Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La oscura Tierra de las Maravillas por InfernalxAikyo

[Reviews - 181]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaaaaas! Dioss cuánto cuantooo lo sientooooooo T.T He sido muy mala, tardé mucho en actualizar u_____u perdónenme porfavooor :C

Estuve trabajando a full toda una semana, y luego me enfermé T.T y estuve mal un par de días :C asi que no podía escribir T.T Pero aquí estoy ¡Como nueva! y les traigo un capítulo nuevo n_n

Sé que no es la hora en la que suelo actualizar (Aquí son las diez de la noche) Pero estaba ansiosa por subirlo >_______< 

Diganme que les parece, vale? 

Como siempre n.n cuidad de mi tonta ortografía. 

PD: Lamento si es algo corto u__u

Un abrazo! 

Capítulo 7: ''Realidad''





(POV Cheshire)




Lamí una de sus mejillas en forma de juego para luego apartarme de él rápidamente, esperando que este gesto pasara desapercibido como un simple acto de cariño. La señorita Elizabeth nos miraba furiosa desde la puerta y sus grandes ojos parecían resplandecer con un extraño rojo vivo como la sangre. Nathan, que era como había notado que la señorita Lizz solía llamar a la persona que tenía frente a mí, dio un respingo nervioso y se acomodó sobre la cama, parecía asustado.

- ¿¡Qué hace una mujer saliendo a escondidas de tú habitación!?- Gritó ella mientras jalaba algo hacia la habitación. La señorita Emma fue arrastrada y cayó al suelo. El rubio se puso de pie dificultosamente al mismo tiempo que yo salté impulsivamente en dirección a la pelinegra para socorrerla, ella había sido muy amable conmigo, además había curado a Nath. La envolví nerviosamente entre mis manos para sostenerla y un siseó escapó de mí en dirección a Elizabeth, no podía evitarlo.

- ¡Emma!- El joven rubio llegaba hasta nosotros y me ayudaba a levantarla, sorprendido. Sus ojos, cubiertos por una capa de ojeras estaban abiertos de par en par mientras le dirigía una extraña y molesta mueca a la peliblanca. No sabía si sentirme aliviado o triste por la señorita Emma, la joven Lizz había montado un verdadero escándalo y la rabia impidió que viese la vergonzosa escena ocurrida anteriormente. Suspire.   

- ¿¡Quién es ella!?- Gritó molesta - ¿¡Qué hacía en tu habitación!? ¿¡Por qué estaba saliendo a escondi…!?-

- ¿¡PUEDES CALMARTE!?-  Exclamó él furioso, con voz ronca y áspera, pude sentir como la señorita Elizabeth se detuvo abruptamente y guardó silencio, solo por unos segundos. Nathan llevó las manos a su cabeza y se quejó, noté como las vendas que llevaba en ella comenzaban a sangrar nuevamente.  

- ¡N-Nat!- Todo rastro de enfado en ella se esfumó cuando le vio tambalear y caer al suelo.

Antes de que la mujer llegara hasta él, el rubio le dirigió una notable mirada a Emma mientras le hacía un gesto para que saliese de la habitación. Le solté y ella terminó de ponerse de pie y me dirigió una cálida sonrisa y escapó sigilosamente del lugar. El nerviosismo y el nudo en mi estómago bajaron, parte del decaimiento de Nath había sido una actuación. Sus fascinantes ojos se dirigieron hacia a mí como relámpagos y me regaló una sonrisa, confirmando mis pensamientos.

- ¿Nat? ¿Nat estás bien?- Dijo la ojivioleta intentando levantarle. - ¡It!- Ordenó, nerviosa - ¡Ayúdame a levantarlo!- Me dirigí hacia ellos, notablemente más calmado que la señorita y algo avergonzado tomé a Nath entre mis brazos y lo puse sobre la cama. Él me miró confuso.

- ¿Estás bien?- La mujer lo apartaba de mi lado y se abalanzaba sobre él. Asintió con la cabeza.

- Iré por el médico de la familia, espérame aquí- Dijo con los ojos cubiertos de lágrimas y salió corriendo. Nathan se sentó sobre la cama al momento que ella cruzó el umbral.

- ¿Cómo hiciste eso?- Preguntó algo confundido mientras me miraba con el ceño fruncido.

- ¿Q-Qué cosa?- Balbuceé torpemente, nervioso y avergonzado mientras sentía nuevamente mis mejillas ardiendo por el sonrojo.

- ¡Levantarme como si fuese una pluma! ¡Tú estás muy delgado como para tener esa fuerza!- Dirigió sus manos hacia mí y las escabulló por debajo de la camisa para palpar mis costillas que sobresaltaban en la piel, me retorcí mientras carcajeaba un poco por las cosquillas. Hizo un mohín.

