Existe una linea entre el odio y el amor. por Lizama24

Entonces me di cuenta de que ese sentimiento no era de odio, era amor.

***

Es curioso como comenzó todo. Nuestra historia no comienza como la de "todos" no fue un encuentro "Mágico y de ensueño" pasó como cualquier cosa, en un día tan común que nunca anuncio que algo nuevo pasaría: la monotonía estaba ahí.

— Disculpa, no puedo pasar. — Una frase pronunciada por tantas personas, pero era diferente. En tus labios era diferente.

—Pasa. — fue una simple respuesta, en ese momento en que yo me hacia a un lado pude ver tu rostro. Sonreias en forma de agradecimiento y tus ojos oscuros desprendian un brillo ocasionado por el reflejo del sol "¿Cuál sol?" Me pregunté al recordar lo nublado que estaba el cielo. Tu cara era interrumpida por una banda, te daba un aspecto distinto, único.

Así comenzó todo, sin novedad sin que yo pudiera imaginar lo que sucedería después.

Me di cuenta muy pronto de que estábamos más cerca de lo que creí. Trabajabas justo enfrente de donde yo lo hacia.
Cuando yo salía de mi jornada tú lo hacías también, no había palabras sólo miradas.

Me enteré de que un amigo tuyo era mi amigo también, coincidimos en una fiesta y estubimos juntos.
Toda la noche permaneciste ahí, justo a mi lado y justo en mi mente.

Y así fue como comenze a odiarte.


Tu sola precencia me molestaba, era irritante verte todos los días, en la calle, al término de mi trabajo, en fiestas, en bares, en todos lados estabas tú.
Era molesto recivir tu sonrisa todos los días al salir de mi jornada laboral.
No soportaba el verte todo el tiempo y mucho menos pensarte todo el tiempo.

Te conocí más de lo que hubiera querido conocerte.
Me di cuenta de que junto a ti yo no era nada.
— Con Akira aquí tú no eres necesario. — crueles palabras que pretendi alejar cubriendo mis oídos.

Por si fuera poco comensamos a pasar gran parte del día juntos, como trabajábamos juntos íbamos a las juntas juntos, terminabamos llendo a mi casa y pasábamos las tardes ahí.
Tus ojos, ¿Cómo pueden brillar cuando está nublado?

Odie tu personalidad tan tranquila y alegre, me asegure varias veces de que conciderabas la vida un juego. Odie eso, mi vida no ha sido fácil ¿Por qué crees que todo es color de rosa?

Con el tiempo me di cuenta de que cambiaste mi vida ¿Con qué derecho? ¿No comprendes lo molesto que es ver tu jodida cara a cada hora? ¿Por qué empezaste a molestar? Ya no existían días en la monotonía; ahora eran locos, diferentes, extravagantes y extraños. Causaste tanto cambio que deje de salir con más personas y salí sólo con una: contigo.

Mi cruel destino hacia que te odiara, algo en ti me molestaba pero había otra cosa que me atraía.


Supe que eras la persona más idiota del mundo.

— Me gustas Takanori. — Esas tres palabras cambiaron tanto mi vida.

Jamás me desagradaron las personas que gustaran de otras de su mismo sexo. Ya estoy grande y me viene en gana con quién duerman, vivan, coman etc los demás.
No me desagrado porque fueras hombre, me desagrado porque te odiaba.
¿Cómo pretendes que acepte a alguien a quirn odio tanto?
Sin duda una oportunidad perfecta.

Me declaró culpable de ser vengativo, tú eras mi enemigo por naturaleza desde el momento en que alteraste mi vida.
Le haré daño a mis enemigos aunque la vida se me vaya en ello.

Me reí tanto internamente al ver tu tonta sonrisa y la alegría desbordandose por tu ser al decirte hipocritamente "También me gustas" Sin darme cuenta te había dado la llave a tantas cosas.

Nada volvió a ser como antes.
Tú llegabas a mi casa a recogerme, desayunabamos juntos.
Si no fuera poco que antes nos encontraramos en las calles, nos encontraramos en las juntas, nos encontraramos en los bares, nos encontraramos en las fiestas y siempre me cedieras una sonrisa. Entonces aquí está lo suficiente.
Ahora no nos encontrábamos; íbamos por ahí juntos los dos.
Al llegar al trabajo nos separabamos y al salir me recogias con un ramo de rosas rojas ¿Crees que soy una chica, Akira?
Me pediste algo a cambio y yo te devolví el favor con un beso.

Ese pequeño acto de puso rojo completamente, titubiaste por unos segundos y después volviste a juntar tus labios. Tomaste mis labios con suavidad y los acarisiaste con los tuyos.

Sin mi permiso te volviste una persona más en mi ser.
Mi plan era sencillo: enamorarte y botarte.

Jamás pensé que fueras una persona tan cursi.

— Todas las mañanas al verte me dan unas enormes ganas de besarte y abrazaste ¡Eres hermoso! Takanori, eres especial. — Mis mejillas se calentaron, me asegure que fue por enojo. ¿Qué derecho tenías de decirme algo así? Ese derecho no existía ni tampoco el que hacia que aceleraras mi respiración y mi pulso.

