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Porque eres mi compañero por Kunay_dlz

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Notas del fanfic:

Los personajes pertenecen a su creadora Maki Murakami.

Fic basado en una bella anécdota, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Notas del capitulo:

Kunay_dlz usará el nombre de algunos personajes de Gravitation que pertenece a Maki Murakami.

Basado en una bella anécdota, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. 

Carta al amor de mi vida.

 

Una vez más te encierras en tu cuarto. No quieres ver a nadie. No contestas ninguna llamada. No quieres hablar conmigo... Incluso convives muy poco con esos niños que consideras tus hijos.

Sin mencionar que has descuidado tu carrera, tú, hermoso ángel cuya presencia ilumina en el momento más obscuro… hoy pareces una sombra que finge vivir.

¿Qué te sucede? ¿Qué es lo que te atormenta? ¿Por qué no pides ayuda? Son tantas las preguntas que deseo hacerte. Y no me atrevo.

He pensado en alejarme, no me gusta verte de esta manera, tus hermosos ojos amatistas pierden brillo cada día que pasa, tu sedoso cabello está descuidado, tu tersa piel… ha empalidecido por tus días encerrado en ese cuarto obscuro y tu voz… tu angelical voz… has privado a los que te rodean de esa melodiosa sinfonía… Esa energía sin límite, tan característico de ti, se ha extinto…

Shuichi, todos están preocupados, yo también lo estoy, me desespera ver cómo te marchitas y no haces nada para impedirlo. Lo peor es que estoy a tu lado y ni siquiera eso parece importarte.

Después de todo lo que hiciste para que te mirara.

Aquí parado fuera de tu cuarto, sosteniendo mi abrigo y con una maleta de viaje, te confieso: te vi, claro que te vi, desde el primer instante lo hice, jamás dejé de notar tu presencia pues era inevitable, todas esas cosas que hiciste para llamar mi atención estaban de más y solo lograron que me cautivaras una y otra vez. Es hora de despedirme. Levanto mi mano derecha para tocar y me detengo en seco, puedo escuchar tu llanto. Puedo sentir las fuerzas abandonarme.

Retrocedo un par de pasos y choco con la pared.

Me vuelvo y veo mi reflejo en el espejo.

-¿Qué estoy haciendo? -susurro enfrente del espejo que me muestra a un rubio de ojos dorados como el más grande idiota mundo.

Escucho un nuevo sollozo proveniente de tu cuarto. Suelto todo lo que traía en las manos. Me dirijo al estudio, busco una pluma y papel y comienzo a escribir:

 

Mi querido Shuichi,

Mi estimado torbellino,

Mi atolondrado amante,

Hace un momento estuve a punto de cometer el peor error de mi vida, estuve a punto de dejarte. Perdón. Perdóname por tan solo pensarlo. La única excusa válida es que soy un cobarde. Soy un cobarde que no merece todo lo que le ofreces.

Soy un cobarde que no sabe cómo ayudarte a salir de esa depresión en la que te sumerges. Soy un tonto por no ver que tengo a mi lado a la persona más hermosa del mundo, al hombre que es un ídolo mundial, al hombre que con solo una mirada puede tener a quien él quiera y que me eligió a mí. Un pobre escritor embriagado de la fama y del poder de ser un hombre apuesto y exitoso, a quien nada le negaban, y vivía en el mundo de la superficialidad. Hasta que un día llegaste.

Un chico pelirosa, de extravagante forma de vestir, con la energía que nadie podría obtener ni al consumir cafeína directamente, que no fue difícil de recordar, y que, al mirarme con sus ojos de un amatista tan fuera de este mundo me cautivó. Lo único que deseaba era tenerlo. Pero ese chico, tan atolondrado, no lo notó. Hizo un millón de cosas para hacerse notar. Todas y cada una de ellas le trajeron consecuencias. Esas consecuencias solo le hicieron brillar más. Poco a poco ese deseo de tenerlo se intensificó. No cedía. Por más que tratara de esconderlo, no lo conseguía. Descubrí un sinfín de cosas que me hacían quererte más: usabas tu fama a nivel mundial para hacer obras de beneficencia para los más necesitados, viajabas para mostrar tu preocupación hacia los países tercermundistas, creaste fundaciones para ayudarles, adoptaste a niños a pesar de tu condición como hombre soltero y algo que jamás cambió: las canciones que escribías y tu voz que las interpretaba infunde las más bellas sensaciones que impulsan a ser una mejor persona.

Y eso no ha cambiado. Tú, mi amado Shuichi, sigues siendo inspiración para millones de personas. Tu voz es la embajadora de la bondad. Tus ojos son el emblema de la esperanza. Tu sola presencia es una bendición en este mundo.

Todos te necesitan, te extrañan y se preguntan dónde estás o lo que estás haciendo.

Pero más que nada, yo no quiero perderte. No seré más un cobarde, te ayudaré a salir a delante, déjame ser tu soporte porque me elegiste para pasar el resto de tu vida conmigo, porque me hiciste una mejor persona, porque desde el día que nos casamos con convertimos en compañeros, y porque ahora deseo más que nunca compartir el resto de mi vida única y exclusivamente a tu lado.

Te amo y siempre lo te amaré.

Te necesito.

Te extraño.

Te amo.

Yuki Eiri.

Pdt: Te amo

 

Después de escribir, salí como loco del estudio. Corrí hasta el cuarto de Shuichi y entré sin tocar, ignoro si tenía seguro la puerta  sólo sé que esta carta tenía que leerla él. Me miró con asombro. Noté sus mejillas bañadas del líquido salado. Me arrodillé ante él y le entregué la carta.

Aún sigue leyéndola. Su expresión se fue matizando de varios sentimientos, un par de veces soltó lágrimas y cerró los ojos. Se limpiaba y continuaba la lectura.

Ya ha pasado más de una hora y no aparta su mirada de la carta. Hasta que al fin habló.

- Yuki… creo que como escritor dejas mucho qué desear en esta carta…-dice con una tenue sonrisa en su rostro.

- Qué esperabas, es sólo un borrador… haré más cartas hasta hallar la correcta. –le digo mirándolo a los ojos, esos ojos… comienzan a brilla nuevamente.

- Oh Yuki –dice con su voz cortada.

Extiendo mis brazos y él se lanza a ellos. Nos abrazamos como si no hubiera un mañana. Al fin vuelvo a sentir su calor. Se acurruca en mi pecho y el llanto surge silencioso.

-Yuki, te amo…

-Lo sé…

-¡Yuki!

-Sabes que te amo, más que cualquier cosa en el mundo.

 

 

Este no es el fin, es solo el principio de una nueva vida.   

 

Notas finales:

Gracias por leerlo. 


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