—¿Qué tú qué?
Kibum parpadeó, parpadeó y lo hizo de nuevo. ¿Acaso Taemin hablaba en serio?, ¿Escuchó bien y no había malinterpretado las palabras de Taemin?
—Quiero que enamores a Minho. —Taemin repitió con voz decidida.
Kibum lo observó, trató de encontrar la broma en ese comentario. No encontró nada. Los labios de Taemin formaban una perfecta línea recta y sus ojos tenían una mirada seria y decidida. No lo reconocía. Esperó a que la boca de Taemin se rompiera en una sonrisa, esperó un indicio de la broma en sus ojos, pero todo seguía igual.
—¿Acaso te escuchas? —Recordó entonces quién era y tomó su móvil, tratando de ignorar a Taemin. —No te entiendo, Taemin. ¿Por qué enamoraría a tu novio?
—Terminamos hace una semana.
Eso sí que lo tomó por sorpresa. Trató de no levantar la vista del móvil y actuar como siempre lo hacía en compañía de Taemin. Escuchó y escuchó a Taemin hablar sobre Minho y lo que quería que hiciera, pero, simplemente, no lo entendía.
—Mira, Taemin, no entiendo por qué quieres que haga esto. —Dijo, levantando la vista del móvil y mirando a Taemin directo a los ojos. —Además, tengo novio.
—¿Cuándo eso ha importado?
Eso dolió.
—¿Qué dices? —Arqueó una perfecta ceja y esperó la respuesta.
—No me malinterpretes, Kibum. No estoy diciendo que seas fácil o una put…
—Cuida tus palabras, Taemin.
—A lo que me refiero es que tú siempre coqueteas con algún modelo u otra persona en la compañía. No será diferente de eso.
Las palabras de Taemin resonaron en su cabeza. Era verdad que a veces, y solo a veces, lanzaba algún comentario coqueto a algún modelo, pero era inocente. Jamás había engañado a Dongwoon, su novio. No podría hacerlo tampoco.
—Me estás pidiendo que enamore a tu novio. No sé tú, pero creo que hay mucha diferencia.
Ignoró a Taemin rodar los ojos y tecleó de nuevo en el móvil. No sabía qué hacía aún ahí. Pensó en levantarse e irse ignorando a Taemin, después de todo no era algo que no hubiera hecho ya, pero Taemin era su amigo y en el fondo lo veía equivocado.
—No te lo estaría pidiendo si no fuera importante para mí.
Bien, eso era suficiente. ¿Acaso Taemin había perdido la cabeza?, ¿Era acaso que no entendía sus palabras?
Pensó en lo que se esperaba debía hacer. Por supuesto todos en la empresa hubieran esperando que se levantara e ignorara todo, pero algo le decía que escuchara a Taemin. Que se quedara ahí y le diera el beneficio de la duda a su amigo, por mucho que la idea sonara descabellada.
—Sigo sin entender. ¿Por qué lo haría? —Preguntó curioso. La verdad era que no entendía nada.
¿Por qué Taemin quería que enamorara su novio? ¿Qué razón había detrás de esa loca idea?
—Porque es un maldito, es un desgraciado que odio y quiero ver sufrir.
—¿Quieres que te lleve a un psiquiatra acaso? Repito, Taemin, ¿Te estás escuchando?
Taemin rodó los ojos y Kibum estuvo a punto de llamar a su asistente y pedirle urgentemente que localizara a un psiquiatra.
—¿Te han roto el corazón, Kibum? Porque ese maldito lo hizo conmigo.
Kibum lo miró no creyendo del todo las palabras. Tal vez Taemin estaba un poco dolido, pero no creía que tuviera el corazón roto. Taemin nunca había dicho que estaba enamorado de Minho, y creía que solo estaba en la relación por interés.
—¿Te rompió el corazón Minho? Y no me mientas que lo sabré, pequeño. —Esperó por una respuesta que nunca llegó—Dime—Pidió, casi exigió.
—Bueno, tanto como un corazón roto, no. Pero sí estoy dolido. ¿Sabes cuánto tiempo pase a su lado, lo sabes? Dos años, casi tres. ¿Y qué obtengo de todo esto? Nada. Él me ilusionó, me hizo creer que viviríamos juntos siempre y que hasta podríamos viajar a otro país para casarnos. No obtuve nada de eso, Kibum.
Eso era mucho para un pequeño de menos de 22 años. Lo aceptaba, todos querían ser la pareja de Choi Minho, y también aceptaba que era difícil de lograr. Choi Minho era un hombre sin compromisos, sin ataduras. Era demasiado extraño que durara con Taemin tanto tiempo.
—Taemin, yo sé que en estos momentos debes estar odiando al hombre, pero, ¿No te parece algo loco? —Se encogió de hombros, restándole importancia. —Digo, qué ganarías. Además no entiendo que hay con ese hombre.
—¿Alguna vez lo has visto, Kibum?
—Sí, un par de veces. En algunas revistas.
—Pero nunca en persona. Ahora que lo pienso, no entiendo cómo es que nunca los presenté. Pero en serio, Kibum, ese hombre es demasiado atractivo para su bien.
