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Taking care of you por Khira

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Taking care of you




Un fanfiction basado en Slam Dunk por Khira



Disclaimer: La mayoría de los personajes que aparecen en esta historia son propiedad de Takehiko Inoue.



****************


# 1. Erik Schweizer


El despacho es muy amplio y elegante, pero una mesa, dos sillas y una estantería son todos los muebles que lo decoran. En una de las sillas, un hombre alto pero delgado de típicos rasgos orientales, vestido con traje y corbata; en la otra, un chico de no más de veinticinco años, castaño y con los ojos de un extraño color dorado, extranjero, mucho más alto y de complexión fuerte, vestido también con traje pero sin corbata. El despacho cuenta con un gran ventanal a través del cual se observa la silueta de la ciudad bajo un cielo gris y nublado. El invierno está cerca.

- ¿Este es su hijo? – pregunta el extranjero mientras contempla la foto que le acaban de mostrar.

- Sí – contesta el hombre japonés.

- ¿Que edad tiene?

- Quince años.

- Entonces va a… ¿primero de bachillerato?

- Así es; en el instituto Shohoku. Está en el equipo de baloncesto. Adora ese deporte. Todos los fines de semana se los pasa entrenando por su cuenta.

- ¿Solo?

- Sí. Creo que no tiene muchos amigos… Nunca ha traído a nadie a casa.

- Entiendo… un chico solitario, ¿no?

- Bastante…

- ¿Y cómo lleva lo de su enfermedad? ¿Está controlado?

- Sí, sobre eso no hay que preocuparse. Si no te lo hubiera contado seguro que ni te habrías enterado.

El chico de apariencia extranjera devuelve la foto al hombre japonés, quien la guarda de nuevo en su cartera.

- ¿Y desde cuando recibe usted amenazas? – pregunta mientras enciende un cigarrillo.

- Desde hace un par de semanas.

- ¿Siempre mediante mensajes a su teléfono móvil?

- Sí. Desde varias cabinas telefónicas de la ciudad, ya lo he comprobado. El mensaje siempre es el mismo: ‘Si no deshace la fusión de sus empresas, su familia pagará las consecuencias.’

- ¿Por qué cree que les amenazan? ¿Qué ha provocado esa fusión?

- El despido de muchos empleados… unos cincuenta.

- Entiendo…

El chico de ojos dorados se levanta, a la vez que una gran bocanada de humo escapa de sus finos labios. El hombre japonés le imita.

- Entonces, ¿acepta?

- Por supuesto, señor Rukawa. Será un placer trabajar para usted.

- Gracias, señor Schweizer.

- Llámeme simplemente Erik, por favor.

- De acuerdo, Erik.

Los dos hombres se dan la mano. A continuación salen del despacho camino del aparcamiento subterráneo, mientras siguen conversando sobre las cláusulas del contrato que van a firmar esa noche. Se suben en el magnífico BMW azul propiedad del señor Kazuhiko Rukawa, con la intención de dirigirse primero al piso de Erik, quien tiene que recoger ropa y algunos enseres, pues a partir de ese día y por tiempo indefinido va a tener que vivir en el hogar de su jefe y del que será su protegido, Kaede Rukawa.

Una hora después llegan a su destino. La vivienda, de dos plantas y rodeada por un enorme jardín, no impresiona a Erik. Ha vivido en sitios aún más lujosos.

El señor Rukawa le enseña su habitación, un dormitorio de invitados situado en la segunda planta y contiguo al de Kaede. Erik deja sus cosas sobre la cama y baja de nuevo las escaleras, ya tendrá tiempo de ordenarlo todo por la noche. La señora Ishizaka, la asistenta de hogar de los Rukawa, una mujer de unos cincuenta años, se presenta ante él y le ofrece un té algo sonrojada, pero lo rechaza. La mujer se ve desilusionada y vuelve a la cocina.

- ¿A qué hora llega su hijo normalmente? – pregunta mientras inspecciona con la mirada el amplio salón, sentado en uno de los cómodos sofás que presiden la estancia.

- Debe estar a punto de llegar – contesta el señor Rukawa.

Y precisamente en ese momento se oye la puerta principal de la casa al abrirse, y a los pocos segundos aparece en el salón un chico joven, vestido de uniforme y cargando una mochila, de cabellos azabaches, tez pálida y ojos azul oscuro, los cuales se muestran un poco sorprendidos al verle allí.

