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Avaricia. por Seiken

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Disclaimer: Estos personajes no me pertenecen y por lo tanto no gano dinero, solo la satisfacción de recibir sus comentarios, quejas o sugerencias… para quienes no hayan visto el Reboot de Thundercats, ¿Qué esperan? ¡Vayan a verlo que no se arrepentirán!

Thundercats-Thundercats-Thundercats

Resumen: Esta vez Grune se ha aliado a una fuerza superior y tomara lo que siempre ha querido.

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Avisos:

Este fic es Slash, si no te gustan las relaciones homoeróticas no seas grosero, simplemente no lo leas.

Esta historia está basada en los Thundercats que acaban de salir, no tiene muchos spoilers más allá de los que ya deben de saber.

Fic dedicado a Yuriko Hime por soportar mis constantes incoherencias…

Thundercats-Thundercats-Thundercats

Titulo: Avaricia.

Capitulo 2.

-Mi nombre es Panthro — respondió el guerrero observando fijamente a los cinco Thunderianos enfrente suyo.

Uno era indiscutiblemente el hijo sanguíneo de Claudius, era su viva imagen a su edad, junto a él se encontraban una mujer, una clérigo a juzgar por su forma de vestir, dos mellizos que no pensaba fueran de la nobleza y el joven tigre que adopto el rey muchos años atrás.

Panthro no pensaba que hubiera pasado tanto tiempo para que Tygra y su hermano hubieran crecido para convertirse en dos jóvenes Thunderianos, sin embargo, como ellos crecieron el llego tarde para evitar que Grune traicionara a Claudius.

Grune… — pronuncio entre dientes, lo suficiente bajo para que ninguno se diera cuenta de eso.

Flash Back.

Panthro sostenía una copa con hidromiel, a su lado estaba Grune, recargado en la barra con apariencia de pocos amigos, sus dientes resplandecían con las luces de los festejos y sus ojos brillaban con un resplandor siniestro, parecían estar enfocados en algún punto por debajo de ellos.

Grune llevaba varios días molesto, demasiado irritable, no era la misma persona con la cual estaba acostumbrado a tratar, era casi como si una sombra se hubiera apoderado de su corazón.

Panthro colocando un brazo alrededor de su hombro, un gesto de camaradería, le pregunto arqueando una ceja. — Tú no eres un Thunderiano que desprecie un festejo Grune… ¿Qué es lo que te agobia mi amigo?

Grune apretó los dientes algunos segundos, gruñendo por lo bajo, para después posar su mirada en Tygra, el que seguía a su hermano menor en medio de la multitud.

Los príncipes supuestamente debían estar a salvo en la seguridad del castillo, siendo demasiado jóvenes para participar en las justas del árbol o sentarse en el balcón de los invitados de honor, el rey, sus generales y su consejero.

Claudius le había ordenado a Tygra que tenía que cuidar de su hermano menor y dicho hermano menor, un joven león que creía en las historias del libro y la tecnología, tenía prohibido salir del palacio porque siempre que lo hacía terminaba metiéndose en problemas. —De que me sirve ser un general si no puedo tenerlo…

Panthro escucho las palabras de su amigo y le comento. — ¿De qué estás hablando?

Grune se termino su copa y le respondió azotándola contra la mesa, furioso. — Deseo al príncipe mi amigo… como nunca antes he deseado a alguien.

Su mirada era oscura, bañada con lujuria y deseo, la clase de mirada que un Thunderiano honorable y del doble de la edad del príncipe no debería tener al verle. — No sé que daría por tenerlo una noche entre mis brazos, solo con una noche me conformaría… y sé que Claudius jamás me dejara tenerlo.

Por suerte el rey no estaba presente, porque de estarlo, Panthro sabía que no estaría contento con las palabras de Grune ni con su forma de mirar al príncipe, aun a él le parecía desagradable, lo miraba como un gato hambriento observaría a un pescado. — No deberías hablar de esa forma, Grune…

Grune bufo enfadado levantándose de su asiento respondiéndole colocando una mano en el hombro de Panthro. — Me gustaría verte en mi lugar.

Panthro lo siguió con la mirada y al ver que se dirigía hacia donde estaban los príncipes hacia pocos minutos atrás, decidió levantarse, Grune estaba demasiado fuera de sí, tanto que por un momento temió que hiciera alguna locura.

Repentinamente un grupo de cinco paseantes se interpusieron en su camino, el más alto choco contra él diciéndole sin darse cuenta de quien se trataba. — ¡Acaso estas ciego!

