Las bonitas horas que pasaron Naruto y Sasuke en aquella grande, elegante y lujosa oficina lo hicieron realizando un informe de 1000 palabras de porque no debo llegar tarde a clases, no decir groserías en los pasillos y el compañerismo. Es obvio de mencionar que cierto chico de cabellos azabaches estaba planeando la muerte de un rubio “Y una muerte muy lenta y dolorosa” mientras nuestro querido Naru pensaba en sus bonitos días en París con su mejor amigo kiba.
Estos dos jóvenes estaban siendo observados por una mujer extremadamente hermosa, piel blanca, cabellos rubios amarrados en dos coletas hacia delante, unos pechos un poco exagerados y un pequeño rubí que descansaba en el centro de su frente, Tsunade-sama directora de la prestigiosa escuela de Konoha era conocida por su mala suerte en los juegos de apuestas, su increíble carácter, fuerza y lo temible que era con tan solo una mirada.
-Tsunade-sama ya termine- informo Sasuke, levantándose de la mesa y entregándole más de 20 páginas.
-¿A dónde cree que va usted?-
-A mi clase de cálculo- habían pasado exactamente dos horas desde que habían entrado en la oficina.
-Usted no se irá hasta que su compañero termine- se podrán imaginar la cara de Sasuke cuando le dijeron eso, ya no podría soportar ni un minuto al estar cerca de ese fenómeno. Tsunade observo al pequeño Uchiha y le dedico una de sus tétricas miradas de ese tipo que quedas con trauma psicológico. Rápidamente el azabache ya estaba sentado al frente del escritorio como si nunca se hubiera levantando.
El rubio que aun seguía pensando en sus recuerdos de Paris no se había movido ni un milímetro desde que le habían entregado las hojas blancas, reposaba una al frente del, con tan solo las palabras ''no debo llegar tarde porque''
Cuando el pelinegro vio esto, estaba a punto de agarrar las espadas que colgaban entrelazadas de una pared en aquella oficina y amenazarlo que comenzara a escribir o nunca saldría de aquel lugar. En esos momentos Sasuke Uchiha se sentía derrotado y decepcionado porque era la primera vez que lo enviaban a dirección manchando completamente su apellido.
-¡Oye tu!- atrajo la atención de Naruto -Podrías terminar tu ensayo, porque si no lo haces no saldré de aquí nunca- el mencionado solo arqueo una ceja y se cruzo de brazos-
-Y si no quiero ¿Qué?- por el amor a Dios que si la directora no fuera estado delante de ellos, juraba que lo agarraría y le hubiera dado de ese tipo de palizas que nunca se olvidan. ¿Pero quién se creía que era? para hablarle así a un miembro de la familia Uchiha.
-¿No quieres salir de aquí?-
-Es que soy malo escribiendo- bueno de eso ya se dio cuenta y no se necesitaba ser genio para saber a simple vista que era un completo burro bastaba con lo que había pasado horas en el pasillo.
De repente Tsunade-sama se disculpo y aviso que saldría un momento, apenas dejo la habitación.
-Mira maldito, no he tenido un buen día, porque un imbécil cayó encima de mi todo mojado… así que mueve esa mano tuya y ponte a escribir- el Uzumaki que aun se encontraba de brazos cruzados, abrió sus ojos y decidió extenderse por toda la silla.
-Es que estoy cansado, tengo sueño- Sasuke que seguía conteniéndose para no cometer un delito, porque ya estaba perdiendo la paciencia con aquel chico desesperante.
-Oye niño de quinta si no salgo de aquí en 5 minutos créeme que hare que te expulsen como si fueras basura- dijo levantándose con una gran sonrisa porque pensaba que con aquellas palabras podría asustar al rubio. Naruto solo lo miro y dio un gran bostezo.
-Me harías un gran favor… Adelante- algo que Naruto había aprendido de su hermano era que nunca cayera en trampas tan obvias, además le hacía gracia pensar que ese chico que estaba al frente se creyera superior a él, solo porque su familia tenía un poco mas de dinero… como detestaba los chicos creídos como ese tal Sasuke…
-Mira te recomiendo un trato- Sasuke que ya estaba a punto de tener un paro cardiaco elevo su mirada fría y lo reto.
-Habla-
-Yo escribo el bendito ensayo y tú solo tendrás que disculparte por insultarme-
-¡NUNCA!- su enojo crecía mas y mas, el nunca pediría disculpa a una persona tan vulgar como la que tenia al frente… El rubio solo subió los hombros y se dejo caer nuevamente en la silla.
