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:;:;Porque en el amor nadie decide;:;: por uchiuzuma lover

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Notas del capitulo:

FELIZ NAVIDAAAAD :.D

 

A leer bbs.

 

 

(Final sin editar)

 

-¿Quién mierda cuidaba a los estudiantes mientras una loca apuntaba un arma de fuego contra mi hijo?-

 

-Señora, entiendo su enojo, parece increíble que algo como esto haya pasado…

 

-¡MI HIJO CASI MUERE! ¡Por culpa de esa psicópata naruto estuvo una semana en coma! Y ahora, que por fin está consciente, me dicen que perdió la memoria. No me recuerda. Mi hijo no me recuerda…- lágrimas amargas corrían por el rostro de la demacrada pelirroja. Agarró con fuerza el lateral de sus pantalones. No volvería a demostrar más debilidad, pues era lo único que había logrado hacer durante años.

 

-tenemos entendido que la sospechosa había conseguido hace semanas, gracias a los contactos de sus padres, que el personal de seguridad y los profesores creyeran que la fiesta se organizaba un día más tarde. Lamentablemente es todo lo que puedo brindarle fuera del tribunal.-

 

-¡al diablo con el maldito tribunal! ¿Usted sabe lo que hará esa pequeña perra después de que la dejen libre por “halagar” demencia? Buscará mi hijo para terminar lo que planeaba hacer. Han pisoteado lo suficiente a mi familia. La reto a que lo intente, y sabrá de lo que es capaz de hacer una madre por su hijo.- mikoto estrechó con suavidad el hombro de kushina. Ella entendía esa impotencia. Después de todo, sasuke estaba batallando entre la vida y la muerte después de que una bala perforara su pulmón derecho tratando de proteger a naruto.

 

-Todo estará bien. El abogado me informó que hallaron movimientos bancarios en Finlandia a nombre de esa muchacha. Tenía un buen plan de escape. Un demente no sería capaz de tanto.- Afirmó la Uchiha. El policía asintió, más agradecido con la ayuda que de acuerdo con el contexto de la frase.

 

-Señora uzumaki…-Una enfermera se acercaba apresuradamente, intentando aspirar algo de aire ante de poder continuar con la oración- Es naruto, creo que ha recordado algo. No deja de llorar y preguntar por usted.- La muchacha apenas tuvo tiempo de hacerse a un lado antes de que la pelirroja corriera por su lado en dirección al ascensor.

 

-¿¡Mami!? ¿¡Dónde está mi madre!?- kushina ahogó un sollozo en lo que las puertas del aparato se abrían. La había recordado, por fin. Apresuro el paso hacia los gritos ahogados de naruto. El pasillo se había hecho más largo que de costumbre y el olor a antiséptico más insoportable. Cuando entró a la habitación vio a su rubio apoyado sobre el respaldo la cama. Las sabanas estaban tiradas alrededor de la colcha y dos enfermeras trataban de impedir que se moviera. -¡MA!- gritó naruto en respuesta. Se posicionó en el borde de la cama, intentado llegar a ella.

 

Kushina retuvo con más fuerza las lágrimas. Su hijo estaba pálido, ojeroso y con una herida de bala en el hombro cubierta con gazas viejas y ensangrentadas que se manchaban por los bruscos movimientos.

 

-Bebe, estoy aquí. Mamá está a-

 

-¡Ella le disparó! Lo mató, ma, lo mató.- sollozó naruto, con el rastro salado de las lágrimas en sus pómulos. Las enfermeras se alejaron un poco, dándole espacio a la pelirroja de posicionarse a un lado de la cama. Naruto la veía con ojos perdidos, aún confundido al descubrir que la desconocida que lo visitaba todos los días era realmente su madre. Ocultó su rostro en la blusa sucia de la mujer, aspirando un olor que muy en el fondo le era familiar.-Ella le disparó…-

 

-Sasuke estará bien, mi cielo. Ya lo verás.- le afirmó mientras recostaba de nuevo a naruto sobre la cama. Este se opuso levemente, para luego dejarse hacer y curar por las enfermeras.

 

-¿Quién es sasuke…?- Los ojos empezaron a pesarle. Miró con somnolencia la cara de preocupación de la pelirroja.

