— Ohh vamos no es tan malo — Le decía su amigo Will, un negro calvo mientras lo perseguía con un manojo de papeles.
— ¿Estás loco? Will, soy padre de familia.
— Tu familia está muy lejos, no se enteraran, a menos de que vean tus películas, que no es probable, además es para ayudarte con las deudas que te están comiendo, no seas orgulloso.
— No es orgullo, es pudor.
— Ohh vamos, tienes la verga más impresionante que he visto en un japonés y tienes resistencia, ya lo sabré yo, compartimos departamento cuando jóvenes Akira, recuérdalo.
— Pero ya no tengo veinte años.
— Pero no has perdido ni el físico ni el encanto, vamos, no tienes nada que perder, ni hijos, ni esposa, ni reputación, no tienes nada. — Dijo el negro con gracia.
— Gracias por el apoyo moral, en verdad que me hacía falta.
— Pero las cosas directas, como son, ganaras dinero por cogerte a un chiquillo bastante guapo, pagaras tus deudas y podrás dormir tranquilo. Tal vez te alcance para mandar el dinero de la pensión de tu niña.
Akira se puso a pensar, se recargó en la pared y miró largamente a William que sostenía los papeles y la pluma frente a él. Pronto comenzaría el nuevo ciclo escolar y Hiro, su hijo mayor entraría a la universidad, mientas que Senna y Kanna, sus gemelitas entrarían a quinto de primaria, además de que no tenía pasta ni para ir a visitarlas a Sapporo. Estúpida Kanae, maldita fuera por llevarse a sus niñas; por Hiro no tenía tanto problema, se ve que aunque fuera a una buena universidad lo dejaría todo de lado porque no era más que un vago malcriado por su madre pero sus niñas de verdad le dolía. Miró hacia el suelo y de nuevo a William y le quitó los papeles de la mano pero sacó su propia pluma del pantalón que traía puesto y firmo.
— Listo. — dijo entre desanimado y enojado entregándole los papeles a un sonriente William.
— No te arrepentirás amigo.
— Suena como si una película con un novato como protagónico fuera a vender mucho.
— En la portada pondré una foto de ustedes dos follando, la imagen de tu cara de hijo de puta arrebatándole la ropa a ese diablillo venderá millones Akira, aunque no lo creas, saldrá a la venta también en Norteamérica para los que quieran conseguirla sin censura así que…
— ¿Por qué cojones no leí el contrato antes de firmar? — se masajeó el entrecejo.
— Porque confías en mí. — dijo pasándole el brazo por los hombros y le dio un par de palmadas en la espalda. — Me voy Akira, tengo cosas que arreglar, te llamo en la noche para decirte a donde y cuando tienes que ir para la grabación.
El negro se fue y dejó a Akira solo pensando en si había hecho lo correcto, no, no era correcto, pero era apropiada, de su liquidación solo quedaba lo suficiente comer unas semanas más pero se avecinaba el pago de la luz y del agua y ahí sí que tendría problemas. Se fue a tirar a la cama de espaldas, aun así no quería, había tenido relaciones con hombre sí, y durante el matrimonio sobre todo, pero su bisexualidad no era algo de lo que le gustara alardear y mucho menos de su capacidad en la cama, digamos que ya había pasado a otra etapa, hace como 18 años atrás.
— Desempleado, divorciado, y con tan mala racha que no se pude hacer otra cosa además de coger para ganar dinero ¿En dónde encuentra lo genial William?
En la noche como acordaron William lo llamó para darle una dirección y una hora, le dijo que llegara veinte minutos antes para poder explicarle a detalle y que mañana mismo le llevaba el guión para que lo estudiara.
Él solo pensaba “¿Se necesita guión para coger?”
A media tarde se encontraba sentado comiendo un pan dulce con café leyendo el guion ¿Qué clase de enferma pudo haber escrito ese guión? Porque sí, la guionista era mujer. Leía detenidamente imaginando cada una de las escenas y se le paró, no le quedó de otra mas que bajar un poco sus pantalones para masturbarse.
Una semana después estacionó su viejo Tsuru negro cerrando la puerta con fuerza y nervios, se encontraba frente a una escuela secundaria abandonada. William nunca gastaba en hacer un set, siempre rentaba los lugares y hacía que su novio, un decorador (seguían en categoría de novios ya que en Japón no pueden casarse, pero tenían pensado viajar al extranjero para hacerlo en maso menos un año) comprara o rentara los elementos necesarios para darle vida al lugar mientras grabaran, por lo general los compraban y así podían seguirlos usando en futuras grabaciones.
