danny retrocedió en el aire levemente, no le sorprendía el hecho de que supiese su nombre, ni que lo mirara de una forma un tanto siniestra lo que a Danny le molestaba era esa sensación de familiaridad que sentía emanar del joven, una sensación de nostalgia que le resultaba amarga y dolorosa. Danny sabía que tenía que alejarse pero su cuerpo no le dejaba este le obliga a permanecer en su lugar.

-¿Quién eres?-  El tono de Danny era de exigencia e ira más que de pregunta acompañado por una leve posición defensiva que pudo advertir el extraño, ira provocada por la desesperación que sentía al estar tan confundido.

-¿Quién soy?- Repitió mirando hacia donde Danny había estado antes –Eso no importa, pero mi nombre es  Marshall Soul.

Danny se mostró confundido por su respuesta pero no le tomo importancia, el deseaba marcharse de ese lugar, en su pecho una enorme presión crecía y podía sentir como esta aplastaría su corazón y en verdad le dolía como si eso fuese real. El dolor aumentaba y la respiración de Danny era cada vez más agitada, sujeto su pecho con la mano descendiendo levemente, ya no contaba con la concentración necesaria ni la fuerza para seguir suspendido en el aire, el joven, cuyo nombre era Marshall, lo sostuvo del brazo tratando de evitar que siguiera cayendo, Danny sintió como una fuerte descarga, parecida a las descargas eléctricas, recorrió su ser en un instante, se estremeció  << Esta sensación >> pensó Danny, el contacto que había tenido Danny le resultaba sorprendentemente familiar, Danny callo inconsciente presa de  la emociones incontrolables, el joven Marshall los sujeto con fuerza del brazo, Danny colgaba a una gran altura, Marshall lo observo, miraba la expresión de cansancio de Danny, que aun fuera de sí sentía su brazo tenso, una ligera mueca de agobio se asomó en la cara de Marshall.

-Supongo que esto llevará tiempo- dijo Marshall

Frio, hacia algo de frio. Parpadee repetidamente al abrir mis ojos, el cielo azul se había tornado gris, no conseguía distinguir nada, mi visión era borrosa, me quede tirado en el suelo tratando de reponerme, cada parte de mi cuerpo me dolía como si me hubiesen sometido a un gran esfuerzo. Frio, lo podía sentir, el aire golpeaba en mis mejillas. Pasaron unos momentos, sentía un poco de calor encima de mí ¿pero que es los que era?, levante mi cabeza unos centímetros, había una chaqueta negra arropándome, esta chaqueta, este calor, un pequeño aliento helado se escapó de mi boca, busque por mis alrededores con la vista sin encontrar demasiado, una nueva sensación surgió de mi estómago para salir entre mis labios cerrados, que sucedía , levante la vista y pude divisar algo extraño, tres esferas de luz volaban a gran altura parecían desprender pequeñas partículas brillantes que inmediatamente se desvanecían, mi frio aliento no dejaba de escapar de mí, esos fantasmas, por que sin duda lo eran, no se parecían en nada a los que yo había combatido en mi vida, nunca había visto algo así. Las esferas subieron más arriba de las nubes negras, sin pensarlo salí disparado hacia el cielo sin transformarme, que era lo que sucedía, que eran esas cosas, nunca las había visto antes, un dolor agudo atravesó mi cabeza, lleve mi mano hasta la frente tratando de calmar el dolor, un leve destello de un recuerdo surgió en mi mente, era confuso  borroso, podía ver lluvia y un cielo negro, un niño lloraba en la lejanía, sin duda ese niño era yo, el recuerdo termino cuando me sumergí en las oscuras nubes, el frio era insoportable, mi cuerpo se entumía con rapidez, no conseguía apreciar nada, era como nadar en mar de sombras, seguí en línea recta pero no parecía tener fin, aumente la velocidad y deje salir energía de mi ser envolviéndome en ella como una segunda piel tratando de conseguir un poco de calor, parecía funcionar solo un poco y eso bastaba. En la distancia haces de luz rompían la capa oscura que había formado, continúe hasta atravesar la densa nube , una gran luz me deslumbro, me había segado el sol, un calor me inundo con velocidad pero era extraño no era como  el calor que comúnmente sentía, era como si la felicidad me envolviera, la tranquilidad y una profunda paz ,cuando mi visión regreso, lo que vi no se comparó con nada que yo allá observado jamás, incontables esferas  volaban por doquier, trate de mirar donde iniciaban y donde terminaban pero parecían provenir de todos lados, el sol brillaba y el cielo, todo era cálido, mire hacia mis pies la gran nube negra cubría todo como un manto pero encima de ella era muy distinto a como lo era abajo, no podía sentir el frio y lo más extraño es q no podía sentir tristeza o confusión parecían haberse disipado, las esferas de luz me pasaban de largo rodeándome y unas más encimas de mi cabeza, esto no tenía precedentes unas cuantas se detuvieron a mi alrededor parecía atraerles el capo de energía que emanaba de mi por un momento sonreí, pero no sabía porque, solo lo hice, desvanecí el campo y las esferas continuaron la marcha, excepto una pequeña esfera que giro a mi alrededor de manera juguetona deteniéndose en mi cara, la mire por un momento luego esa se me abalanzo cruzando mi pecho y saliendo por mi espalda, pude sentir como esa energía había rosado levemente mi corazón, una imagen apareció en mis ojos, un niño sonriente de ojos verdes y cabello negro, y entonces fue cuando lo comprendí esas esferas eran almas de personas, lo que mas me impacto fue pensar en la enorme cantidad que volaban por ahí, no pude evitar imaginar lo peor, todas esas personas habían muerto pero había demasiada felicidad y paz en el ambiente como para que hubiesen muerto en un accidente fatal, entonces tenía que tratarse de otra cosa, algo de lo que yo no tenía conocimiento.