—Y muy viejo y muy egocéntrico. Y sin sigo sin entender.
Seguía sin hacerlo, claro está. No conocia a Minho y sólo lo había visto un par de veces y en revistas, después de todo Minho no era una persona que podías encontrar fácilmente en la calle, ni el bar más cercano, ni en ningún otro lugar. Minho era el actor favorito del momento, los años no pasaban en él y parecía que cada día se hacía más y más atractivo. Pero como Kibum había dicho, no lo conocía y seguía sin entender qué buscaba Taemin de todo eso.
—Eso me tiene sin cuidado. Lo único que quiero es que Minho sufra un poco de lo mucho que me ha hecho sufrir a mí.
—Entiendo que te hizo sufrir, pero no crees que eso sería un poco excesivo y obsesivo. Cualquiera podría pensar que estás un poco loco.
Eso sonaba como él, o eso esperaba debido al rostro de Taemin.
—No solo lo ha hecho conmigo, Kibum. Estoy seguro que todas las ex-parejas de Choi Minho me agradecerán esto. No sería interesante ver a Minho perder la cabeza por alguien. No es lo que todos esperan, que el gran Choi Minho se enamore por fin de alguien.
No lo sabía. No sabía que es lo que todos esperaban del “gran” Choi Minho, pero Taemin parecía convencido y decidido y comenzaba a asustarlo. Taemin podía ser rebelde, juguetón, infantil e inmaduro, pero no se imaginaba al pequeño Taemin dañando a alguien.
—Supongamos que acepto, ¿Cómo estás tan seguro de que puedo enamorar a Minho?
—Oh, tu puedes. —Taemin dijo con una sonrisa. —Eres totalmente el tipo de Minho. Alto, bonito, atractivo. Serás el tipo perfecto para Minho. Él seguro se enamora de ti.
—¿Cómo puedes saber a eso?
—Conozco a Minho. Él no podrá resistirse a ti. Además he pensado, Kibum, cómo hacer esto.
Kibum negó con la cabeza, empezaba a creer que Taemin tendría que ver a un especialista, comenzaba a preocuparse por el pequeño Taemin.
—¿Por qué? —Kibum quería preguntar más, saber más sobre todo esto de lo que Taemin hablaba, pero él porque sonaba mejor en esos momentos.
—Minho se merece solo un poco de todo lo que nos ha hecho, a sus ex–parejas, claro. —Dijo como si se tratara de algo tan común y ordinario—Minho no solo me ha ilusionado a mí, sino a otros chicos, ¿No se cansa de jugar con sus parejas?
—Taemin, sé que estás bastante mayor para saber en qué clase de relación te metías cuando empezaste a salir con Minho.
Choi Minho no era un santo y todos lo sabían. Tal vez Kibum solo lo hubiera visto un par de veces en las revistas, pero todos sabían que Choi Minho y la palabra compromiso nunca se encontrarían en la misma oración.
—¿Uno no puede tener ilusiones, Kibum? —Kibum rodó los ojos ante eso. Sí, uno podía tener ilusiones, pero sabía perfectamente que Taemin no estaba ni un poco enamorado de Minho.
—¿Por qué no simplemente buscas a otra persona? O ¿Por qué no buscas otra pareja? —Tal vez eso podría ayudarlo a olvidar esa loca idea que rondaba por su cabeza.
—Sólo ayúdame, ¿Si?
Taemin continuó hablando y hablando de su idea y Kibum muy a su pesar escuchó cada palabra. Taemin parecía decidido a lograr que Choi Minho se enamorara de alguien y entonces le rompieran el corazón y así sintiera un poco de todo lo que él había hecho. Y aunque Kibum sabía que Minho había roto el corazón de un montón de personas, no quería decir que estuviera de acuerdo en lastimar los sentimientos de una persona. Él sabía lo que era tener un corazón roto.
—No.
Sonó convincente y decidido como Taemin lo estaba, porque era así.
—Aún puedo recordar—Taemin comenzó—A un pequeño niño que soñaba con cocinar, que solo dibujaba por diversión. Aún puedo recordar que ese niño quería tener una pastelería y no ser un diseñador.
—Taemin. —Solo una vez le advertiría, solo una vez.
—¿No te cansas de hacer lo correcto siempre? Te conozco demasiado bien, Kibum, para saber que detrás de esa imagen que a todos nos muestras hay alguien más.
—No sé de lo que estás hablando.
—Sí que lo sabes. —Taemin tomó su mano y no la dejó ir. —¿No te gustaría ser esa persona?
—Me estoy cansando de esta conversación.
Kibum tiró de su mano librándola del agarre. Tomó el móvil olvidado y se dispuso a marcharse. Taemin estaba cada vez peor, y la conversación le cansaba, dándole un fuerte dolor de cabeza.
—¿No te gustaría ser quién realmente eres?
Las palabras detuvieron su andar y movimiento. Taemin lo observaba serio sin broma en las palabras, sin ganas de molestarlo. Kibum pestañeó y su boca formó una perfecta línea recta.