-Entonces querido amigo, te informo que no saldrás de aquí en un buen rato- en ese momento Sasuke ya no podía aguantar más y lo agarro del cuello de su camisa, levantándolo en el acto.
-Mira hijo de perra me tienes cansado, y me las voy a vengar… no sabes con quien te metes rubio- Naruto mantenía una expresión de aburrimiento en sus ojos y dio otro gran bostezo.
-Lo que tu digas, lo que tu digas- cuando Sasuke le iba a dar un puñetazo porque simplemente le molestaba la indiferencia de ese rubio con los ojos mas azules que había visto. Nadie en su vida se había atrevido hablarle de esa manera como ese rubio, y eso lo sacaba de las casillas. Antes de que lo matara, entro de una manera elegante Tsunade-sama con el sub-director Hashirama-sama.
-¿Termino?- dijo con la vista a Naruto.
-Aun no disculpe, es que soy malo escribiendo en japonés- se excuso.
-Cierto, se me había olvidado- realizo una pausa y no hablo hasta que llegaron muy cerca de los jóvenes –Hashirama, el es, el estudiante transferido de Paris-
-Mucho gusto, espero que nuestra escuela sea de su agrado-
-Sr. Uzumaki solo por esta vez. No hará el ensayo por su adversidad – el azabache menor estaba con la boca en una gran “O”…no podía creerlo.
-Pueden retirarse, pero para la próxima será peor el castigo ¿De acuerdo?-
-Si señora- se escucho un coro proveniente de los jóvenes y rápidamente salieron de la oficina. El azabache se sentía humillado, el…él era un Uchiha y tuvo que cumplir el castigo y ese dobe no, y era el que había tenido la culpa de todo. Sin embargo como nuestro Sasuke no es un vengador…Nótese el sarcasmo….se encargaría de que los días de ese rubio en la escuela conociera el propio infierno.
Sasuke tomo la derecha para ir directamente al comedor ya que se había perdido las primeras horas de clase, luego le diría a juugo que les prestara sus apuntes y Naruto fue a buscar su casillero.
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-Pero ¿Quién se cree? Detesto a las personas que son así… Es que si lo vuelvo a ver… no, no, mejor ni que me lo encuentre, me repugna su rostro nadie me había insultado así- decía como Loco Deidara dando vueltas en la sala de su casa con las manos aferradas a su cabeza.
-Vamos hijo Cálmate-
-Oka-san es que solo de pensar que me lo volveré a encontrar porque ahora estudiare en esa universidad… ¡ah! que desesperante – se revolvía los cabellos.
-Papa volvió a casa- anuncio cuando casi derriba la puerta de un manotón
-¿Cómo te fue el primer día de clase Naru?-
-Dejando atrás que me perdí 8 veces en ese complicado edificio y termine 3 veces en el baño de las chicas, que lo rociadores del jardín me mojaron, que en el almuerzo varios chicos se tropezaron y toda la comida cayó en mi, y sin mencionar que me sentí violado con las miradas de las chicas cuando me presente a la primera clase… todo fue interesante- decía naruto aburrido mientras se sentaba a la mesa a disgustar su plato preferido Ramen de su Oka-san, que con mucho amor había preparado… tuvo que evadir la parte de la dirección, que cayó encima de un chico y que este casi lo mata.
Minato que estaba de un humor de arcoíris y unicornios corrió a donde su hijo mayor, lo abrazo y alzo.
-Te felicito, estoy tan feliz por ti que comiences otra vez tus estudios-
-Vamos Oto-san deja el drama- lo bajo y se dispusieron a comer la comida de Kushina, Minato le dio un beso veloz y la abrazo.
-Felicidades Oni-chan… tendremos un doctor en la familia, ya puedo participar en peleas de pandillas- era mejor que no fuera dicho eso, porque la expresión que tenía su madre era de terror, creyó que estaba imaginando que de ella salió fuego que lo quemaba.
-¡NARUTO UZUMAKI!-
- Etto… era broma Oka- san, era broma-
-Mas te vale hijo, mas te vale- dijo, Naruto sintió un escalofrió ya que kushina había empuñado un tenedor.
