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Una hamburguesa doble queso por Chisaki-nee

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Notas del fanfic:

Espero que les guste este fic, es un one-shot KiyoHana, la única aclaración que creo que debo hacer es que los pensamientos de Makoto están escritos en cursiva.

Ninguno de los personajes presentes es mio, todos son son propiedad del drogadicto de Fujimaki <3 

Definitivamente ese era un día de mierda. 


¿Por dónde iniciar? Se despertó dos horas antes de lo habitual por una maldita desconfiguración de su celular, luego de eso el insomnio se hizo presente y no le permitió conciliar el sueño. Al partir al trabajo llegó tarde por culpa de la congestión de personas, era una misión imposible entrar al metro en horario peak. Su jefe lo reprendió y el escucho en silencio aunque por dentro deseaba decirle unas cuantas verdades a ese sujeto, pero después de todo era su jefe, y en verdad le había costado conseguir trabajo, aunque estar como cajero en un local de comida rápida no era exactamente el trabajo ideal para nadie, mucho menos para un estudiante de informática como Hanamiya Makoto.


Detestaba a su madre y a su padre apenas si lo veía, decidió irse de su casa, pero pagar una carrera y alojamiento al mismo tiempo no era fácil, por su carácter le aceptaron solo en ese lugar y no pudo menos que aceptar aunque despreciara a su jefe, a los otros empleados, a los clientes, la comida que servían, las mesas, los decorados, todo. Pero había algo que lo irritaba más que todo eso, Kiyoshi Teppei, un cliente frecuente para todos, para él, su acosador.


-Hola Hanamiya. 


Hablando del rey de Roma... Aunque el más bien es el bufón de Roma pensó el pelinegro cuando el más alto se presento frente a la caja registradora. 


-Pide algo luego idiota, hay más gente en la fila.


-Podríamos hablar más si aceptaras salir conmigo.


-¿Vas a pedir algo o no?


-Lo mismo de siempre- dijo Teppei con una sonrisa mientras entregaba el dinero.


-Una hamburguesa doble queso con papas- exclamó Makto a las personas de la cocina.


Kiyoshi se fue a sentar a una de las mesas y se quedo mirando al cajero sin siquiera disimular. Makoto se había acostumbrado a eso, hace unos tres meses que Teppei había entrado de casualidad a aquel local y lo que pidió fue "una cita contigo, junto con una hamburguesa doble queso con papas”. "Vete a la mierda" había sido la amable respuesta del moreno mientras le indicaba a las personas de la cocina la orden. Desde ese día la presencia del castaño se hizo habitual en el local, al igual que las llamadas de este a Makoto, quien por su seguridad mental prefería no saber cómo rayos consiguió el número de su celular. 


Teppei siempre esperaba a que Makoto terminará de trabajar para luego acompañarlo a casa, al inició obviamente el bad boy se rehusaba a su compañía y encontraba alguna estrategia para evadirlo, pero Kiyoshi siempre lograba su objetivo. Al final, Hanamiya se quedo sin ningún plan de huída (los insultos directos e indirectos parecían no tener efecto en el ex miembro de Seirin) por lo que terminó aceptando el irse a casa con él. Pero ese día no fue así.


 -Lo siento Hanamiya, ocurrió una emergencia, me tengo que ir ahora, nos vemos mañana- dijo Teppei acercándose a la caja registradora. 


-Piérdete luego.


Era un imbécil, en su interior la respuesta que le entregaba a Kiyoshi era totalmente distinta, pero simplemente no podía ser honesto, no podías tratarlo como basura todos los días para luego actuar como una novia preocupada y decirle "¿A dónde vas? ¿Está todo bien? ¿Quieres que te acompañe? ... No, definitivamente no podía tratar así ni a Teppei ni a nadie. 


Volviendo al tiempo actual, Hanamiya Makoto se encontraba en un taxi maldiciendo al estúpido de Kiyoshi por haberse ido sin decirle a donde y porque el idiota se hubiese preocupado de llamar a un radiotaxi para recogerlo. Lo peor de todo es que el maldito chofer era una persona amargada, con eso no había problema, lo que le fastidiaba era que aparte de amargado tenía que contarle todas sus desgracias, el pelinegro normalmente lo hubiera callado con alguna que otra respuesta entregada con total antipatía, pero ni para silenciar al taxista estaba de humor.


 -¿Y sabe que es lo peor que me haya abandonado la perra de mi ex-esposa? Lo peor es que...


 Eso fue lo último que escuchó con claridad. Luego de eso sintió un fuerte golpe, el sonido de bocinas, vidrios rotos y al final todo era negro.


 


 


¿Así que este es el final? Hmm... Creo que esto comprueba mi teoría de que la vida es una mierda. No me arrepiento de nada, es raro siento como si estuviera entre la vida y la muerte. Tsk, si es así espero morirme luego para no tener más problemas.