Panthro intento ignorarlos al principio y seguir con su camino, sin embargo, una de las mujeres les dijo a los otros. — Es el general Panthro.

El general noto entonces que se trataba de tres parejas que caminaban juntas, el que le grito pronuncio entonces arrepentido. — Lo lamento mucho General, no lo vi…

Panthro al ver que Grune había desaparecido les dijo pasando a través de ellos, intentando apresurarse, temiendo que su amigo hiciera alguna locura. — No deben preocuparse, solo sigan divirtiéndose.

El general dio una vuelta en un callejón oscuro en donde creyó escuchar un quejido y entonces lo vio, allí estaban ellos, los príncipes, un Thunderiano de gran tamaño sostenía al príncipe contra una pared, con una de sus manos en su hombro y la otra cubriendo sus ojos para que no lo viera.

Lion-O estaba en el suelo, aturdido y Tygra intentaba soltarse inútilmente, sujetando la muñeca que lo empujaba contra la pared, tratando de alejar su rostro del extraño encapuchado que lo estaba besando.

Panthro grito desde el callejón. — ¡Aléjate de los príncipes!

El encapuchado rugió y se fue, con demasiada agilidad, sin permitir que viera su rostro, las sombras eran demasiado profundas para que pudiera hacerlo.

Tygra cayó de rodillas al suelo limpiándose la boca, parecía estar asqueado y aturdido.

Panthro se acerco a Lion-O primero para revisar sus signos vitales, cuando verifico que solo estaba inconsciente se acerco a Tygra preguntándole. — ¿Estás bien?

Tygra no respondió al principio, sus dedos seguían sobre sus labios, parecía que tenía sangre en ellos por lo que con su dedo pulgar intento ver el daño, no obstante, no tenía ninguna herida visible por lo que la sangre era de su atacante. — Claudius les ha dicho que no visiten esta parte de la ciudad, no me sorprendería que los castigue de por vida.

Tygra pronuncio en ese momento. — No… no le digas nada, por favor… te juro que jamás regresaremos aquí… no quiero que se moleste conmigo.

Panthro le respondió alejándose de Tygra. — Claudius tiene que saberlo.

Tygra parecía asustado, horrorizado, el general no estaba seguro si era por haber sido besado por un extraño en un callejón oscuro o por que el rey lo supiera y estuviera decepcionado de él.

Panthro respiro hondo, cruzo sus brazos delante de su pecho y dijo. — Buscare al que hizo esto, tu regresa con tu hermano al castillo.

Tygra asintió limpiándose los labios con la punta de su ropa, se acerco a Lion-O y le dijo sacudiéndolo. — Despierta, tenemos que irnos.

Lion-O no tardo demasiado en despertar y cuando lo hizo le pregunto acariciando su mejilla con preocupación, buscando como por instinto una respuesta en los ojos ámbar. — ¿Estás bien?

Tygra asintió sin decir nada, aun estaba demasiado perturbado y comenzó a caminar en dirección del castillo, pendiente de cada sombra o ruido que escuchaba, Lion-O comenzó a seguirlo mirándolo de reojo, mordiéndose el labio asustado y arrepentido.

Seguramente había sido su idea salirse del castillo e ingresar en esa parte de la ciudad en donde sabía Panthro se encontraba el mercado negro en donde podrían encontrar algunas piezas de chatarra.

Panthro comenzó a buscar al thunderiano que ataco al príncipe sin encontrarlo, pocas horas después encontró a Grune sentado en la mesa del banquete, parecía demasiado orgulloso de sí mismo. — ¿Veo que ya te sientes mejor?

Grune sonrió y Panthro pudo ver una herida en su labio inferior, por un momento pensó que había sido él quien ataco al príncipe, sin embargo, aquello era una locura. — Sí… repentinamente la espera se hace mucho más llevadera…

Panthro se sirvió una copa de vino y estuvo a punto de contarle lo que había visto, sino le hubiera dicho a Tygra que Claudius no sabría nada del incidente en el callejón. — Ese muchacho se meterá en demasiados problemas…

Grune le respondió casi como si supiera de lo que estaba hablando. — Sí, unas rayas en un cuerpo bonito siempre son tentadoras.

Flash Back.

Sí el joven tigre se encontraba con ellos significaba que Grune no había logrado conseguir lo que deseaba, Tygra aun seguía ignorante de los deseos del general, sino, sus ojos no serian los mismos que le miraban aparentemente sin reconocerle.

