-no otra vez- murmuro con fastidio al ver a el guapísimo pelinegro acercarse a su casillero- se te ofrece algo bastardo- dijo cerrando la puertecita un poco más fuerte que de costumbre.
-vine a asegurarme que iras esta tarde a la mansión- dijo recostándose en este. El rubio bufo, ese idiota no tenía derecho ni poder sobre él.
-no, no voy- dijo mostrando una sonrisa cínica. Sasuke sonrió como si hubiera esperado esa respuesta desde hace algunos segundos, al parecer le gustaba jugar con la presa.
-que lastima… sin embargo, debes reconsiderarlo, pues tengo bajo mi poder algo de tu pertenencia-volvió a sonreír, pero esta vez satisfecho al ver como el rubio le mostraba una mueca de enojo.
-eres un maldito manipulador- gruño rechinando los dientes, luego bufo pesadamente, se devolvió empezando a caminar lejos del azabache y dijo antes de desaparecer por los pasillos- donde intentes algo espero que hayas dado muy buen uso a tu verga, bastardo, por que ten por seguro que te la corto-
-¡creo que quieres hacer otra cosa con eso! – grito recibiendo una mirada fulminante, como le gustaba hacerlo enojar.
Ya era lunes en la mañana. Después de su “desahogue” del sábado, naruto se dedicó a hablar con sus amigos y su novio, pues este regresaba, también había pensado seriamente si debería regresar a esa casa, estaría en el terreno del bastardo por lo que su nervios no estarían para nada estables, pero no quería dejar a shizune sola, esta le había comentado que no tenía amigos pues la encontraban muy amargada para su edad y solo pensar en eso hacía que dudase más de su elección. No le quedaba alternativa, tendría que ir y enfrentar al odioso por tiempo indefinido… genial ¬¬.
-por favor habrán su libro en la página 507- dijo la profesora de literatura. Resignado, decidió olvidarse del tema por el momento y terminar ese agotador día de estudio.
Después de salir de clases, el rubio camino hasta la mansión del pelinegro, saludo al portero quien al parecer le habían de informado de su visita, pues lo dejo pasar sin mayores problemas, recorrió por el enorme jardín que había antes de llegar a la enorme puerta, toco el timbre, y espero a que alguien le abriera.
-¡¡¡naruto!!!- grito emocionada y feliz la azabache- creí que no volverías- lo agarro de la mano y lo entro a jalones hacia la enorme edificación.
-que gusto volver a verte shizune- dijo mientras se agachaba y abrazaba a la azabache- ¿algún problema después de que me fui?-
-para nada, ese estaba más dormido que un tronco ¡tienes que enseñarme eso! Dejar inconsciente a alguien con solo un golpe en el hombro ¡genial!-
-jejejeje quizá lo piense, necesitas saber defenderte del montón de pervertidos que hay en este lugar-
-hablando de eso, oí a sasuke hablar con un tipo sobre algo… no sé, creí haberte escuchado en la conversación, pero no te volvieron a mencionar.-Naruto sonrió despreocupado, ese idiota no sabía con quien se metía.
-no hay de qué preocuparse- dijo levantándose- como sabrás, vine para cuidarte y jugar un poco-
-entiendo- dijo la pequeña con una sonrisa. Naruto agarro a la pequeña, corrieron hacia el cuarto de esta y jugaron casi toda la tarde; hicieron las tareas juntos, corretearon con lisa por toda la mansión, enseñaron en un especie de tour toda la casa a naruto y esta vez naruto se aseguró de guardar a su amado peluche en el bolso, así el uchiha no tendría con que amenazarlo, en fin, pasaron de lo mejor. Cuando el rubio se fue, shizune camino hacia la habitación de su hermano, quien la esperaba recostado en el umbral, se posiciono al frente de este y sonrió retadoramente con sasuke.
-se lo que intentas pedazo de idiota – gruño desafiante- aléjate de él, es una persona especial, única en un millón-
-hmp- sonrió de medio lado, entro a la habitación cerrando la puerta en sus narices.
:;:;:;Por Que En El Amor Nadie Decide;:;:;:
-estoy en casa- dijo quitándose las sandalias.
-bienvenido, hijo- dijo kushina asomándose por la puerta. Naruto vio el rostro afligido de su madre, podía ver sus marcadas ojeras, los ojos rojos y su pálido rostro.
-mamá…-
-¿se nota demasiado?- dijo con una sonrisa triste. El rubio asintió, su madre había estado llorando.- lo lamento, creo que todo este estrés del trabajo y el viaje de negocios me tienen tensa- kushina se sentó en una se las sillas del comedor, cubrió su rostro con las palmas de las manos y suspiro.
