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Rojo Relativo por KatsumiKurosawa

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Notas del fanfic:

Titulada Rojo Relativo por la canción de Tiziano Ferro.

Historia de Vampiros (?) que se me ocurrió leyendo un fic en inglés del mismo tema -claro que las tramas no tienen nada qué ver entre sí xDDD

Nunca en la VIDA he escrito un mpreg... pero esta historia me lo pide *--* xDDDU

Enjoy.

Notas del capitulo:

Hola hola, acá casual con esto que no podía quitarme de la cabeza e_____e lo escribí y a ver qué tal...

Rojo relativo

Por Katsumi Kurosawa

Capítulo 1

Perverso

 

        Ahí estaba ese castaño otra vez.

        Tendría aproximadamente unos veinte años bien cuidados y la sonrisa más hermosa que había visto en mucho tiempo; parecía haber escuchado de su amigo del rubio mohicano, algo aparentemente hilarante ya que una carcajada estruendosa había salido de sus preciosos labios de color durazno.

        ¿Cuánto tiempo llevaba espiándolo? ¿Tres meses?

        Seunghyun ni siquiera era de visitar clubes nocturnos pero desde que su primo SeungRi lo había llevado a ese lugar –que en realidad le parecía repugnante, personas sudorosas colisionando sus cuerpos entre sí al ritmo dubstep o lo que carajo se le ocurriera al DJ- había quedado prendado de ese castaño.

        Pero esa noche, todo era diferente.

        Podía sentirlo en el temblor ansioso de sus manos, en cómo pasaba una y otra vez la lengua para intentar humedecer sus labios sedientos… sedientos de ese pequeño castaño de apretados jeans y delgada camiseta blanca.

         ─ ¿Por qué tenía qué ser hoy…? ─se preguntó cerrando los ojos con fuerza, tratando de contener esa necesidad que lo carcomía por dentro.

        â”€Hermano… ¿Estás bien? ─la pelirroja le sacudió el brazo. Apenas levantó la vista hacia ella─ Te ves alterado.

        â”€No te preocupes Bom… no es nada grave… Instinto ─mintió con una sonrisa demasiado convincente

        â”€ SeungRi se ha perdido, ChaeRin también… espero no estén juntos ─se quejó frustrada bebiendo de su vaso de Vodka.

         â”€Lo dudo, linda. ChaeRin es demasiado para el pequeño ─confesó, llevándose su “Sex on the beach” a los labios─ Rayos, esta cosa puede ser una bebida muy marica pero sabe deliciosa…

        Tras la delicada risa que se oiría a tres cuadras de su hermana pudo ver esos ojos chocolate mirándole con atención. Era la primera vez que sus miradas se encontraban.

        Dejó salir un jadeo sin romper el contacto visual. Le sonrió… del modo más sensual que pudo.

…………..

        Jiyong tenía en las manos una de esas copas de colores que servían en la barra. Joder, no sabía ni lo que era pero sabía genial.

        â”€ ¡Joder, Ji! ─sugirió Youngbae sosteniendo su whisky en las rocas─ Nada grita más “Soy pasiva” que tu bebida, man…

        â”€ Pero sí soy bien pasiva ¿No te jode? ─le dijo sin contener una carcajada─ Y aun si lo fuera ¿Qué? No veo a ningún “activo” queriendo tener algo conmigo… dios, odio este celibato…

        â”€Ji eres tan dramático… ─negó en desaprobación sin borrar su tierna sonrisa─ Lo dices como si llevaras siglos sin sexo, amigo mío…

         ─Es que… quizá los lleve ─se puso rojo como más encendido su nueva copa de varias tonalidades de ese color.

        â”€ ¿Ves? ¡Tan Drama… drama queen! No te puedo creer algo así ya que siempre estás rodeado de chicas… y uno que otro lobo hambriento…

        â”€Eso no quiere decir que me vaya a dejar follar por cualquiera ─se quejó indignado─ Estoy… buscando a la persona ideal…

       â”€Suenas como quinceañera virgen, dude â”€se llevó un hielo a la boca y jugueteó con él con su lengua.

        â”€Quizá quinceañera no soy… ─susurró. Aún con el ruido Youngbae escuchó puesto que le miraba con curiosidad.

