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La venganza del zorro por RedParadiseYaoi

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Notas del fanfic:

Atención el fanfic se encuentra dentro del mundo de los cambiaformas. 

Es contenido para mayores de 18

Todos los personajes que aparecen pertenecen a el manga/anime NARUTO que pertenece a Kishimoto-sensei.

Por si alguno viene de Face.

RESUMEN:

Kushina Uzumaki es la líder, la alfa, de la coalición cánida  perteneciente a los zorros. Y ella era la más fuerte. Pero hace un par de meses unos cuervos atacaron una de las familias de su territorio así que tuvo que intervenir, los cuervos la atacaron y desde ese entonces está en cama.

El beta, Minato Namikaze, que a la vez es su marido estaba  a cargo de la coalición. Su único hijo ayudaba a su padre yendo a misiones en las que en el pasado iba su padre. Pero justo desde hace una semana Kushina empezó a empeorar. Naruto desesperado por su madre sale a buscar al cuervo que hirió a su madre para que le dé el antídoto.

Sasuke Uchiha orgulloso de ser un Uchiha, en comparación a los otros cuervos los Uchiha no apestaban, por sus rituales con la comida, ni tenían el aspecto repugnante de los otros cuervos. A pesar de eso los otros cuervos no se osaban atacarlos ya que poseían, todos y cada uno de ellos, una fuerza que nadie poseía: El Sharingan.

Hace un tiempo que veía a su hermano raro. A pesar de que siempre se lo contaba todo ahora lo veía retraído intentando alejarse de todos y de todo. Su hermano fue mandado a una misión hace unos meses. Sospechaba que esa misión era lo que lo tenía así. Él sabía dónde era esa misión ya que estaba escuchando cuando su padre le asigno la misión. Decidió buscar lo que tiene a su hermano de esa manera. Lo que no se espero era encontrarse con el “enemigo”.

 

NaruSasu

Notas del capitulo:

Comienza un nuevo fanfic. Un capitulo nuevo todos los sábados. 

Capítulo 1:

              Naruto quitaba unmechon de la cara de su madre, antes conocida como la más escandalosa de las alfas, ahora se encontraba postrada en una cama con aspecto pálido casi febril. La causa de esto se debe a que hace  un par de meses los cuervos atacaron a una de las familias de su territorio. Kushina corrió rápidamente para proteger a los miembros de la familia, ya que se encontraba cerca,  se metió en una pelea con los cuervos eliminándolos a todos pero ella acabó desmayada y desde esa noche no se pudo volver despertar, con lucidez.

Los médicos de los cambiaformas han intentado encontrar remedio a su enfermedad pero ni siquiera descubrieron que era lo que tenía. Lo poco que pudieron descubrir, gracias a las observaciones que le hicieron,  era de que se trataba de algo que le afectaba a la mente.  Ya que tenía episodios donde estaba  totalmente  ida, y otras en las que pedía perdón por su comportamiento.

              — Madre… —le quita uno  de sus largos mechones de la cara— encontraré al responsable y… te curará ya lo veras estarás sana en poco tiempo. Te lo prometo.

              Con esas palabras sale de la sala de descanso de su madre.

              En el edificio principal de la coalición encontró a su padre mandando unas misiones a los guardianes. Ahora que la alfa estaba enferma los cuervos vieron que era el mejor momento para acabar con ellos. Podía ver las oscuras ojeras en la cara de su padre con ellas parecía que había envejecido 30 años de golpe, claro que en el recuento hay que tener en cuenta que los cambiaformas envejecían lentamente, comparándolo a la de los humanos.

              Su padre lo mira y le indica que lo siga. Sin dudarlo se dirige hacia él. Ambos entran al despacho, junto a su padre se encontraba Kakashi Hatake, ayudante de mi padre y beta suplente.

              Kakashi Hatake es un cambiaformas lobo, se unió a la colisión cuando su familia fue atacada y él fue el único superviviente. Ese día murieron sus padres y hermanos, los cuervos los atacaron ya que ellos vivían a las casi a las afueras de los territorios de la coalición. Cuando ocurrió aquello Kakashi no llegaba ni a los 12 años así que no llegaba a su primer cambio ni podía ayudar a su padre. Su madre y hermanos se quedaron luchando con los cuervos, Su padre le pidió que avisara al alfa a pesar de que eso solo lo dijo para que se fuera de la lucha y poder mantenerse a salvo. Se recordaba a si mismo que tendría que haberse quedado, se sentía inútil por no poder haber ayudado a su familia.

