-dime Naru-chan… ¿Cómo se conocieron tú y sauke?- preguntó emocionada mikoto.
Una vez entraron a la mansión, todos subieron a la terraza para poder disfrutar de una rica merienda, donde probaron de una ensalada de frutas con galletas y limonada. Mikoto y fugaku, viendo que el ambiente estaba algo tenso entre la pareja joven, decidieron hacer unas cuantas preguntas para poder sacar tema de conversación, y para matar a dos pájaros de un tiro, saciando su curiosidad.
-aaa… pues… vera…- tartamudeaba el rubio, nervioso. Maldijo mentalmente a sasuke, como es que no planearon alguna historia en la que guiarse mientras estaban en el auto.- nosotros estudiamos en el mismo salón, y una vez nos dejaron un trabajo en grupo y pues… vine hasta acá para poder trabajar y… nos gustamos. Después empezamos a vernos más seguido y decidimos empezar a salir.
-usaron protección cuando viniste a “trabajar”- preguntó figaku, directo; bebiendo de su té negro, pues al parecer no le agradaba la limonada- espero no hayan hecho nada en nuestra habitación ¿sasuke si te complació completamente? ¿La tiene demasiado peque..?- paro de preguntar al oír el falso tosido de mikoto.
Naruto se había atragantado al captar, bastante tarde, la pregunta de su pervertido “suegro”. Su cara se tornó roja, casi morada, y miro nervioso a fugaku, iba a hablar para negar lo que asumía el pelinegro mayor pero sasuke se le adelanto.
-sí, padre, usamos condón todas las veces que intimamos- las mejillas de naruto se colorearon aún más, con las palabras trabadas en la garganta; su boca se abrió imperceptiblemente ¿¡que mierda estaba pasando!? Mordió su lengua tratando de retener las maldiciones que deseaban salir de su boca, pues si negaba eso sería más que evidente la farsa que estaban haciendo. Sonrió forzadamente con las mejillas rojas… de ira, luego se encargaría de su tortuosa venganza, en especial por que le sacaría a ese bastardo al menos unos tres mil dólares.
-eso me gusta… a fugaku no le agrada demasiado pero es la única forma en que lo dejo- le susurró la mujer al oído de naruto. El rubio sonrió, nervioso. Esto sí que era difícil.
-¿puedes dejar de secretear con el invitado, mikoto?- dijo fugaku, sonrojado, probablemente porque sabía cuál era el “chisme”, sin embargo no abandono su semblante frio y serio.
-sí, sí… bueno Naru, dime ¿cómo te siente con sasu ahora que llevan un mes juntos?- los ojos de naruto se abrieron como platos, atorándose por segunda vez con su limonada. Miro con ojos sombríos a sasuke, quien le evitaba la mirada.
Sasuke trago duro. Que mala suerte la suya…
-¡oh! me siento tan bien, en serio que estoy a gusto con sasuke a mi lado en estos últimos 30 DIAS…-lo dijo un tono dulzón tan profundo que llegaría a matar a alguien con diabetes, pero sasuke sabía que no era así, si algo había aprendido a detectar de naruto, era cuando estaba en estado de cólera.
-¿y tú, sasuke?- preguntó mikoto con cara de neko ante la apasionada respuesta de naruto.
-me siento g-genial, naru es mi a-alma gemela- dijo ante las dos miradas, secretamente, asesinas que le lanzaban su madre y su “novio”. Mikoto sonrió satisfecha, iba a matar a su hijo donde hubiera dicho un simple monosílabo, como acostumbraba a responder a todo.
Mikoto iba a proponer una buena ronda de crockett cuando de la puerta de la terraza salió disparado lisa, con la lengua afuera y goteando saliva, se abalanzó enzima de naruto y lamio todo lo que su lengua encontró (ojala ese fuera sasuke T-T) naruto trató de quitársela pero sus fuerzas estaban en cero por las cosquillas que le provocaban.