        â”€Insinúas que…

         ─Soy… ─miró alrededor antes de confesar─: Virgen…

        â”€Adsfk ─Youngbae parecía atorado─ ¡Que se me ha colado el hielo por la garganta, hombre! ─ Jiyong no pudo contener la risa─ ¡Y te burlas de mí, pedazo de subnormal!        ─decía divertido.

        Compartieron un par de carcajadas y un par de golpecillos en los brazos. Y entonces los vio.

        Esos penetrantes y sobrenaturales ojos negros adornados por pobladas cejas. Estaba ahí otra vez… como cada sábado desde hacía tres meses… un hombre como él no pasaba desapercibido tan fácilmente.

        Alto, de piel pálida y cabello negro. Vestía una camisa negra y pantalones de cuero rojo… pero sin duda lo que más le intrigaba era ese par de ojos que parecían ver hasta lo más profundo de su alma porque Santa María Magdalena, ese hombre le devolvía ahora la mirada.

        No podía apartar los ojos de él.

        Ya no tenía voluntad.

        Pudo haberse corrido sólo al verlo sonreír de esa forma putamente sensual.

        â”€Oh… ya decía que habías dejado de oírme… ahí está ese tipo… ─Bae lo sacó de su trance. Quizá pasó veinte minutos mirándolo y ni siquiera lo notó, ahora que notaba la intensidad con la que lo había devorado con la mirada, sentía una vergüenza profunda─ Deberías hablarle de una vez… Siempre que  viene, sólo lo vigilas como un stalker.

        â”€Me gustaría pero… no tengo valor. Me intimida como nadie… ─se bebió de un sorbo el resto de su bebida roja.

        â”€Meh… excusas Jiyong… ─también se terminó la suya─ Bueno… viene para acá así que yo me piro para donde no pueda estorbarte.

        Jiyong rio divertido pero su risa se apagó cuando se dio cuenta de que su mejor amigo no bromeaba, el misterioso hombre que hacía unos momentos había estado con aquella bella pelirroja con la que a veces lo había visto, ahora estaba a su lado en la barra donde él estaba sosamente sentado.

        â”€Sex on the beach.

         ─Sí… por favor… â”€contestó automáticamente a aquella voz grave.

        â”€ ¿Perdona? ─el pelinegro le miraba con curiosidad con sus bellísimos labios curveándose en una picante sonrisa.

        â”€Yo… nada… nada… ─negó poniéndose rojo hasta las orejas. Obviamente el hombre a su lado no le había dicho eso a él sino al chico que preparaba las bebidas así que ahora podía enterrar su cabeza bajo la tierra como avestruz.

        â”€Cuando quieras…

        Sintió desmayarse ante ese siseo ronco. ¿Lo había alucinado? ¿Ese hombre acababa de insinuarle que… si sex on the beach… cuando quisiera…?

        Hacía calor.       Mucho calor.

        Estaba respirando irregularmente sintiendo su corazón golpear duramente contra su pecho haciendo que la vibración se extendiera por todo su cuerpo.

         ─ ¿Cómo te llamas, pequeño? ─le preguntó sentándose en el asiento que Youngbae había dejado con su “sex on the beach” en la mano.

         ─Ji… Yong… Ji-Jiyong ─tartamudeó dándose un guantazo mental.

        Después de un largo y sediento sorbo a su bebida, el pelinegro lo miró intensamente.

        â”€Seunghyun ─le extendió la mano para estrechar la suya.

        Jiyong miró la pálida mano, decorada con un anillo con un enorme amatista y tímidamente la tomó entre su pequeña mano rosada.

        Oleadas de sensaciones invadieron su cuerpo obligándole a hacer contacto visual.

        Se quedó atrapado en ese mar obsidiana de sus ojos. De nuevo esa sensación de perder su voluntad le había embriagado, dilatando sus pupilas… jamás había probado drogas en su vida pero estaba seguro de que lo que en ese momento sentía era como estar bajo el efecto de alguna.

         ─Vamos a un lugar más privado… ─dijo en un susurro perfectamente audible e imperativo. Sólo pudo asentir a esa orden cargada de malas intenciones.

