Un joven de rojos cabellos, piel blanca como la porcelana y ojos de una hermosa tonalidad lila se encontraba de pie frente a la escuela más importante de todo Tokio, mientras observaba la gran puerta no podía evitar preguntarse ¿Cómo había llegado hasta ahí? ¿Cómo fue que terminó por aceptar tan loca propuesta? No podía comprender como es que sus padres lo habían convencido para entrar como maestro suplente de Literatura en el colegio de su abuela, pero ya era tarde para dar marcha atrás, él era un Uzumaki y los Uzumaki siempre cumplían su palabra. Con esas ideas, el joven Nagato de tan solo 25 años de edad, ingreso al edificio mientras que los recuerdos del día anterior llegaban a su mente.
***Flash Back***
En una pintoresca casa se encontraba Nagato mirando sorprendido a sus padres, Kushina, su madre, una mujer de rojos cabellos, piel color crema y unos ojos cual zafiros, con una sonrisa de esas que solo daba cuando pedía un favor muy grande y por ultimo Minato, el padre, de rubios cabellos, piel canela y ojos celestes, con una sonrisa nerviosa.
-¿Qué yo tengo que hacer qué?
-Lo sentimos hijo, no te lo pediríamos de no ser de extremada importancia, pero el maestro de Literatura renuncio y tu abuela no encuentra suplente y ya que tú tienes el título de profesor de Literatura…Por favor, solo será hasta que tu abuela encuentre a alguien de forma permanente.-
El menor solo suspiro cansado, no podía negarse, estaba en su naturaleza en ser siempre amable y servicial, además, era para hacerle un favor a su querida abuela Tsunade, pero de pronto una idea cruzo por su mente.
-Si yo trabajare ¿Quién ira a buscar a Naruto del colegio cuando salga? El tan solo tiene 6 años y ustedes trabajan.-
Marido y mujer se miraron nerviosamente mientras comenzaban a reír de forma forzada, Nagato solo los observaba como leyendo sus mentes de forma acusadora y fue cuando Minato tomo la palabra.
-Esperábamos que al salir de tu turno de trabajo lo fueses a buscar.-
El menor observo de forma sorprendida a sus padres mientras trataba de poner en orden sus propias ideas.
-¿Y a qué hora saldría yo de mi jornada en el colegio?-
Antes de que Minato pudiese responder, Kushina tomo la palabra de forma apresurada.
-Tsunade nos comentó que terminan a las 16:00 hs las clases en su colegio.-
El oji lila se puso de pie como un relámpago mientras de forma agitada respondía a lo dicho por su madre.
-Pero…pero Naruto sale del colegio a las 16:00, no llegaría a tiempo a buscarlo.-
-Lo entendemos, pero nosotros del trabajo llegamos a la noche asi que por eso te lo encargamos a ti, ya encontraras la manera de llegar a tiempo a buscar a tu hermanito, eres muy listo. Ten en cuenta que es un favor a tu abuela, es por un tiempo nada más.
Nagato solo volvió a suspirar, todo era por poder ayudar a su obaa-chan y de paso, mantenerse entretenido con algo ¿Y que mejor distracción que enseñar Literatura en un colegio? Después de todo, debía verle el lado positivo.
***End Flash Back***
Por los pasillos del enorme edificio se encontraba caminando Nagato, con mirada desorientada, si bien él había estudiado en ese colegio, se sentía perdido, ya que la última vez que estuvo ahí fue cuando se graduó y desde entonces jamás había vuelto a pisar ese lugar y la verdad era que ya no recordaba ni donde estaba la dirección. Para empeorar las cosas, el timbre sonó y los estudiantes comenzaron a ingresar al colegio, el pelirrojo tuvo que hacerse a un lado para que no se lo llevasen por delante de lo rápido que pasaban corriendo. Justo cuando se estaba por resignar, frente a él pudo ver la silueta de su abuela y sin dudarlo y pese a que los alumnos lo llevaban por delante se aproximó a la mujer. Cuando por fin estuvo frente a ella, esta lo vio y no dudo en darle la bienvenida.
-¡Nagato! Muchacho, que alegría verte, hace mucho que no te veía, me alegra mucho que hayas aceptado el puesto de suplente, te prometo que no te molestare mucho, solo será hasta que encuentre a un titular que quiera enseñarle a estas bestias.-
El menor solo reía nerviosamente ante las palabras de su obaa-chan, era una mujer que pese a la edad aparentaba juventud, su cabello era rubio y sus ojos color miel, pero lo que más resaltaba de ella eran sus grandes atributos delanteros. La mujer en si era bastante hiperactiva, pero en si era una gran persona y confidente.