-¡ven aquí ahora mismo, lisandru uchiha!- grito shizune desde la puerta, con las manos en la cintura y el ceño bastante fruncido. El perro gimió lastimero agachando las orejas y alejándose de naruto para acercarse hacia su dueña. La pelinegra menor apunto fuera de la puerta con la misma mirada, haciendo que el animal se arrastrara fuera de la habitación.
-hola shizune- dijo el rubio levantándose con la ayuda de sasuke. Ella sonrió contenta y salió corriendo para abrazar a naruto, empujando a sasuke en el proceso.
-¡¡naru-chan!! ¿Qué haces por aquí?- preguntó sorprendida la niña. Se supone que hoy conocería a su futura presa, así acostumbraba a llamar a sus cuñados.
-¿cómo que qué hace aquí? si te dijimos que hoy vendría la pareja de tu hermano, shizune- reclamó fugaku. La sonrisa de la pelinegra se desvaneció, dejando una cara pálida y la boca abierta. La niña miro a naruto, suplicante, pidiéndole silenciosamente una explicación, pero este solo le hacía unas señas con las manos.
-ahh, claro, como pude olvidarlo. Iré a mi habitación, estoy algo cansada- la pequeña dio una reverencia y se alejó sin siquiera despedirse. Naruto trató de alcanzarla, pero su subconsciente lo lanzó de una patada en el culo de regreso a su silla.
-¿estará bien?- preguntó mikoto, preocupada. Ni siquiera podía saber el estado de sus hijos, pasaba tanto tiempo lejos de ellos…
-lo siento- dijo ella enderezándose, pues su tristeza había sido más que palpable. Naruto sonrío mentalmente, no eran malos padres, solo malos trabajos…
Propuso nuevamente una ronda de crockett, a la que nadie se pudo negar. Obviamente estuvieron un buen tiempo enseñándole a naruto, pero ya para la segunda vuelta los uchiha descubrieron que eso estaba en las venas del rubio.
-¡genial!- grito, emocionado, cuando su pelota pegó en las demás y luego entró al aro. Fugaku y sasuke resoplaron ¿Cómo hacía todo eso? Naruto sonrió a mikoto, quien le devolvió el saludo desde la banca del jardín con una sombrilla en la mano y gritos de ánimo.
-creo que deberíamos dejarlo hasta acá, tengo una importante junta de socios en dos horas- exclamo fugaku, viendo su elegante reloj de muñeca.
-no hay problema padre, invitaré a naruto a comer un helado, volveré en un rato- dijo sasuke entrelazando los dedos con su “novio”, tomando por sorpresa al rubio, quien se sonrojó al ver la sonrisa cómplice que se daban los adultos (mikoto).
-fue un gusto haberlos conocido, fugaku-san mikoto-san- dijo naruto, reverenciándose. Mikoto se acercó y abrazó al rubio (esta vez como una madre, sin bubis… suci@s)
-por el contrario, fue nuestro. Qué bueno que afín mi pequeño consiguió a alguien que lo quisiese de verdad, y debo admitir que se sacó la lotería- bromeó guiñándole un ojo a sasuke, quien desvió la mirada avergonzado.
-nos veremos en otra ocasión…-le acomodó un poco el pelo y camino de espaldas hasta su esposo, dieron una pequeña reverencia y se alejaron de la vista de la pareja.
-vamos, necesito explicaciones- dijo en tono frívolo sin abandonar la sonrisa, pues mikoto le agitaba la mano desde la puerta. Sasuke chasqueó la lengua, ahora si la había cagado completita.
Subieron el auto de sasuke y condujeron hasta un centro comercial, donde terminaron frente a una heladería.
-a mi dame un cono con una bola de chocolate, una de chicle y otra de frutos rojos, échale chispitas, M&M y una cereza en la punta… por favor- pidió el rubio sin quitar de vista la vitrina llena de sabores y ricuras frías, para terminar con una hermosa sonrisa, sonrojando al vendedor. Sasuke rodó los ojos ¿Cómo es que era el único que podía evitar soltar babas por el enano de su acompañante? (ohhh mi querido sasuke, tu eres no soltaras saliva, solo sangre… muahahaha)
-y que desea usted- preguntó el delgado joven a sasuke, quien ni siquiera se dignó a mirarlo.