Pero el si recordaba las ordenes de Claudius y el difunto rey, puesto que si no estaba con ellos significaba que debía haber fallecido junto con Thundera, aunque debía conservar las esperanzas mientras que alguien blandiera la espada del augurio, le pidió que no permitiera que Grune lastimara a su hijo adoptivo.

Flash Back.

Panthro esperaba sentado en una silla un tanto incomoda, demasiado pequeña para un thunderiano de su estatura, Jaga parecía mucho más tranquilo, tenía sus manos recargadas en los brazos de su asiento y los ojos cerrados.

El en cambio nunca había sido una persona demasiado paciente en los asuntos de estado, en la política de la cual Claudius se encargaba con buenos resultados, por lo que comenzaba a impacientarse.

Grune no había sido llamado a esa junta haciendo que pensara que Claudius desconfiaba de él, sin embargo, eso no era posible porque los tres habían sido amigos desde hacía mucho y los dos eran leales al rey de Thundera.

Cuando Claudius entro parecía preocupado, demasiado tenso y aun así ni Panthro ni Jaga sabían de un nuevo golpe de los lagartos, Slithe había permanecido en las sombras demasiado tiempo.

Al verlos el rey Claudius pronuncio con demasiada seriedad sorprendiéndolo pero no a Jaga, quien parecía tranquilo, demasiado calmado para la aparente preocupación del rey. — Los he mandado llamar por una razón…

Panthro respondió tranquilo al mismo tiempo que Jaga asentía con un movimiento de su cabeza. — ¿Qué es lo que te preocupa mi viejo amigo?

Claudius se rasco la cabeza recargándose en su cintura, respondiendo poco después con tanta simpleza como podía estando tan molesto que su enojo era casi palpable. — Es un favor personal, no como rey sino como amigo y aceptare su decisión cualquiera que esta sea.

Panthro le comento tranquilizándose un poco, recordando el momento en el cual les pregunto su opinión sobre como seducir a la madre de Lion-O y algunos años antes sobre adoptar a cierto adolecente con problemas de actitud. — Lo dices como si pensaras que nos negaríamos, Claudius… ¿Qué pasa? ¿Dónde está Grune?

Claudius volvió a fruncir el seño respondiéndoles observando el campo de entrenamiento que podía verse desde esa ventana, en donde seguramente se encontraban sus dos hijos practicando, aunque debería decir Tygra pateando el trasero de su hermano menor. — Es sobre Grune que quiero hablarles, Grune y su interés en uno de mis hijos.

Jaga asintió sin pronunciar una sola palabra, Panthro recordaba haber visto a Grune conversando con Tygra demasiadas veces, intentar enseñarle un movimiento de lucha hacia algunos días, pero no creyó ver ninguna clase de interés personal en eso, aunque si recordaba la conversación que tuvieron durante uno de los festivales y esa mirada perturbadora. — ¿De qué estás hablando?

Claudius arqueo una ceja preguntándole con curiosidad sin creer que fuera el único que había visto el comportamiento inapropiado de su general, la forma en la cual miraba a Tygra o su insistencia en tratarlo como si ya se tratase de un adulto. — ¿Acaso es solo idea mía?

Por fin hablo Jaga, pronunciando con esa voz tranquila y esa mirada que parecía leer tus pensamientos. — No, yo también lo he visto.

Panthro pronuncio rascándose la barbilla meditabundo intentando no condenar los actos de Grune, creyendo que su amigo debía tener la oportunidad de explicar sus acciones. — Grune siempre ha mostrado interés en Tygra… apenas hace dos días le vi entrenando con él.

Los ojos de Claudius se cerraron un poco, las arrugas de su frente se juntaron y sus dientes se apretaron, una expresión que Panthro asociaba con problemas, respirando hondo el rey de Thundera les solicito — Quiero pedirles que siempre haya uno de nosotros presente cuando Grune intente enseñarle algo a Tygra, no solo eso, no quiero dejarlos a solas… mi hijo es muy joven y no se ha dado cuenta de sus... intenciones.

Panthro no evito reírse, recargándose en el brazo de su silla diciéndole a Claudius con tanto tacto como podía recordando que dicho príncipe estaba en la etapa de su adolescencia en la cual coqueteaba hasta con una roca. — ¿Chaperones? Tu hijo no necesita chaperones Claudius, necesita un cinturón de castidad… lo he visto coqueteando con varias chicas del palacio y creo que también una clérigo… o estudiante, Jaga podrá decírtelo.

