Capítulo 1: Ayuda.
Un día de nuevo se asomaba por mi ventana, la cual daba a la calle y pasaban de todo tipo de carros, lo cual hacía que me despertara de mal humor.
Me senté en una de las esquinas de la cama, y froté mis ojos tratando de despertar. Fui hacia el baño y abrí la llave del agua fría, mientras el agua caía, yo comenzaba a desvestirme. Tardé sólo unos cuantos minutos,al igual que cambiarme.
Fui de nuevo al baño y comencé a cepillar mis dientes, mientras lo hacía, me observé en el espejo. Terminé de cepillarmelos y arreglé un poco mi cabello de color verde como el césped. Hoy sabía que sería un buen día, me había decidido a decirle "aquello" a "aquella" persona, así que me puse a repasar lo que le diría.
- Bueno, verás....... Pues tú....... Me haces sentir cosas raras....... Y yo........ Ay, soy un idiota.- frunci el ceño y me volví a ver en el espejo.- bien estoy listo.
Salí de casa rumbo al instituto. Aunque vivía solo, mis padres me habían inscrito en una escuela sólo para hombres y en realidad a mi me daba igual.
Iba tan metido en mis pensamientos que no me había dado cuenta cuando una personita se había colgado en mi espalda.
- ¡¡Zoro!!- gritó aquella personita que hacía mis días mejores.
- Luffy.
- Te grité desde hace tres cuadras y no ne escuchaste.- hizó un puchero de lo más tierno, pero sólo era mi opinión.
- ¡¡¡¡LUFFY!!!!- gritó una voz a lo lejos. No era ni de importancia,pero había llegado el cocinero de mierda.- ¡¿POR QUÉ...... RAYOS..... NO ME ESPERASTE?!- jadeó el rubio claramente cansado.
- Tú por qué no corres más rápido.- le dije fastidiado y Luffy sólo me apoyaba con un "eso, eso".
- A ti no te hablé maldito marimo.- me gritó furioso.
- ¿Y qué?
- ¿Quieres pelea, idiota?
- Contigo todo.- le dije frunciendo el ceño, me miró con una cara confusa, para luego voltearse. Pude observar que sus orejas estaban rojas y una parte de su cuello también, como tenía su piel tanblanca se notaba bastante.
Pero ¿Había dicho algo malo? ¿Por qué de repente había cambiado de actitud conmigo? Ahora se encontraba platicando normalmente con Luffy y yo estaba parado unos pasos atrás de ellos como idiota y sólo viéndolos.
- ¡¡Hey Zoro!! ¿Te vas a quedar ahí parado? Te dejaremos atrás.- grito Luffy llamando mi atención y quitando pensamientos que yo no debería de pensar en ese momento.
Llegamos finalmente a la escuela y nos dirigimos hasta nuestro salón. Estábamos en el mismo salón y éramos amigos desde hace ya mucho tiempo, conocí a Luffy en la primaria y después en secundaria Sanji se volvió nuestro amigo.
Y desde secundaria habían empezado mis sentimientos hacía Luffy, pero yo sólo no les tomaba importancia. El cejitas sabía lo que sentía por Luffy y hasta la fecha jamás había dicho nada sobre eso, pero lo extraño era que cuando yo le preguntaba quién le gustaba, se empezaba a reír y rápidamente cambiaba de tema.
Nos sentamos en nuestro respectivo lugar. Yo el último de lado de la ventana y Sanji enfrente de mi y en otras dos filas Luffy. El timbre sonó y las clases comenzaron. Cuando terminaron las cuatroclases primeras, nos fuimos al receso.
Nos sentamos bajo una sombra de un árbol y ahí nos dispucimos a comer.
- ¡¡Aaah rayos, Ace dijo que me llevaría el almuerzo al salón!!.- gritó preocupado Luffy.- regreso rápidamente shishishi.
- ¡Espera Luffy!, te acompaño.
- Vuelvo rápido Sanji.- le regaló una sonrisa deslumbrante y se fue.
El cejas de sushi suspiró y comenzó a comer sin decir absolutamente nada. Pensaba en algún tema que podría platicar con él, pero no se me ocurría alguno que fuera interesante. Pero era tan extraño que siempre me pasaba eso cuando estábamos solos.
- Umm, ¿No tienes nada que decirme?- pregunte sólo para comenzar una plática.
- Am, que yo lo recuerde, no nada.
- Vamos no es tan difícil confiar en mi ni tampoco hablar conmigo cejillas. - Pues no se me ocurre nada de que hablar.
- Ni a mi.- confesé, nos quedamos unos minutos en silencio, cuando al fin el se decidió a hablar.