-madre, diecisiete años me han servido para saber que me estas mintiendo en este momento- dijo acercándose mientras se sentaba en la silla frente a la de kushina- sé que lo extrañas- menciono unos minutos después mientras posaba su mano encima de la de kushina destapando su rostro, vio los ojos aguados de su madre que trataba de retener las lágrimas y su labio temblaba ligeramente. Se levantó del asiento y camino hasta su madre, la abrazo colocando la cabeza de la pelirroja en su hombro y su barbilla sobre la cabeza de esta- yo también lo hago, mucho- susurro en tono tranquilizador, sentía sus ojos llenarse de lágrimas, no las soltó, solo se dedicó a escuchar los sollozos y lamentos de su madre.
Cuando hubo terminado, llevo a la pelirroja a la habitación de ella y la acostó con un beso deseándole buenos sueños, camino hacia su propia habitación, se acostó y se quedó mirando el techo.
¿Por qué habría fallecido su padre?
Él recordaba lo animado y feliz que era minato cuando estaba vivo, su padre alegraba todo sus días y siempre había estado ahí cuando más lo necesitaba él y su madre ¿Por qué no él? Se preguntó, él fue el que decidió hacer berrinche y drama escapando de sus obligaciones, él había sido el que se había drogado y emborrachado obligando a su padre a buscarlo, él había sido el que había empujado a su padre a la carretera rehusándose a ir a casa segundos antes de ser atropellado, él había sido el que hiso de la vida de su madre y la de él un completo infierno.
-¿Por qué él?- susurro contra la almohada antes de quedarse dormido.
:;:;:;Por Que En El Amor Nadie Decide;:;:;:
-¿Cómo amaneciste, querido?- dijo sirviendo un plato con dos huevos y una gran cantidad de tocinos más jugo de naranja, al parecer había sido bueno que su madre se desahogara el día anterior.
-bien mami ¿y tú?- dijo besando la mejilla de esta.
-creo que podría levantar un camión- bromeo divertida mientras servía el plato de ella sentándose a comer. Naruto sonrió dulcemente, se levantó, dejos los platos en el lavatrastos y se despidió de su madre con un beso. Kushina lo acompaño hasta la puerta y le despidió antes de cerrar.
-hola, dobe- escucho a sus espaldas “genial” pensó sarcástico el rubio.
-lárgate- dijo sin voltear a verlo cuando lo alcanzo.
-que humor- escucho decir
-aléjate de mí, uchiha bastardo-
-oblígame- le dijo con burla y reto. Hastiado, paro en seco y fulmino con la mirada al azabache.
-escúchame bien, amigo- dijo acercándose peligrosamente al uchiha- no quiero nada que tenga que ver contigo, solo voy a tú casa por shizune- empezó a “apuñalarlo” con el dedo en el pecho- que se te meta a la cabeza que no te quiero a más de un kilómetro de mi ¿entendiste?-
-no, tú escúchame a mi naruto.- agarro el dedo de naruto y lo separo de él- no sabes nada de mí y créeme que no lo sabrás nunca, así que no saques conclusiones sobre lo que hago porque eres un paranoico de primera ¿entendiste?- pregunto imitando el tono de voz del rubio.
-ya te lo advertí, bastardo- dijo alejándose para seguir su camino.
-ya te lo advertí, hmp- gruño imitando la voz de naruto con un toque de burla, tenía que pensar en algo, toso se le estaba saliendo de las manos.
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-dame el dinero de tu almuerzo- dijo agarrando el hombro de un rubio que estaba de espaldas sacando cosas de su casillero.
-si no me sueltas en este momento te juro que te golpeare tan fuerte que tendrás miedo de tu reflejo-gruño volteándose.
-sigues con el mismo humor de siempre-
-…-
-…-
-…- en ese momento, todo el mal humor que tenía por culpa del uchiha fue remplazado por una inmensa alegría al ver a su querido novio delante de él-¡¡kyaaaaaaaaaaaa!!- dio un alarido lanzándose a los brazos del azabache- no sabes lo mucho que te extrañe- dijo colgando del cuello de este.
-creo que me lo puedo imaginar- dijo rascándose la mejilla nervioso.
-no, no puedes- dijo sacándole la lengua- vamos, tenemos que ir por kiba, tengo que alardearle que mi novio ya llego mientras que el de él está de vacaciones familiares- decía mientras lo arrastraba.
-lo dices como si fuera un premio-
-créeme, eres un gran premio para mí- dijo volteando y regalándole un beso en la mejilla. Utakata motosaki. Ojos castaño claro, cabellos color azabache, piel porcelana muy hermosa, definitivamente un muchacho de revista para modelos.
-me halagas demasiado- reprocho con un leve color carmín en las mejillas.
Desde lejos un par de ojos negros miraban con molestia la escenita tan cursi que montaban esos dos-grrrrr- gruño, no le gustaba para nada ese tipo, verlo de la mano de naruto le daba un molesto sentimiento en su estómago, lo sentía revolverse y contraerse… nada importante, o eso pensaba.