Jiyong sintió la adrenalina en todo su cuerpo y comenzó a buscar el cinturón de seguridad con su mano derecha.
El mejor día de su vida a sus cortos 23 años. Era un hecho: jamás había pasado un día tan divertido. Ya eran las 5 de la tarde, y desde las 11 am había estado en el parque de diversiones con sus amigos Youngbae, Seungri y Daesung. Prácticamente todos los juegos del parque ya estaban probados por ellos cuatro, y ahora iban a probar el que les faltaba. Una montaña rusa algo pequeña, pero con un montón de giros, además abajo había una alberca y en cada vuelta te salpicaban agua.
Jiyong escuchó el sonido que indicaba que el juego estaba a punto de comenzar, sin embargo él todavía no se había puesto el cinturón. Éste estaba atorado y por más que intentaba, no lograba sacarlo. Levantó la vista y vio las cabezas de sus tres amigos adelante. Cada asiento era individual. Al parecer ellos sí tenían puestos sus cinturones. Busco con la mirada a algún empleado para pedir ayuda, pero al parecer estaban muy ocupados haciendo 'algo' en la cabina de control.
De repente el juego comenzó a funcionar.
Oh, no...
Jiyong sintió la adrenalina nuevamente... pero esta vez por el miedo de no tener puesto su cinturón.
Los asientos avanzaron dentro de un túnel, y luego salieron a la parte donde estaba la alberca y todas esas vueltas. Ji se agarró lo más fuerte que pudo y comenzó a rezarle a todos los dioses que conocía para que no le pasara nada.
Todo estuvo bien. Una, dos, tres vueltas. Era muy divertido, su cara estaba mojada por el agua que salpicaba el juego, e incluso se le había olvidado que no llevaba puesto su cinturón, hasta que llegó la cuarta vuelta.
Todo sucedió en un segundo, pero Jiyong se dio cuenta de cada detalle. Cuando el juego comenzó a subir, Ji empezó a resbalarse. Al estar completamente de cabeza en la cuarta vuelta el juego perdió un poco de velocidad. La gravedad hizo su trabajo y Jiyong cayó.
Escuchó un grito agudo, seguro de una mujer, y luego sintió su cuerpo sumergirse en el agua. En ese instante se percató de un horrible dolor en su tobillo izquierdo, pero eso fue lo último que sintió antes de perder la consciencia.
***
Jiyong abrió los ojos lentamente, y lo primero que vio fue una pared blanca. Poco a poco fue recuperando sus sentidos y se dio cuenta de lo que estaba pasando. Estaba acostado en una cama de hospital. Su tobillo izquierdo tenía un yeso y su pie estaba sobre una almohada. Era la única parte de su cuerpo que no estaba cubierta por las sábanas blancas. Entonces se dio cuenta de que no podía respirar bien, y de que tenía algo en la nariz. Llevó su mano hasta su cara y encontró un tubito delgado. Lo había visto en las películas, ese tubito mandaba oxígeno a sus pulmones. Jiyong se asustó. ¿Por qué no podía respirar? ¿Por qué demonios necesitaba oxígeno? No le gustaban los hospitales y ahora tenía que estar en uno...
Sus ojos se llenaron de lágrimas. Tenía miedo de estar ahí. Sin quererlo comenzó a llorar.
- Oye, no llores... - Alguien le habló. Al instante Ji se volteó hacia su lado izquierdo y vio a un chico acostado en una cama igual a la suya. Genial, estaba en una habitación compartida con un extraño - Soy Seunghyun, ¿y tú? - El chico le sonrió. Se le hacían unos hoyuelos muy bonitos.
- Yo... J-jiyong.
- No llores Jiyong, vas a estar bien.
- ¿Cómo sabes?
- Escuché a los médicos hablar cuando te trajeron. Solo tienes una fractura en el tobillo y tus pulmones se llenaron de agua, por eso no puedes respirar bien, pero se te pasará pronto.
- ¿Mis pulmones tienen agua?
