Sin tus besos
A pesar del tiempo y las innumerables discusiones y problemas seguían juntos. Continuaban deseando al otro tanto como el primer día.
Para Nowaki el simple hecho de saber que el profesor de cabellos castaños y ojos color miel era suyo le hacía extraordinariamente feliz. Él amaba a Kamijou Hiroki, le quería con locura y deseo.
Era egoísta porque solo quería que los ojos miel del mayor le miraran a él, añoraba ser el poseedor de cada pensamiento y anhelo que tenía el de cabellos castaños. Se moría de rabia al pensar siquiera que alguien además de él tocara el fabuloso cuerpo del mayor. Amaba su voz, su humor, su madurez e ingenuidad. Moría de placer al tomar el cuerpo del castaño y se sentía en el Olimpo al besar aquellos labios tan suculentos. Nowaki sin Hiroki no tenia rumbo pues este era su norte, sur, oriente y poniente.
Las emociones del joven pediatra hacia el literato eran inmensas y así como Kamijou Hiroki le hacía sentir el mismo cielo… también podía destruirle con simples palabras o acciones. Aunque en el caso de este lo que afectaba eran más bien las faltas de atenciones. Kusama Nowaki no había tenido oportunidad de ver, tocar y marcar la piel morena del mayor desde hacía una semana, y él no sabía qué era lo que causaba aquel alejamiento tan repentino. Sin darse cuenta el mayor se había alejado de él, ya no le permitía tocarlo, besarlo o dormir juntos, apenas lo había visto y eso… eso le dolía.
Su día en el hospital fue simple y ligero, además de un par de pequeños con un resfriado debido al cambio climático, no hubo más pacientes y eso le gustaba pues no le gustaba ver pequeños sufriendo ante las enfermedades. Ya tenía un par de años de haberse convertido en un pediatra, se había graduado con actos honoríficos, siendo así el mejor de su generación. Cuando eso hubo pasado su novio le había dado una gran sorpresa, le había felicitado e incluso le hubo otorgado un gran regalo (además de una intensa noche de pasión). Para Nowaki Hiroki era todo, absolutamente todo y lo quería con cada una de sus facetas, pues si bien él ya sabía que sus alumnos le llamaban El Demonio pero para él era un ángel, con mal humor, pero un ángel a fin de cuentas.
Cuando hubo terminado su turno, viendo la hora, decidió que podría ir a por su novio a la universidad y de ahí llevarlo a cenar y… si la suerte estaba de su lado, por fin podría obtener los besos y atenciones que tanto echaba de menos de su pareja. Quería que esos ojos color miel le volviesen a ver con amor, quería sentir el cuerpo del castaño estremecerse entre sus brazos, deseaba poder poseer nuevamente a su pareja, anhelaba los besos del mayor y añoraba el amor que le daba este. Sin Hiroki… Nowaki se sentía perdido, todo lo que él hacía era por y para Hiroki pero si no tenía a este a su lado, ¿cómo haría para seguir adelante?
Salió del hospital y se dirigió a Mitsuhashi en busca de Hiroki. Lo extrañaba demasiado y deseaba verlo cuanto antes, por lo que no lo pensó dos veces antes de tomar un taxi e indicarle al conductor la dirección de dicho instituto. En no más de 15 minutos estaba ya en la entrada principal de la universidad mas lo que sus ojos vieron lo dejaron impresionado…
Hiroki besaba a un chico alto de cabello rubio, no podía ver sus ojos o facciones porque estaba de espaldas a él, pero el cuerpo de su novio lo reconocería en cualquier parte y quien besaba al rubio sin duda alguna era Kamijou Hiroki…