Afuera había mucho movimiento, hombres de todos tamaños movían aparatos, reflectores y muebles adentro de la locación. Se sintió como si el no hiciera nada pero entró, no muy decidido pero lo hizo.
Buscó a Will por toda la escuela y lo único que se encontró fue a un vegete feo y gordo haciéndolo con un muchachito de cabello negro y hoyuelos en uno de los baños del quinto piso.
Por fin lo encontró, en el cuarto piso, en su segunda vuelta de búsqueda, la verdad le daba pena preguntar.
Estaba revisando unos detalles con los de iluminación y tragó en seco antes de avanzar hacia él. Cuando Akira llegó William casi saltaba de felicidad y tras parlotear un montón de cosas que Akira no entendió lo llevó a maquillaje y vestuario. Le pusieron traje, con corbata y todo, además lo peinaron casual. Bastante fresco para el papel que iba a interpretar.
Después vio a la co-estrella llegar. Se quedó impresionado, en verdad era guapo, pero era demasiado joven y se le hacía conocido ¿Cuántos años tendría? William era muy cuidadoso así que se tranquilizó, al menos tenía la garantía de que no se iba a coger a un menor.
El chico lo miró y como que también intentó reconocerlo, lo miraba de arriba abajo y eso hizo que se sintiera nervioso, en verdad era un muchacho muy joven. Su cuerpo era pequeño, era bajito y delgado pero con unos brazos encantadoramente regordetes, parecían darle el toque infantil que la película necesitaba. Él le sonrió y el muchacho le regresó una sonrisa traviesa.
Fueron llamados al set y presentados, que raro era coger en una película sin conocer a nadie, pensó Akira, es decir se había cogido extraños antes, pero se los había ligado por todas las de la ley, ahora eran presentados antes de coger y era sabido que ambos recibirían dinero por ello, pero de todos modos se tomaron de la mano para saludarse.
Takanori Matsumoto se llamaba ese chico que no dejaba de sonreírle con malicia.
Empezó la grabación de la película y las primeras escenas fueron grabadas en el jardín.
Escena uno:
Akira observaba fijamente como Takanori se masturbaba y se besaba con el chico del quinto piso, se llamaba Kai, oyó decir. La verdad es que pensó que iba a tener problemas para lograr una erección con toda esa gente pero no fue así, comenzó a masajearse sobre de la ropa mientras veía como ambos jovencitos se toqueteaban y lo hizo aun con más insistencia cuando vio que Takanori abría los pantalones del supuesto uniforme escolar que llevaba kai. Vio como se la mamaba, Dios, ese niño tenía futuro, pero era hora de ponerse malo.
Se acercó a ellos mientras con gula y un extraño deseo miraba como se la chupaban al más alto de los dos jovencitos. El pelinegro lo volteó a ver con un poco de miedo fingido e intentaba llamar a su compañero que seguía empedernido en exprimir su hombría. Cuando logró desconcentrarlo Takanori solo alzó la mirada pero no dejo de mamar. Seguro estaba disfrutándolo en verdad. Pensó Akira quien en ese momento fingía enojo. Kai retiró su pene de la boca del más bajito y se lo guardó en el pantalón pero el Takanori quien haciendo uso de extrañas dotes de verdadera actuación fingió shock mientras su miembro seguía erecto, expuesto y punzante.
— Señor director. — dijo asustado, pero con un tono tan sexual que de verdad le hizo nacer las ganas de violarle la boca.
La siguiente escena era llevarse a ambos del brazo con fuerza, casi a rastras a la dirección, ambos jóvenes parecían realmente asustados y bueno, de los extras solo se veían las cabezas empinadas en los libros, se supone que todos estaban en clases.
Al fin llegaron, la oficina del director, que bueno era el novio de William para eso de la reconstrucción, pensaba Akira, cuando abrió y arrojó a ambos críos a las sillas frente a su escritorio.
— ¿Pero que creen que estaban haciendo? — dijo gritando como si de verdad le importara.
Amos niños guardaron silencio, a Takanori ni siquiera le dio tiempo de guardarse el pene o de acomodarse la camisa y seguía duro, punzante y expuesto.
Regañó un poco al pelinegro pero lo dejó ir, porque era un buen estudiante e iba a ser una lástima quitarle la beca que tanto necesitaba su familia así que solo se quedó con el bajito, pequeño, rubio y goteante, su pene estaba incluso más duro con todos los regaños propinados por el mayor.
— No estábamos haciendo nada.
— Solo era el lugar inapropiado. — dijo el director con una cara de saña que se borró al ver al chiquillo sonreír.