- Tenían. Te la sacaron antes de que llegaras aquí... pero no pongas esa cara, mejor ponte feliz de que te trajeron a tiempo. Oye, si no te molesta voy a dormir. Tú ya dormiste mucho tiempo y yo llevo mucho despierto, además ya es la 1 am. Buenas noches Jiyong.
- ... Buenas noches.
El chico cerró los ojos y no dijo nada más. Ji supuso que él también tenía que dormir, así que cerró los ojos e intentó no pensar en lo difícil que se le estaba haciendo respirar.
***
Jiyong ya llevaba una semana en el hospital. Le habían quitado el tubo porque ya podía respirar mejor, así que solo le quedaba el yeso en su tobillo. Su mamá lo había ido a visitar diario, y también había conocido a la mamá de Seunghyun. Él estaba ahí por una fractura del brazo derecho. Se habían hecho amigos, igual que sus madres, y descubrieron que vivían bastante cerca. Ji no podía esperar a que ambos salieran del hospital para poder ir a muchos lugares juntos. Seung le caía bien, era algo despistado pero muy gracioso y le agradaba su compañía, además solo era un año mayor que él.
***
Ji salió del hospital con unas muletas luego de estar ahí una semana y 3 días. Seunghyun tuvo que quedarse un poco más ya que su fractura era más delicada, y solo había llegado un día antes que Jiyong, pero le había prometido que apenas lo dejaran salir iba a ir a visitarlo a su casa junto con su madre. Eso animó mucho a Ji, realmente le caía bien el mayor.
Luego de dos semanas, Seung por fin fue a visitar a Jiyong. Sus mamás se quedaron en la sala platicando mientras ellos dos subieron a platicar en la habitación de Ji. No podían hacer muchos movimientos pues ambos tenían sus yesos puestos, pero era suficiente con estar juntos y hablar de cualquier cosa.
***
Seis meses. Solo bastaron seis meses para que Jiyong se diera cuenta de que estaba perdido de amor por Seunghyun. Ningúno de los dos tenía su yeso ya, así que Ji había citado a Seung en una cafetería. Su plan inicial era declararse, pero ya no estaba seguro de poder hacerlo. Se ponía nervioso solo con verlo de lejos y aún así ansiaba el momento en el que llegara hasta él. Era algo muy raro, nunca le había pasado ni si quiera con sus ex novias y ex novios.
Seung llegó 5 minutos después de la hora acordada. Se veía muy guapo, pero cuando se sentó frente a Jiyong al parecer se puso nervioso.
- Hola Yongie.
- Hola Seung.
- ¿A qué se debe tu invitación? - Sonrió.
- Ah... y-yo... bueno... - Ji comenzó a sudar frío. No estaba preparado para eso, tal vez tendría que declararse otro día...
- Me gustas.
- ... ¿Qué? - Miró a Seung. ¿Había escuchado bien?
- Que me gustas mucho Jiyong - El mayor desvió su mirada.
Ji se quedó sorprendido mirando a Seunghyun. Él estaba mirando la mesa y jugaba con sus dedos, además se le notaba un pequeño sonrojo. Ji sonrió. Ese hombre era adorable. Ya no importaba haber estado en el hospital, definitivamente aquel día había sido el mejor día de su vida.
***
Llevaban dos años siendo novios. Nada podía ser más perfecto. Seunghyun era perfecto, y Ji estaba más enamorado de él cada día.
Jiyong lo estaba esperando sentado en una banquita en el parque para pasear por ahí juntos. Logró verlo de lejos, caminando por la banqueta de enfrente en dirección al parque. Ji sonrió y su corazón se aceleró. Llevaba dos días sin verlo y ya lo extrabaña mucho, no podía esperar para abrazarlo.
Jiyong vio como Seung se detenía en el cruce esperando a que le pusieran el alto a los carros. Solo unos minutos más y su precioso novio estaría con él de nuevo. Cuando el mayor comenzó a cruzar la calle Ji se levantó de la banquita. Sentía el impulso de correr hacia él, pero no podía hacerlo, la gente pensaría que estaba loco, así que trató de calmar sus ansias poniendose de pie. No le quitó la vista de encima al mayor ni un solo segundo... y después lamentó no haberlo hecho.
