Hace miles de años que los dioses existen, casi desde que se creo la Tierra. Cada dios tiene como acompañante a una Kuricha.
Una Kuricha es una criatura con poderes sobrenaturales que acompaña tanto a dioses como a algunos humanos, incluso hasta los de su misma especie. Los humanos que son capaces de tenerlas, deben de tener una inteligencia superior a la de los demas y/o una habilidad/cualidad propia de dicha persona.
Estas criaturas, pueden tener forma tanto de animales como de objetos y, algunas, pueden tomar forma humana. Son dificiles de conseguir, por eso cualquier persona o dios que la tenga, se le trata con sumo respeto. Ya que, para tenerlo, necesitas tanto su confianza como sus ganas de estar contigo, por que una vez que ellas eligen, eligen para siempre.
Me explico, estos seres extraños y maravillosos, son los que eligen a sus amos, y una vez que eligen, lo hacen para permanecer a su lado toda su vida e incluso en vidas siguientes.
Pero...que pasa si su "amo" es un humano?
Pues al vivir menos que este individuo, las criaturas se ven a quedarse solas una vez que muere su dueño. Pero esos humanos pueden reencarnar en una vida proxima, aunque para eso se necesitan muchos años, Una vez que reencarnan, podrian encontrarse al otro lado del mundo de donde esta su "mascota".
Para ellas, este cambio no les afecta en ningun momento, ya que sin importar que, van en busca de su amo. El termino "Para toda la vida" se lo toman MUY enserio.
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Era un dia precioso y soleado. Los pajaros volaban de aqui para alla y cantaban melodias que, para el oido de Shizuo, eran hermosas.
Un pequeño niño de no mas de 7 u 8 años, se despertaba de un profundo sueño. Despues de bostezar, salio de su cama para ir al baño y cepillarse los dientes. Este muchachito tenia el cabello castaño, unos ojos como la miel y una estatura promedio.
Una vez que termino, se lavo la cara y fue a su recamara para vestirse. Cuando acabo, fue a la cocina a desayunar. Al parecer fue el ultimo en despertarse, ya que su madre y su padre estaban llendose a trabajar y su hermanito estaba por acabar de comer. Se apresuro en sentarse y comer para no llegar tarde al colegio.
Luego de eso, agarro su maleta* y, asegurandose de que Kasuka haya terminado, salieron de la casa. Como la escuela estaba cerca, y habia tiempo de sobra, fueron caminando tranquilamente. Iban en un silecio bastante agradable, el cual Shizuo intento no romper.
Al llegar al colegio, se despidieron y tomaron caminos opuestos. La sonrisa en el rostro del mayor se fue esfumando sabiendo lo que podria llegar a pasar una vez que llegara al aula. Siempre era lo mismo...
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Corrió. Corrió lo mas rapido que le dejaban sus piernas. Otra vez habia pasado. Siempre era lo mismo y no lo podia cambiar por mas que lo intentara. Una vez que se enojaba, no paraba hasta que su enojo pasaba o hasta que dejaba inconsiente a alguien. Eso de él lo enfurecia mucho. Lo que daria por ser una persona normal, la cual era hasta hace un tiempo.
Lo que pasaba, es que Shizuo tenia una fuerza sobrenatural, la cual llego un dia de la nada. No sabia controlarla, y cuando epieza...debe terminar...
Le gustaria volver a como era antes o al menos saber como parar su fuerza. Pero no podia. Lo hacian enojar con sus comentarios hacia él. Era por culpa de ellos, no de él.
Pero daba igual, nunca podria cambiar lo que él es.
Luego de correr por un largo rato, llegó al lugar al que queria ir. Mas allá del bosque, habia una padera, con una colina en la cual posaba un arbol enorme. A Shizuo le gustaba ir mucho ahi, ya que todo era tranquilo y no habia nadie a sus alrededores. O eso pensó él.
Se sentó bajo el árbol y, abrazando sus rodillas, comenzó a llorar. No lo soportaba más, queria que todo cambiase y rapido. Que nadie lo juzgara ni lo insultaran, ya que por esa razon usaba su fuerza.