Debo irme, pensó, ignóralo y todo saldrá bien. Pero sus piernas no se movieron y Taemin aprovecho el momento para llevarlo del nuevo al lugar que minutos atrás ocupó. Esperó a que Taemin hablara, pero éste no dijo nada.
—No podría hacerlo, Taemin. Tengo una pareja, ¿Recuerdas? Es como si le fuera infiel.
—Podríamos decirle, puedo hablar con él. Si todo sale mal, yo asumiré la responsabilidad.
—¿Por qué yo?
—¿Por qué no tú? Kibum, todos los que te conocen han estado enamorados de ti. Tienes ese algo, eres especial. Y hubo un tiempo en que yo tuve sentimientos hacia a ti.
—¿Qué? —Eso tampoco se lo esperaba y empezaba a creer que le molestaba lo directo que Taemin podía ser algunas veces. Y todo eso de tener sentimientos hacia él empezaba a marearlo. Decidió que pensaría mejor dos veces si se debía encontrar con Taemin en el futuro.
—Eso fue hace mucho tiempo. Tranquilo, ahora solo te veo como un buen amigo y nada más. —Taemin sonrió para tranquilizarlo, pero no lo logró. —Y como amigo te estoy pidiendo este pequeño favor, Kibum. Después de esto jamás volveré a pedirte nada, lo prometo.
Él no creía eso, pero no se pondría a dialogar con Taemin de ese tema justo en ese momento. Evitó la mirada de Taemin porque era poderosa. Sí lo veía a los ojos él podría ceder. Esos pequeños ojos cafés podían convencerlo.
—No creo que esto sea buena idea.
—Podrías ser quien quieras, Minho no te conoce. Solo ayúdame.
Y entonces Kibum se equivocó, lo miró a los ojos y justo en ese momento su mente comenzó a maquinar ideas sobre la propuesta de Taemin. No solo podría ser cualquier persona, podría ser él.
Movió la cabeza y alejó los pensamientos. Taemin lo dejaba mal, muy mal, pero… su idea no era tan mala. Solo por hecho de jugar con una persona que jugaba con las personas. Tal vez no era tan malo, tal vez era el destino que lo estaba enviando por Minho, como si fuera karma.
Taemin era mala influencia.
—Taemin, no sé si pueda. No conozco a Minho, no me gusta Minho. No sé lo que haría.
—No tienes por qué preocuparte, yo estaré contigo.
Abrió la boca para decir que no, pero las palabras lo abandonaron. ¿En verdad estaba pensando en aceptar? ¿Lo estaba reconsiderando? Parecía que sí. Los ojos de Taemin lo observaban y casi le suplicaban, y Kibum estaba confundido.
—¿Por favor?
Con eso había perdido. ¿Así era como conseguía todo Taemin, siendo lindo y diciendo ‘por favor’? Y lo peor de todo es que funcionaba.
—Está bien. Lo haré.
Y cuando las palabras escaparon de su boca, Kibum ya se estaba arrepintiendo.
Minho estaba ahí, podía reconocerlo aunque éste estuviera de espalda hacia él. Un traje gris y muy exquisito envolvía su cuerpo y su mano sostenía una bebida de color oscuro. Kibum caminó y se detuvo. El pánico se estaba apoderando de él.
¿Cómo había accedido a esto?
Sacudió la cabeza y respiró lento, tranquilizando su corazón. Miró su reflejo en un cristal y se dijo que nada era diferente. Su ropa era la misma, a él siempre le había gustado la ropa de colores alegres y a la moda, ese día su ropa no era diferente, pero él sí se sentía de otra manera.
Minho aún seguía de espaldas cuando llegó a su lado. La bebida seguía en su mano y parecía que se estaba dedicando a contemplarla. Kibum tomó asiento en el taburete a su lado y cuando el camarero se acercó ordenó. Nada de alcohol, debía estar en sus cinco sentidos.
Minho pareció salir de su ensoñación cuando el camarero habló. Unos grandes ojos pronto se encontraron con los suyos y Kibum se permitió perderse un momento en ellos. Eran grandes y de un magnifico color café y brillaban contra el contraste oscuro y serio del lugar.
Minho lo recorrió con la mirada, él pudo darse cuenta. Se sintió expuesto, y frágil y a Minho parecía no importarle en lo absoluto. Y entonces una encantadora y magnifica sonrisa adornó sus labios cuando la inspección terminó.
Kibum parpadeó y devolvió la sonrisa, pequeña y simple, sin darle esperanzas.
Minho bebió un poco y centró sus ojos de nuevo en él.
—¿Cuál es tu nombre?
Kibum abrió la boca y la cerró. ¿Su nombre? Una pregunta tan fácil que no podía contestar. No recordaba haber hablado con Taemin sobre eso. ¿Qué le diría a Minho? ¿Si le decía su verdadero nombre, él sospecharía algo? ¿Lo reconocería?
Las preguntas inundaron su mente, dejándolo sin habla. No lo lograría, pensó. No podrían engañar a Minho. Miró a Minho y éste tenía una ceja arqueada, esperando su respuesta. Se humedeció los labios y entonces dijo lo primero que se le vino a la mente.
—Key.