              Sin dudarlo Minato lo acogió en la coalición y se hizo cargo de él junto con su esposa. No podían ponerlo en cualquier familia ya que pertenecía a uno de los linajes de lobos más antiguos y podrían venderlo a los traficantes de cambiaformas. A Kakashi no le interesaba para nada eso de pertenecer a tal linaje solo le importaba seguir las órdenes de su padre adoptivo: Minato.

              —Naruto, sé lo que tienes planeado. Hijo no quiero perderte. Sé que eres fuerte unos de mis mejores soldados pero no te voy a permitir que entre de cabeza a la boca del lobo. Bueno en este caso del cuervo.

              —Papá, no puedo permitir que madre esté en ese estado. ¡Ya ha sufrido bastante!

              Como siempre mostraba sus emociones, Naruto nunca fue el tipo de persona que ocultaba sus sentimientos. Siempre se los mostraba a todos.

              — ¡Naruto! No iras. No te perderé a ti también.

              — ¡Aún no has perdido a mamá! —No entendía porque su padre ya daba por perdida la vida de su pareja— me da igual lo que digas padre, iré a buscar a uno de esos malditos cuervos y le obligaré a que me dé el antídoto.

              Finalizando salió de aquella habitación que le empezaba a agobiar. Fue directo al almacén de armas y pidió a Tenten, la encargada de las armas que le diera las que él normalmente utilizaba.  Tenten parecía resistir a dárselas pero al final entro dentro de una habitación y se las entregó.

              — Encuentra a uno de esos malditos y hazle hablar de la forma que sea para el antídoto para lo que le ocurre a nuestra alfa.

              Naruto con las facciones fuertes asintió con la cabeza. Sabía que Tenten se ganaría una reprimenda por parte de su padre pero también noto que ella también lo sabía.

              —Dile a mi padre que volveré pronto.

              — ¡Sí! —dijo también seria.

              Naruto ya había preparado su mochila, se dirigió a su coche, un Subaru Forester de un color rojo fuerte.  Sabía perfectamente por donde tenía que comenzar: Por los halcones Hyuga. Los mayores informadores de los cambiaformas.

 

              Sasuke era apegado a su hermano pero desde su primera trasformación se había separado un poco. Ya que a ambos los mandaban a misiones y casi no se veían. Podía contar con los dedos de una mano cuantas veces había visto a su hermano en los últimos 3 meses. Sasuke se dio cuenda de su alejamiento cuando era hora de celebrar su veintisiete aniversario. No había nadie. Su madre le había dejado un pastel en la nevera para que se lo comiera con Itachi, su hermano mayor, preparado para una de las jugarretas de su hermano se puso en guardia y se dirigió a la habitación de este.

              Lo vio en su cama medio dormido, parecía mirar  a la nada. Cuando se acercó para decirle algo sobre su cumpleaños. Solo escuchó un “felicidades” y un “estoy cansado. Dormiré durante todo el día”.

              Fue cierto, su hermano no salió de su habitación en todo el día. Al principio lo dejó estar pero cada vez era más palpable la distancia. Intento hablar con su hermano de nuevo para ver si le sucedía alguna cosa. Pero no hubo manera.

              Estuvo días comiéndose la cabeza pensando si era una broma de su hermano o de verdad le pasaba algo. Hubo un momento en que quería pedirle perdón por alguna cosa que haiga hecho. Pero luego volvió a pensar más y veía que él no había hecho nada por lo que disculparse así que negó esa opción de inmediato.

              Cansado comenzó a recordar desde cuando su hermano se encontraba de ese modo dándose cuenta de que hace mucho que no pasaba un rato con su hermano. Enseguida vino a su mente la misión que le encargo su padre a su hermano. Le había dicho algo de destruir una familia de felinos que había estado buscando información sobre los Uchiha.

              Ninguna otra raza de cambiaformas sabía que existía otro tipo de cuervos que no sean los putrefactos y malolientes soldados de ataque. Ya que así podían operar desde la sombra. A todos los Uchiha se les enseñaba desde pequeño las artes de la lucha y las de las palabras y es que todos tenían que ser brillantes para reaccionar rápido a las situaciones límites en las que estaban sometidos a diario.

