Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un cambio de clima por limon18

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

como saben los personajes no me pertenecen.

 

Notas del capitulo:

Aldebaran piensa que encontro lo que necesitaba, lo que queria, pero lo que no sabe es que los Dioses le tienen su destino sellado con alguien más. Mu no es quien piensa, solamente es un borrego asustado. Mientras no se da cuenta quien verdaderamente lo ama. 

Lo miraba detenidamente mientras caminaba sobre el verde pasto, el aire en ese momento le falto, era como un ángel, su linda mirada, sus movimientos agraciados en todo su esplendor y es que el todo era perfecto, no podía quitarle la mirada de encima simplemente sonreía al verlo, suspira profundamente mientras se cruza de brazos sin perder detalle de aquel joven precioso.

Salió de su estupor al sentir una palma sobre su hombro haciendo que de un brinco de susto, cuando ve de quien se trata se tranquiliza.

-          ¿Aioros? Me vas a matar de un susto (mientras se coloca una mano sobre la cabeza y sonríe)

-          ¡perdona! No pude evitarlo… es que te vez tan tierno cuando lo ves (sonríe)

-          Mmmm… es que el nuevo caballero de Aries me impresiona, es enigmático, es simplemente celestial (mientras suspira)

-          (Aioros ríe muy suavemente) ¿Qué esperas? Ve y háblale (le da un empujón para que se acerque)

El toro dorado se acerca aquel enigmático caballero, mientras el otro un poco más joven y con estatura más baja lo observa muy minuciosamente.

-          Buenas tardes caballero ¿te puedo ayudar en algo?

-          Heee!! Bueno… (dice esto muy nervioso al verlo, voltea a ver al arquero que le hace señales para que prosiga) bueno… mi nombre es Aldebaran, soy el caballero de tauro… y tu eres??

-          Soy Mu, de Aries (estrecha su mano mientras el toro siente que su corazón se sale de su pecho)

-          ¿quieres que te lleve a conocer el santuario? (sonríe muy nerviosamente)

-          Mmmm…. ¡está bien! vamos… (sonríe y camina delante de él, mientras el toro dorado lo sigue admirando)

Con el paso del tiempo, el entrenamiento, la compañía, la amistad y camaradería esa relación se vuelve más intensa entre el toro y Aries, eran grandes amigos, se sabían todo del uno con el otro o por lo menos eso creían ellos.

Aldebaran no podía esconderlo más, lo amaba, cada parte de el era perfecta, cada día descubriéndolo, era un milagro tenerlo junto a el, y esa sensación era perfecta. Pero no sabía si Mu sentía lo mismo, pareciera que sí, pero algo en su corazón le decía otra cosa.

Esa misma noche sentado junto a él sobre las gradas entre Aries y Tauro, la mano del toro se desliza hacia la mano de Aries cubriéndola por completa, la mirada de Mu se fija en la Aldebaran, preguntándose qué rayos está pasando, pero no lo deja pensar muy bien, pues el toro dorado se lanza hacia el besándolo, tomándolo en sus fuertes brazos y halándolo hacia él.

Ese beso fue correspondido, pues aunque Aries estaba totalmente confundido no podía negarle a su mejor amigo eso y es que se sentía tan obligado hacerlo que no podía decirle que no, siente la gran lengua del toro entrando a su boca, esta algo asustado pues jamás en su vida a tenido un beso de esos. Así que decide soltar el beso, respirando rápidamente cruza su mirada con el del gran toro, para luego ver las estrellas nuevamente.

Aldebaran está emocionado… no puede creer lo que pasa y aunque sabe del nerviosismo de Mu, no menciona nada, solamente ve las estrellas junto a él. Mu se levanta sin mediar palabra dirigiéndose a su templo, seguido del toro. Pero Mu se para de golpe.

-          No me sigas Alde. Quiero estar solo ¡por favor! 

-          ¿pero Mu? (lo abraza por detrás mientras le susurra al oído) yo… TE AMO!

El corazón de Mu casi se paraliza al escuchar eso, siente como si un gran balde de agua fría lo mojara por completo, no sabe que decir ni mucho menos que hacer, no es que no lo quiera, pues es como su hermano, su mejor amigo, pero como le dice que no es amor lo que siente, da media vuelta para enfrentarlo, pero lo que ve, lo conmueve, las lagrimas brotan de sus ojos y sus mejillas se tornan un tanto rosáceo ¿Qué puede hacer ahora?

-          Entiendo que no me ames Mu ¿Quién podría amar a un tipo como yo verdad?