- Me siento engañado-Terminó quitando sus manos, mientras su rostro volvía a la mueca seria que parecía traer siempre en el rostro.

- ¿Sabes que fue lo que pasó, Cheshire?-
Preguntó de pronto.

- He tenido un sueño extraño, que creo que fue algo que ocurrió realmente….- Explicó – Estaba yo en un sótano, rodeado de todas esas mujeres que han desaparecido en este último tiempo…. ¿Sabes de lo que estoy hablando, no?- Guardé silencio.

- ¿Cheshire…? – Insistió mientras llevaba una de sus manos a mi mejilla y la acariciaba. Me ruboricé por completo y abrí tímidamente la boca para hablar.

- Cheshire…- Repitió al notar como estaba a punto de decir algo -¿Qué fue lo que pasó?-

- Caíste en manos del asesino…-
La voz de la señorita Elizabeth llenó cada rincón de la habitación. Nathan apartó su mano de mí y le dirigió una molesta mirada.

- ¿Qué hacías vestido de chica, Nat?- Le regañó mientras entraba en compañía del médico.

- Bueno…yo…- Balbuceó.

- El secuestrador te confundió con una chica, It se dio cuenta que te habían llevado y me dio aviso, con suerte pudimos seguirlos y dimos con tu paradero en algunas horas, logramos interceptar uno de sus escondites gracias a él. ¿No es así, It?- Terminó dirigiéndome una fulminante mirada. Titubeé unos segundos.

Luego asentí con la cabeza.

- Su nombre es Cheshire- Interrumpió con tensión Nath y ella clavó sus ojos violeta molestos en los de él.  

- Cheshire…- Repitió ella – Él nos ayudó a encontrarte…- Noté los ojos de mi salvador sobre mí.

- Gracias –
Sonrió amablemente y yo correspondí aquella sonrisa que me gustaba tanto. Elizabeth se acercó a nosotros e hizo un gesto al médico para que entrase a la habitación y revisara y curara las heridas de Nathan. Noté una profunda herida que descansaba escondida en el cabello color oro, cerca de la nuca. Había caído en manos del famoso secuestrador, tuvo suerte de salir con vida.

Y gran parte no había sido de mi ayuda, en eso la señorita Elizabeth mentía, yo solo le avisé que se lo habían llevado, pero no me permitieron ayudar en su búsqueda.   

Luego de un rato el médico terminó con sus funciones. Nathan se repondría por completo en tan solo un par de días, nada grave le había pasado, tan solo había que cuidar de las heridas en sus muñecas que habían sido temiblemente profundas y que, si los hombres de la señorita Elizabeth no hubiesen llegado antes, le habrían causado la muerte. Por eso no debía realizar sobresfuerzos con sus manos, no queríamos que las vendas cedieran y nuevamente las heridas comenzasen a sangrar. La mujer se puso de pie junto al médico y se encaminó con él hacia la salida de la gran mansión, los vi desaparecer tras el umbral de la puerta. Cuando giré la cabeza nuevamente hacia Nathan vi como sus ojos se mantenían pesados sobre mí, tensos, fijos, como si quisiese atravesarme con ellos, di un respingo, nervioso.

- ¿Qué sucede?- Pregunté al notar como no apartaba su mirada de la mía.

- Dime, Cheshire…- Dijo y me sentí inmensamente feliz de que me llamase de esa forma. En todos mis años de vida jamás nadie me había dado un nombre. Puede ser que no lo parezca, pero más de diez décadas recorren mi cuerpo y en todo ese tiempo jamás me había sentido como lo estoy haciendo ahora. No tengo recuerdos de padre ni de madre, desde que tengo memoria me he visto encerrado en distintos lugares. Primero los calabozos, luego las cárceles en los conventos y una cantidad de circos que ya perdí la cuenta, siempre encerrado. Jamás había gozado de tanta libertad.

- ¿Tú también puedes ver más allá con esos ojos?- Abrí los ojos sorprendidos, Nathan había descubierto mi secreto. En los últimos veinte años he intentado de mantener aquella habilidad en mis ojos oculta. Miré fijamente su ojo izquierdo, el color era exactamente igual a los míos, supongo que él también la tenía.

Asentí con el cabeza algo temeroso y una sonrisa cruzó su rostro de extremo a extremo.

 Sujetó mi rostro con ambas manos y lo atrajo al suyo repentinamente, quedando ambos, frente a frente, a una corta distancia de tan solo algunos centímetros. Tragué saliva.

- ¿Qué ves en mí, Cheshire?- Preguntó.