              Sasuke que se regocijaba de ser la persona que más sabía todo sobre las técnicas de los Uchiha, incluso las prohibidas. Esas se las enseñó su madre y le hizo jurar que solo las utilizaría en caso de emergencia.

              Pensó que su hermano había cometido algún error en la misión, tuvo muchos problemas para llegar a esa conclusión ya que un error por parte de su hermano era, para él, imposible. Su hermano era, no, es perfecto. Todo lo que hace y como lo hace los es.

              Cuando vio que ya no había mucho más en que pensar decidió investigar lo que su hermano había hecho en aquella misión. Por eso la semana anterior había ido a ver el lugar pero solo se encontró con una llanura donde antes había una casa.

              Frustrado decidió  ir esa misma noche a ver si encontraba algo con lo que poder relacionar el comportamiento de su hermano.

 

              Naruto se encontraba en la puerta de una pensión de estilo oriental. Al entrar se encontró con una mujer en la recepción. Al darle un código la mujer le indicó donde ir. Caminó por la dirección por donde le había indicado la señora llegando al final toca la puerta con el puño, al escuchar “Pase” por parte de una voz del otro lado entra.

              En el lugar se encontraba un hombre con aspecto serio de cabellos largos y de ojos blancos. Eso era lo que los hacía especial. Todos los Hyuga tienen los ojos blancos.

              —Alfa —se arrodilla y agacha la cabeza dejando al descubierto su pescuezo la acción era para reconocerlo como alfa. Todo cambiaforma lo sabía, ya que dejando el pescuezo al descubierto le daba la oportunidad de eliminarlo o en este caso de asumir que es superior a él.

              El hombre se levanta y le toca el hombro aceptándolo su sumisión.

              — Eres el hijo de Kushina. Dime, ¿A qué se debe tu presencia?

              — Sé que vosotros sois los mejores en buscar información.

              — No te andes con rodeos.

              Naruto hizo un apretó sus manos para tranquilizarse ya que no sabía cómo preguntarlo educadamente.

              — Señor… desearía saber todo lo que saben sobre el día del ataqué de los cuervos a una familia de ginetas.

              — Supongo que te refieres a lo que le paso respecto a tu madre. Tu madre nos ha ayudado mucho pero no puedo hacer nada. Teníamos sospechas de que había cuervos cerca de la zona pero nada confiable. Fue tarde, cuando nos dimos cuenta los cuervo ya habían arrasado con la casa.

              El hombre los dijo casi agachando la cabeza, eso claramente era por vergüenza.

              — No se preocupe.

              Iba a continuar hablando pero sonó la puerta. El alfa al también se sorprendió pero igual pidió que pasara. Entró una chica de cabellos largos azabaches y los ojos habituales de los Hyuga.

              — Hinata, ¿qué se te ofrece?

              La muchacha se puso nerviosa mirando a Naruto y jugando con los dedos de sus manos.

              — Padre… yo… bueno. Es que he escuchado… que Naruto iba a investigar sobre su madre…

              — ¡¿Qué es lo que sabes?! —gritó Naruto girándose totalmente para mirarle a la cara a Hinata.

              Hinata se sintió intimidada pero se puso recta en posición soldado mientras recitaba en voz alta: — La semana pasada registramos el movimiento de un cuervo cerca de donde atacaron a los felinos.

              — ¿Estás segura que era un cuervo? —preguntó su padre.

              — Sí, a pesar de que no olía igual que uno tenía el aspecto de uno. Su entrada dentro del recinto de la antigua casa fue a las 19 horas a pesar de que ya era de noche se movía rápidamente. No sabemos su objetivo pero parecía que buscaba alguna cosa.

              — ¿volvió a venir otra vez? —preguntó esta vez Naruto.

              — No, señor —respondía al instante Hinata.

Naruto se puso a pensar un momento. Pero al final sabía perfectamente que tenía que hacer.

              — Muchas gracias por la información.

              — Espero que encuentres la cura para salvar a tu madre, es una mujer a la que todos necesitamos.

              Con esas palabras se despidieron. Naruto vio como Hinata lo seguía hasta la entraba cuando se ponía los zapatos al fin la chica habló.