Ambos hombres se levantan y se acercan a él.

- Hola hijo – saluda el señor Rukawa.

- ¿Quién es este tipo? – pregunta el joven de manera despectiva.

El señor Rukawa se dispone a contestar, pero Erik se adelanta.

- Me llamo Erik Schweizer. A partir de hoy soy tu guardaespaldas – dice con una leve inclinación, pues sabe que los japoneses no se dan la mano al presentarse con desconocidos.

Ahora la sorpresa del chico es total. Se gira hacia su padre, pidiendo con la mirada una explicación.

- Esto es una broma, ¿no? – pregunta al escuchar su silencio.

- No, no lo es – responde el hombre con tranquilidad – Ya te avisé que tomaría medidas para protegerte.

- Yo no necesito protección, y menos la de este tipo – dice fríamente – Sé cuidarme solo.

- Kaede, no quiero discutir – la voz de su padre suena aún más fría que la suya – Esto no es negociable. A partir de hoy Erik te acompañará adonde vayas, y punto.

Rukawa deja escapar un bufido y da media vuelta para largarse a su habitación, ante la atenta mirada de los dos hombres.

- Es un chico difícil de tratar… - murmura el señor Rukawa – Especialmente desde lo de su madre…

- Ya veo…

Y sin decir nada más, Erik sigue los pasos de Kaede y entra en su dormitorio. El chico, que se estaba cambiando, le mira con odio contenido.

- ¿Quién te ha dado permiso para entrar? – pregunta con voz airada.

- Nadie. Como tu guardaespaldas, puedo y debo estar en cualquier sitio en el que estés tú. No necesito tu permiso.

La expresión furiosa del chico se acentúa.

- No te quiero cerca de mí – sisea.

- Eso va a ser un poco difícil, Kaede.

- No me llames Kaede.

- Tu padre me ha dicho que puedo llamarte así. Y tú puedes llamarme Erik si quieres.

- Sal ahora mismo de mi habitación…

Erik se dispone a replicar de nuevo, pero ve los puños apretados y temblorosos de Kaede y decide que es mejor dejar en paz al chaval por esta noche.

- Está bien, te veo luego. Pero vete haciendo a la idea de que a partir de hoy me convertiré en tu sombra.

Sale de la habitación y cierra la puerta. Al momento una caja vacía de discos se estrella contra ella. Una vez descargada momentáneamente su ira, Rukawa se sienta en la cama dejando escapar un suspiro de exasperación.

¿Cómo va a explicar la presencia de ese tipo en el instituto? ¿Cómo explicar que su padre es un millonario empresario que ha dejado sin empleo recientemente a más de cincuenta empleados, y que por eso le han amenazado a él? No, no quiere que nadie lo sepa. Si quiso ir a un instituto público y no a uno privado fue precisamente para que nadie le tratara como a un niño rico.

Con otro suspiro se levanta y termina de ponerse el pijama. Se le ha quitado el hambre, pero sabe muy bien que no le queda más remedio que bajar a cenar.

Antes de salir de su dormitorio, planea como librarse de ese tal Erik Schweizer. No será difícil. Bastará con ser él mismo y seguro que se cansa de él. Como todo el mundo.

Afuera de la habitación, Erik ha escuchado el sonido de algo golpeando la puerta, y recuerda las palabras del padre del chico.


“Es un chico difícil de tratar.”



“Esto será interesante…”, piensa el robusto guardaespaldas mientras se dirige de nuevo al comedor.

****************

N/A: Hola! Sé que dije que terminaría ‘Hopeless’ antes de ponerme con otro fic, pero es superior a mi, sorry XD. Pero de todas maneras el SenRu está casi terminado y he pensado de mientras lo acabo me vayan dando su opinión sobre esta nueva historia que se me ha ocurrido… Como habréis notado he cambiado un poco el estilo, es la primera vez que escribo en presente y en tercera persona, me apetecía variar un poco… Ru sufrirá igualmente, eso es inevitable, pero al menos esta vez no lo mandaré al hospital XD. Y lo de ‘acción’… a ver como me sale. El capítulo es corto por ser el primero pero los siguientes serán más largos.

Besos

Khira

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