-Nee, ¿porqué lloras?- de la nada, escucho como una voz le hablaba.
Levantó la cabeza rápidamente y, frente a él, se encontraba un niño de mas o menos su edad.
Era un poco mas bajo que el castaño. Tenia el pelo negro y los ojos de un peculiar rojo que lo miraban con curiosidad. Su piel era tan o mas blanca que el papel y tenia una cara fina, como la de las muñecas de porcelana.
-¿Q-quién eres?, ¡¿Qué quieres?!, ¡¿Vienes a insultarme, verdad?! - preguntaba furioso Shizuo al pequeño desconocido.
-Hoe, que yo pregunte primero- dijo haciendo un puchero gracioso. Luego de inclinar la cabeza hacia un lado con curiosidad, pregunto de nuevo- ¿Porqué lloras?
-¡¿Y A TÍ QUE TE IMPORTA?!, VETE Y DEJAME SOLO! - le grito con una que otra lagrima callendo de sus ojos.
Siguilosamente y con mucho cuidado, el pequeño pelinegro se acerco un poco mas a Shizuo- Pero...no crees que si no me importara no te estaria insistiendo con el tema?- pregunto cuidadosamente y con un tono dulce en la voz, ya que se dio cuenta de que el otro era un poco sensible.
-dije que NO TE IMPORTA! -termino explotando y, sin poder resistirse, aprovecho el acercamiento del otro y le pegó en la cara.
El pequeño niño de ojos rojos "voló" una distancia producida por el golpe. Estaba impresionado de la fuerza del otro niño. Se sentó con lentitud en el pasto y se tocó la parte golpeada de su rostro, la mejilla.
Shizuo no podia creer lo mal que estaba. Otra vez no pudo controlarse y se desesperó aun mas-y-yo l-lo sient-
-Wah~! que hasta me sacaste un diente!!!- interrumpió el pelinegro a el castaño enseñandole un diente que antes estaba en su boca - y era uno que tenia flojo de antes, me molestaba mucho...- dijo sonriente. Obviamente era una pequeña mentira, su dentadura estaba perfecta y sus dientes tambien, pero lo hizo para hacer sentir al otro, al menos, un poco mejor.
Shizuo estaba impresionado, no actuaba como las demas personas que al solo enterarse de su fuerza salian corriendo, él se quedo sentado y sonriendo, haciendole sentir mejor.
-Oye...no me veas como una amenaza, no me acerqué a hacerte daño, solo tenia un poco de curiosidad- dijo sobandose la mejilla para calmar un poco el dolor.
-...la curiosidad mató al gato...- susurró mas para sí mismo que para el otro, sentandose de vuelta donde estaba minutos antes.
-Pero el gato murió sabiendo- se acerca con precaucion al rubio, y se sienta a su lado
-¿ No me tienes miedo?
-¿Debería? -le mira- es mas, no tengo ni una pizca de miedo hacia ti -le sonrie con un agujero en la dentadura.
-pffft- Shizuo se tapó la boca para no soltar la carcajada que casi hace sonar. Ver la sonrisa del otro sin un diente se le hizo gracioso
-¿Qué paso? - dijo mirandolo con los ojos abiertos y borrando su sonrisa, pensando que pasó algo malo
-...n-no, lo siento, es que...me dio gracia tu sonrisa- dijo mientras se secaba las lagrimas y lo miraba con una pequeña sonrisa porducto de la risa que se le estaba por escapar
-¿Mi...sonrisa?, ¿Qué tiene de malo? -dijo mirando al castaño confundido
-no no, no tiene nada de malo, es que la falta de tu diente me dio risa - le dijo cuidadosamente por si se ofendia
- eh?? -se habia olvidado de que se le cayo el diente y le dio verguenza el que otro se este riendo de eso -t-tonto!! -le empieza a pegar despacito
-jajajaja lo siento lo siento! jajajaja -la exprecion en la cara del menor le dio mas gracia todavia y no pudo evitar reirse.