- Oye marimo, sobre Luffy..... ¿Cómo decirlo para que no te molestes?- dijo más para él que para mi.
- ¿Qué hay sobre Luffy?- pregunté dándole una mordida a mi almuerzo.
- Pues.......- se restregó su nuca contra su mano, signo de que estaba incómodo.
- Decidete a hablar, quieres.
- Tsk, ya han pasado varios años desde la secundaria y aun no le has dicho nada.
- ¿Decirle qué a quién?
- Vaya que no tienes cerebro marimo.
- Cállate y explícame.- le grité, sabía que con gritos e insultos nos llevábamos mejor.
- A Luffy idiota, no le has dicho lo que sientes por él.- me tensé por lo que había dicho, jamás se me ocurrió que aun lo recordaba.
- Pues quiero esperar un poco más- dije restandole importancia.
- Ya esperaste suficiente, Zoro.- lo observé sorprendido, ese tono de voz tan suave y amable no lo usaba conmigo, además de esa sonrisa tan sincera que me había dado en ese momento.
No lo pude evitar y me sonrojé, pero sólo era un sonrojo un poco visible. Sanji iba a abrir la boca para decirme algo de nuevo,pero llegó Luffy.
- He llegado, shishishi.- se tiro, literalmente, al suelo y comenzó a comer de inmediato.
Comenzamos a platicar entre los tres, que el tiempo se nos había ido volando, y el timbre sonó de nuevo. Las clases seguían igual, aburridas y más aburridas. Recosté mi cabeza entre mis brazos y la mesa cuando un papelito llegó a mi lugar.
S:"¿Necesitas ayuda?".
Z: "¿Sobre qué?".
S:"No seas idiota, sobre lo de Luffy".
Z: "Lo dejaré para después".
- ¡¡Kuroashi, Roronoa, ¿Se puede saber qué tanto se secretean?!!- nos llamó la atención el profesor.
- Re-realmente no es nada.- le contestó Sanji al profesor claramente nervioso.
- Denme eso, quiero leer lo que se mandaron.
- ¡No!, no es nada profe.
- Entreguenmelo.- se dirigió hasta nosotros dos y extendió su mano para recibir el dichoso papelito.
Sanji me miró asustado y actúe con lo primero que se me vino a la mente. Me metí el papelito a la boca tragandomelo al instante.
Miré a Sanji y éste estaba rojo, lo miré curioso y lo único que salió de él fue una carcajada que como pudo la detuvo con dificultad.
- ¿Creen que es gracioso?- preguntó ya el profesor saliendo de sus casillas. Nosotros rápidamente negamos con la cabeza.- bien después de que acaben las clases se quedarán a limpiar el salón,¿Me escucharon?
- Haiiii.- contestamos al unísono.
El profe siguió dando su clase como si no hubiera pasado nada, mientras que Luffy se burlaba de nosotros en silencio. Ya terminando las clases el salón se vació de inmediato. Sólo nos habíamos quedado Luffy, Sanji y yo.
- Jajajajajaja, fue tan gracioso.- se burlaba Luffyde nosotros descaradamente.- jaja jaja aaah...... Me encantaría quedarme con ustedes, pero me tengo que ir, hasta mañana chicos.- y se fue dejándonos otra vez solos.
En todo el rato que estuvimos ahí, no se mencionó ni una sola palabra o queja de lo que sea, todo fue completamente en un silencio que no fue nada cómodo, si no lo contrario, fue incómodo de todas las maneras posibles. Quería que en ese momento la tierra,me tragara.
Salimos de la escuela y casi llegando a la puerta Sanji se detuvo.
- ¿Qué esperas? Vamos.
- ¿Y si te ayudo?- me dijo de la nada.
- ¿Y si mejor me explicas de qué hablas?
- Estoy hablando de que te le confieses a Luffy.
- ¿Eh? Olvidalo, dije que lo dejaría para después.- voltee a verlo, su cabello se veía más rubio que de costumbre, por causa de los rayos del sol; su piel más pálida que de costumbre. Nunca lo había observado bien hasta ahora. "¿Qu-qué me sucede?". Me pregunté nervioso.
- Zoro es hora de que lo hagas y yo te ayudaré.
- Te dije que no es necesario.- caminé detrás de él ya que había comenzado a caminar.
- De todas formas lo haré.- me regaló una sonrisa de oreja a oreja que hizo que me sonrojara.- nos vemos mañana marimo.- se despidió y simplemente, se fue.
Me quedé viéndolo, a medida de que él avanzaba más, yo lo perdía de vista. ¿Qué había sucedido? Mi pequeño y estúpido corazón había dado un pequeño vuelco por otra sonrisa, que no era la de Luffy.
~Continuará~.