"Hanamiya, deberíamos salir algún día" 


¿Por qué pienso en ese idiota en este momento?


 "Hanamiya, sabes eres adorable cuando te molestas."


 Detente...


 "Hanamiya, me gusta ir a dejarte a tu casa se siente como si fuéramos una pareja"


¡Detente bastardo, detente!


 "Hanamiya, ¿Si yo te hubiera lastimado la pierna me odiarías? Hyuuga dice que soy un tonto porque no tengo ningún rencor hacia ti".


 ¡Maldición, ódiame Kiyoshi, ódiame! ¿Qué es lo que quieres?


 "Una cita contigo, junto con una hamburguesa doble queso con papas".


 ... No creo en Dios, no tengo ningún arrepentimiento, pero si me dieran un día más... Pues creo que aceptaría esa mugrosa cita.


 


 


Despertó, pero no abrió los ojos, sentía todo el cuerpo adolorido, un choque, sí, por culpa del maldito taxista estuvo a punto de morir. Algo apretaba su mano, era molesto, pero cálido, le pesaban demasiado los párpados, pero algo le decía que debía abrir los ojos en ese momento. Lo primero que vio fue la afable sonrisa de Teppei dándole la bienvenida a la realidad.


-Hanamiya, que bueno que despertaste, has estado así por dos días 


-No me digas que has estado en el hospital todo este tiempo- dijo el pelinegro en tomo de burla, pero creía firmemente que eso era posible si se trataba de Kiyoshi.


-He he, sí, la verdad es que tengo algo de sueño.- comentó el castaño.


-Eres un descerebrado.


 -Es probable que tengas razón, pero me siento culpable por no haberte acompañado a casa, pero tuve que ir con mi abuela a una cita médica, ella no está en la mejor condición, no podía dejarla ir sola.


 Hanamiya no dijo nada, solo lo quedo mirando en silencio, él no sentía ningún apego por ninguno de sus familiares, pero podía ver lo mucho que Teppei quería a su abuela, no podía culparlo por no acompañarlo, además, ni siquiera estaba en la obligación de hacerlo.


 -Oye, ¿No deberías avisarle a algún doctor que desperté?


 -Mmm... Tienes razón, pero quiero seguir estando contigo.


 -Tsk... Oye, ¿Cómo supiste que estaba acá?


 -Los doctores me llamaron porque yo era el contacto de tu celular de que recibías mas llamadas.


 Así que ser un acosador le sirvió de algo...


 -Hanamiya, ¿Te has dado cuenta que estamos tomados de la mano?


 -Cállate homosexual, estoy muy débil como para soltarte-


 -Jajaja, Hanamiya, eres lindo cuando tienes excusas tan malas.


 -¿Acaso quieres que me moleste?- preguntó Makoto frunciendo el ceño.


 -¿Eh? No, nunca- respondió el antiguo miembro de Seirin haciéndose el desentendido, pero él más que nadie sabía que le encantaba molestar al pelinegro.


 -Entonces ¿Qué quieres?- cuestionó el estudiante de informática mirando al otro de manera desafiante. 


Kiyoshi rió al escuchar esa pregunta y no pudo evitar contestar la única respuesta que llegó a su mente. 


-Una cita contigo, junto con una hamburguesa doble queso con papas. 


-Vete a la mierda… no tengo ni la hamburguesa ni las papas. 


-¿Entendí bien? ¿Aceptaste la cita?- preguntó Kiyoshi pensando seriamente que se había vuelto demente.


-¿Quieres que te haga un dibujo? ¡Acepto, maldición, acepto!- Hanamiya se quiso cruzar de brazos y mirar hacia otro lado para que el idiota de Kiyoshi no viese su notorio sonrojo, pero no pudo, el accidente en verdad lo había afectado, apenas si se movía. 


-No puedo creerlo…- comentó Teppei mientras unas lágrimas rodaban por sus mejillas. 


-¡Oye deja de llorar!- 


-¿Eh? Lo lamento, pero es que estoy muy feliz- trató de excusarse, luego de eso se acercó al rostro de Hanamiya sabía que era injusto, después de todo el pelinegro no podía esquivar el beso en el estado que se encontraba, pero su sorpresa fue grande al ver que a medida que el se acercaba Makoto cerraba los ojos. 


Fue un beso suave, lento, cargado de las emociones que Hanamiya ocultaba hace tiempo y que Teppei trataba de expresar cada día.


Supongo que estar con este idiota no es tan malo después de todo.

Notas finales:

Bueno, si alguien lo leyó se los agradezco enormemente, la verdad escribí el fic con la intención de que quede una lección: Nunca saben cuando es nuestro último día de vida, así que aprovechen las oportunidades que tienen, en resumen, aprenden que no siempre habrá un día más. 

Eso, besitos.

Ciao~


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