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Shoes in love por RingogoShiroyama

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Notas del capitulo:

Hola!

Bueno esto se me ocurrió de repente, tenía que escribirlo~

Les aviso que es pura fantasía xD también tengo muchas ganas de escribir un oneshot así tipo Seung y Ji viviendo en un reino y Ji es la princesa que Seung debe salvar~~ algún día lo haré LOL

Este oneshot está bastante cortito, pero creo que no daba para mucho más~

Y antes de que me acusen de plagio o algo así (?) debo decirles que me inspiré un poco en uno de los capítulos de "Los cuentos de la calle broca" *---* yo amaba ese programa, era tan genial, y pues cuando se me ocurrió esto no pude evitar pensar en ese capítulo. Si ustedes veían el programa espero que recuerden qué capítulo es, porque yo no recuerdo el nombre xD

En fin, a leer~

Había una vez, en un antiguo reino mágico, un joven llamado Seungri. Él era el príncipe, hijo del rey y la reina de ese lugar. Tenía una hermana y ambos vivían felices en el enorme castillo.

El príncipe tenía 14 años, y le encantaba salir a pasear por el pueblo y el bosque. Al pueblo siempre iba a ver a las niñas y a comprar pan. Le encantaba el pan que vendían en la pequeña panadería cercana al castillo; y ya se había hecho amigo de la dueña, que siempre intentaba regalarle el pan, pero él nunca lo aceptaba gratis. Al bosque iba cuando quería relajarse. Le gustaba sentarse debajo de un árbol al lado del río y escuchar el agua.

Sin embargo el príncipe Seungri era un poco extraño, o al menos eso decía la gente del pueblo. Su ropa siempre era “extraña”. Le gustaba usar ropa brillante, calcetas de diferentes colores, y a veces incluso utilizaba zapatos de diferente par. No le importaba lo que dijeran de él, simplemente se ponía lo que le gustaba usar.

Un día, Seungri decidió que no tenía suficientes zapatos, así que mandó a hacer unos especialmente para él. Los dibujó en una hoja de papel y mandó su diseño al lugar donde hacían los mejores zapatos de todo el reino. Estaba seguro de que serían unos zapatos perfectos. Su diseño era algo fuera de lo común, pero así le gustaba.

 

***

 

Cuando el diseño del príncipe Seungri llegó a la zapatería, todos se pusieron a trabajar inmediatamente. Llevaron todos los materiales necesarios al estudio y comenzaron con su labor.

Varias horas más tarde, un perfecto zapato derecho estaba acomodado sobre una vitrina. Era de color negro, tenía dos pequeños ojos oscuros y se veía muy elegante. Se movía lo más que su pequeño cuerpo le permitía, pero lo único que alcanzaba a observar eran las espaldas de los trabajadores. Algunas horas después, ellos se movieron y dejaron a la vista al compañero del zapato negro. Un zapato izquierdo de color azul oscuro, casi negro, con dos ojos cafés, y también se veía elegante, aunque el zapato negro le ganaba. Solo les bastó cruzar miradas un segundo para saber que el otro era su compañero indicado.

 

***

 

El príncipe Seungri entró a su habitación y vio una caja sobre su cama. Se sentó y la abrió, encontrándose con sus nuevos zapatos. Emocionado los sacó y los puso juntos sobre la cama. Eran exactamente como los había imaginado. El zapato negro era muy elegante, y Seungri decidió llamarlo Seunghyun. El zapato azul era muy lindo, y el príncipe lo llamó Jiyong. De inmediato se los puso y salió a caminar con ellos. Los dos zapatos se sentían muy bien por tener nombres.

 

***

 

Varios meses después, Seungri se había dado cuenta de que sus lindos zapatos Jiyong y Seunghyun parecían estar enamorados. Por lo general, todos sus otros zapatos se quedaban juntos cuando él no los usaba, y a veces podía ver como sus ojitos sonreían, pero estos dos zapatos eran diferentes. Ellos parecían imanes, cuando el príncipe no los usaba no se separaban ni un centímetro, ni si quiera en las noches al dormir.

Al día siguiente, el príncipe Seungri se despertó de muy buen humor. El día era perfecto para salir al bosque a caminar. Se vistió elegantemente como el buen príncipe que era y se llevó con él a Jiyong y a Seunghyun. Los tres eran buenos compañeros.

Una vez llegaron al bosque, Seungri se sentó debajo de su árbol favorito, con los pies cerca del río para que sus zapatos pudieran refrescarse, y sin darse cuenta se quedó dormido.

El príncipe se despertó cuando sintió frío en uno de sus pies. Abrió los ojos y se dio cuenta de que en su pie izquierdo, donde debería estar Jiyong, solo tenía su calceta. Miró a Seunghyun y vio sus pequeños ojos cerrados fuertemente. Entonces Seungri escuchó un ruido, y volteó hacia la izquierda para descubrir a un gatito gris atigrado jugando con Jiyong. El gatito estaba mordiendo al zapato, y éste estaba un poco mojado por el agua del río. De inmediato el príncipe Seungri se levantó y apartó al gatito, dejando ver que Jiyong tenía los ojos cerrados y un pequeño rasguño. Seungri lo tomó entre sus manos y salió corriendo hasta la zapatería, no le importaba lastimarse el pie izquierdo con las piedras del pueblo, lo importante era que arreglaran a su pequeño zapato. Cuando llegó, entregó a Jiyong a los hombres zapateros. Seungri estaba muy preocupado, pero ellos le dijeron que era un simple rasguño, y que podían arreglarlo rápidamente.

