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~ + Fuego contra Fuego + ~ por Pandy

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Hello! este es el primer fic de KOF yaoi que escribo, no sean tan duros y digánme que les pareció...dedicado a mi boy *-* maldito, cuando lo leas te tragarás tus palabras XDDD


 


Pandy!


 





 


 


 


Fuego contra Fuego


 


-Ah! Maldición...detesto tener que hacer esto...- salió de su habitación con pesadumbre, no quería verlo de nuevo para que lo intentara matar otra vez. ¿Tanto rencor después de tantos años? ¿Sólo el odio por ganarle en KOF? Escupió de lado, de verdad que estaba molesto y si se lo topaba evitaría pelear a toda costa, pero ni él mismo entendía por qué.


 


Caminó despacio, atento a su alrededor. Aquel psicópata le podría salir de cualquier lado, ¿como le haría? ¿Acaso lo espiaba? Sonrió burlonamente, simplemente era imposible ver a el Yagami en esa situación. Tan distraído iba que ni siquiera se percató de que el pelirrojo que en ese momento ocupaba sus pensamientos se hallaba al lado de él, caminando como si nada. Omitió todo comentario, estaba a punto de que se le olvidara respirar...Caminó más aprisa pero el pelirrojo le seguía el paso, con una sonrisa traviesa surcándole los labios.


 


Sus labios... ¿cuántas veces Kyo Kusanagi no fantaseo con esa boca de pecado? Muchas, pero siempre producto de su imaginación, nada real...o eso pensaba él. Oyó la voz del Yagami, que sin rencor o violencia en sus palabras le habló, como si fuesen grandes amigos.


 


-Hola Kyo... ¿como te va?- preguntó, parándose en seco enfrente de Kyo.


 


-Déjame pasar Yagami, no quiero acabarte en este momento...- lo desafió con las palabras y la mirada, pero internamente no quería nada de eso. Extrañamente Yagami comenzó a reír como lo hacía cuando ganaba sus peleas. Hasta Kyo se percataba y grabó esa risa en su cabeza.


 


-Jajaja...vamos Kusanagi, no quiero pelear...ya no más, ya es estúpido como el que tengo enfrente...- le pasó una mano al hombro de Kyo Kusanagi.- Por fin entendí el por qué del odio de nuestras familias y créeme que de haberlo sabido antes no habría desperdiciado mis años en tí...con tu permiso Kusanagi...- comenzó a alejarse y Kyo se quedó con la boca abierta ¿Acaso Yagami lo sabía? Se lo tenía que decir y ya, era de suma importancia! Pero a Iori no parecía importarle más bien como que le dio igual.


 


Kyo Kusanagi siguió a Iori hasta que este llegó a un alto; Dubitativo, tocó el hombro de Yagami con su dedo índice y mirándolo con fiereza a los ojos le pidió:


 


-Yagami, creo que yo debería saberlo...después de todo...- fue interrumpido abruptamente por el pelirrojo.


 


-No importa Kusanagi, no me importa decírtelo...además ¿que ganaría con ello?- metió las manos en sus bolsillos y observó a Kyo con deseo, sí, deseo.


 


-¿Ni aun así me dejas de retar? ¿Qué es lo que quieres? ¿Un free?- Kyo comenzó a reir y limpió con violencia sus ojos llenos de lágrimas por la risa. Pero Yagami permanecía serio, con la mirada distante.- No me digas que eso quieres por qué no pretendo entregarme así como así...- bromeó, por primera vez en su vida con el Yagami.- Es decir...primero debo saber que me amas...- un nuevo ataque de risa volvió a apoderarse de él y para su sorpresa Yagami reaccionó como normalmente lo hacía.


Lo tomó bruscamente del cuello impidiéndole hablar y respirar y lo apretó con todos sus dedos y su fuerza.


 


-Y si así fuera... ¿tendrías alguna objeción Kyo...?- su voz sonó más ronca de lo normal, más grave, muchísimo más masculina y con un toque sexy que no paso desapercibido para el Kusanagi. Soltó de su agarre a Kyo y siguió caminando sorteando a los vehículos, Kyo lo siguió de inmediato, Iori se volteó y le tomó el mentón entre sus dedos.


 


-Ya pareces mi perrito Kyo...- le sonrió hipócritamente y se dio la vuelta para aumentar la furia del Kusanagi.- Si quieres que te diga el por qué de ese odio tan idiota...sígueme, quiero verte como mi perrito...- se oyó un bufido por parte de Kyo, que estaba rojo de la ira.