-A mí también me alegra verte obaa-chan.-
Ante lo dicho por su nieto la rubia arrugo la nariz en forma de disgusto mientras le comenzaba a tironear de la oreja al pelirrojo.
-No me digas asi, no soy tan vieja y además estamos en el colegio, no quiero que piensen que tengo favoritismos porque eres mi nieto.
-Hai hai, gomenasai, no volverá a ocurrir.-
Tsunade solo asintió mientras lo dejaba libre y se sacudía las manos como quien termina un trabajo difícil, Nagato solo reía nerviosamente ante la actitud de su abuela.
-Y dime obaa…digo Tsunade ¿Cuál será mi horario de clases?-
-Ven, te lo daré en la dirección, asi de paso te digo cosas que te servirán en tu primer día.-
-Hai.-
Sin decir nada más se fueron caminando a la oficina de la mayor, bajo la atenta y extrañada mirada de un joven que no pudo evitar detenerse a observar esa extraña actitud que la directora tenía con un extraño.
Al llegar a la oficina de la rubia, el pelirrojo tomo asiento frente a esta, quien reviso entre sus papeles para sacar una libreta con los horarios de todos los maestros.
-Bien, toma, este es tu horario.-
El menor extendió sus manos para tomar la hoja que su abuela le estaba dando, observo el curso que le tocaba y el horario, todo parecía en orden.
-También debes tener esto.-
Nagato volvió a alzar su vista para ver otra hoja que le era extendida frente a sus ojos, al tomarla pudo ver que era la lista con los nombres de los alumnos en ella, algunos tenían una marca verde, otros una roja, pero uno de ellos estaba marcado, subrayado y redondeado con rojo.
-Etto…¿Quién es este alumno que esta todo marcado en rojo?-
-Eso es lo que te quería avisar antes de que fueras a dar clases, su nombre es Yahiko Akatsuki, es un estudiante repetidor, el debió haber terminado la escuela hace dos años, pero causa muchos problemas a los maestros, no estudia, no presta atención y tiende a faltar el respeto a los profesores. Es por eso que te asigne como su tutor.
El oji lila asentía a todo lo dicho por su abuela, pero al llegar a lo último su rostro se volvió más pálido de lo normal ¿Había escuchado bien? ¿El seria el tutor del alumno más problemático del colegio?
-Jejeje… ¿Es una broma obaa-chan? Dime que si, por favor.-
-Ya te dije que no me llames asi, y no, no es una broma, eres la única persona que conozco con la paciencia suficiente como para ser su tutor, pero te advierto, tratara de hacerte la vida imposible para que renuncies, es por eso que el ultimo maestro de Literatura renuncio, pero tengo fe en que tu podrás ayudarlo a que pase de año.-
-¿No es suficiente con tenerme de maestro en tu colegio que además pretendes que sea el tutor de este chico? Eres mala con tu nieto favorito.-
Mientras el pelirrojo decía esto trataba de hacer su mejor puchero de perrito desamparado, cosa que Tsunade sabia reconocer, no por nada había sido madre, ese era el mismo puchero que le hacia Minato cuando lo castigaba.
-Ni lo intentes, es tu responsabilidad y si creo que has estado haraganeando demasiado después de recibirte, es hora de que empieces a hacer uso de tu título de profesor.-
-Está bien, pero no creas que por ser mi abuela trabajare gratis, espero que como a los demás maestros, a mí se me pague un sueldo.-
-Jejeje, no bromees Nagato, sabes que a la familia no se le pide dinero, asi que déjate de bromas y vete a tu clase, sino mal recuerdo comienza en 15 minutos. Cuando los alumnos entran en el curso tienen 15 minutos antes de que el maestro llegue, asi que apresúrate niño.-
-Hai hai, ya lo sé, no olvides que yo también fui estudiante de este colegio, recuerdo perfectamente la política de los 15 minutos.-
Sin decir nada más el menor se puso de pie, tomo sus horarios y la lista de los alumnos, tomo su portafolio con su material para dar las clases, miro de forma infantil y acusadora a su abuela, mientras esta le sonreía de forma triunfante y sacaba de su escritorio una botella de Sake, esa vieja nunca cambiaria, siempre bebiendo. Salió de la oficina y comenzó a caminar por los pasillos mientras miraba el papelito en sus manos que tenía escrito el número del curso al que debía ir.