Jaga pronuncio en ese momento con tranquilidad. — ¿Pareciera que no confías en la sinceridad de los sentimientos de Grune?

Claudius medito su pregunta por algunos minutos, tantos que Panthro pensó que no le respondería para después decir. — Si confiara en sus sentimientos no haría esta petición, Tygra es un adolecente y como tal intenta llamar la atención, pero yo lo conozco… y sé que Grune podría aprovecharse de su ingenuidad.

Jaga pronuncio con severidad, su favoritismo por Lion-O era muy notorio, tanto que a veces era injusto con el hermano mayor, pero Panthro no era quien para juzgar el comportamiento del consejero del rey, aun así tenia ojos. —Ignoras las faltas de Tygra con demasiada facilidad Claudius.

Aquello era cierto, mientras que Lion-O recibía las duras críticas de su padre, Tygra parecía escaparse de las reprimendas con demasiada facilidad, no era que el joven príncipe fuera un chico problemático ni que hubiera muchas faltas que reprocharle, sin embargo, cada vez que cometía una Claudius le perdonaba. — Tal vez Jaga, pero me preocupa… siendo huérfano a tan tierna edad… lo único que quiero es que sepa que lo quiero tanto como si fuera de mi propia sangre, que mi afecto por él no tiene nada que ver con mi decisión de hacer que Lion-O sea el heredero al trono.

Panthro comento sonriendo recargándose en su barbilla, tomando a la ligera la visible preocupación de Claudius, después de todo estaban hablando de Grune, el era un buen hombre que jamás se aprovecharía de un adolecente, mucho menos del hijo de uno de sus amigos. — Si ese muchacho duda de tu amor no es tan inteligente como lo piensas.

Flash Back.

Era obvio que la lealtad de Tygra era con su familia, a pesar de cualquier clase de rivalidad que pudieran tener, obedecía a Lion-O, un tanto a regañadientes, sin embargo, respetaba su posición como el nuevo rey.

La chica también lo hacía y podía ver cierto interés entre el hijo legitimo de Claudius y ella, una química difícil de describir.

Panthro se maldijo mentalmente, no debía estar pensando en el pasado ni en el futuro, su preocupación debía ser encontrar combustible para el tanque, no obstante no dejaba de pensar en la última reunión que tuvo con Claudius.

Sí el príncipe era tan ingenuo como el rey lo pensaba o sí comenzaba a sospechar del general.

¿Cómo si pudiera indagarlo? Pensó Panthro adelantando el paso, Tygra no parecía ser la clase de Thunderiano que se abriría fácilmente, mucho menos en un asunto tan complicado como ese.

Para el general había pasado poco tiempo desde la última vez que vio a su buen amigo, cuando le pregunto desconfiando de sus motivos al pedirles que resguardaran a su hijo mayor.

Flash Back.

Su pregunta fue directa, como cada una que realizaba, ya fuera en el campo de batalla o como su amigo. — ¿Qué es lo que viste?

Claudius suspiro recargándose en la ventana, parecía meditabundo. — Sabía que me preguntarías esto…

Panthro le explico acercándose a su rey, esperando una respuesta que fuera más allá de eso, sí estaría dispuesto a seguir los pasos de Grune tenía que tener alguna razón que compensara su desconfianza. — Dime que hizo Grune para merecer tu desconfianza, Claudius, es un Thunderiano leal a tu trono y un buen hombre.

Claudius le respondió dando la media vuelta, mirándolo a los ojos. — Mañana ve al campo de entrenamiento y míralo por ti mismo.

Flash Back.

Habían pasado pocos días para que Panthro le preguntara a Claudius que era exactamente lo que le había molestado tanto, esperando tener más información antes de seguir a Grune como si se tratase de un criminal.

No era que desconfiara de sus motivos, sólo que no podía creer que Grune fuera capaz de algo tan ruin como aprovecharse de la inocencia de un adolecente.

Pero como el rey se negaba a decirle lo que había visto, él tendría que cerciorarse de sus pecados con sus propios ojos antes de traicionar a su amigo.

Flash Back.

Era una orden que no podía desobedecer y un asunto tan molesto para Claudius que prefería no pronunciarlo para que no perdiera el control de sus emociones.