 


-Eres un imbécil Yagami, si me lo vas a decir dímelo ¡ya!- en verdad no tenía ganas de pelear pero el pelirrojo tenía la facultad de sacarlo de sus casillas cuando quisiera.


 


-Bah! Harás lo que yo quiera que hagas! - se abalanzó contra él y lo apretó firmemente del cuello, provocando en Kyo que se empezara a cortar su respiración. El pelirrojo rió con bastantes ganas, con sadismo, con ganas de destrozarlo pero entonces recordó el motivo del odio infundado y lo soltó de repente, volviendo a caminar con las manos en sus bolsillos.


 


El castaño lo miro admirado ¿Acaso Yagami se arrepintió de golpearlo? Corrió detrás de él y al alcanzarlo resopló y le dijo, con mucha firmeza en su voz.


 


-Lo que quieras que haga Yagami...pero me lo tendrás que decir...-


 


El pelirrojo sonrió para sus adentros, Kyo había caído redondito y agradeció mucho que creyera en él después de todo lo que se habían hecho entre sí. Lo guió hasta su departamento, Kyo había desconfiado mucho de esta acción ¿Acaso Yagami planeaba matarlo en su territorio? Pues se desmintió el mismo al notar la mirada pacifica de Iori, que con un gesto con la mano invitó a pasar al castaño, que mirando desconfiado a sus alrededores le comentó en son de broma a Iori.


 


-Uff, mi sangre manchará tus sillones...- comenzó a reír pero el pelirrojo lo calló con la mirada. De verdad que no planeaba matarlo pero ¿entonces que le pediría?


 


-Kyo Kusanagi eres un tonto de mierda, y no te culpo...después de todo tu familia empezó esta inútil guerra...- bufó y se dejó caer en su sillón, Kyo lo iba a imitar pero la mirada de fuego le advirtió que no lo hiciera.- Recuerdas que dije que solo harías lo que yo te pidiera...así que Kyo...-susurró, el castaño sintió un extraño escalofrío recorrerle el cuerpo.- Quítate la ropa, frente a mí...- lo miró directamente a los ojos del castaño que en un principio lo veían confundido y después estalló en ira.


 


-¿!ES QUE ESTÁS LOCO O QUÉ? ME QUIERES MATAR DESNUDO ¡?- protestó lanzándose contra el Yagami. Este lo sujeto firmemente de las caderas, ya que Kyo estaba en una posición no muy favorable o mejor dicho...perfecta.


 


-No te quiero matar, no seas estúpido...sólo quiero verte o ¿acaso no puedo? después de todo hoy te iba a decir algo que te importaba pero si no quieres...- lo empujó, el castaño cayó de trasero en el suelo.- Me da igual...-


 


-Pe-pero...¿por qué quieres verme?- se levantó del suelo, apoyándose en una de sus rodillas. El pelirrojo se acercó lentamente a él, y tomándole con su mano el mentón de Kyo, le susurró contra los labios del castaño.


 


-Por qué me gustas Kusanagi, maldito perro...me gustas.- lo besó de una forma hambrienta y demandante, forzaba al otro a abrir sus labios que poco a poco cedieron como sus manos que se enredaron en el cabello rojizo. Iori profundizó mucho más en esa boca que desde no mucho, deseba probar con todo su ser. Apartó a Kyo de repente y lo tomó del cabello fuertemente, haciendo que el castaño se quejara del dolor.


 


-¿Por qué...haces esto Io-Iori...?- empezó a llorar desconsoladamente, cosa que al pelirrojo por muy duro que fuera le ablandó el corazón y le soltó el cabello, acariciándole la mejilla.


 


-Ya te dije que por que me gustas...- lo besó un poco más suave, mientras Kyo no dejaba de sollozar y comenzó a molestar al Yagami que poco a poco se fue impacientando.- Kyo, estúpido de mierda...reacciona, deja de llorar como una niña.- el castaño molesto con el comentario empujó al pelirrojo y se aparto, encogiéndose en un rincón del apartamento de Iori.


 


-Eres un cabrón...me estás mintiendo, solo me usarás maldito perro Yagami...- le escrutó, volviendo a llorar con más ganas, abrazando sus rodillas. De verdad que le estaba doliendo, le dolía pensar que el pelirrojo, al que tanto miedo tuvo de empezar a amarle sólo le usara como uno más. Pero de nuevo se desmintió, al abrir sus ojos y encontrarse al pelirrojo junto a él, con una expresión de dolor en su rostro.


