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¿Y ahora........ que haremos? 2 EL DIVORCIO por desire nemesis

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Recién había llegado a Japón, en un vuelo rápido procedente de Bruselas. Lo había hecho de incógnito. Por la prensa y por Seto.

 

Jamás había pensado en el tiempo que él y Kaiba llevaban juntos que volvería a actuar así pero lo que tenía que arreglar era demasiado doloroso para enfrentarse a él antes de interponer la demanda que daría fin a todo pues lo conocía y podía llegar a intentar arreglar con engaños esa situación tan obvia.

 

“Jamás dejes saber a tu enemigo que le destruirás antes de que esté destruido”

 

Era una de las máximas de Seto en los negocios y en los duelos. Y bien… lo conocía demasiado como para no aprender de él.

 

El taxi lo dejó frente al elegante edificio de oficinas y despacio subió al ascensor de alfombra borravino y paredes oscuras que lo conduciría al piso donde le esperaba su nuevo abogado. Un abogado civil que un conocido le había recomendado alguna vez y que nunca pensó necesitar.

 

Siempre se sirvió de los que empleaban los Kaiba. Ahora todo eso cambiaría porque necesitaba a alguien que lo alejara para siempre de aquel que había jurado amar.

 

La puerta lucía un letrero a un costado que rezaba: “Zane Thrusdale abogado”.

 

Al entrar vio a una prolija secretaria sentada en su escritorio. Ella al oír la puerta levantó la mirada de su pantalla y le sonrió.

 

Soy…--dijo él.

 

No se preocupe. Se quien es señor Katsuya. Déjeme avisarle a mi jefe y en un segundo el señor Thrusdale estará con usted—dijo ella y se levantó y golpeó a la puerta tras su escritorio. Le dieron permiso de pasar y entreabriendo la puerta le dijo a su jefe quien había llegado para recibir la orden de que lo hiciera pasar después.

 

Jouno se quedó sin habla al verlo. Era idéntico y a la vez no. Su pelo verdeazulado combinaban con sus ojos verdemar pero en todo lo demás, hasta en la fuerza de su mirada se parecían.

 

Un gusto señor Kaiba—dijo el otro acercándose y tendiéndole su mano que el miró como bobo por unos segundos.

 

Se bien que nos parecemos pero si en algo eso lo conturba yo…--ofreció Zane viendo que el otro se sentía afectado por su parecido físico a Seto Kaiba.

 

No yo… puedo con esto—adujo el otro antes de estrecharle la mano.

 

Siento no haberlo preparado cuando hablamos por teléfono pero pensé que sería mejor decirlo cara a cara. ¿Señor Kaiba?—preguntó el abogado.

 

Deje de llamarme así, quiere. Es una de las cosas que quiero cambiar—dijo algo molesto el rubio bajando la mirada con dolor.

 

Me disculpo. Es entendible señor Katsuya. Quiero revelarle que ya los papeles fueron presentados y enviados a su cónyugue—dijo el letrado.

 

¿Ya?—preguntó sorprendido el ojos mieles.

 

¿No es lo que quería? Yo…--dijo el ojiverde.

 

¡No, no! Es exacto lo que quería. No me preste atención. Creo… que esto me afecta demasiado—dijo apretando los puños Jounichi, es que todo estaba yendo quizá demasiado rápido.

 

Es entendible su situación. Todo va muy rápido y a uno le cuesta acostumbrarse—dijo el peliverde.

 

El rubio lo miró de hito en hito. Era justo lo que estaba pensando. ¿Cómo lo supo?—¿Usted se ha divorciado?—preguntó.

 

No. Pero he atendido a tantos divorcios que creo que conozco muchas de las etapas, al menos en teoría—dijo el lego.

 

¡Ojalá que todo esto no fuera más que teoría!—dijo en voz baja el cliente.

 

¿Cómo?—preguntó Thrusdale que no alcanzó a escuchar.

 

Nada. No se preocupe. Son simplemente cosas que digo sin importancia—dijo el cantante.

 

Sé que esto no va a ser nada fácil para usted. Lo primero va a ser la repartición de bienes mancomunados para lo cual deberemos proponer una reunión de las partes que si quiere no tiene que asistir—dijo el ojiverde.

 

Eso será fácil—dijo con tono molesto el otro.