— Pero si usted también esta duro. — se acercó el niño. — Mírese, está igual de excitado que yo y se las da de moralista.
— Yo soy el director, pensándolo bien, ya que pareces tan necesitado, ¿porque no te la comes?— Dijo el director acercándose al muchachito, se le paró enfrente y toco su miembro por encima de la ropa, el joven parecía indignado. — Si lo haces, lo olvidaremos y no habrá necesidad de llamar a tus padres.
Takanori hizo un gesto de pensar un poco, pero aunque su personaje intentaba hacerse el fuerte, hasta en el guion perdía los estribos por las ganas de probar la verga de su director. Aun así se hizo el digno, se tiró a los pies del director, frente a su silla y empezó a toquetear el paquete evidentemente grande del actor, alzó una ceja involuntariamente pero sirvió para el director de la pelicula. Eso era realmente grande, se le humedeció la boca de imaginarse aquello entrando en su ano. Lo acarició suavemente, como lo había hecho el dueño de esa verga hace unos momentos. Él mismo no pudo evitar tocarse y que mejor que ya lo tenía afuera pero después de unos segundos se decidió a sacar el pene de su director.
— Dios que grande es. — Dijo el personaje, pero también lo dijo el chico, ya que si bien ese era el tipo de frases que se soltaban en una película de ese corte, en verdad era lo más grande que había visto. Sin más empezó a masturbarlo y a masturbase, después de unos momentos Akira le ordenó que se la metiera a la boca, con gusto lo hacía el joven actor, en verdad parecía que no había disfrutado de una mamada tanto como aquella, su pene era tan grande que podía usar toda su mano para masturbarlo y aun así le daba el espacio suficiente para subir y bajar en la parte de la cabeza.
Al chico le gustaba, eso era obvio para todos en el set. Mamaba con astucia y William se sentía orgulloso de ambos. Al fin había podido convencer a su amigo de dedicarse a eso y ese jovencito era una estrella recién descubierta. Lo encontró en un baño público vendiendo el culo y lo convenció de que en cuanto cumpliera los 18 fuera a él, el chiquillo no lo pensó dos veces, incluso le había insistido aun cuando todavía no cumplía los 18, llevaba ya una decena de películas y solo un par de meses activos y nunca lo había visto tan gustoso de mamar una verga, y eso que se le daba de puta madre.
Akira esperó a que el director de la película le indicara cuando debían de cambiar de posición y al recibir la señal lo hizo enseguida, postró al jovencito sobre el escritorio tirando por accidente las pocas cosas superpuestas. Le bajó completamente los pantalones haciendo que el miembro del joven saltar de alegría, era hora de recibir atención él también. Akira se quitó los pantalones también y se levantó con más dignidad de la esperada para abrir la camisa de su “estudiante” hasta reventar los botones. Le abrió las piernas con cuidado y sumergió la cabeza en la entrepierna del menor, olía bien, y el vello era escaso, mas bien, era lampiño, dio unas cuantas lambidas en el pene del pequeño y este se arqueó como desesperado, se compadeció de él internamente pero su personaje era un sádico.
— ¿Pasa algo? — Preguntó altivo.
— Por favor…— rogó, rogó de verdad. — chupamela. — El recién estrenado actor levantó una ceja, ese chico…
La cámara se acercó a ellos para enfocar el trabajo, Akira miraba con una expresión divertida al chico y bajó lento ante la mirada de pequeño, levantándole las piernas, para entonces sólo llevaba los calcetines y las camisa a medio poner, se veía tan lindo, el ano, de color café claro, parecía los pétalos de una flor cosida, su escroto un poco más obscuro, como en todos los hombres, también parecía estar cocido, interesante costurera es la naturaleza pensó el mayor, era una cosa hermosa, su pene erecto, en ese momento, estimulado por ese niño que lo miraba deseoso, le arrojó la mano lejos y comenzó a besarlo de la base a la punta haciendo que Takanori soltara un gemido de desesperación, eso le gustó, se retorcía sobre el escritorio de la impaciencia hasta que decidió ir en serio, tomó el pene del menor con la mano derecha y se lo introdujo en la boca haciendo que se arqueara por el calor de su cavidad bocal, empezó a subir y bajar, acariciaba el pene con la lengua y lo succionaba en un ritmo lento para después subir la velocidad. Llegó un punto en que el pequeño sintió que se iba a correr, pero no podía todavía no era el momento.