 


-No te miento idiota...me gustas, y mucho...me gustas por imbécil...- el castaño no pudo evitar que una sonrisa tonta se asomara en su rostro. Se abrazó del asombrado Iori, que en su vida había sentido un sentimiento tan cálido en su interior. El que jamás recibió una caricia, un toque o un simple abrazo. Ya bien podía morir en paz.


 


-Iori...- susurró contra el pecho de este.- Hazme...hazme tuyo...quiero sentirme tuyo...ya después...ya después me dirás el por qué...de está estúpida guerra entre nuestros clanes - se abrazó más del pelirrojo y este ante tal petición no pudo resistirse y comenzar a apartar la tela del hombro del castaño, que de inmediato comenzó a ser besada por un Iori hambriento de ese cuerpo que por fin iba a reclamar como suyo. Recordó sus propias palabras "Tú eres mío Kusanagi...mío y sólo mío...yo te mataré..." y paró para después dirigirse a la boca del castaño que lo aceptaba obediente. ¿Desde cuando el odio se convirtió en...amor? ¿Podría ser eso? Quién sabe pero ambos disfrutarían del momento.


 


Iori desvistió el torso del castaño y lo besó en toda su extensión, mientras que Kyo mordía sus labios para suprimir sus gemidos ya que aquello lo estaba volviendo loco. El pelirrojo pasó de sus pezones a ensalivar su ombligo, con esa lengua afilada que pronto dejó ese destino y se dirigió a otra parte. Con torpeza debido al ambiente que subía de temperatura, desabrocho los pantalones del castaño y esté no hacía nada por replicar. Lo deseaba con todas sus ansias.


 


Por fin quedando libre de sus extremidades inferiores y queriendo torturar al ya excitado Kyo, besó alrededor de esa 'zona' y en las entrepiernas. El castaño se movía debajo de él en cada roce entre su piel y aquella jugosa y calurosa boca. Yagami ya no podía soportar su propia erección, lo estaba lastimando y decidió dejar el juego por un ratito mientras trataba de aflojar su ropa. El Kusanagi observaba extasiado la maravillosa complexión del pelirrojo, que veía de reojo y se relamió los labios en un toque sensual y felino; Kyo volteó de inmediato su mirada, avergonzado por verlo de esa manera.


 


El insinuante pelirrojo terminó por quitarse los pantalones con todo y bóxer quedando completamente al desnudo frente al castaño que tragaba con dificultad su saliva.


 


-Ven...- le ordenó Iori, mientras contoneaba sus caderas y se mordía el labio inferior.- Ven idiota, quiero ver que cosas saber hacer...-


 


El Kusanagi captó la indirecta velozmente. Se dirigió ante el majestuoso pelirrojo y agachado a la altura de su sexo latiente, acercó con torpeza su boca, con el aliento hirviendo, el cual rozó con la delicada piel de esa zona. Iori gimió por lo bajo, al sentir el vaho de Kyo poco a poco apoderarse de su miembro.


 


-Ummm...vaya Yagami eres un sensible...-


 


El pelirrojo el envió una mirada de fuego, mientras lo tomaba agresivamente de los cabellos.


 


-No vuelvas a decirlo...solo tú lo sabes...- acercó el rostro del moreno al suyo sin soltarle el fuerte agarre, produciendo que el Kusanagi voltease la cara en un gesto de perfecto enojo. Iori lo miró con lascivia mientras alzaba la mano para propinarle un fuerte bofetón. En ese momento el Kusanagi solo atinó a robar un cálido y hambriento beso de la boca del otro, Iori jadeó.


 


-No que no Kusanagi...- lo soltó poco a poco y mostró un rostro más apacible mientras se volvía y se posicionaba encima de Kyo respirando cerca de su boca. El castaño le sonrió de una manera extraña, sin duda alguna el maldito Kusanagi había sentido la gran erección del pelirrojo, elevación que solo él podría provocarle.


 


-Iori...- le susurró apenas, envolviendo sus largos dedos entre la caballera pelirroja.- No puedo creerlo...-


 


-¿no puedes creer, que?- escupió el Yagami, lo estaba haciendo esperar mucho.


 


-Que de verdad lo sepas...nunca quisieron decírmelo...- miró directamente a los ojos a Iori, mientras dejaba caer sus brazos pesadamente. No se supo en que momento el pelirrojo había decidido pasar su lengua cálida por la piel del cuello de Kyo, que no hacía más que gemir. El Yagami apretó entre sus manos el torso del moreno que se quemaba del placer. Continúo bajando desde el cuello hasta los pezones del moreno, empezándolo a torturar en esa zona. Ya nada lo detendría ni su maldito orgullo, su coraje o sus ganas de fastidiar al castaño. Nada. Estaba decidido a demostrarle con hechos el por qué de ese odio entre sus clanes.