-quiero una botella de agua, que sea rápido- era otro de esos nerds que solo servían para hacer suma y vivir detrás de unos lentes y frenillos.
Naruto frunció el ceño, indignado ¿Cómo alguien puede ser tan cínico? Pisó el dedo gordo de pie de sasuke por debajo del mostrador, a lo que soltó un pequeño quejido.
-perdónalo, tuvo un muy mal día, y créeme que su suerte no está mejorando- dijo lo último más para sasuke que para el joven. Este asintió, asustado.
-vamos, amor, tenemos cosas de que hablar- exclamó, aparentemente alegre el rubio, clavando sus uñas en el brazo de sasuke, quien solo podía morderse la lengua.
-llévanos el pedido a la mesa…-exigió, pero naruto apretó aún más fuerte su brazo- por favor…-
-no hay problema- balbuceo el joven.
Naruto arrastro al uchiha a una de las mesas, vigilando que el pelinegro no intentara escapar.
-iniciemos con lo básico, bastardo ¿Qué demonios pensaste cuando le dijiste a tus padres lo de los condones?- sasuke sonrió de medio lado, la verdad esperaba que el rubio solo se le lanzaría a golpearlo apenas estuvieran solos.
-créeme que ellos se tragarían primero que yo soy un alienígena que destruirá el mundo, a que no he tenido una aventura sexual en todo un mes- naruto se sonrojo, sin quitar su ceño fruncido. Miro hacia los lados, asegurándose de que no hubiera nadie que escuchara, la verdad nunca había podido evitar sonrojarse al escuchar la palabra que iniciaba con S.
-muy bien… y ¿Qué es eso de que llevamos un mes juntos?- sasuke suspiro, pasando su mano por su negra cabellera.
-esto sonará raro… bueno, la verdad no, pero yo no he estado en una relación formal desde que nací- naruto alzo la ceja, divertido.
-y pues… me dijeron que como aun no tenía a nadie me comprometerían con alguna muchacha hija de papi, así que les dije que yo ya tenía novio, y había evitado presentárselos por miedo a su bendición- el uchiha alzo los hombros, restándole importancia.
-ya está listo su pedido- dijo el joven de antes, dejando el helado junto a la botella de agua. Naruto le sonrió, agradecido, haciendo que el chico casi se fuera de cabeza. Sasuke solo destapó su botella, sin mirar al muchacho.
-eres un guache…- dijo naruto, sacándole la lengua, cuando el muchacho se había perdido tras el mostrador.
-no te molestes en contradecirme- comentó el pelinegro, con sus sonrisa de medio lado, bebiendo de su botella.
-ugh, no tienes caso…- balbuceó el uzumaki. Los dos se levantaron y dejaron el pago en la mesa. Antes de salir, sasuke volteo su rostro disimuladamente al sentir una mirada tras ellos, gruñendo segundos después.
-¿Qué te pasa?- preguntó naruto, lamiendo felizmente su helado.
-nada, solo vayámonos- dijo furioso. Ese malparid* vendedor estaba viendo a naruto, y ya quisiera el uchiha que fuera la espalda. ¡ja! Pobre idiota, él sería el primero en poner sus manos sobre las torneadas y firmes nalgas del rubio.
Una vez salieron del centro comercial, naruto arrastró de mala manera al uchiha hacia un parque, donde el rubio obligó a sasuke a empujarlo para columpiarse.
-le caíste bien a mis padres…- comentó el uchiha de la nada, tratando de sacar tema de conversación. Naruto sonrió alegre, también le habían agradado los señores uchiha.
-qué bueno saberlo, ellos son excelentes suegros- dijo risueño. Sasuke sonrió de medio lado. Escucho cuchicheos a unos metros, por lo que volteo a ver hacia la calle, donde varias personas y niños los veían enternecidos. Naruto se sonrojo, al notarlo desde el columpio.