¿Qué que veía en él? Veía absolutamente todo, veía sus primeros años en un circo, veía a su padre y veía su muerte, veía la tristeza reflejada en los ojos de un niño de nueve años cuando su protector murió. Veía el legado de su familia, sus rencores, el suyo propio. Veía su infancia robada y reemplazada por la madurez temprana. Veía su trabajo, el mercurio recorriéndole las venas. Incluso pude ver el momento en el que se fijó en mí, cuando clavó sus ojos en los míos, bajo ese escenario y sintió lástima.

Le vi encima de mí, protegiéndome, como nadie lo había hecho. Le vi rodeándome con sus brazos, cubriéndome de los latigazos del adiestrador aquel día.

Veía a mi salvador.

Mi corazón comenzó a palpitar con fuerza.

Nunca supe lo que es el amor, nadie me lo enseño, nadie me hablo de él, pero de alguna forma esto que había comenzado a brotar desde mi interior podía parecérsele.

Y por primera vez me detesté con todas mis fuerzas, eso era imposible, yo no era humano, o al menos no completamente. No podía…

Si tan solo yo hubiese sido otro.

Abrí la boca para hablar.

- Yo…- Intenté decir, pero unos pasos acercándose me obligaron a alejarme.

- Che…Ches…- Una de las criadas entraba a la habitación.

-Cheshire- Corrigió Nathan, notablemente molesto.

- ¡Cheshire! ¡Eso!- Habló dirigiéndose hacia mí –Lo necesitan en la cocina…- Una mirada confusa se dio entre el rubio y yo.

- A… ¿A mí?- Balbuceé.

- Si, a usted- Dijo ella y luego se marchó. Mis ojos suplicantes se clavaron en los de él.

- ¿Quieres que te acompañe?-

- ¡N-No es necesario!-
Dije negando con las manos, notablemente nervioso. – Es solo que…-

- La tercera puerta por el pasillo de enfrente-
Dijo él, adelantándose a mis pensamientos. Asentí con la cabeza y salí de la habitación.

Con el secuestro de Nath y todo lo demás no había podido admirar más detenidamente la mansión. Era gigantesca, más de lo que pude haber imaginado, las alfombras  eran color rojo vivo con algunos diseños dorados y los pasillos eran adornados con vasijas y plantas de distintos tamaños.

Comencé a caminar mientras miraba hacia el techo, los vitrales en él eran sencillamente hermosos, algunas imágenes parecían cobrar vida cuando el sol las atravesaba y se reflejaban en el suelo con diferentes colores, era bellísimo.

Un fuerte ruido me apartó de mis pensamientos, alguien me había empujado y me había embestido contra la muralla.

Sentí una bofetada quemarme el rostro y obligándome a girarlo hacia un lado.

- ¿¡Ya te lo dije, no!?- La mujer me observaba furiosa, mientras me acorralaba contra aquella muralla. Los ojos violetas parecían escapar de sus orbes. Una segunda bofetada cubrió el otro lado de mi mejilla.

- Nathan es mío…- Aclaró y sentí como un escalofrío y un molesto dolor de estómago llegó a mi cuando dijo eso –Vamos a casarnos…- Un dolor más agudo llegó a mi pecho, dolía. No sabía eso ¿Nathan y la señorita Elizabeth iban a casarse? Un nudo llegó hasta mi garganta, bajé la mirada.  

- Cuando llegaste te lo advertí, debías comportarte…Es la última oportunidad que te doy- Sus palabras llegaban hasta mí como dagas clavándose en todo mi cuerpo. Era verdad, ella me permitió quedarme en este lugar a cambio de que no me acercarse demasiado a él, pero no podía evitarlo…

Pero ahora quedaba todo más claro, ellos dos estaban comprometidos ¿Cómo no lo vi antes? Había confundido todo desde un principio, él…Él tan solo sintió lástima la primera vez ¿No?

- Dadle algunas horas en el calabozo…- Ordenó apartándose de mí y dejando pasar a dos hombres, grandes y robustos que venían a tomarme. Intenté resistirme y recibí un puñetazo en el estómago.

- ¡Tú no eres más que un bicho raro!- Gritó mientras me veía alejándome junto a los dos hombres - ¿En serio creíste que él se fijaría en ti?- Dejé de pelear y sentí como la pesada realidad caía sobre mí, aplastándome. Ella tenía razón.  

Dejé de forcejear y me dejé arrastrar por las sucias escaleras, hasta los oscuros calabozos.

Notas finales:

Otra vez perdónenmee T.T

Les ha gustado? 

No les ha gustado?

Cada vez odian más a Elizabeth? 

¿¡CHESHIRE TIENE MÁS DE 100 AÑOS!? Sip, es una criatura rara y mística xD pero hasta ahora parece tener la mentalidad de un adorable y lindo ukecito :3 

Dejen un lindo review!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).