        El hombre sacó su cartera sin romper el contacto visual y dejó en la barra una cantidad de billetes al azar.

        Jiyong aún seguía perdido en aquellos ojos. Caminó de modo mecánico sin romper el contacto visual.

        No sabía cómo.

        Sólo sabía que podía vivir contemplando esos ojos lo que le restara de vida.

        Salieron hasta un par de calles del lugar llegando hasta un Cadillac negro, el cual Seunghyun abrió la puerta trasera, haciendo al pequeño rubio entrar sin que dejase de mirarle.

        Estaba ido. Embelesado.

         ─Permíteme besarte Jiyong… ─le pidió acercándose al pequeño que asentía de modo distraído.

        Primero posó sus labios delicadamente sobre los del otro haciéndole cerrar los ojos. Sabía a fresas con picante, como la última bebida que había consumido en el bar.

        Habiendo roto el contacto visual, Jiyong dio un respingo replanteándose el cómo había llegado al asiento trasero de un Cadillac con ese ardiente desconocido.

        Abrió la boca para protestar pero ese hombre aprovechó el instante para asaltarle con su lengua, haciéndole gemir algo desorientado al aumentar la intensidad de su beso.

        La puta madre, nadie lo había besado de ese modo nunca… y había permitido a varios probar sus labios.

        Ese par de enormes manos pálidas y frías lo recorrían con necesidad sobre la ropa, haciéndole desear no tenerla puesta. Palpó entre sus piernas obligando al castaño a romper el beso para quejarse, pero el pelinegro no perdía tiempo, deslizó un par de besos húmedos por su cuello llegando a su hombro derecho, haciendo a un lado su tanktop blanco para tener acceso.

        Aspiro el perfume que desprendía el niño, se le hacía agua la boca.

         ─Eres virgen…  ─No era una pregunta. Era una afirmación que hacía enrojecer al castaño mientras le mordisqueaba el hombro─ Puedo olerlo…

        ¿Qué?      

        No creía posible que la virginidad se pudiese oler de ese modo, sólo sabía que había acertado y eso le ponía los vellos de punta.

         ─Ahh… ─echó para atrás su cabeza, jadeando desorientado por la mano que se había escabullido entre sus ajustadísimos jeans y ahora acariciaban su erección desvergonzada.

        â”€ ¿Te gusta, pequeño? ─el aliento lujurioso le acarició la oreja llevando el montón de escalofríos a su espalda baja â”€ ¿Quieres que te coma…?

        Cristo redentor. Quería decirle que sí… que lo devorara entero, que lo saboreara con prisa, quería ser suyo. De aquel perverso desconocido…

        â”€Sí…  ─alcanzó a decir mirando la preciosa cara del pelinegro.

        Pero un desagradable escalofrío le recorrió la espina dorsal cuando puso atención en esos ojos negros, por el simple detalle de que no eran negros más… estaban rojos, rojos como la sangre y le miraban con una mezcla atemorizante de gula y lujuria.

        Seung tomó una de las pequeñas manos sonrosadas del hombre que le miraba atónito. Se llevó un par de sus dedos dentro de su boca para succionarlos obscenamente ante el jadeo del otro.

         ─Oh Dios…  ─alcanzó a articular mirando la lengua rosada paseándose por su mano y provocándole sensaciones sucias en las partes bajas de su cuerpo.

        Seguía atemorizado por el nuevo color de los ojos del hombre hasta que llegó lamiendo su muñeca, como un gato limpiando su pelaje.

        Sintió la zona adormecerse.

        ¿Qué diablos?

        â”€Ahhhh  ─el dolor que sintió le hizo volver a la realidad.

        No sólo estaba en el Cadillac del completo desconocido que había observado en ese club desde hacía tres meses.

        No sólo no sabía cómo había caminado ahí sintiendo que mirando sus ojos había abandonado su voluntad.

        Iba a ser su cena.

   Ese hombre le miraba con unos atemorizantes pero a la vez atrayentes ojos rojos, gemía del puro gusto de sentir la sangre del menor pasando por su garganta derramándose por la comisura de sus labios.

        Ese hombre… era un vampiro.

 

 

Continuará...

Notas finales:

Corto, se... a ver qué sale :v

 

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