-5-B…5-B… ¿Dónde se supone que estaba el curso 5-B?-
La frustración lo invadía nuevamente, no podía ser posible, primer día de clases y no encontraba su curso, debía ser una broma del destino. Pero sus ideas fueron interrumpidas cuando sintió una voz a su lado ¿Cuándo fue que alguien se puso a su lado que no se dio cuenta?
-Disculpe ¿Se perdió?-
Al observar a la persona a su lado pudo ver que era una chica de cabello azul, facciones delicadas, ojos de un color anaranjado opaco y una muy linda flor de origami en el cabello.
-Etto…si la verdad es que si ¿Por casualidad sabes dónde queda el curso 5-B?-
-Por supuesto, soy delegada de ese curso, sígame, lo llevare.-
-Arigato.-
-No hay de que.-
Sin decir nada más Nagato y la joven, cuyo nombre aun ignoraba se dirigieron al curso que les tocaba, el camino fue en silencio, pero uno reconfortante. Al llegar a su destino, la joven hizo una cordial reverencia para despedirse.
-Este es el curso de 5-B, un gusto conocerlo, mi nombre es Konan Akatsuki.-
-Un placer, mi nombre es Nagato Namikaze Uzumaki.-
-Bueno, me retiro, mi profesor no debe tardar en llegar.-
La chica sonrió de forma cordial y se adentró en su curso, el pelirrojo solo sonrió para sí, había tenido una buena impresión de una de sus alumnas y esperaba que con el resto fuese igual, pero al ingresar se encontró con todo lo contrario, los alumnos gritando y saltando, tirando bolas de papel, escribiendo en la pizarra, insultándose entre ellos a modo de broma, en resumen una escena sin duda desagradable para el joven Nagato, que estaba acostumbrado a la cordialidad.
-Ejem…ejem.-
Al contrario del efecto deseado de que los estudiantes le prestaran atención, estos siguieron ignorándolo como si no existiese mientras seguían en su mundo. Algo que para el pelirrojo era una insubordinación total, pero él no poseía un carácter como para tratar con este tipo de situaciones, él era más alegre y calmado, por lo que pese a sus ideas solo podía sonreír nerviosamente.
-Etto…Chicos.-
Konan al ver que nadie prestaba atención al joven que acababa de conocer decidió hacer lo más propio en una situación como esa, se puso de pie y salió del curso, a los pocos minutos regreso acompañada de la directora, quien portaba una cara de mil demonios.
-¡Todos a sus lugares ahora!-
Y como si la orden hubiera venido del mismísimo infierno todos los estudiantes se sentaron en sus respectivos lugares. Al ver la situación calmada Tsunade le sonrió a Nagato y salió del curso, dejando a todos los estudiantes observando al joven pelirrojo.
-Etto…Bueno, mi nombre es Nagato Namikaze, desde hoy seré su nuevo maestro de Literatura. Es un gusto conocerlos.-
Todos los alumnos se le quedaron viendo con cara de sorpresa ¿Era cierto que ese niño les daría clases? Y no era para menos su asombro ya que pese a sus 25 años, Nagato aparentaba tener 18 años.
-Bien, lo primero que leeremos será “Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino”, es un libro muy interesante escrito por Julio Verne, un escritor francés.-
A medida que iba repartiendo los libros iba explicando, cada estudiante tomaba el libro y lo observaba detenidamente, pero de pronto por la puerta de entrada ingreso un estudiante con una apariencia por demás extravagante a los ojos de Nagato.
-Etto… ¿Cuál es tu nombre?-
El recién llegado lo observo de arriba a abajo detenidamente, observo a Konan, quien le asintió y luego lanzo un suspiro cansado.
-Mi nombre es Yahiko Akatsuki, soy primo de la delegada.-
Luego de decir su nombre Nagato sonrió con su mejor sonrisa posible, con que ese era el chico del que su obaa-chan le había advertido, pero sus ideas se vieron interrumpidas ante las palabras del chico.
-Si piensa que leeré basura como Julio Verne pierde su tiempo.-
Y sin decir nada más se retiró a sentarse en su banco, el cual se encontraba al fondo del curso. Nagato solo suspiro cansado, ese era su primer día y había empezado con el pie izquierdo con el chico del cual era tutor, vaya clases le esperaba si quería que el joven Yahiko pasara de año. Sin duda, esto recién comenzaba.
Continuara…