Panthro fue al campo de entrenamiento y vio a los hermanos entrenar con las espadas de madera, Lion-O peleaba con un fuego interno que te deslumbraba, era bravo y resuelto, Tygra era mucho más controlado, con una gracia inherente de los suyos.

Dentro de poco tiempo el resultado que era inminente desde el principio de la justa ocurrió, Lion-O estaba en el suelo, su hermano le había ganado y lo señalaba con la espada de madera con una sonrisa orgullosa.

El joven león le dijo haciendo una mueca parecida a un puchero. — No es justo… me hiciste trampa.

Tygra le dijo guardando la espada en su cinto, dándole la mano. — Cuando aprenderás Lion-O, soy mejor que tu.

Lion-O se levanto con ayuda de su hermano diciéndole con seguridad y optimismo. — Algún día te derrotare… ¡ya lo veras!

Repentinamente se escucho que aplaudían al mismo tiempo que se acercaban a los dos príncipes diciéndoles, más bien, diciéndole al mayor. — Eso fue maravilloso Tygra, lástima que tu linaje no sea el correcto.

Tygra sonrió al escuchar esa voz, Panthro arqueo una ceja y Lion-O sujeto a su hermano del brazo como si intentara llevárselo de allí. — ¡Grune!

El joven tigre se soltó de las pequeñas manos de su hermano, acercándose al general, a quien veía con fascinación, como si se tratase de un gran héroe, probablemente así fuera, Grune era un general reconocido, amigo de su padre, fuerte y experimentado, al mismo tiempo que Lion-O se mordía el labio visiblemente molesto. — Pensé que mi padre ya no te dejaría entrenar conmigo.

Grune revolvió el cabello de Tygra con su mano derecha para después acariciar su mejilla, sujetándolo de su mentón, el príncipe arqueo una ceja confundido y estaba a punto de decir algo cuando Lion-O pronuncio. — ¡Tygra está practicando conmigo!

El general observo a Lion-O con cierta condescendencia diciéndole. — Jaga no tiene nada que enseñarte o tal vez tu mascota necesite comida… o un paseo.

Obviamente quería que el cachorro se fuera de allí, dejándolos a solas, sin embargo, el príncipe le respondió volviendo a sujetar a su hermano del brazo, mirando a Grune con recelo. — ¡No! ¡Mi padre dijo que practicaríamos juntos!

Grune apretó los dientes furioso intentando no gritarle al príncipe, a quien le dijo poco después. — Bien príncipe, creo que otra ocasión será Tygra, mientras tanto sigue jugando con tu hermano.

Al decir aquellas palabras se alejo con una sonrisa en los labios escuchando como Tygra le reprochaba al menor. — ¿Por qué hiciste eso Lion-O? Quería practicar de verdad no jugar contigo.

Flash Back.

Grune siempre intentaba pasar tiempo con el príncipe, lo buscaba y entrenaba desde que era un niño, ganándose el afecto de Tygra, conociendo la forma de hacerlo reaccionar como quería.

El general se esmeraba en especial en separar a los dos hermanos, hablando del linaje y como no era justo que él no fuera el rey cuando todos sabían que se trataba del mejor hijo.

Si acaso Tygra no tuviera tanta seguridad en su persona habría escuchado sus palabras venenosas, solo sería cuestión de tiempo para que algo de ese veneno se introdujera en su corazón y comenzara a resentir la decisión de Claudius de que no fuera rey.

Y en ese caso, al ver que Claudius, Jaga y él, apoyaban la investidura de su hermano, que el thunderiano menos preparado sería rey por el simple hecho de ser un león haría que sólo pudiera confiar en Grune, quien aparentaba interés por él a pesar de tener la sangre incorrecta.

Pero Grune los había traicionado y Panthro sospechaba que una de sus razones era la posibilidad de poseer al príncipe.

Flash Back.

Algunas horas después Lion-O escapo a su habitación en donde mantenía escondidas piezas de tecnología, Tygra estaba caminando en los pasillos del palacio con las manos detrás de su cabeza observando los dibujos del techo.

Panthro lo había seguido todo el día, sin ver que era aquello que había molestado tanto a Claudius hasta que en un abrir y cerrar de ojos Grune estaba junto al príncipe, cubriendo sus ojos diciéndole. — Con la guardia baja cualquiera puede lastimarte Tygra.

Tygra dio un gran salto, un maullido poco digno de un príncipe y retrocedió algunos pasos sorprendido. — ¿Grune?