 

¿Perdón?—preguntó el peliverde levantando una ceja extrañado. Esas cosas nunca eran fáciles pues ninguna de las partes se ponía de acuerdo en nada.

 

Yo solo quiero lo que tengo. ¡Que él se quede con lo demás! Solo exigiré manutención para los niños. Los dos mayores ya se valen por si solos así que solo será para los otros tres—dijo el decidido rubio.

 

Pero usted y el señor Kaiba tienen una considerable fortuna lograda juntos por lo que…--trató de hacerle entrar en razón Zane.

 

No quiero. ¡Y es mi última palabra! ¡Que él se quede con lo que tiene! Yo soy muy capaz de mantenerme bien solito. Por suerte no puedo quejarme por mis ganancias en la industria de la música y en cuanto a mis hijos se que Seto tomará a buen recaudo su herencia que está asegurada por su parte. Yo no quiero más nada de él que nuestros hijos—dijo el ojos mieles--¿Hay algo más por ahora?—

 

Me dijo que de ser necesario tenía pruebas para que el juez diera por válido el juicio. Quisiera saber de que se trata al menos para no trabajar a oscuras. Como su abogado debo conocerlas aunque no sean usadas en la vista—dijo el ojos verdes.

 

No quisiera mostrárselas de ser posible—dijo el rubio en respuesta.

 

¡Créame que nadie sabrá de ellas aparte de mí a menos que usted decida lo contrario!—le prometió Zane.

 

No me gustaría hacerlo pero en vista de que usted lo cree necesario. Se las mostraré en cuanto tenga la oportunidad—dijo con mirada algo triste el ojos mieles—Entonces nos veremos cuando eso suceda. Por cierto… ¿Usted no se encarga de representar derechos de autor y de representar artistas, no? Necesitaré a alguien más ahora. Los abogados de Seto se encargaban de todo lo mío—preguntó Katsuya.

 

Me temo que no. Lo mío son los asuntos civiles pero estoy seguro que encontrará a alguien más. Solo tenga cuidado al elegir—dijo Thrusdale.

 

Trataré aunque creo que no tengo buen ojo para eso—dijo antes de despedirse con un apretón de manos el nuevo cliente del joven abogado.

 

Jouno se fue con desazón en el corazón por el tema tocado y por el parecido físico entre esos dos. En un momento, cuando lo vio a los ojos, sintió como si estuviera frente a Seto.

 

Zane se quedó pensando en el marido de Kaiba. Era muy particular sin duda. Un hombre que sin duda obtendría millones gracias al divorcio y sin embargo no quería nada. Muy particular de su parte.

 

 

 

 

 

 

 

Estaba confundido y tan perdido que nisiquiera podía disfrutar de su suerte. Como si le trajera un pedazo de carne a un león hambriento, Mokuba Kaiba entregó a su sobrino una taza de té.

 

Se veía desesperado pero aún en su situación temía uno de los usuales arranques del menor. Es que desde que tenía pareja el otro.

 

Sonó su celular y él miró su pantalla. “Anami” decía. Anami era maestra de preescolar en un colegio cerca de las empresas y se habían conocido una tarde lluviosa en que su auto se negó a arrancar y pidió un taxi. Al pasar por una calle lateral observó como el viento se llevaba el paraguas de la frágil muchacha y con su habitual gentileza hizo que el vehículo se parara para recogerla y se ofreció a llevarla sin costo hacia su  casa.

 

Ella y él entablaron una cálida relación que poco después se convertiría en un noviazgo. Desde que esto sucediera y su sobrino se enterara el otro se había portado rudo en cada ocasión en que se encontraran con la muchacha.

 

Contestó.

 

Anami. ¿Pasa algo?—preguntó de espaldas al otro que al oír el nombre levantó su cabeza y miró la espalda de su tío—Lo siento. ¡Iré más tarde! Te lo prometo. Tengo un asunto de familia entre manos ahora—se disculpó el mayor y después de despedirse diciendo—Yo también te amo—colgó el teléfono.

 

 

Notas finales:

parece que Joey va en serio con el divorcio y que le shockea el parecido de su abogado con su esposo

quien sabe

quizas ambos tengan un futuro juntos

en cuanto a moki y a su sobrino

todos los que leyeron la uno sabran que es una relacion turbulenta

Moki huye

y Nowa trata de atraparlo

^^

ja ne


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