Permanecí en lugar durante horas viendo danzar las luces sobre las oscuras nubes, había sido hipnotizado por la increíble gama de recuerdos que flotaban a mi alrededor, por un motivo que no tenía claro podía ver e inclusive sentir cada emoción en las memorias de las personas que se ahora ya no pertenecían a este mundo, felicidad era lo único que emitían, lugares hermosos, preciosos momentos íntimos así como familiares o entre amigos, esto era como un sueño o lo más parecido a el paraíso, no estaba seguro aun de que tal sito existiera, de lo único que fui capaz de comprender es que al morir bajo ciertas circunstancias lo único que podíamos llevarnos eran nuestros más preciados recuerdos, sonreí por la idea. El tiempo paso y las pequeñas esferas relucientes se desvanecían en el viento, me sentí agotado, casi como despertar de una ilusión, mire de un lado a otro, se habían marchado por completo, me sentí triste por unos segundo, decidí bajar a toda velocidad, seguro me esperaban en casa, me deje caer desde mi lugar zambulléndome en las oscuras tinieblas en que se transformaron las nubes, cerré mis ojos, era vigorizante, caer al vacío desde grandes alturas se convirtió en uno de mis hábitos favoritos, y el más peligroso sin duda, casi podría decir que las nubes me rosaban como si fuesen sólidas, el viento me zumbaba con violencia en ambos oídos, nadie conocía mi habito tan alocado y no planeaba decírselo a nadie, solo terminarían preocupándose y dándome tontas advertencias de lo peligroso que resultaba, por supuesto terminaría ignorándolos. Mi cuerpo se humedeció con rapidez y antes de notarlo mi ropa se empapo cuando por fin el sonido del viento se despejo lo suficiente, alcance a escuchar los truenos que rasgaban con ferocidad las nubes, seguí sin preocupaciones en mi caída libre, el clima solo favorecía la situación, lo encontraba relajante, una forma de sentirme libre, pronto salí de el espeso mar de sombras las gotas de lluvia golpearon mi rostro con fuerza una prolongada sonrisa se extendió de un lado a otro de mis labios


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