El mayor lo soltó y de uno de los cajones sacó un pequeño tubo de lubricante en crema y le quitó la tapa, el pequeño se tomó ambas piernas y las abrió, Akira se puso a jugar con su lengua en el ano del chiquillo, se hizo a un lado para que la cámara pudiese apreciarlo, jugaba con el orificio de una manera excelente, humedeciéndolo, introduciendo la lengua de vez en cuando; Takanori estaba sonrojado y gimiendo, esos gemidos le gustaban a Akira, no eran agudos y para nada eran molestos, pasó el tubo de la crema por el ano del chico un par veces y después lo exprimió para que la pasta blanca quedara en la entrada de Takanori y lo acarició con su dedo índice. Introdujo el dedo con cierta dificultad, la verdad es que se esperaba algo más abierto pero de igual manera ese dedo se encargó de acariciar las paredes rectales. Introdujo el segundo y el chico empezó a respirar con impaciencia y con cierto goce. Metió el tercer dedo, Takanori estaba muy excitado, pero sabía que si apresuraba las cosas iba a sufrir las consecuencias, ya había visto y mamado el miembro del mayor, esa polla le gustaba, pero era una polla mala, de esas que duelen si no estás bien preparado. Akira estaba impaciente también, de vez en cuando se masturbaba y cuando el director de la película vio que Takanori buscaba más contacto con sus dedos dio la señal para que Akira lo penetrara.
Siguiendo órdenes el mayor se dejó de juegos e introdujo su pene lentamente haciendo sufrir al “estudiante”.
— Mierda. — Dijo Takanori pensando que tal vez debieron esperar un poco más, empezó a masturbarse para olvidarse un poco del dolor. El mayor dándose cuenta de eso decidió besarlo un poco, con afecto, pero la expresión de ambos era tal que ese beso solo logró poner cachondo al camarógrafo. Se besaban al tiempo que Akira comenzó a deslizarse dentro del ano de Takanori, lento, sin desesperarse, se separaron para que cámara se pudiese acercar y grabar aquellos movimientos lentos que se volvían poco a poco más bruscos.
Takanori estaba en el cielo, ese pene además de tener la base gruesa y la cabeza ancha, estaba ligeramente curvo, por lo tanto le raspaba muy rico, sentía sus tripas moverse a la voluntad de ese pene que lo invadía hasta donde ningún otro mas que su consolador importado había llegado, abrazándolo al parecer su intestino tenía la clara intención de estrangularlo en su búsqueda del amor, Akira disfrutaba aquello también, pero no se permitió gemir demasiado alto, aunque si lo hubiese hecho el menor le ganaba, había encontrado su próstata y Takanori se retorcía sujetándose de las orillas del escritorio, por poco tira la computadora de utilería.
En un acto de maldad del director le indicó a Akira que le diera duro, tan duro como pudiese, en el último filme que había hecho con el menor éste le había reclamado que nunca escogía actores que le dieran duro, que era un pasivo orgulloso al que le gustaba duro así que ese enorme pene era su oportunidad de venganza.
Akira empezó a penetrarlo en velocidad media pero las estocadas eran duras, con toda la intensión de partirlo, miró al director y le hubiese maldecido sino fuera porque él mismo lo deseaba mucho, la velocidad volvió a subir y su cabeza empezó a rebotar por la fuerza, parecía un muñeco, un muñeco estasiado que había perdido hasta el control de sus piernas, simplemente se dejó llevar.
Otra orden del director, y Akira tuvo que voltearlo a la fuerza, para hacer la posición de perrito, Takanori terminó apoyando la cabeza en el escritorio y babeaba, sus brazos no tenían fuerza y la energía que le quedaba la puso sobre su cadera para mantener el culo en lo alto, Akira escupió en la entrada del menor y se masturbó antes de entrar en el menor otra vez.
Lo penetró una vez y se salió y así lo hizó hasta tres veces, el menor empezó a masturbarse y volvió a gemir como loco cuando Akira volvió al ritmo de penetraciones bestiales. Se levantó un poco y giró la cabeza para compartir un beso muy ensalivado con el rubio mientras se pajeaba. Habían recibido otra orden del director, llegaba la hora de correrse, no había condones de por medio, en el guion lo especificaba porque en esa escena había corrida interna. Las luces apuntaron al ano del chiquillo y Akira dejó el beso para que la cámara captara las ultimas embestidas el niño se corrió y él dentro de esté. Al final de la escena la cámara enfoca el culo del niño quien se abría las piernas para ver la esperma salir por el enorme boquete que había dejado el pene del mayor.
Estaba completamente enajenado mirando toda esa leche salir, no hubo que fingir el gesto, estaba fuera de sí aun cuando el director había gritado “Corten” se hipnotizó con la imagen de sus intestinos tomando aire.
