Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Atrévete a quererme! por Tramy

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Disclaimer: Los personajes no son míos, si no de Kishimoto.

[Leer bajo su responsabilidad, tener en cuenta las advertencias]


Este fic esta hecho con tan de probar una nueva trama, debo de decir que debió de ser subido en mi actual cuenta: Ayame Uchiha pero no puedo acceder a ella por el momento.

-El capitulo sera reeditado si es que tiene bena aceptación. Reitero: Esta hecho cn finalidad de probar una nueva trama.

Sin más,

¡a leer!

Notas del capitulo:

Atento a las advertencias.

Capitulo fuerte


Espero lo disfruten, y también espero leer criticas constructivas n_n

Tristeza fugitiva

-Amor Yaoi-

:..:..Ayame Uchiha..:..:

.:..:Prólogo:..:.

 

‘’La risa se me está apagando, lo mismo con las esperanzas’’

 

Caminaba con dificultad hacia mi casa. La verdad era que nunca llegué a imaginar que algo así podría pasarme. Es verdad que soy víctima de acoso escolar, pero era solo eso. Hasta hoy.

Sentía ascos de mi mismo, repulsión a mi cuerpo. Sumado al asqueroso olor que estaba impregnado en mí. Percibía claramente como un líquido escurría entre mis piernas; puede ser sangre, puede ser semen. O ambas.

Mi bolso aún estaba colgado en mi hombro. Mis piernas solo caminaban. Creo que me dirijo hacía mi casa. Solo lo creo.

Me habían humillado de la forma más horrible, me habían arrancado la dignidad que tenía. La que me quedaba. He estado años sufriendo, aguantando golpizas sin sentido. Sintiendome menos, siendo menospreciado.

Nunca espere que lo hiciera él. Él que parecía tenerme aprecio. Después de la escuela. En aquel callejón. Estaba solo. Nadie escucho mis gritos, ni mis súplicas.

Podría perfectamente denunciar lo que aquel hizo. ¿Pero que ganó?

No me devolverá el orgullo

Ni la dignidad

Ni mucho menos mi virginidad.

No volveré a ser el mismo. Nunca.

Solo pasaré más humillación, más vergüenza. Tan solo imagínense:

‘’Niño de 14 años es violado por su profesor’’

Seguí caminando, hasta que tope con la entrada de algo muy familiar.

La entrada de…mi hogar.

Si a eso lo podremos llamar hogar. Puedo apostar mucho a que dentro de las próximas horas, no me podré mover.

Saque las llaves de mi bolso, e introduje una en la cerradura, la cual gire dos veces y la puerta cedió. Avancé luego de cerrar la entrada. Estaba oscuro. Muy oscuro.

¿Son horas de llegar?—y ahí estaba, su voz imponente. Dura, gélida. Desde que mamá murió, todo cambió.

Lo siento—susurre muy bajo. Si hablaba más fuerte, se notaría lo quebrada de mi voz.

Sus pasos apresurados hacía mi me provocaron vértigo. Cerré los ojos y arrugue un poco la nariz.  Y luego el golpe, dado con un puño cerrado. Impacto salvajemente en mi mejilla, haciéndome girar la cara y perder todo el equilibrio.

Mi alarido de dolor no se hizo esperar. Caer sentado no era algo que me favorecía. Ya se habían asegurado de romperme el trasero,  ahora me romperían lo que quedaba del cuerpo.

¿Eres acaso una niña?—me tomó del cuello de mi sudadera-- ¡RESPONDE MIERDA! ¿ERES UNA NIÑA?

S-Soy un niño…papá—apreté fuertemente la boca.

¡MOCOSO INSOLENTE, ERES UN INÚTIL!—me lazó contra la pared. Haciendo que mi cabeza saliera azotada contra el duro cemento.

Me deslice por la muralla, sin capaz de moverme. Un punta pié se incrusto a un lado de mi estómago. Junto en las costillas. La fractura de un hueso duele. Más aún si sientes el ‘Click’ que hace al doblarse.

Pero puedo asegurar que eso no era lo que más me dolía. Si no que el que me hizo eso.

Era mi propio padre.

Que según sus propias palabras.

‘’Yo te ayude a que vivieras, tengo el derecho a ayudarte a que no vivas. En otras palabras…Quitarte la vida’’

¡ERES UN MALDITO MOCOSO! ¡TE VOY A ENSEÑAR A RESPETARME!—golpeo reiteradamente mi mejilla con su palma y torso de la mano.

Papá…por favor—rogué protegiéndome el rostro—No…más.

¡TE VOY A DAR LA PALIZA DE TU VIDA!—Me golpeo el hombro. Quizás no hubiese dolido tanto. Pero tener un corte ahí no ayudaba.

Agarro mi cabello firmemente y me arrastro, literalmente, al segundo piso. Aprovechando de golpearme contra lo que viera. Después de sufrir por las escaleras, en las que en todo momento me golpeaban la retaguardia, me tiro al piso de mi habitación y cerró la puerta. Escuche claramente como  se sacaba el cinturón y temblé inconscientemente.

¡No! Papá...por favor—no alcance a terminar, pero si me protegí la cara cuando la correa se estrelló con fuerza en mis brazos.

¿Qué no? ¡Te lo mereces! ¡Por ser un mal hijo!—me grito para comenzar a azotarme, yo solo rodaba por el piso, intentando aplacar el escozor que sentía en la piel que era golpeada.  Era terrible, me picaban las piernas, la espalda, el trasero, los brazos. Lo único que se salvaba era mi cara, la cual estaba protegiendo con mis brazos. Las lágrimas caían de mis ojos, a pesar de mis gritos desgarradores, él no paraba.