              — Naruto… quisiera ayudarte.

              — No, gracias.

              — Sé que quieres a tu madre pero si tu madre te viera de esa manera se pondría triste. Tu comportamiento ha cambiado. Ya… no eres alegre y locuaz.

              — Hinata, somos amigos desde pequeños. Continuemos siéndolo.

              — ¡Pero Naruto!

              — Adiós.

              Sale por la puerta dirigiéndose hacia su coche. La muchacha lo continuaba viendo desde la puerta. Naruto comenzó a conducir el coche hacía donde ocurrió la tragedia familiar.

              Ya llevaba conduciendo durante 15 minutos hasta que vio un punto más oscuro que la noche nublaba, una trasformación de cuervo. Precavido apaga las luces del coche y lo aparca en el arcén. Baja del coche despacio sin hacer ruido. Podía ver perfectamente a una persona caminando por la llanura. A ojo no podría tener más de 25 años teniendo en cuenta lo que tardan en envejecer los cambiaformas. Y parecía buscar alguna cosa.

              Se queda detrás de un árbol para observar mejor a aquel muchacho. Con la luz de la luna podía ver que tenía las características de los cambiaformas cuervos: piel pálida, pelo negro y ojos negros como pozos las igualdades cambiaban en eso porque su pelo negro no está grasiento ni sucio, su piel pálida parecía saludable y bella al contrario que los otros que la tenían de un pálido-amarillo. Tampoco llevaba es mismo estilo de la ropa negra y apegada, atuendo normal de los cuervos, llevaba una sudadera de color negro opaco que con la luz de la luna parecía gris, debajo de ella se podía ver perfectamente que había una camiseta blanca, llevaba unos pantalones cortos de un color oscuro acompañándolo con unos zapatos cerrados.

              Sube un poco la nariz para olerle. Y como lo pensó, Hinata tenía razón, el olor no es igual al de los otros cuervos, no tiene el aroma repugnante de los cuervos su olor es olor a hierba debajo de una cascada refrescante, un olor salvaje. Sin darse cuenta suelta un gruñido de satisfacción por oler aquel aroma.

              El cuervo enseguida se gira al oír el ligero gruñido. Donde se posó su mirada se halla un hombre de cabellos rubios alborotados con una cinta en su pelo, su piel tostada se dejaba ver por sus brazos y ojos azul brillante que reflejaban la luz de la luna.

              Una ráfaga de viento trajo hacía él su aroma, un zorro, junto el olor a bosque había otro olor, sí, excitación. Se pone en guardia para poder defenderse. Los zorros siempre han sido conocidos por su astucia de poder engañar a la gente. Y aunque no le importaría hacer guarradas con ese zorro tiene que preocuparse más por su hermano.

              — ¡Sal de ahí, ya sé que estás ahí!

              Naruto sale mostrándose del todo, su mirada no se aparta del azabache.

              — ¿Qué eres? Hueles a cuervo, pero a la vez no hueles igual ni te pareces a ningún otro en aspecto.

              — No te acerques más. Por supuesto que no soy un cuervo normal, ellos no me llegan ni a la suela de los zapatos. Yo soy…

              Está apunto de decirlo, no puede revelar su identidad. Esa era la primera norma de la familia.

              — ¿Qué? ¿Qué eres?—exige Naruto acercándose más.

              — Mierda, se está acercando mucho —pensó Sasuke. Pensando en cómo largarse del lugar para no tener que afrontarlo. Pone sus manos hacía atrás para untarlos con un veneno especial para cambiaformas.

              — No te interesa-

              — ¿Por qué no me debería de interesar?

              El cuervo se sintió acorralado de repente, prefería el olor de lujuria que desprendía antes del olor de rabia que empezaba a supurar del rubio.

              Da un gran salto hacia atrás preparando para atacarla con las garras. El zorro no se quedó atrás. Sacó sus armas, dos espadas de tamaño mediano, poniéndose en posición de combate.

              — Tienes razón no hace falta que me lo digas. Después de esto. Te haré hablar —avanza para atacarle.

Notas finales:

Gracias por leer el primer capitulo ^^ más o menos creo que todo tendrá 10 u 11 capitulos. igual de largos que este.

Nos vemos.


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