Su sonrisa se desvaneció y sus ojos se abrieron enormemente. Un carro se había pasado el alto. Seung había salido volando por el impacto y había quedado tirado en el piso, sin moverse.
Ji tampoco podía moverse. Quería correr hacia Seung, pero sus piernas no respondían, le temblaban y sentía que en cualquier momento podría caerse, pero al mismo tiempo sentía como si sus pies estuvieran clavados en el suelo. Su corazón latía como loco por el miedo que tenía. Desde ese lugar podía ver a Seunghyun en el piso, pero en su mente seguía viendo el momento exacto del accidente.
Soltó un jadeo y logró mover su mano para tapar su boca. Sintió un horrible ardor en su garganta y en sus ojos e inmediatamente éstos se llenaron de lágrimas.
- S-seung... - Su voz salió ahogada y como un susurro - Seung... ¡Seung! - Gritó, y entonces pudo mover sus piernas.
Corrió lo más rápido que pudo hasta la calle. Ya había un par de personas que estaban observando la escena.
Apenas llegó al lado del mayor se arrodilló en el piso y comenzó a llorar. Seunghyun tenía los ojos cerrados y salía sangre de su cabeza.
- Seung despierta... ¡despierta!... hospital... - Jiyong llevó una de sus manos a su bolsillo y sacó su teléfono celular, pero éste se le cayó al piso. Sus manos temblaban demasiado.
- Amigo, tranquilizate... - Un hombre le habló. Ji levantó la vista y vio a un chico arrodillado junto a él - Yo llamaré una ambulancia.
Jiyong volvió a mirar a Seunghyun y le tomó la mano. Sus lágrimas caían por su rostro sin detenerse.
- Seung... no te vayas... no me dejes...
***
Ya habían pasado 8 horas. Jiyong estaba sentado al lado de la cama en una silla que le había llevado una enfermera, y tenía la cabeza apoyada sobre el colchón. Estaba en esa posición desde hace 20 minutos. Las sábanas estaban mojadas y seguramente sus ojos estaban muy rojos e hinchados. No podía parar de llorar. ¿Así es como iba a terminar todo? En el mismo lugar en el que conoció a su más grande amor... ¿ahí lo iba a perder también? La máquina decía que el corazón de su novio seguía latiendo, pero él no abria los ojos...
La herida en su cabeza no había sido muy grave y solo tenía el brazo y una costilla rotos. ¿Entonces por qué no despertaba? Ji levantó la cabeza y tomó la mano del mayor entre las suyas.
- Seungie... no me dejes solo... - Su mirada estaba puesta en la mano de Seunghyun. Le encantaban sus manos. Le encantaba cuando lo abrazaba y cuando lo tomaba de la cintura, o cuando acunaba su rostro. Los ojos le ardían de nuevo.
- Bebé, no llores...
Jiyong sintió su corazón detenerse por un momento. Volteó su cabeza lo más rápido que pudo, y ahí estaban esos hermosos ojos oscuros, mirando directo a los suyos.
- ¡Seung! - Al instante Ji soltó la mano de Seunghyun y se aventó encima de él para abrazarlo.
- Ahh, Yongie, me duele...
- Oh, lo siento... - Rápidamente se levantó y miró al mayor. Éste le sonrió. Los ojos de Jiyong se llenaron de lágrimas de nuevo, y con más cuidado se lanzó a un costado de Seung, intentando no lastimarlo. Ahora su cabeza estaba apoyada en el hombro de su novio, y seguía sin poder parar de llorar - Te amo Seung, de verdad te amo, te amo demasiado...
- Lo sé amor, me lo dices todos los días - Seunghyun soltó una pequeña risa - Sabes que yo también te amo, y mucho. Ya no llores, mejor dame un beso y explícame qué hago aquí porque no recuerdo nada.
Jiyong se levantó y se secó las lágrimas. Miró al mayor y éste levantó los labios pidiendole un beso. Ji comenzó a reír, de verdad adoraba a ese hombre.