Luego de unas cuantas disculpas y de que el pequeño se haya detenido de pegarle le dijo:
-...Izaya- susurro con un puchero el pequeño peli negro
-que? - pregunto Shizuo, ya que no alcanzo a escuchar mucho o, mas bien, no entendio a que se referia
- Tú preguntaste quien era yo, y te estoy diciendo que soy Izaya- dijo sonrojandose un poquito y miro hacia otro lado-...¿y tu?
-...ah, soy Shizuo- se presentó hacia el pequeño al lado suyo. Escucho que el otro se rió un poco
-Jejeje que lindo nombre, Shizu-chan
-n-no me digas asi!!! -dijo sonrojandose un poco
-porque? -lo miro sonriente, se esperaba una exprecion parecida a la que acababa de dar "shizu-chan"
-el termino "chan" es para los nombres de mujeres...y yo soy hombre...-
-jajajaja lo se SHI-ZU-CHAN~
-c-callate -dijo un poco apenado y sonrojado. Despues de decir eso, quedaron en un silencio donde solo se escuchaba el viento y los pajaros.
-Nee...-interrumpió el silencio Izaya-...¿Porqué llorabas antes?
Shizuo penso que hasta que no le dijera de seguro no se rendiria, asi que terminó contandole todo. Lo de su fuerza, el que la gente lo odiaba y como lo llamaban.
-Para mi no eres un monstruo Shizu-chan-dijo sonriendole tiernamente.- Eres algo mejor
Shizuo lo mira confundido, no entendiendo lo que queria decir.
Izaya entendio su mirada y dijo-Eres, ahora, mi amigo, verdad? -luego de decir eso, sonrie abiertamente y le enseña el meñique, como para cerrar una promesa.
El castaño lo vio sorprendido e ilusionado. Tenia al frente suyo a una persona que no le temia y ensima queria ser su amigo.
Shizuo agarra con su meñique el del otro y sonriente asiente con la cabeza, cerrando asi el incio de una amistad.
Quizas, despues de todo, su fuerza no era tan mala.
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Despues de ese día, Shizuo va siempre a la praderita a encontrarse con su nuevo amigo, el cual ya lo esperaba sentado en una rama o bajo el árbol.
Pasaban dias, semanas, e incluso pasaron meses y su amistad se fortalecia. Ambos estaban felices, ya que de cada uno, era su primer y mejor amigo.
Hubo un dia en particuar, en el que Izaya se arrepintio de haber salido de su casa...
Shizuo fue feliz a ver a su amigo, y él ya estaba esperandolo como de costumbre. Por mas cursi que suene, estaba agarrando flores y tirando petalos, le resultaba divertido. La primavera habia llegado y con ésta las vacaciones de Shizuo, asi que se podian ver mas seguido.
El pelinegro levanto la vista de las flores y observo como el castaño se acercaba.
-Hola Shizu-chan~!! -dijo sonriente y meneando la mano en forma de saludo.
La alegria de Izaya parecia ser contagiosa, porque siempre que Shizuo estuviera de mal humor pero el otro lo contrario, se le levantaba el animo.-¿Cuantas veces tengo que decirte que no me llames asi?-pregunto ocultando una pequeña sonrisa.
-jajaja no importa cuantas veces me lo digas, no dejare de hacerlo~- dijo sacando su lengua
-ahh..-suspira- eres un caso perdido - mientras lo decia, se sentaba bajo la rama donde estaba Izaya.
-Jejejeje -se rio y luego saltó agilmente de la rama para sentarse al lado del castaño, el cual lo miraba confundido.
-que?- pregunto Izaya al ver su rostro confundido y que luego paso a uno de sorpresa - ¿tengo algo en la cara? -dijo en modo de broma
-...algo parecido-dijo señalandose la cabeza. Izaya entendio la indirecta y se llevó las manos arriba de su cabeza y notó algo suave y puntiagudo.
TENIA DOS OREJAS Y TAMBIEN UNA COLA!
Izaya queria que la tierra lo tragase por esto, nunca pensó que pasaria. Tuvo que haberse quedado en su casa...
-N-NO ME MIRES! -grito nervioso levantandose a toda prisa y corriendo lejos del castaño.
-ESPERA! -grito Shizuo para que lo escuche e intento seguirlo por el bosque donde se habia metido.