-Ahora, las buenas noticias- todos se quedaron callados y levantaron sus orejas para mayor audio. – Me fue muy bien en mi primer día, ya estoy al tanto de todos los movimientos de la empresa pero eso no es importante… Fugaku nos invito cordialmente a que fuéramos en la noche a disfrutar con su familia de una elegante cena- su sonrisa se ensanchaba cada vez mas –Les envió unos agradables saludos a sus ahijados y dijo que espera que se lleven muy bien con sus hijos-
-Me alegro mucho por ti Oto-san que te reencuentres con tu mejor amigo, se lo importante que es eso-
-Gracias Deidara, aunque quiero pedir disculpas porque yo me reencontré con fugaku y ustedes no verán a sus amigos por un tiempo… Sasori y kiba-
-Todo por el bien de la familia-repitieron los menores Uzumakis.
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-Oto-san no crees que es un poco exagerado el padrino- decía Naruto mientras a todos los miembros de la familia se le resbalaba una gota por la sien al ver tan elegante y hermosa limosina estacionada al frente de su casa.
-Asi es fugaku- suspiro resignado.
-¡Tomo la ventana!- grito Deidera
-¡No si antes llego primero!- grito Naruto. Pero antes de comenzar a correr a la limosina, kushina los agarro por los cuellos de las camisas.
-Ustedes no van a ningún lado… Compórtense respetuosos y educados, por favor vamos a una cena con la familia Uchiha y por fin tendrán la oportunidad de conocer a su padrino… Así que por favor si llego a presenciar cualquier actitud que no me guste las pagaran caro ¡OYERON!- ambos hijos estaban con la cabeza gacha.
-Si Oka-san-
-Asi me gusta y les digo una última cosa- ambos levantaron sus miradas – ¡YO TOMARE LA VENTANA!- corrió kushina
-Eso no es justo oka-san-
-Si es justo… ¡SOY LA MADRE! - todos comenzaron a correr y Minato se quedo en medio del patio solo y digamos que un poco avergonzado, pero igual amaba a su familia… que sería la vida de el, sin kushina, Deidara y Naruto.
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Todos quedaron con la boca abierta cuando se abrieron aquellas enormes puertas de metal y dio paso a un enorme jardín con una fuente de agua en el medio, a pesar de que era de noche se podían apreciar desde lejos, una cancha de tenis, una piscina, un gran campo de golf y un establo de caballos. Cuando bajaron de la blanca limosina todos muy bien arreglados con sus mejores vestimentas, los atendió un señor vestido con un traje de color negro.
-Buenas noches, bienvenidos familia Uzumaki- hizo una reverencia y los invito a pasar a la gran mansión como si los invitados no podían estar más sorprendidos… Los rubios a pesar de que estaban sorprendidos por tan elegante, fino, enorme y pulcro lugar, no estaban acostumbrados a cosas tan llamativas y por esta razón se sentían un poco incómodos.
Deidara con una camisa manga larga anaranjada, una corbata de rayas, un pantalón negro, zapatos del mismo color y su tan característico cabello liso y rubio, esa noche había decido quitarse la media coleta que se hacía, luciendo exageradamente guapo.
Y naruto con una camisa anaranjada manga larga con un chaleco negro bríllate, pantalones y zapatos del mismo color y su tan característico cabellos en punta.
-Chicos, por favor se que ya se los dijo su madre, pero no está de mal repetírselos, compórtense y sean amables- les decía el hermoso rubio que era su padre.
-Si Oto-san- dijeron en coro. De repente todos fijaron su mirada en la escalera de caracol donde reposaba un señor de rasgos maduros y cabello tan oscuro como el carbón.
-Buenas noches Fugaku- saludo Minato –Gracias por la invitación-
-Déjate de modales Minato, sabes que esta será su segunda casa a partir de ahora- el pelinegro termino de bajar tan complicada escalera y abrazo a Minato.
-Te extrañe mucho-
-Y yo a ti- Fugaku se coloco delante de la familia y saludo muy educadamente a cada uno, dándoles regalos muy caros a sus ahijados.
-Arigato, Fugaku-sama- realizaron una reverencia ante su padrino de la cual este se sintió muy alagado, luego de algunos minutos los hizo pasar a otra habitación donde reposaba un juego de comedor extremada y exageradamente largo, al cabo de unos segundos una mujer muy atractiva entro.
-Encantada de conocer a los hijo Uzumakis- los beso a cada uno en la mejilla –Kushina, querida ¿Cómo te ha ido?-
-Excelente Mikoto- de los 22 Años que estaban casados Kushina y mikoto se habían visto 5 veces pero habían desarrollado un lazo de amistad tan grande, lo que más les gustaba era contar las cosas vergonzosas de sus esposos.