El general le respondió acariciando la mejilla del príncipe por segunda ocasión ese día pronunciándole casi en el oído con un tono de voz delicado, el que usaría un amante. — Perdona por asustarte gatito, no fue mi intención.

En esta ocasión estaban solos, no había guardias o sirvientes, ni siquiera Lion-O y Grune parecía complacido con eso. — No soy un gatito.

Grune traía consigo una bolsita de cuero, de la cual saco un dije con la forma de una media luna diciéndole. — Te compre esto, Tygra, me pareció que combinaba con el color de tus ojos.

Tygra toco la joya con las puntas de sus dedos arqueando una ceja, en vez de sonreír con agradecimiento parecía incomodo, trago saliva y le pregunto al mayor. — Pero… ¿Es un collar?

Grune asintió e intento ponérselo diciéndole. — Sí, me costó mucho dinero pero creo que tú lo mereces…

Tygra retrocedió un paso y levantando las manos le dijo a Grune, intentando no hacerlo enfadar, sin embargo, rechazando el regalo. — Mi padre se molestara mucho si acepto algo como esto…

Grune relamiéndose los labios le dijo guiñándole el ojo. — Tu padre no tiene por que saberlo, y si tu no le dices yo no lo hare.

Tygra negó aquello con un movimiento de la cabeza, excusándose e intento alejarse del mayor. — No… yo… él lo sabrá y no quiero molestarlo.

Quien lo sujeto del brazo diciéndole. — Solo deja que te lo vea puesto.

Los ojos de Tygra comenzaron a moverse de un lado hacia el otro, no había hacía donde ir y no sabía por qué se encontraba tan incomodo, Panthro no necesitaba verlo, era suficiente con oler su adrenalina. — Y después puedes tirarlo si así lo deseas.

El príncipe asintió y tomo el collar que Grune le estaba ofreciendo, tragando un poco de saliva intento ponérselo, sin embargo, sus manos temblaban y el gancho se negaba a cerrarse en el último eslabón de la cadena. — Permíteme…

Tygra dejo que Grune sostuviera el collar y girándose permitió que se lo pusiera, Panthro pudo ver la misma mirada codiciosa de aquella noche, cuando el príncipe se giro nuevamente para que viera su regalo, una joya de color dorado que combinaba con los ojos del príncipe y resaltada con el pelaje blanco de su cuello. — Muy bonito…

Grune sujeto la joya entre sus dedos índice y pulgar, por encima del esternón, rozando la piel descubierta por el cuello de la camisa, repitiendo. — Realmente muy bonito…

Tygra se relamió los labios, un gesto que llamo la atención de Grune, el general sonriendo rozo con la punta de su dedo índice el contorno de la mejilla del príncipe, sujetando su mentón acercándose nuevamente al espacio personal del joven tigre.

El tigre jadeo al ver el movimiento de Grune, Panthro al ver que intentaba besarlo decidió que ya era suficiente y tan rápido como pudo, alejo a su amigo del adolecente diciéndole. — ¿Qué estás haciendo? Es uno de los príncipes… tiene la mitad de tu edad… ¡Es solo un adolecente!

Tygra al ver a Panthro huyo tan rápido como pudo del pasillo, sus mejillas estaban pintadas de rojo y llevaba el collar en su mano derecha.

La respuesta de Grune no se hizo esperar y pronuncio. — Claudius te mando a espiarme.

Panthro respiro hondo para después decirle. — No, el rey no lo hizo… estaba caminando en este pasillo cuando escuchó tu voz, me acerco y lo que veo es a mi amigo intentando seducir al príncipe Tygra… ¿Por qué Grune?

Grune le respondió fijando su vista en el pasillo en donde desapareció el príncipe. — Ya te lo dije Panthro y si eres mi amigo no te interpondrás entre nosotros.

Panthro intento razonar con el tigre dientes de sable diciéndole. — Es solo un adolescente…

Grune le dijo con un tono de voz decidido. — No me interesa…

Flash Back.

Cuando Claudius estaba vivo no le interesaban las consecuencias de sus actos, ahora que estaba muerto, que los había traicionado, se preguntaba qué tan lejos podría llegar para tenerle, si acaso había perdido el deseo por el príncipe o seguía pensando en él.

Tygra le observo de reojo casi como si compartiera sus temores o sus sospechas, sin embargo, bien podría ser solo su imaginación.

Thundercats-Thundercats-Thundercats

¿A quién le interesaría que esta historia se convirtiera en un Tygra/Lion-O?

¿O quieren ver otra pareja para Tygra?

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