Ya han pasado dos años desde que terminamos de estudiar el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, dos años desde que decimos Harry y yo vivir juntos. Y han sido los más hermosos pero siento que algo falta en nuestra vida
Pero últimamente él ha estado muy raro en estas semanas y el día de hoy decidió salir quien sabe dónde, como que siento que está muy distanciado de mí y sé que algo me oculta pero espero que el me lo diga. Y ha empezado a llover a cantaros y veo desde donde me encuentro sentado como se abre la puerta.
El entró con su ropa mojada y su espalda a la puerta apoyó.
- Todo termino - mirándome me lo dijo llorando. - Así, siéntate que estas muy nervioso, espera un poco te preparo un café- Y mi mano se extendió generosa y dije – cálmate – sonriendo fui directo a la cocina. Y mientras tanto pensaba que fue lo que pasó por qué esta situación habrá acaso un intruso entre los dos. Es que acaso no cree en mi amor, él sabe que a donde él vaya iré yo. Y mientras tanto el seguía callado ocultándome quien sabe qué hasta que dijo... - Somos tres – mirando en otra dirección
-¿De qué hablas? – sorprendido por las palabras que surgieron de sus labios y alejando de mi mente ideas que me vieron a mí. - Pasarán solamente ocho meses y un tercero entre nosotros abra- agrandando mi mirada ante tan poderosas palabras - Así que piensa si deberás lo quieres o me marcho ya – parándose de donde se encontraba sentado en todo este tiempo.
- Espera, déjame hablar y decirte que todo esto no tiene discusión – ahora él era el sorprendido, no se esperaba tal comentario.
- ¿Qué quieres decir? – posando sus ojos ante los míos y tal mirada de ilusión no pude resistirme y termine diciendo.
- Bienvenido sea el tercero entre los dos- sonriendo y tomándolo de la cintura lo abrazo y le susurro ante sus odios - Te haré mi esposo si tú quieres - separando nuestro rostros veo en sus ojos un brillo tan especial y en sus mejillas un adorable sonrojo.
- ¿Es enserio? - separando por completo nuestros cuerpos y sacando de mi bolsillo una pequeña cajita color rojo terciopelada y abriendo y sustrayendo de su interior un hermoso anillo con un hermoso brillante color verde incrustado en él.
- ¿Claro que es enserio? - tomando su mano la beso y en uno de sus hermosos dedos le introdujo despacio el anillo - Porque a donde tu vayas sabes que iré yo - besando sus dulces labios, que para mí son una adicción.
Y a las dos semanas nos casamos y fue un día especial y lo mejor es que estábamos rodeados de nuestros familiares y amigos muy cercanos.
Y pasaron los ochos meses restantes y ese día fue inolvidable el ver como llegaba ese tercero a nuestras vidas, no fue malo ya que ese tercero no destruye nuestra unión sino al contrario la fortaleció a un más.
Y aun no se olvidan las palabras que cambiaron el rumbo de mi vida SOMOS TRES.