Al mayor, ya con su pene flácido también observaba ese agujero, es que era tan hermoso que no podía dejar de verlo así que se acercó y comenzó a lamerlo, a limpiarlo, el menor gemía de placer mientras el equipo se movía a otra parte de la escuela, dejándolos disfrutar del momento, el pequeño se volvió a excitar y Akira se puso a mamársela de nueva cuenta. Solo escucharon William decir que empezarían a grabar la escena de Kai con el conserje en el cuarto piso y que los esperaban.
Al momento de besarse otra vez por fin se reconocieron. Akira desde que llegó se preguntaba si conocía al chico, y sí, Takanori Matsumoto había sido compañero de su hijo en la secundaria, una vez fue a casa para hacer un trabajo escolar, entonces se sintió un pedófilo, pero lo cierto es que no le importó, siguió besándolo intensamente.
La escena dos constaba de Kai esperando a Takanori para poder irse a casa, llega el conserje y valiéndose de pobres excusas lo lleva a un almacén de limpieza y lo seduce. El actor que hacía de conserje escolar era uno llamado Shiroyama Yuu, había escuchado.
La película en si trataba de jóvenes estudiantes de preparatoria que cedían a sus impulsos, a los sempai o a los profesores y terminaban siendo empotrados, además de la primera escena Takanori y Akira tuvieron otras tres escenas juntos ya que el guion iba de romance al fin y al cabo.
Takanori era la pareja romántica de kai, conforme avanza la historia se ve que aunque el castaño no es fiel siente celos cuando ve que otro se le acerca a Takanori, se lo folla en un salón de clases que adaptaron para hacer de habitación de un chico de preparatoria con fotos de chicas y todo. El director de la escuela se quedó enamorado del ojal del pequeño y lo acosa constantemente, imponiéndole castigos de los que solo se libra mamandosela ya sea en uno de los salones de clase o en pleno pasillo donde el conserje les toma video con el celular y amenaza a Takanori aunque “fastidiado” accede a ser follado en un salón vacío. Takanori es seducido por un sempai y deja que acaricie su culo con la ropa de gimnasia puesta que no era más que una camiseta blanca de algodón y unos short diminutos de color azul.
Akira los ve y se lleva a Takanori a los vestidores donde lo coloca sobre sus piernas y comienza a darle de nalgadas con los short y la ropa interior abajo, atorando sus tobillos, cosa que excita al más pequeño se dan un pequeño beso y se lo folla ahí mismo, casi al final se escuchan ruidos y se esconden, es otro chico con el profesor de gimnasia y empiezan a follar, cosa que los motiva a seguir haciéndolo, aún escondidos.
Al día siguiente, cuando terminaron la película. Fueron a comer. William les había dado un adelanto de su paga y el equipo entero fue a uno de esos restaurant económicos donde servían tragos y comida tradicional.
Se sentaron juntos a beber tranquilamente mientras los demás hacían fiesta por terminar la película, aunque para el día siguiente algunos de los actores tendrían otras películas que hacer.
— ¿Y cómo está Hiro? — le preguntó el menor picando una de sus brochetas de piel de pollo frita.
— No lo sé, no he hablado con él en meses.
— Sí…supe lo de su divorcio.
— Está bien, aunque extraño a mis nenas. Por cierto ¿Él te lo dijo?
— No, él y yo no hablamos desde la secundaria.
— ¿Por?
— Porque intente seducirlo un día…y desde entonces de maricón no me bajó, por eso me transferí de escuela.
— Sí, él es así de…
— Hijo de puta.
— Es válido el concepto.
— ¿Su esposa sabía que era bisexual?
— No creo, aunque sí que sabía que le ponía los cuernos. —el chico rió.
— ¿Y vive con alguien? — el mayor negó.
— Estoy buscando alojamiento tal vez podríamos vivir juntos.
— No creo que eso sea conveniente.
— ¿Por?
— Además de que mis vecinas chismosas llamarían a mi ex para decirle, no creo que follar en casa y en el trabajo sea lo ideal para tu cuerpo.
— ¿Quién habló de follar?
— No es como si quisieras vivir conmigo para charlar ¿o sí?
— Podría casarme contigo, si nos pudiésemos casar para despertar con ese hermoso pene a mi lado. — el mayor rió.
— Pero no te has enamorado.
— No sé de esas cosas todavía.
— Te puedo enseñar.
Ambos se sonrieron y se unieron a la fiesta que estaba a sus espaldas, al salir, el viento frío les recordó lo ebrios que estaban todos y ellos se dirigieron al mismo auto, un viejo Tsuru color negro.