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El emperador y el halcón por Shia Polux

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Notas del fanfic:

Bueno, ya desde ahora me gustaría informar de que en este fic van a aparecer algunos Ocs, y de que me voy a tomar ciertas libertades con respecto a la historia original.

La idea me la dió mi amiga Laura, que me está ayudando con la historia. Tambien quiero agradecer a Alba por hacerme de beta reader. La verdad es que hace poco leí una historia parecida con Kid y Law, no estoy intentando plagiarla, lo prometo, simplemente no pude resistirme a hacer algo de una peli disney y al final tocó esta.

Ni One Piece ni La Bella y la Bestia me pertenecen (si no yo me se de cierto adorable muchachito que no habría muerto con un agujero humeante en el pecho.. Sob)

De momento va a ser para todas las edades, ya veremos como evoluciona la cosa.

 

Tengo los tres primeros capítulos listos, así que los voy a subir del tirón, pero a partir de ahí os toca esperar, gomen.

Hace mucho, mucho tiempo, en una isla lejana y remota, vivía un joven rey, tan apuesto como soberbio. Era un maestro de la espada, y jóvenes a lo largo de todo el Gran Line llegaban hasta su puerta para pedirle que los entrenase, pero él los echaba con cajas destempladas. Algunos de ellos a lo único que aspiraban era a derrotar al gran maestro para ganarse el título del mejor espadachín del mundo, pero nadie jamás pudo derrotarlo, y eso le hizo volverse confiado y arrogante.

Una noche de invierno el sonido de la aldaba resonó por el tétrico castillo, y el amo fue a abrir. En la puerta, aterida de frío y cubierta por la nieve, le esperaba la encorvada figura de una anciana, la cual le pidió cobijo en aquella helada noche. Sin embargo el joven rey, hastiado, le ordenó que se marchara.

- ¡Menudos modales! -Exclamó una voz indignada.

- ¡Papá! -reprochó una pequeña niña.- ¡Deja que Ben siga con su historia!

- ¡Eso, capitán, cállese! -Clamaban los hombres reunidos en círculo sobre la cubierta alrededor de su contramaestre.

El joven pelirrojo que se había quejado no pudo más que suspirar y callar, lo que su segundo al mando aprovechó para continuar el relato.

- Como iba diciendo… En ese momento la anciana se transformó en una hermosísima mujer, la más hermosa que jamás hubiera visto el orgulloso monarca, quien, sin embargo se negó a pedir perdón. Ante eso la furiosa muchacha lo maldijo.

-Tu corazón es frío y oscuro, por que no conoces el amor. Yo te condeno, altivo muchacho. Desde hoy tu exterior mostrará exactamente lo que yo veo en tu interior. No volverás a la normalidad hasta que no encuentres alguien que realmente te ame. Tienes hasta que los doce planetas se alineen, dentro de veinte años. Si fracasas... Nunca recuperarás tu verdadero aspecto.

Entonces la bella mujer desapareció, y el espadachín quedó convertido en una monstruosa criatura… para siempre.

- ¿Y qué pasó? -Preguntó el pelirrojo capitán con emoción.

- Bueno, no podría saberlo, hace años que escuché esta historia, pero yo no me la creo.

- Oh, vamos Ben. -Se quejó el joven- No decepciones a la niña.

- Con su permiso capitán, pero creo que su pequeña es lo bastante madura como para no decepcionarse por eso, no como usted. - El resto de marinos corearon la gracia con sendas carcajadas, y la cara del pelirrojo adoptó un tono similar al de su propio cabello.

- No te preocupes, papá, los monstruos no existen -Le 'consoló' la chiquilla.- Y si existen, yo te protegeré

Su joven padre rió levemente y la abrazó con ternura. - Confío en ti, pequeña - Susurró dulcemente contra su rizada cabeza- Confío en ti…

- Pero bueno, ¿no veis que es hora de dormir? - Una hermosa joven acababa de acercarse al círculo

- Ooh, mamaaá -gimoteó la pequeña- Ben estaba a punto de contar mi historia favorita ¿verdad Ben? - Le dirijó al hombre una mirada suplicante y esperanzada, a lo que él asintió, riendo. La recien llegada no pudo más que suspirar y sentarse junto al pelirrojo, que miró enternecido a sus dos niñas y se prometió que nunca, jamás, dejaría que nada les pasase.


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