-          No digas eso (mientras ese nudo en la garganta no lo deja hablar bien, toma su brazo y le miente) y yo a ti Alde…

La sonrisa del toro es la más grande que ha visto Mu en estos últimos años de conocerlo ¿en qué lio se ha metido ahora? ¿Cómo saldrá de esto? Pero en lo que él piensa en ello, Aldebaran ya lo tiene entre sus brazos besándolo, Aries no quiere besarlo pero lo hace, siente sus manos tocarlo por completo, suda frio al sentir esas caricias y es que no las disfruta ¿Quién disfrutaría las caricias de su propio hermano? No puede respirar por falta de aire y suelta un breve gemido que no pudo esconder, mientras Alde se aleja para tomar aire nuevamente, el pelilila sabe que es su oportunidad, soltándose de los brazos de su amigo caminando rápidamente hacia su templo sin ver hacia atrás.

Entra y se encierra en sus aposentos, está nervioso y ese nerviosismo lo está matando ¿Qué rayos ha hecho? No es lo que quería, no es lo que ha planeado, además está enamorado de alguien más, pero como podría romperle el corazón a su amigo, no lo puede hacer… ¡eso no! Se dice una y otra vez mientras de sus hermosos ojos brotan lágrimas de dolor y amargura. Escucha como tocan su puerta. Pero no abre, simplemente se sienta en la orilla de su cama esperando a que el toro se aburra y se vaya, pero eso no pasa, pues Alde entra sin permiso y al verlo llorar corre a abrazarlo.

-          Yo también estoy asustado mi amor, pero no te preocupes, todo saldrá bien, mientras besa su cabeza.

Lo vuelve a besar pero esta vez baja al cuello y lo recuesta sobre la cama, Mu esta mas que petrificado, ¿y si se niega, pueda ser que su amigo no lo perdone por mentirle? Así que solamente se deja hacer lo que el toro decida, muerde sus labios fuertemente mientras cierra sus ojos y sus manos se aferran a las sabanas, es inexperto, y ni siquiera ama a su amigo. Aldebaran nota la actitud de Mu y se levanta sobre él.

-          Pasa algo Mu (mientras quita un par de mechones de cabello que cubren su rostro)

-          Estoy asustado Alde… ¿y si lo dejamos para otro día?

-          ¡claro que si Mu! Lo que tu digas (se levanta) ¿me puedo quedar contigo esta noche verdad?

La decisión está en Mu, pero solamente hace un gesto que para que se quede. La felicidad de Aldebaran se desborda, se quita la ropa quedándose en bóxer y abrazando al lemuriano junto a él, Mu no puede dormir en toda la noche, pensando en no lastimar el corazón de su amigo.

Con el paso de los días, todos notan la felicidad a flor de piel de Aldebaran, nadie se atreve a preguntar, esa mañana sale muy temprano a entrenar mientras Mu se queda en su templo durmiendo, al llegar al coliseo nota que solamente esta Aioros.

-          ¿tan temprano Aldebaran? ¿acaso ya no te quieren en tu templo? (ríe mientras se acerca al grandulón)

-          ¡qué va! Soy afortunado al haber encontrado a Mu, y es que estoy muy enamorado… me levanto temprano, para cuando el despierte ya este yo de regreso (sonríe grandemente) ¿y tu Aioros?

-          Y yo que Aldebaran, no entiendo muy bien tu pregunta.

-          ¿tienes novio? A eso me refería… (mientras da una palmadita sobre su hombro)

-          Ahora no, estoy algo decepcionado de todo eso del amor, no es lo que yo pensaba, ni a lo que me refería, no a todos nos va también como a ti amigo (termina riéndose) ¿entrenamos?

Así era como cada mañana Aldebaran y Aioros se cruzaban a entrenar, era ya costumbre, una mañana en particular, Aldebaran regresa más temprano de lo normal y ve que hay visitas en casa de Aries, entra pero escucha la voz de ese alguien y de su amado.

-          Ya no puedo más, tengo que sopórtalo en mi cama tratándome siempre de tocar, de besar. Es mi amigo, pero yo no puedo más, no sabes lo mal que me siento (mientras solloza)

-          Díselo Mu, no puedes lastimarte ni lastimarlo más. Eres un masoquista, esa es la palabra.

-          Pero si le digo, me odiara… lo hará…

-          ¿ya te acóstate con el Mu?

-          ¡no! Que Athena me proteja, me mataría, imagina, el es enorme y yo le quedo muy pequeño, no sé cómo rayos se fijo en mí, no lo entiendo.  

-          ¡por Dios! ¡DICELO!

Aldebaran no lo soporta más, no entiende que pasa, así que entra con una gran actitud altanera y ve a Dita, que como loco sale apresuradamente de allí despidiéndose con la mano.

-          ¿decirme que Mu? ¡dímelo! (mientras lo toma de ambos brazos inmovilizándolo)

-          ¡nada! No te iba a decir nada Alde y suéltame que me lastimas…

-          ¿te lastimo mi amorcito? Tú me lastimas mas al decir que no me soportas, que no soportas mis besos, mis caricias, me estas matando lo sabías… ¿LO SABIAS…? (esto último lo grita) como no soportas que te bese ni que te toque, lo hare, hasta que lo toleres, hasta que logres entregarte a mi por amor… (sonríe malévolamente mientras lo comienza a devorar a besos)

¡Suéltame….! Susurra Mu de miedo, de frustración, hasta cree que lo merece… pero solo siente como es devorado poco a poco por su compañero, lo estrella a la pared tomando sus muñecas a la altura de su cabeza mientras con la otra mano destroza su ropa… Mu llora sin parar ¡suéltame!