 

Le recordaba mucho a su abuela. Seguramente sí era su madre.

 

-¿debo preocuparme por eso?- preguntó a la enfermera que estaba a su lado, quien comprobaba que el anestésico hacía efecto.

 

La puerta se abrió con un ruido suave. Mikoto y shizune entraron con cautela a la habitación.

 

-tranquila. Es posible que no haya recuperado la memoria por completo. Además fue mucha información en poco tiempo, le tomará un par de días digerir todo lo que recuerda.

 

-Ha recuperado la memoria…- repitió shizune. Apretó la mano de su madre y caminó hasta posicionarse al lado de kushina.

 

-¿Han sabido algo de sasuke-kun?- cuestionó kushina, desviando la pregunta de la pequeña.

 

-Estuvo consciente unos minutos en la mañana. Solo preguntó por naruto  y se durmió antes de que le dijera algo.-contestó fugaku, entrando por la puerta junto con dos hombres de traje. –Los médicos no tienen mucha esperanza. Dicen que si sobrevive a la cirugía hay una gran posibilidad de que esté conectado a una máquina de oxígeno por el resto de sus días.

 

-lo lamento…- susurró kushina en respuesta. Acarició la cabeza de la pequeña con suavidad.

 

Al menos sasuke había pagado su condena…

 

:;:;:;:;PQND:;:;:;:;

 

Naruto´s POV

 

Era mucha sangre, no dejaba de brotar. Veía como sus ojos luchaban por permanecer abiertos.

 

-¿¡Qué has hecho!?- Grité en mi desesperó, ignorando el dolor infernal localizado en el hombro derecho. Él había usado su cuerpo para protegerme. Apoyé el brazo ileso sobre la herida en el pecho de ***. La sangre escapaba a borbotones por mis dedos.- ¡por favor, alguien que me ayude!-Escuché el sonido de un arma cargándose… nuevamente.

 

 Me congelé en el lugar, aguardando el disparo.

 

-Muere de una vez, maldita perra.- escuché a mis espaldas. Pero nada pasó, solo el golpe metálico del arma contra el piso: Alguien había derribado a karin, lo sabía al escuchar cómo se retorcía en el suelo.

 

Las puertas cayeron con un estrepitoso estruendo. Podía ver a la gente huir despavorida, luces entrando por los tragaluces del techo, gente uniformada ingresaba con armas al frente junto con paramédicos y lo que parecían bomberos.

 

Sin embargo, lo que sucedía alrededor parecía ajeno a mí, pues la persona que había salvado mi vida  moría desangrado en ese instante, sin que hubiera algo que pudiera hacer.

 

-n-naruto…- miré aliviado hacia ***. Aún estaba consciente, eso tenía que significar algo bueno ¿verdad?- debes salir de a-a… deb- su voz se ahogaba con velocidad y el líquido carmesí empezaba a escurrir por la comisura de sus labios. Lo que antes fue un disfraz se manchó de sangre cuando *** tosió con fuerza.-sal de…- una muchacha recostó nuevamente al hombre, mientras tomaba con velocidad sus signos vitales. Después de unos segundos gritó alterada: “estado rojo” un par de veces y más paramédicos corrieron a su lado. *** intentaba articular algo con desesperación, pero lo único que conseguía era que la sangre saltara apresurada de su boca. La muchacha intentaba calmarlo sin ningún deje de éxito.

 

-¡cierra la maldita boca! Te odio como jamás podría odiar a alguien, maldito bastardo, porque a pesar de todo lo que me has hecho, si algo te pasará...- los gritos de la multitud no cesaban, por lo que tenía que gritar hasta casi desfallecer. La paramédica arrancó la camisa de *** y la usó para formar un torniquete alrededor de la herida. Él gimió bajito, parpadeando  con intervalos cada vez más largos.- ¡quédate conmigo, no cierres los ojos!-

 

-perdón.- fue lo último que escuche salir de su boca.

 

No recuerdo mucho más de esa noche, ni siquiera el rostro de aquel muchacho suicida o su nombre. Quizá caí inconsciente segundos después, no sentía el brazo para ese entonces y dejaba un rastro de sangre en lo que caminaba tras la camilla que llevaba al “bastardo” que tanto odiaba, según deducía de mis recuerdos.