Era extraño que dijeras cosas así, era ridículo que dijeras cosas así: que me las dijeras a mí... sólo a mí.

Me llamaste especial, único, hermoso, lindo, me llamaste de miles de formas y yo a todo te respondía con una sonrisa.





Es duro admitirlo pero... te volviste importante para mí.
Tus caricias me alteraban.
Tus labios me alteraban.
Tú me alterabas.

¡Qué derecho tenías?!

Akira... me di cuenta demasiado tarde que este sentimiento no era odio.


— Te amo. — susurraste ruborizado en mi pecho cuando habíamos terminado de hacer el amor.
Recuerdo la estruendosa y sinica risa que deje escapar en ese momento.

Me miraste confundido y yo sólo sonrei.
Había logrado la mitad de mi plan, mi plan para destrosarte y el resto dependía de mí.

— Yo no te amo Akira y sólo jugué contigo.


Si pudiera cambiar algo de mi pasado no lo pensaría dos veces.
Sigo odiando algo: a mí.

Esa simple y sencilla frase causó un dolor nada simple y sencillo. Tardaste en responder pero tu mirada me lo decía todo: estabas molesto, pero sobre todo herido.
Reí... joder, me reí de tus lágrimas.
Me gritaste unos cuántos insultos y lloraste ridiculamente frente a mí, con tus ojos goteando y ... sin luz, tu boca fruncida así como tu ceño.

Antes de irte me dijiste algo que vive en mi mente todo el tiempo.

— Takanori, el amor no es un juego y te deseo no lo conoscas jamás.

¿Era un consejo o una venganza? No pude identificar las buenas o malas intenciones.

Al cerrar la puerta me di cuenta de que te habías marchado y que no volverias a mí jamás.
Ya no serías mío como habías jurado.
Ya no sería especial para ti.
No tenía derecho a soñarte.

El "Tú y yo" ya no existía.

Me eché a reír un largo rato y después me eché a llorar un rato más largo.
Aprete mis piernas contra mi pecho y lloré.Lloré como Takanori Matsumoto jamás lo había hecho, en el frío de mi habitación con tu esencia aún en ellas y las luces apagadas me di cuenta de que esto no era odio.


Si me disculpara ¿Volverias? Si te contara mi lamentable historia ¿Volverias? Si te dijera que...

— Traté de lastimarte y no ahí duda de que termine más herido yo.

¿Tú volverias?

Sé muy bien lo idiota que fui y que te hice mucho daño. Muy tarde me di cuenta que mis días no eran igual sin ti.
Tu calor me calentaba mi frío corazón mientras mi mente te aborrecia.
Tus ojos perdieron ese intenso brillo y deseo tanto darte el sol.
Ahora me evitas, ya no me miras, ahora no llegas con rosas ni me dices palabras suaves, sigo sin salir y ahora sólo estoy yo en mi oscuro mundo sin nadie más.

Nunca fui necesario más que para ti.
Duele tanto el no tenerte a mi lado.
Si pudiera cambiar el pasado cambiaría sólo un momento... en lugar de decir "Yo no te amo y sólo jugué contigo" diría "Yo también te amo"

No es hipocrecia y no lo hago por mi soledad, es porque me comporte de forma idiota al confundir lo que tú provocabas.
Ahora sé que las sonrisas no son respuestas y que los besos no son premios.
Ahora sé que los días fríos no cambian con un cobertor, que cuando me encuentro solo en mi habitación... tú no siempre estarás ahí.

Comprende el idiota que soy, comprende que mi frío corazón jamás había conocido el amor y por eso se enfado tanto al conocerte.

Tú no creas molestia, tú creas amor.

Mis mejillas no estaban rojas de furia, lo estaban de amor.

El encontrate en todos lados no me molestaba, me alegraba y ponua nervioso.

Tus ojos... los amo.

Cada vez que decías algo me ponía feliz.

Perdón si no supe identificar lo que sentía.

Lamento hacerte perder tu tiempo.


Me di cuenta demasiado tarde que este sentimiento que altero mi vida, que altero mi mente y mi ser, no era odio. Nunca lo fue, nunca odie nada de ti, al contrario me fasinas Akira.

No es odio.

Mis lágrimas vuelven a salir de mis ojos.

Era amor... es amor.

Quiero que me perdones, quiero tener la oportunidad de correr y decirte "Te amo" Gracias por amar a un ser tan egoísta como yo que no se lo merecía.

Conosco tanto de ti y tú de mí. Puedo sonreír y puedes hacerlo pero nuestros ojos no sonrien.

Si este odio que pude sentir se convirtió en amor.

Te ruego que el odio que sientes hacia mi... lo vuelvas amor.




Akira, no te odio, de hecho te amo.

— No es odio es amor. — susurre por lo bajo mientras crusaba a tu lado.
De reojo pude ver como volteaste y te detubiste en seco.
Me detube.

Y voltee.


***




Si pudiera comprenderme a mi mismo te juro que no te hubiera hecho daño. Soy débil e idiota.
Necesito que me ayudes a comprenderme.