Se dió cuenta de que el de ojos rojos corria bastante rapido, asi que o apuraba el paso o lo perderia de vista, y algo le decia que si pasaba eso no lo volveria a ver por un largo tiempo, y no queria que pasara eso. Asi que Shizuo puso toda su fuerza en sus piernas y corrio lo mas rapido que pudo para llegar a Izaya, tirandolo de paso una vez que lo alcanzo. Cuando calleron Shizuo aprovechó y agarró las muñecas del otro para inmovilizarlo, cosa que logró.
-por favor...sueltame-dijo intentando no mirarlo a los ojos.
-¿Por qué? ¿Que sucede?- lo miro preocupado, ya que esa actitud no era costumbre de él.
Izaya dudó unos momentos si contarle o no, pero tarde o temprano tendria que decirselo...aunque hubiera preferido que fuera tarde, pero ya no habia vuelta atrás
-..Tú...conoces la leyenda del Kuricha negro? ya sabes...el zorro de nueve colas negro...
El peli-castaño supo a donde se dirigia esta conversacion...y no le gustaba nada. Aún así, decidio hacerse el tonto y seguir, queria escucharlo de sus propios labios. Así que asintio en silencio, esperando la respuesta del otro.
-Bueno...yo...y-yo...soy él- termino diciendolo en un susurro lo suficientemente alto como para que el otro lo escuchara.
Shizuo se sorprendio, nunca se lo hubiera esperado. Queria que sus pensamientos fueran mentira pero al parecer era verdad...
Se alejó lentamente de Izaya viendo como este se sentaba en el pasto y comenzaba a sollozar.
-snif...snif...anda, corre y diles a los demas que encontraste a la bestia que mató a miles de personas. Diles que reencarno en un niño que vive en el bosque y que esta aquí...-mientras mas hablaba, mas lagrimas le caian- sabia que te perderia desde un principio si te enterabas -susurro- snif...snif...Pero...yo...YO NO SOY CAPAZ DE MATAR A ALGUIEN!!! SOLO...SOLO QUIERO QUE COMPRENDAN QUE NO QUIERO SER ESTO QUE HA CAUSADO TANTOS DESTROZOS!!! -grita llorando descontroladamente, sin poder contenerse- SOLO QUIERO UNA VIDA NORMAL!!! SER UN NIÑO COMUN Y CORRIENTE!!! CON UNA FAMILIA QUE LO AME, CON AMIGOS, QUE PUEDA VIVIR EN PAZ!!! ESO ES TANTO PEDIR?!!!
Una vez que termino, se acostó en el pasto haciendose "bolita" y no paraba de llorar.
Y Shizuo entendió, Izaya sufria más que él. La fuerza es un problema menor contra el caso del pequeño peli-negro. todo lo que Izaya queria, es lo que el tambien desea. Ambos eran monstruos para la sociedad, y eso no cambiaria. No los entendian, no los comprenderias por mas que griten...solo...
-Yo...no te tengo miedo-dijo acercandose al pequeño, parecia estar verdaderamente destrozado- y...tampoco creo que seas un monstruo...es mas...eres algo mejor...
Izaya levanto un poco la mirada y sus orejitas al escuchar la voz del otro.
Ve como el de orejas y cola de zorro lo mira antento a sus moviemientos y a lo que dice, y le sonrie-...eres mi amigo...no? -le enseña el dedo miñique, el mismo que uso para sellar una promesa.
A Izaya se le iluminan los ojos y en un movimiento rapido se levanta y abraza al otro. Shizuo le correspondio el abrazo y sintio como se tranquilizaba.
[AVISO: parte cursi xD]
-Shizu-chan...
-hmm?
-Eres...eres demaciado calido...-dice sonrojandose un poco y cerrando los ojos.
-y tu eres demaciado friolento -le dice abrazandolo un poco mas fuerte pero sin lastimarlo.
-nee...amigos por siempre?- dice mientras le mira tiernamente desde el hombro.
Shizuo al ver esa mirada cargada de cariño no pudo evitar el sonreirle y corresponder su mirada-...y para siempre.