-Deidara ¿Me entere que estudiaras medicina?-
-Si señor a pesar de que me apasiona el arte, quiero montar mi propio consultorio-
-Eres todo un personaje Deidara eres reconocido en toda Francia- comento Mikoto, el aludido se sonrojo ante el comentario –Y Naruto no se queda atrás “El pequeño pianista de parís”- Naruto al igual que su hermano se sonrojo.
-Ustedes chicos son famosos, salieron en las noticias- ¡era increíble! entre Japón y Francia las diferencias de horas eran enormes y aun así, ellos salían en los noticieros de Japón.
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-Ototo ¿estás listo? Tenemos que estar abajo en 5 minutos- dijo el pelilargo quien tocaba la puerta de su hermano, tenía que admitir que Itachi Uchiha era bello por naturaleza pero la ropa tan elegante que cargaba lo hacía parecer un dios griego.
Una camisa roja manga larga con un chaleco negro, unos pantalones negros y zapatos de vestir del mismo color, su característica coleta hacia abajo y su olor a lirios era la perfecta combinación de lo perfecto y belleza.
El menor de los uchiha abrió la puerta y salió de ella con su cara de indiferencia, al decir verdad ninguno de los hermanos estaba emocionado por esta cena, para ellos era una pérdida de tiempo, una estupidez e idiotez pero eran ordenes de su padre y cualquier petición era cumplida por los obedientes hermanos.
-Acabemos con esto de una vez Nii-san- Sasuke con una camisa blanca manga larga, un pequeño moño en el cuello, pantalones negro, zapatos de vestir del mismo color su tan característico cabello negro en puntas hacia arriba era para que una fujoshi lo secuestrara allí mismo y lo violara.
Ambos comenzaron a bajar las escaleras con suprema elegancia y se acercaron al comedor donde lo primero que vieron fueron una cabeza rubia de cabellos largos y una cabeza rubia con puntas alborotadas, los dos se sorprendieron al pensar que era imposible.
-Bien, mis hijos llegaron- todos se levantaron, Mikoto, fugaku, kushina y minato iban adelante tapándole la visibilidad a ambos rubios que andaban perdidos en el planeta martes. –Minato te recuerdas de Itachi y Sasuke-
-Que grande están mis ahijados, la última vez que vi una foto, Sasuke tenía 8 años- el mencionado dedico una sonrisa llena de falsedad como había dicho su padre “Se amable” y a pesar de la situación el siempre se tenía que mostrar felicidad antes las personas. Kushina sintió las ganas de abrazarlos y lo hizo, al principio a los hermanos les dio asco pero luego se acostumbraron al cuerpo cálido y protector de la pelirrojita.
-Hijos conozcan a mis ahijados- fugaku llamo la atención de los rubios y los trajo al frente –Deidara y Naruto- todo quedo en total silencio.
Los dos pelinegros y los pelirrubios querían que se los tragara la tierra, primero se estaba asesinando con la mirada, además de que era muy difícil ser amable con una persona que te jodio todo un día, en un momento se podía sentir todo la tensión en el ambiente.
-¡¡¡¡OTRA VEZ TU!!!- gritaron los 4 al mismo tiempo, ninguno se pudo aguantar porque lo único que querían era matarse. Si no era porque estaban presentes sus padres ya hubieran comenzado a pelear a muerte
““No puede ser como ese Maldito puede ser ahijado de mi Oto-san””
“” ¿Por qué puta vida? ¿Por qué? De todas las personas tenía que ser ese pedazo de idiota””
“”Maldito Baka me las pagaras ahora si te hare la vida imposible que me rogaras que te mate””
“”No podía tener más suerte el gruñón y creído de Sasuke es el ahijado de mi Oto-san”” estos eran los pensamientos que pasaba por las cabezas de nuestros queridos protagonistas.
-Espero que se lleven muy bien… de ahora en adelante serán como hermanos- dijo muy feliz una azabache de rasgos maduros.
-Naruto, Deidara podrán quedarse a dormir cuando ustedes quieran- les pasaba el brazo por detrás del cuello a ambos fugaku. Sin embargo estos solo se miraban con una intensidad tan irreal que podrían jurar que se estaban comunicando telepáticamente.
-Gusto en conocerlos- fueron la únicas palabras que salieron de la boca de itachi durante toda la noche.