 


Lentamente pasó su lengua por los pezones rosados del castaño, que se contorsionada ansioso debajo de él. El pelirrojo hacía danzar su lengua alrededor, provocándole sensaciones que nunca en su vida había sentido, ni siquiera al golpear al Kusanagi. Sus ávidas manos se deslizaron por las caderas de Kyo, sintiendo su estremecimiento justo en su erección que comenzaba a humedecerse. Dejó de molestar sus tetillas y bajo lamiendo el torso desnudo del castaño, instalando su lengua en el ombligo del Kyo que lanzó un gemido lleno de placer por llegar a su zona sensible. Tan a la vista y tan sencilla de reconocer. Pero había una zona sensible más que Iori deseaba probar y lentamente, con segundos de doloroso retraso, llegó al miembro del Kusanagi que ya sabía lo que se avecinaba y en cierta forma lo había estado esperando desde hace mucho.


 


Saboreó la punta del sexo del Kusanagi con ferviente excitación, describiendo círculos alrededor. Luego pasó su lengua caliente a lo largo del mástil de Kyo que muy al contrario de lo que se imaginaba era de un tamaño prominente. El castaño soltó un jadeo un poco más agudo que los anteriores, su pene comenzó a gotear más que hacía un rato, sin duda explotaría si el Yagami seguía excitándolo de tal forma; Al parecer Iori no tenía planeado eso e introdujo de una vez todo el miembro en su cavidad bucal. Masajeó con su lengua aquella zona que tenía un sabor agridulce, tanto como el carácter del que próximamente sería suyo, como siempre debería serlo. Sus dientes de alguna forma lastimaban aquel sexo, más eso no importaba, de hecho nada importaba en aquel momento más que satisfacer la necesidad de esos dos cuerpos. Succionó con avidez todo el miembro, sacándolo y metiendo en su boca, haciendo que el Kusanagi pidiera por más y más hasta que se descargó en la boca del pelirrojo que gustoso engulló todo el semen que salía de su ruidoso amante.


 


Lamió los testículos del castaño de manera sugestiva, consiguiendo así que instintivamente el Kusanagi abriese las piernas. Todo estaba listo, pronto el maldito moreno sería suyo y todo cambiaría como siempre lo desearon. Después de lamer los testículos y alejar un poco su rostro ante el brusco movimiento de Kyo, dirigió su lengua a la entrada media lubricada pro el semen de Kyo. Trató de introducir su lengua más no pudo por que aquel era estrecho y no era para menos, lo estaba tomando virgen y eso era lo más le importaba al Yagami; Que Kyo fuera suyo y de nadie más.


 


Cambió su lengua por un invasor dedo que comenzó a dar de vueltas dentro de Kyo, el moreno se quejaba un poco aquello no dolía en comparación con las cosas lastimosas que decía Iori a cada oportunidad que tenía, pero esto era diferente era algo así como hacer al amor. Por un momento se asustó, pensando en solo ser utilizado...pero al notar esa mirada de posesividad y celos de Iori pudo comprobar que de verdad le gustaba al pelirrojo, mucho más de lo que él se imaginaba.


 


Un segundo dedo exploró aquella virgen cavidad, Iori bufó de verdad que era torturante para los dos y sin pensárselo más embistió a Kyo de una solo arremetida, acunándose entre las bronceadas piernas que lo recibían agradecidas. Lo que pasó después fue el desenfrene total, Iori perdió todo control sobre él y arremetió con fuerza varias veces seguidas, al sentir lo cálido de la sangre de aquella entrada paró en seco, no sabía que la extraña razón por la que había parado era por que no quería lastimar a Kyo, que abrió los ojos de inmediato, con ese extraño sentimiento de duda reflejado en sus ojos marrones.


 


Iori se volvió a mover, esta vez más despacio dentro del cuerpo de Kusanagi. Este se acopló a los movimientos sugeridos y empezados por el pelirrojo que de nuevo aumentaba la velocidad de sus grandiosas embestidas.


 


-Ahh!! Por favor Iori, no te detengas!!!- gritó Kyo, convulsionándose por el placer otorgado de su amante.