 

Cuando desperté una semana después,  una mujer que parecía ahogarse en llanto al verme consciente se presentó como mi madre. Los médicos le explicaron que debido al trauma y la pérdida de oxígeno era posible que se comprometiera mi memoria. En ese momento apenas y sabía mi nombre, por lo que todo lo que escuchaba de aquella mujer y las personas que fueron llegando después sobre lo que me había sucedido, solo me dejaban un amargo sabor en la boca.

 

-“Uchiha”- La pequeña que acababa de entrar a la habitación saltó de emoción al verme murmurar ese sinsentido. Ya había pasado un par de horas desde que había despertado del coma. La decepción surgió en los dos cuando le expliqué que no sabía qué significaba o de qué manera se relacionaba con aquella niña de ojos oscuros. Pero algo cambio después de ese encuentro, pues cada vez que cerraba los ojos, la imagen de dos perlas negras aparecía nuevamente. Algunas veces con ira, otras veces con prepotencia, pero eran aquellos ojos que tanto parecían a los de shizune.

 

Fue esa vez, mientras intentaba dormir, cuando aparecieron nuevamente y un recuerdo azotó mi cabeza por breves segundos: aquella vez en que el mismo hombre sin rostro ni nombre me había llevado de picnic a un lugar hermoso y me había hecho promesas hermosas, de aquellas que cualquiera desearía que les dijeran. Desperté con lágrimas en los ojos, confundido por aquellas imágenes que parecían provenir de algún lugar de mi cabeza. Esas esferas oscuras irrumpieron por última vez, imponiéndose con aquella mirada de horror que congeló mi corazón.

 

Y entonces… recuperé la memoria.

 

 

:;:;:;:;PQND:;:;:;:;

 

6 meses después.

 

El pelinegro cerraba la ventana con rabia, el frio parecía colarse por sus huesos con demasiada facilidad en las últimas semanas. Miró con impaciencia el reloj, ya había perdido la cuenta de cuantas veces lo había hecho durante los últimos días.

 

6:30 de la tarde.

 

Ya faltaban casi 20 horas para que le dieran de alta. Al fin, después de tantos meses de dolores y medicamentos, conectado a una máquina que le ayudaba a sus pulmones a aspirar la cantidad suficiente de oxígeno, podría salir del hospital.

 

-sasuke, un joven llamado…-

 

-no quiero que entre nadie, debo hacer las maletas y llenar los papeles de la clínica. Quiero salir lo más rápido posible de aquí.-  masculló de manera tanjante, mirando nuevamente el reloj. No había pasado más de un minuto. Abrió rápidamente la maleta que le habían dejado el día anterior sin molestarse en mirar a la enfermera ubicada al lado de la puerta.

 

-sasuke-san, es uzu…- la mujer cerró la boca ante la mirada indiferente del joven. Que persona más grosera. Frunció el ceño y se retiró velozmente, haciendo una reverencia imperceptible antes de salir.

 

Ya había pasado cerca de una hora. Tenía sobre la colcha sus maletas listas, solo faltaba que su hermano pasara por él.

 

Miró con detenimiento su celular, lo desbloqueó y se dirigió hacia la opción de llamadas recientes.

 

158 llamadas no contestadas que él había enviado a “dobe”. Casi una llamada por día. Y a pesar de que sabía que el rubio debía estar a cientos de kilómetros estudiando en la universidad, las incontrolables ganas de volver a escuchar su voz solo hacían más que incrementar. Naruto no había bloqueado su número celular. Eso debía significar algo.

 

A su mente vino aquella vez, hace casi un mes, cuando hinata había ido a visitarlo al hospital. Sasuke había estado cerca de gritar cuando vio con asombro la gran panza de embarazada que se cargaba la Hyuga.

 

“-pero que…-” Había exclamado cuando la había visto entrar junto a un hombre mayor que no conocía.

 

Ella le explicó qué había pasado esa noche. Con lágrimas en los ojos relató cómo karin había amenazado a Hinata y a Kiba con revelar el embarazo de la pelinegra un par de días antes.