El príncipe se sentó en un banquito que había afuera de la zapatería a esperar. Miró a Seunghyun y todavía tenía los ojos cerrados, seguramente estaba preocupado por Jiyong.

Cuando Seungri sintió que estaba a punto de quedarse dormido, uno de los trabajadores salió y le entregó a su querido Jiyong. Estaba más limpio y habían cosido el rasguño. Se veía bastante feliz. El príncipe Seungri sonrió y salió corriendo en dirección al castillo, con Jiyong en las manos y aún descalzo de un pie.

 

***

 

Habían pasado varios años desde que Seungri tenía con él a Jiyong y a Seunghyun. El príncipe ya tenía 17 años, había crecido bastante, y sus zapatos lo habían acompañado todo ese tiempo. Ya estaban algo gastados, ahora incluso eran más pequeños que el pie de Seungri. Hace algún tiempo que ya no los podía usar, por lo que los mantenía guardados en el armario, junto con los demás zapatos.

Un día el príncipe abrió el armario para buscar un par de sus nuevos zapatos, y descubrió a sus pequeños Jiyong y Seunghyun durmiendo muy juntos. Seungri se quedó mirándolos un momento. Desde que los tenía se había dado cuenta de que eran más unidos que los zapatos normales. ¿Qué pasaría si…?

El príncipe Seungri dio un saltito y salió corriendo de su habitación. ¿Cómo es que no se le había ocurrido eso antes? Seguramente si suplicaba mucho, conseguiría que el hechicero personal de su madre le ayudara.

 

***

 

Seungri entró con el hechicero a su cuarto. Ambos caminaron hasta el armario y el príncipe lo abrió. Sus pequeños zapatos estaban despiertos, y él les sonrió cálidamente. Les explicó su idea y los ojos de ambos se abrieron muchísimo. El príncipe los tomó y los dejó a ambos en el piso de su habitación, con una distancia considerable separándolos. El hechicero los miró y sonrió.

Comenzó a decir unas palabras y de repente una luz salió de Jiyong y de Seunghyun. La luz se hizo muy fuerte, y al siguiente instante, en lugar de dos zapatos había dos chicos muy apuestos. El príncipe Seungri sonrió, ahora Jiyong y Seunghyun podrían vivir con él y ser sus amigos. Rápidamente se despidió de cada uno pues tenía cosas que hacer, y salió de su cuarto junto con el hechicero.

Por primera vez, Jiyong volteó a ver a Seunghyun, y se quedó pasmado cuando los ojos de éste lo miraron de regreso. Eran los mismos ojos que conocían de toda su vida, solo el aspecto era diferente.

Jiyong era un chico muy lindo, más bajito que Seunghyun, con el cabello color negro y azul marino, delgado y esos ojos tan bonitos que habían cautivado a Seunghyun y a Seungri.

Seunghyun por su parte era muy apuesto y elegante, tenía el cabello negro y parecía todo un modelo, además estaba su profunda mirada.

Jiyong se sonrojó y miró el piso. En esa nueva forma humana estaba comenzando a sentir cosas extrañas. La mirada de Seung lo ponía muy nervioso, además ahora la diferencia de estaturas era mucho más notable. En cambio Seunghyun moría de ganas por ir a abrazar a su pequeño Jiyong. En forma humana era incluso más hermoso que cuando ambos eran los lindos zapatos del príncipe.

El chico peliazul sintió de repente unos brazos rodearle, y pudo oler el aroma de su compañero. Lentamente subió los brazos y lo abrazó también. Se quedaron un rato así hasta que Seung se separó de Jiyong y tomó su rostro. Le sonrió mientras lo observaba. Era precioso, y lo mejor es que era suyo y de nadie más… bueno, tal vez de Seungri, pero eso habría que discutirlo después. Jiyong le sonrió también. Definitivamente esos ojos eran los de su Seunghyunnie.

Lentamente el pelinegro se acercó, para hacer lo que había imaginado desde hace años. Muchas veces había visto a los humanos besarse, y por fin estaba a punto de besar a su hermoso chico.

Los labios de ambos se tocaron, y ellos sintieron un millón de sensaciones nuevas. Fue un beso dulce e inocente, pero los hizo sentir como si estuvieran en el mismo cielo.

Se separaron y volvieron a sonreír. Por fin podrían hacer esas cosas que hacían los humanos para demostrarse cariño, como tomarse de la mano, besarse, o abrazarse cuando el otro tuviera frío. Seunghyun tomó lentamente la mano izquierda de Jiyong y la observó… había un dibujo en ella. Era una carita feliz. Ji se dio cuenta y sonrió tiernamente. Aquel día que el gatito lo había rasguñado, el príncipe Seungri le había puesto una estampita de carita feliz sobre el rasguño cuando ya lo habían arreglado. Un gesto muy lindo de su parte.

Seunghyun acarició la mano de Jiyong y luego le dio un beso. Volvieron a mirarse y sonrieron felizmente, pensando en todas las cosas que podrían hacer juntos desde ese momento. Seung se acercó de nuevo al rostro de Ji, y susurró sobre sus labios esas palabras que había querido decirle desde siempre pero no podía, hasta ese momento. “Te amo”.

 

Notas finales:

Awww debo decir que yo solita me fangirlee con el final.

¡Es hermoso! Solo de imaginar así a Ji y a Seung~~~ *---*

Muchas gracias por leer :'D


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