Pero las intenciones de Aldebaran no son de lastimar a la persona que más ama. Lo suelta mientras ve como se desploma el ariano, se hinca a su lado mientras toma su rostro empapado en lágrimas.

-          Perdóname Mu, jamás haría algo que te lastime… pero es que te amo tanto que el perderte me vuelve loco.

-          Sabes que te quiero Alde…

-          Necesito que seas sincero conmigo ¿tú me amas Mu? Dime la verdad… te lo suplico.

-          (Mu agacha la cabeza pero está decidido) ¡NO! Alde, no te amo… ¡perdóname! (mientras sigue llorando)

-          Pero entonces ¿Por qué me mentiste? (se levanta furiosos, dolido, engañado) ¿querias jugar conmigo? Lo lograste… sí que lo hiciste… Aioros tiene razón, el amor es algo caótico…

-          Yo no quería jugar con tu corazón (se levanta mientras corre tras él y lo abraza por detrás) jamás haría eso… ¡entiéndelo!

-          Eres cruel, despiadado, no te importo mis sentimientos. (bruscamente quita los brazos del Ariano y se va de ese templo)

Sus ojos no pueden retener tantas lagrimas, era como un puñal en su pecho, se sentía agonizar, a Mu se le pasaría, pero él… no podría olvidarlo. Entra a su templo mientras sus lágrimas no cesan, se recuesta sobre su cama, esa noche fue la peor de su vida…

Esa mañana el arquero se sorprende al no verlo, pero a la siguiente mañana pasa lo mismo, así que sube al templo de Aries a preguntar lo que sucede, ve al dueño del templo riendo y haciendo bromas sobre el toro junto a su amigo de piscis.

-          ¿Puedo saber que pasa aquí caballeros? (mientras mira fulminantemente a Mu)

-          No pasa nada Aioros… solo platicamos con Dita.

-          Deberías de estar orgulloso de tener a alguien que te ame como te ama Alde, ese hombre mataría al mundo entero por ti y tú simplemente te burlas de él, es impresionante escucharte de esa manera.

-          No me burlaba de él, además el y yo ya no somos nada… (la impresión del arquero es grande, no dice nada y se aleja)

Se va al templo de Aldebaran mientras entra no escucha nada, pero a lo lejos lo ve entrenando, haciendo ejercicios sin parar, esta sudando tanto que pareciera que alguien lo ha mojado.

-          ¿Aldebaran? ¡Basta de tanto ejercicio! (pero el toro no lo escucha) el arquero se acerca mientras lo detiene. ¡BASTA!

-          No lo entiendes… jamás lo entenderás ¡déjame en paz!

-          Si te entiendo, si lo hago, pero déjame comprenderte más…

Aldebaran para pero solo para llorar sin consuelo, mientras es abrazado por Aioros.

Con el paso de un par de días, el toro dorado baja a entrenar nuevamente, pero esta vez ve a Mu que lo espera. El toro hace caso omiso, lo ignora por completo aunque su corazón esté a punto de morir… ¡detente! Mientras lo toma de un brazo. Aldebaran bruscamente sigue adelante, pero Mu se coloca frente a él.

-          ¿Qué deseas? Espero sea importante, porque me haces perder el tiempo.

-          ¡mañana me voy a Jamir! (mientras agacha la mirada)

-          ¡qué bueno! Con permiso (Sigue caminando)

-          Ya no regresare al santuario, no puedo regresar por un tiempo, o quien sabe cuando… (tauro regresa su mirada al joven pelilila)

-          No es cierto (Se acerca a él, casi topándolo) es mentira verdad Mu, miénteme, esta vez necesito que lo hagas, que voy hacer sin ti…

-          ¡pensé que lo habías superado ya!

-          ¿Qué te supere? Que no daría yo por superarte Mu, no solo me mientes, me engañas y ahora te tengo que inventarte porque ya ni siquiera te podre ver… no puede ser!!! ¿Por qué me lo has dicho?

Baja furioso golpeando fuertemente los pilares que están cerca, patea la arena, mientras grita sin cesar, lo voltea a ver… y sigue golpeando cada pilar. Aioros que viene por detrás mira la escena. Acercándose a Mu.

-          Mejor te vas Mu y si pudieras vete de una vez a Jamir… no lo hagas sufrir más, por favor (el ariano se aleja)

Aioros se acerca al toro hasta que su furia termina… lo abraza fuertemente, mientras siente las lagrimas de aquel caballero sobre su hombro. Estar junto a ti, hasta que lo necesites Alde, es un promesa.

 

Notas finales:

espero les haya gustado :/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).