¿Cuáles son mis deseos?, ¿qué motivos tengo yo para no dejar de pensar de esta manera tan absurda? ¿Por qué no simplemente trato de olvidar todo aquello que tanto me hace daño? ¿Por qué soy un maldito cobarde que juega con algo que desde un principio no sería de mi propiedad?
No recuerdo exactamente desde cuando comenzó todo esto, pero, de lo único que estoy completamente seguro es que soy un psicópata que tanto te ha hecho daño, a ti y a tus más allegados, si, tanto así que no he podido decirte adiós ni en mis propios pensamientos, lo sé, suena tonto ¿no es así? Shizuo.
Hace algunos años nos conocimos en aquella escuela secundaria, lo conservo aun muy presente en mi memoria, aun tengo dentro de mi aquella sensación del momento en que nuestras miradas se cruzaron por primera vez, dijiste que me odiabas y yo a ti de igual manera; pese a que ninguno de los dos en el pasado tuvo algún conflicto con el otro, fue como amor a primera vista; solo que al revés. Y comenzamos a pelear; debo admitir que fue algo divertido, disfrute como aquella bestia de cabellos rubios artificiales, me lanzaba todo a su alrededor con esa fuerza descomunal que posee. Entendí en aquel instante lo peligroso que él podría llegar hacer, pero realmente no me importa, y eso es porque él al igual que yo, somos distintos a los demás, pero muy similares entre ambos, unos monstruos ante la sociedad y ante a los humanos que tanto amo.
Pasó el tiempo, nuestra relación era la de dos simples enemigo o al menos eso era lo que las demás personas creían, que sin embargo a pesar de nuestra rivalidad, en los recreos y en los tiempos de descanso siempre estábamos juntos. el corría detrás de mi tratando de atraparme, golpearme, hacerme daño, y yo intentando apuñalarlo con mi navaja; pero no siempre discutíamos, de hecho, en algunas ocasiones establecíamos conversaciones como si nos lleváramos bien, hablamos de nuestras familias, gustos y nos hacíamos todo tipo de preguntas absurdas; pero al final esto era en secreto, no hablábamos en público, lo solíamos hacer en la terraza de la institución, era un secreto entre él y yo, esto de alguna manera me hacía muy feliz, ya que siempre he sido una persona de escasas amistades, y esto me hacía creer que no éramos contrincantes, sino algo mas, mi mente se inundaba del deseo de conocerlo cada vez mas y mas, quería saber de ese extraño ser con cuerpo humano y comportamiento salvaje, que a pesar de estar a las mismas condiciones que yo siendo diferente, tenía amigos, amigos que los trataban como a alguien normal ¿Por qué yo no soy querido por nadie? ¿Qué he hecho de malo? Ah, ya lo recuerdo, es por eso que te envidio.
¿Por qué todo se volvió así? ¿Desde cuándo todo cambio de esta manera? Aun no entiendo la razón por la que nuestra relación se convirtió en solo odio y desprecio… “te odio, te odio, no mérese vivir, eres lo peor que ha pasado en mi vida, deberías morirte simplemente y así todos estarán mejor” aun esas palabras rondan por mi cabeza, ya me canse de escucharlas salir de tu boca. ¿Por qué me odias? Me duele, me duele, en verdad me duele, ya me bastaba con que todos me despreciaran, como para que tú también lo hagas. Shinra siempre dijo que no entendía nuestro comportamiento, y siempre preguntaba cosas como ¨y ¿ustedes como se llevan realmente?¨ me gustaba que él preguntara eso, ya que shizuo siempre se enojaba y comenzaba a gritarle, mientras que yo tan solo me reía. Ahora que lo menciono ¿Cómo nos llevábamos realmente?
Otro de mis recuerdos con él, fue el día en que nos castigaron por romper las ventanas de una de las aulas de clase, nos dejaron casi toda la tarde en la sala de castigos, no era la primera vez que nos llevaban ahí, pero en esa ocasión todo fue distinto. Mientras el aburrimiento me invadía, no podía parar de ver por la ventana, y cuestionarme porque siempre nos dejaban solos, si sabían que en cualquier momento se formaría una nueva pelea; en ese momento tú también te encontrabas algo cansado, ya habían transcurrido un par de horas, no, creo que fueron más de tres y aun nos encontrábamos sentados sin dirigirnos una sola palabra. Ese silencio me mataba, de verdad no podía soportarlo un minuto más, pero, cuando pensaba en eso, él rompió el hielo y comenzó a hablar.
-Esto es patético, no puedo pasar un minuto más contigo a mi lado, eres un estorbo, me voy de aquí. – pero al terminar de completar su frase, se detuvo y se giro ante mí. – ¿te quedaras aquí? O ¿te irás con migo?
Fue algo que me pareció extraño, ¿acaso se arrepintió de lo que dijo? De verdad que nunca pude entenderlo, ¿me tratas mal y luego me pides que me vaya a su lado? De verdad que nunca voy a entender como piensas.
Nos escapamos juntos sin que nadie se diera cuenta y nos dirigimos a nuestro lugar secreto, el único lugar donde podíamos mostrar otra cara a la persona que mas odiamos.
Me senté en el suelo y el prosiguió a hacer lo mismo; otro maldito silencio incomodo, no sé porque, pero no tenía idea de que hablarle en ese instante.de nuevo fue él quien inicio la conversación.
-¿te pasa algo?- ¿a que vino esa pregunta? ¿Acaso noto algo en mí?
-nada…-simplemente esa fue mi única respuesta.
-ya veo… - me miró fijamente y alzó su mano hasta mi rostro; en ese instante me sentí algo nervioso, no sabía realmente que estaba a punto de hacer, quizás iba a golpearme, pero simplemente la acercó un poco y acarició mi mejilla suavemente sin aun apartar su mirada. Sin decir una sola palabra, se puso en pie y se fue.
Mi corazón comenzó a latir, no comprendía muy bien el porqué de su acción, pero lo que menos entendía era porque me sentía así. Nunca alguien me había hecho eso, casi parecía un gesto de cariño; pero se suponía que la persona que menos lo haría es él… ya lo dije y lo vuelvo a decir, en verdad no lo entiendo, es por tu culpa que me siento tan extraño y así por un hombre, como yo. Ciertamente nunca tuve novia, pero eso no me hacía poco masculino, ni mucho menos homosexual, es solo que estoy confundido, o al menos eso era lo que creía antes.
Aquel día fue uno de esos que nunca olvidas, por mas patéticos que pueden llegar a ser, me gustaría que todo hubiese seguido de esa manera o que simplemente no hubiera pasado nada y evitar todos los problemas.