 

-“Teníamos que asegurarnos que ustedes dos llegaran a la fiesta. Kiba debía conseguir las grabaciones de las cámaras de video y yo te envié esos horribles mensajes antes de la fiesta.”- le había confesado. No dijo mucho más, su esposo le ayudo a retirarse con el argumento de que “era malo para el bebe” que se alterara de esa forma. Nunca más volvió para terminar de hablar con él.

 

Kiba y Hinata  seguían en la misma ciudad. Karin ya había sido juzgada a treinta años de prisión, cumpliendo solo la mitad de la condena tras haberse declarado culpable y alegar ser menor de edad y estar demente. Utakata había muerto esa misma noche, tras llamar a la policía apenas había terminado su papel en el plan de Karin. Fue él quien se había lanzado sobre la pelirroja para impedir que disparara, pero no había tenido mucho éxito, pues antes de que los policías la inmovilizaran había logrado tomar nuevamente el arma y dispararle en la garganta. Sasuke nunca supo por qué había decidido ayudarle a la loca.

 

-¡llevo medio siglo esperando a que ese imbécil me deje pas…!- Escuchó ahogadamente tras la puerta. Parecía que un loco gritaba por el pasillo mientras discutía con una enfermera.-¡Me importa un culo lo que esté haciendo!¡que no me deje entrar y verá quien soy en verdad!- Ahora las voces estaban mucho más cerca, casi pegadas a la puerta. Los pasos se detuvieron de repente y la puerta fue azotada con severidad. -¡Sigues siendo un puto cabron, grosero, maleducado, inepto, tarado, cabeza de cacatúa, translúcido, amargado…!- el muchacho frente a él tomó una leve bocanada de aire antes de continuar.- ¡Temeeee!- Exclamó a todo pulmón. No le preocupaba en lo absoluto gritar, pues el pequeño “hijo de mami” había rentado un piso entero del hospital para su comodidad.

 

-naruto…-

 

-Abandoné mis estudios a mitad del semestre porque ya no aguantaba estar lejos de este tarado, viendo con nostalgia cada mañana las llamadas perdidas que dejaba en mi celular ¿no podías aparentar ser un poquito menos anormal y llamarme a una hora que no fuera las 2 de la mañana? Al principio me parecía romántico, luego tuve que ponerle silencio al aparato porque no me dejaba dormir. Igual no iba a contestar, esa rebaja de ego le tuvo que venir bien al señor “soy el vampiro guay de crepúsculo”. Y ahora, después de quien sabe cuántas horas en un avión (que por cierto es muy cómodo, dormí como un bebe), no se digna a dejarme pasar a su hospital ¿puede creerlo?- preguntó a la enfermera, para después seguir hablando como cotorra.

 

-naruto…-

 

-¡Claro! Como yo soy el malo aquí… y me la paso rompiendo las tiaras y armando shows el día de la graduación ¿sabes cuantas tiaras he ganado en mi vida, tarado? Pero mi mamá sí me advirtió que iba a venir aquí para nada…-

 

-naruto…- seguía repitiendo el pelinegro incrédulo.

 

-¿¡QUÉ!?-

 

-E-eres tú-

 

-¡Nooo, marico, soy Luis, mucho gusto! Pues claro que soy naruto.- Antes de que pudiera terminar el pelinegro se había lanzado sobre él. El rubio supo que estaba llorando, pues no dejaba de sentir los hipidos del mayor sobre su hombro. Recostó con calma su palma sobre el brazo de sasuke. –Perdón si me sobrepasé, estaba nervioso por volver a verte…- le susurró suavemente, llevándolo con calma hacia la cama.

 

La enfermera miraba pálida desde la puerta, preocupada porque el rubio saltará hacía la yugular del paciente.

 

-¿Qué haces aquí?- preguntó sasuke una vez se hubo calmado, toda la pesadez de su estadía a lo largo de los meses parecía acumularse en su mirada, y el sueño pareció algo muy tentador en el momento. Pero naruto estaba justo ahí, sentado junto a él, no podía darse el lujo de dormir. Quizá ya estaba durmiendo y no lo sabía. Aquella ideo lo aterró aún más, por lo que se aferró con fuerza al brazo de rubio, temiendo que de pronto despertara solo.