 


Esas palabras fueron música para los oídos del pelirrojo que sin parar, embestía una y otra vez, apoyando firmemente sus manos en las caderas de Kyo, para hacer las arremetidas un poco más profundas y placenteras para ambos. La sensación de su miembro engullido por aquel vació estrecho lo estremeció de pies a cabeza, dejándole un toque eléctrico en la espina dorsal y sentir como su miembro así como el trasero del Kusanagi era bañados por una calidez reconfortante proveniente del derramamiento de Iori.


 


-AAAAAAAAAAHHHH IORI YOOO....AHHH!- gimió Kyo, al sentir el liquido penetrar sus entrañas, al mismo tiempo que se venía encima de ambos, bañándoles el torso y quedando un poco pegajosos.


 


-AHHH...AHHH...MMMM....- jadeaba Iori, después de haber terminado e intentar quedarse en esa posición por bastante tiempo. Los dos se miraban a los ojos, tratando de adivinar algo. El pelirrojo finalmente salió del cuerpo de su casi Koi sólo para propinarle un beso lleno de amor sólo los pálidos labios del Kusanagi que ya imploraba por poder volver a besar esa boca. El sentimiento transmitido en ese beso fue suficiente para comprobar lo que ambos sentían.


 


-Tú que Kyo?- preguntó Iori de repente, dejando la boca del castaño por un segundo en paz.


 


-Yo que de qué?- contestó, abrumado por la pregunta tan inesperada.


 


-Tú dijiste mientras...- clavó su mirada fiera en esas dulces avellanas.- "Iori...yo"...- imitando la voz del Kusanagi, produciendo cierto rubor en las mejillas del castaño.


 


-Yo...no sé, fue por la emoción.-


 


-Ah...- contestó secamente el pelirrojo apoyándose en el suelo para poderse levantar. Ninguno de los dos dijo absoluta palabra hasta que el castaño, después de terminar de vestirse admiró el desnudo cuerpo de Iori tumbado sobre los sillones.


 


-¿Me dirás ahora esa verdad?- preguntó poniendo una rodilla en el suelo, agachándose justo enfrente del Yagami.


 


-No creo que te importe, eres un maldito mentiroso Kusanagi...-


 


-¿por qué dices eso?- ofendido preguntó haciendo una extraña e infantil mueca con la boca que acabo de derretir al dolido corazón de Iori.


 


-¿por que no lo aceptas de una buena vez?- inquirió sujetándolo por la barbilla.- ¿Por qué no lo dices...?-


 


El castaño de inmediato comprendió a que se refería Iori.


 


-Me gustas mucho y no solo eso yo...- fue callado por los labios voraces del pelirrojo que lo miraba sarcástico después de terminar el beso.


 


-No digas nada, siempre se te salen las cosas...idiota...lo que quería escuchar es justamente eso y lo que tu quieres escuchar es lo mismo no?- Kyo asintió.- Pues no te hagas ilusiones baka! - le dio un coscorrón en la cabeza, medio enojado medio feliz. - Ahora te diré el por qué del odio mutuo...por que-


 


fue cortado por un beso imprevisto del Kusanagi, algo en su mirada había cambiado y era que estaba lleno de alegría.


 


-Lo sé Iori, lo acabo de comprender...ellos...terminaron enamorados no es así?- el pelirrojo asintió con la mirada, asombrado de que el castaño supusiera tan rápido.- No soy tan baka como aparento ser...-se arrojó a los brazos de Iori, pero de inmediato fue arrojado al suelo. -¿por qué Iori?- bufó molesto, sentando en el suelo.


 


-Pues mira que si eres imbécil...- susurró con un toque de lujuria en su voz.- tendré que quitarte la ropa otra vez...- se arrojó al Kusanagi que lo recibió lo mejor que pudo, aunque dieron trastadas en el suelo, como en sus peleas de niños de ocho años.


 


-Iori...-


 


-Mh...- estaba muy ocupado mordiendo salvajemente otras cosas.


 


-¿Estás enamorado de mí?-


 


El pelirrojo paró y extrañado arqueó una ceja.


 


-Eres imbécil, tonto, estúpido y encima ingenuo... ¿como crees que yo me enamoraría de tí?-


 


-Mentiras, me amas! acéptalo maldito Yagami!-


 


-Claro que no perro Kusanagi primero muerto!-


 


-Pues muérete entonces!- le sonrió con deseo y devoraron sus labios en un beso salvaje y cínico. Algo no cambiaría aunque estuviesen juntos; la costumbre de tratarse mal.


 





 


 


Ya va...la historia está al revés, gomen nasai! (me refiero a que loqueé con mis fantasías de verlos juntos, aunque cualquier pretexto es bueno XDDD)


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