-que incomodo…- dijo al levantarse del columpio, sasuke rio levemente.
-¿te avergüenzas de que nos vean juntos?- pregunto acercándose levemente, rodeando la cintura del rubio, para meter su cabeza en medio del cuello y el hombro del otro, respirando profundamente para aspirar todo a su alcance. Naruto tragó grueso, el exquisito aroma de sasuke había llegado a su nariz como una bofetada, además no le gustaba lo que sentía cuando sasuke respiraba en su cuello, era como un cosquilleo en su vientre, que rogaba la repetición. Que sasuke fuera bastardo, animal, desalmado, insensible, idiota, amargado y engreído no quitaba el hecho de que fuera endemoniadamente sexi.
Voltearon sus rostros al escuchar chillidos, donde muchos adolescentes y adultos los veían pervertida mente con cara de: “¡¡PORNO GRATIS!!”
-suéltame o te capo, animal depravado- dijo naruto con las mejillas rojas. Pero sasuke no se inmutó, por el contrario, beso la clavícula del rubio, haciéndolo abrir los ojos de sorpresa. Cuando sintió como el rubio alzaba su mano para golpearlo, lo detuvo con un rápido movimiento, donde naruto termino siendo cargado estilo costal de papas por sasuke.
-¡mi helado!- chilló al ver como su helado se estrellaba contra el pasto-¡YA VERAS, MALTIDO IDIOTA, CUANDO ME BAJE TE PATEARE LAS PELOTAS TAN DURO QUE HARÉ QUE VIAJEN EN EL TIEMPO Y ANOTEN UN GOL EN EL PROXIMO MUNDIAL!- pataleaba el uzumaki, espantando a todos los calenturientos que los veían hace segundos. Sasuke carcajeaba a diente suelto, sin evitar sentir un poco de pena por sus testículos.
Ya al frente de su casa, el uchiha hizo prometer a naruto de que no le daría una patada espacio-tiempo, a lo que el uzumaki aceptó de mala manera. Cuando lo hubo dejado sobre el suelo, naruto pudo sentir como su nariz le suplicaba poder seguir respirando al peli negro, y su piel seguir tocando la espalda de dioses del uchiha; pero pudo contenerse.
-gracias- dijo, sarcástico, acomodándose su ropa. De pronto se formó un incómodo silencio.
Naruto se sintió necesitado, en serio había pasado un gran día junto a sasuke y rogaba poder repetirlo, incluso CASI olvido el dinero que le pagaría el uchiha cuando los padres de sasuke se fueran. Mientras que sasuke simplemente ansiaba que fuera mañana, para poder seguir fastidiando al dobe (suyo)
-espero no te haya molestado el viaje, porque yo disfrute mucho de la vista- informó sasuke coqueto, guiñándole un ojo al blondo. Naruto rodo los ojos, no faltaba el comentario de clase baja.
-no fuiste el único, amigo- dijo el rubio, juguetón, recordando los glúteos que inevitablemente había visto; empujo el hombro del uchiha al ver que le alzaba la ceja.- tarado…-
Cuando llegó el momento de despedirse, naruto alzó los brazos tratando de abrazar a sasuke, pero este había extendido una de sus manos. Intentaron de nuevo, pero esta vez había sido al contrario, naruto con el brazo extendido y sasuke esperando el abrazo. Como nadie se movía, el uchiha tomo la iniciativa de acercarse y besar una de las mejillas del blondo.
-nos vemos mañana, dobe- dijo el pelinegro, pegado a su oreja, después se alejó y camino fuera de la vista del rubio, alejándose de la residencia uzumaki.
Unos segundos después escucho un: “¡¡maldito, temeee!!” Y finalmente un azote de puerta. Sonrió al recordar la cara bermeja del doncel ¿sería normal el latir de su pecho?
Quizá debería a ir a ver a su cardiólogo...