 

-¿Acaso no escuchaste toda la mierda que te solté antes?- refunfuñó con deje de ira. Sasuke lo miró con falsa burla.

 

-Solo presté atención a las partes en las que decías lo mucho que no soportabas estar lejos de mí.-Después rió con sorna, contagiando a la enfermera y, en menor medida, al rubio.

 

-por supuesto que no has cambiado…- repitió más suave, con una leve risilla.

 

La habitación quedó inmersa en un suave silencio, mientras los dos solo se miraban. Sasuke se atrevió a correr un mechón rubio hasta atrás de la oreja de naruto, quien se había dejado crecer ligeramente el pelo. Pero luego el rubio lo regresó a su puesto de un cabeceo. No le gustaba recogerse el pelo debido a que lo solían confundir con una mujer plana.

 

-¿M-me has perdonado?- Preguntó temeroso, viendo hacia la esquina donde debía estar la enfermera de chismosa, pero esta ya se había retirado. Apretó la sabana entre sus dedos, demasiado nervioso como para no hacerlo.

 

-En verdad… no, no lo he hecho.-Sasuke asintió, asimilando con pesadez la respuesta.-  Me di cuenta que me alejé demasiado rápido, una semana después de recuperar la memoria, para ser exactos. También porque shizune me envió aquel vídeo en el que chillabas como magdalena cuando te dijeron que ya me había ido para Boston… pero eso es un detalle sin importancia.- Sasuke miró con cansancio hacia la cámara en la esquina de su habitación, bajando los hombros en signo de rendición. Ya no malgastaría más neuronas con esa pequeña lapa.

 

-¿Te  vengarás ridiculizándome hasta que muera de vergüenza?-

 

-Que bien que nos entendemos, sasu-chan.-exclamó con burla.

 

-entonces solo somos amigos.-Tanteó el pelinegro, mirando con disimulo a la ventana. Sasuke sintió la mirada del rubio sobre su nuca, más no dijo nada, como si estuviera pensando en la respuesta.

 

-Creo que por ahora solo somos conocidos.- murmuró, posicionándose en el umbral de la puerta. El rubio notó que el pelinegro asentía aun mirando a la ventana, dándole a entender que comprendía su decisión. -pero me gustaría que intentaras ser algo más…- Agregó de espaldas a la cama, viendo el pasillo como lo más interesante del mundo.

 

Sasuke alzó la mirada lentamente, sorprendido de las palabras del rubio, y  con miedo de que él se arrepintiera de lo que había dicho, preguntó…

 

-¿Por qué?-

 

Los pasos del rubio alejándose por el pasillo fue todo lo recibió como respuesta. Las lágrimas se posicionaron al borde de sus ojos.

 

¿Acaso eso implicaba una esperanza para él? ¿Naruto de verdad estaba dispuesto a perdonarlo…? Y como si de una pregunta cósmica se tratase, la mesa de noche vibró levemente. Su celular se encendió mecánicamente, como hacía casi siempre que recibía un mensaje.

 

Pero era ese tono en especial… aquel que hacía presencia cuando naruto era el autor del texto. Las lágrimas salieron con furia cuando leyó con el corazón en la boca:

 

“Porque en el amor nadie decide, sasuke”.

 

 

 

Ahora si… Fin forever aneber :v

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-

 

 

Notas finales:

QUE ME HAN CONVENDIO, pequeños demonios.

Habrá epílogo :D.

Bbes, que orgullo que por fin, después de cuatro años con esta historia, podamos darle un final semi apropiado.

Se que muchos posiblemente lo odiarán, pero es que de verdad que escaseo de tiempo actualmente. Literalmente, entre ayer y hoy me inventé esto como pude. Originalmente tenía algo más elaborado, pero trasladarlo al word me tardaría por lo menos 4 días seguidos entre edición e ideas.

Camilo  posiblemente empiece una historia por acá, por lo que les pido mucho apoyo, mis amores.

Muy pronto volveremos a leernos. 

PD: si les gusto no olviden dejar su amor y comentario. Sino, puej sorri no sorri bbs XD

 

con amor, daya.

 


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