Cuidando la guarida
(ItaDei)
Ese era su peor día, sin duda alguna el peor, simplemente porque al líder se le ocurrió la gran idea de cambiar de equipos para interactuar con los demás miembros de ésta organización, ¡Pero eran criminales! ¡Qué les importaba conocerse entre ellos!, pero bueno ese no era el caso, aunque sea le hubiese gustado que lo emparejaran con Hidan o con Kakuzu o hasta con Zetsu!, ¡Pero no! Tenía que tocarle con aquel que despreció su arte, que lo derrotó solo usando sus ojos y que por eso tuvo que unirse a ellos.
Pero eso no era lo peor, como era costumbre, una vez al mes salían en equipos para conseguir víveres, dinero y unas que otras cosas más para el sustento de Akatsuki, pero siempre un equipo se quedaba para cuidar la guarida, eso no le importaba ya que algunas veces le había tocado hacerlo en compañía de su danna, pero ahora tenía que hacer con el Uchiha bastardo, al menos si hubieran salido en equipo, se distraería aunque sea un poco con la misión, pero como todo estaba en su contra, tenía que quedarse ¡Por tres días! a solas ¡Con él!.
PoV Deidara
Ahí está, sentado viendo la TV, como si no le afectara en lo más mínimo este cambio, ¡Su tranquilidad me desespera!
- Deidara…
Interrumpe mis pensamientos.
- Eh?!
- ¿Quieres almorzar? O… ¿Vas a estar parado ahí todo el día observándome? - lo último lo dijo con una pequeña sonrisa, una que siempre me saca de quicio.
- ¡¿Qu-?! “¡Mierda! No me había dado cuenta de que me le quede viendo” - pauso sus pensamientos para poder responder lo más calmado posible - Que Uchiha, ¿Tú vas a preparar el almuerzo, Hm?
- ¿Por qué no?, además me está dando hambre - dijo mientras se dirigía hacia la cocina.
- Hm... - miré a hacia otro lado.
No quise seguirlo, así que me quedé en la sala sentado en el sofá, al fin, un momento solo, tranquilo, pero todo esto se esfuma cuando siento un delicioso aroma que inunda mi sentido del olfato, ¿Es que acaso que Itachi cocinaba bien?... podría echar un vistazo, al fin y al cabo es lo que voy a comer… Me acerqué lo más que pude sin que note que estoy ahí.
Me quedé en el marco de la puerta disfrutando el exquisito olor cuando una pregunta me viene a la mente, ¿Cómo era que ese maldito bastardo era bueno en todo lo que hacía?, Y lo peor era que se veía exquisito. Eso simplemente me desesperaba más.
- Deidara… - volteó a verme - ¿Es que acaso disfrutas mucho viéndome? - de nuevo esa maldita sonrisa altanera.
- “Maldición otra vez…” No te creas Itachi… solo quería… ver que estabas cocinando… Hm…
- Hmph - puso dos platos en la mesa y comenzó a servir la comida, eran spaghettis - Ven, ya está listo - sonrió de nuevo, pero me llamó la atención, ya que ésta vez lo hizo de forma diferente.
Continuará...?