Cuando ya se hallo satisfecho, se alejo un poco observándome. Su mirada parecía prepotente y furiosa. Sin más salió del cuarto cerrándolo con llave.

Gatee penosamente hasta el mueble más cercano y me levante. A duras penas caminé al baño. Mi cuerpo aún temblaba.

Por dolor, rabia, ira, impotencia…

Por miedo.

Gire la perilla del agua caliente. Necesitaba relajarme. Espere pacientemente mientras me desvestía con sumo cuidado de no provocarme dolor yo mismo.

Mire mi cuerpo en el espejo. Mi estómago estaba amoratado e hinchado. Señal de que me había roto un hueso. Sin contar todas las marcas que tenía por la tunda. Presentaba algunas elevaciones de piel en algunas partes.  Tenía dientes marcados por mi cuello, unos lugares más rojos. Un corte algo profundo en el hombro. Cuando me resistí…sacó una navaja y me hizo ese corte como lección.

Coloque mi mejor sonrisa frente al espejo, pero no me pude convencer. Pronto aquella sonrisa se transformo en una mueca de dolor. La cual no tardo de ser acompañada por lágrimas y sollozos.

Me senté en el piso del baño, abrazándome a mí mismo. Rogando que con las lágrimas se fuera mi dolor. Y si es que tenía suerte. Se fuera  mi vida.

El agua caliente parece relajarme.  A pesar de que puedo sentir como mi cuerpo se está quemando. Se siente bien. Talle lentamente cada parte de mí. Cada rincón de mi cuerpo.

Salí lentamente y me envolví con la toalla. No como lo hacía siempre, no como antes que solo la envolvía a la cintura. Ahora la envolví desde mis hombros.

Solo para sentirme cobijado, creer que alguien estaba abrazándome. Saqué ropa interior y mi pijama, para luego caminar hacía mi cama. Me senté suavemente mientras la toalla seguía arropándome. Sentía mis ojos hinchados, estaban tan rojos como la sangre.

De tanto llorar…

Me puse la ropa y luego me acosté en mi acogedora cama. Abracé a mi almohada y cerré los ojos. Esperando que el día de mañana fuera mejor. Rogando por no volver a recibir ninguna paliza. El cuerpo me ardía enormemente.

Porque estoy seguro que mañana mi padre no me enviara al colegio. Nunca lo hace después de golpearme. Espera al menos una semana para que no quede ninguna marca. Así nadie la podrá ver.

Tengo suerte de que él trabaje. O si no, debería de soportar un día entero con él. Algo que…mejor dicho algo imposible…

Si tan solo mamá estuviera acá. Nada de esto estaría pasando. El no era así, era alguien estricto, pero no a extremos. Mamá lo controlaba.

Maldito accidente que le quito la vida.

.

.

 

No podía dormirme, me resultaba algo lejano. No con todo el dolor que sentía mi cuerpo. Sentía un punzante dolor en mi parte baja. Uno que llegaba hasta casi la espalda, mis piernas aún temblaban y las lágrimas seguían saliendo de mi rostro.

Me puse en alerta cuando la puerta se abrió de golpe. Nunca hacía eso.

Mi padre entro a la habitación con una botella de whisky vacía. Bebiendo hasta el último sorbo.

¿Sabes qué?—logré entender, estaba totalmente borracho—últimamente no me haces caso, y te comportas como una nenita.

Me encogí en mi cama cuando logró caminar hasta mí y acarició mi mejilla. Era repugnante

Y las chicas…—soltó la botella y se puso a horcajadas sobre mí— sirven solo para una cosa.

Intente sacármelo por todos los medios posibles, ya me empezaba a desesperar tener el cuerpo de mi padre aprisionando el mío. Estaba a su merced. Comenzó a besar mi cuello, a lamerlo como un perro.

Cerré los ojos fuertemente mientras pataleaba. Pero nada resultaba. Ya ni siquiera importaba el dolor de mi costilla, o lo otro.

¡S-Soy tu hijo!—grite con la voz quebrada—Por…Por favor…no…papá.

Me fue despojando de mi pijama brutalmente y me giro sobre la cama. Me opuse, pero solo sirvió para que descargara su puño en mi cara. Sentía el cuerpo adormecido. No respondía a mis estímulos, pero claro que sentía el dolor.

No pude siquiera ahogar el grito de dolor cuando aquel ser al que llamo padre me embistió de una forma brutal. Sin parar, siguió sus movimientos cada vez más bruscos. La vista se me comenzó a desenfocar, y unas grandes ganar de expulsar todo lo que había en mi estómago.  Algo líquido escurría entre mis piernas, era sangre.

Continuo con sus embestidas hasta que expulso algo caliente dentro de mí. Grite a más no poder, un ardor insoportable era lo único que sentía. Como si no fuera poco, salió bruscamente de mí y abrocho su pantalón.

Te lo merecías—masculló mirándome hacía abajo—Y acostúmbrate.

Se fue dejándome tirado allí. Sin una mísera pizca de compasión. Estire mi mano para alcanzar mi bóxer, y ponérmelos a duras penas.

Pensé que moriría…

Que no volvería a respirar…

Que nadie me podría hacer más daño…

Que podría obtener descanso…

Pero estaba equivocado, morir no era para mí…

 

 

 

 

Notas finales:

Etto...

¿Qué les parecio?

Espero sus opiniones, para mi tienen mucho valor n_n


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).