Capitulo 1:
– Vaya, vaya, Kibum, al parecer ésta es tu tercera visita a la dirección esta semana y aún es martes.
– ¿Acaso no es ése un nuevo record? –pregunta Kibum a la directora apoyando sus codos en el escritorio y su mentón en las palmas de sus manos mientras sonríe inocentemente. La directora es algo así como otra amiga para él debido a la cantidad de veces que ha sido enviado a la dirección.
– En realidad, si quisieras romper tu record tendrías que venir cuatro veces un lunes. –responde la mujer intentando no perder los nervios ante la actitud del joven.
– ¿De verdad? –Pregunta él sorprendido – ¿Y cuándo fue eso? –intenta recordar pero su memoria falla.
– El año pasado casi al final del último semestre cuando intentaste golpear al alumno Choi.
– Aaah – Kibum ladea un poco su cabeza y sonríe –, ya recuerdo… y luego volví porque efectivamente lo había golpeado y luego me culparon de algo que ni siquiera había hecho.
– Ya hemos hablado de eso muchas veces, Kibum, no tiene sentido que intentes seguir demostrando tu inocencia cuando fuiste claramente el mayor culpable.
– Oh vamos, sabes que sin mi esta escuela sería aburridísima.
– Ya te he dicho que tienes que hablarme formalmente – dice la pobre mujer aunque sabe que no tiene sentido repetirlo – y que si no mejoras tu comportamiento tendrás que irte.
– Pero esta vez de verdad no fue mi culpa, señora Jung.
La directora masajea sus sienes e intenta serenar su mente antes de responder:
– Kibum, has provocado un incendio en el salón de ciencias cuando no tenías que estar ahí.
– Estaba ayudando a Taemin con su proyecto.
– ¡Pero está terminantemente prohibido entrar ahí sin un profesor y menos sin autorización!
– Pero sólo teníamos que…
– Y lo peor es que el señorito Lee se vio involucrado en algo sin saberlo.
– Señora Jung, tenía la autorización de un profesor.
– ¡El profesor de educación física no puede darte autorización para eso!
– Usted jamás especificó a que profesor debía preguntarle.
– Kibum, ya estoy hasta arriba de tu mal comportamiento. Por tu culpa el señorito Lee ha salido herido y además puede que el profesor Heo pierda su trabajo.
Ante la confesión de la directora, Kibum se acomoda en la silla y adopta una actitud protectora y reservada. No puede estar hablando enserio ¿o sí? Tampoco fue tan grave… además el “incendio” en realidad no fue un incendio…
– ¿Por qué el profesor Heo tendría que perder su trabajo?
– ¿Por qué? ¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Acaso no te das cuenta?
– ¡Fue un accidente! ¡¿Cuántas veces tengo que repetirlo?! Además el profesor no me dio la autorización para eso, le pedí que firmara un permiso para buscar una pelota pero él no sabía que en realidad era para la sala de ciencias.
– Genial, eso podría ayudar, eso y quizás el amparo de todos los dioses existentes.
Kibum se para de un sólo movimiento y comienza a caminar por la sala como si fuera su propio cuarto, está tan familiarizado con ese lugar que lo considera ya parte de su rutina pasar una o dos horas del día allí.
– No puedo dejar que despidan al profesor. – dice en voz baja y la directora lo mira con arrepentimiento, sabe que él no puede hacer nada para mejorar la situación.
– Kibum, creo que será mejor que vuelvas a casa hoy. –le dice con precaución en su voz.
– Pero aún tengo clases. –responde él como si de verdad fuera a ir a las clases.
– Eso es lo que menos te importa. – la mujer saca unos papeles de un cajón de su escritorio, escribe algo en ellos y los sella y firma. Se los extiende a Kibum, quien los agarra lentamente – Toma esto, es una autorización para que te dejen salir ahora mismo.
– Está bien. – responde y se dirige a la salida, pero la voz de la directora llamando su nombre lo obliga a frenar y volverse.
– Lo siento.
Él no entiende por qué está pidiendo perdón pero tampoco se atreve a preguntar, así que simplemente inclina un poco su cabeza y sale de la sala. Cierra la puerta detrás de él y lee el primer papel que le acaba de entregar, un gran encabezado dice “AUTORIZACIÓN”, pero el segundo es el que llama su atención, el encabezado anuncia “SUSPENSIÓN” y dice que Kibum no podrá ir a la escuela durante una semana.
– Oh mierda. – es lo único en lo que puede pensar Kibum.
– ¿Te han suspendido una semana? – Taemin aún no puede creer lo que le cuenta su amigo.
– Sí…
Kibum intenta no mirar al pequeño Taemin, es su culpa y sólo suya que esté en un hospital con quemaduras leves. ¿Por qué tuvo que ser tan estúpido?
– ¿Hyung? – la voz del pequeño hace que levante su mirada y tenga que ver esa gran marca en su mejilla izquierda. – ¿En que piensas?
Kibum difícilmente llora, ¡pero carajo!, ahora mismo necesita llorar. Taemin, su único amigo, el dulce y tierno Taemin está lastimado y todo por su culpa. Sí, bien él también tuvo algunas heridas, pero fue su amigo quien lo pasó peor, porque vamos no es lindo que te explote un proyecto de ciencias en la cara y que encima luego te queme la mejilla y el brazo.
Estúpido, eso es lo que eres.
– Hyung, ya te dije que no fue tu culpa.
– Sí lo fue, Min, y lo siento muchísimo, no creí que fuera a terminar así.
– Lo sé, sé que no querías que algo malo pase, pero eso siempre pasa, no piensas en las consecuencias…
– Sí…
– Y pasan cosas malas…
– Sí…
– Y eso hace que tengas muchos problemas…
– Sí…
– Pero esta vez la has cagado en un nivel máximo…
– Lo sé…
– Te han suspendido una semana y probablemente vayan a echar al profesor Heo.
– Sí…
– ¿Ah, Kibum, qué hare contigo?
– Lo siento…
– Ya deja de decir lo siento, no sirve de nada, ¿acaso ha salvado al profesor?
– No…
– ¿Entonces sabes que tienes que hacer?
– No…
– ¡Ah, Kibum! – Taemin exclama enojado lo que provoca una sonrisa en su amigo – ¡Ve y ayuda al profesor! Es lo mínimo que le debes por todos estos años.
– ¿Pero que puedo hacer?
– ¡No lo sé! Ve y diles a todos que lo engañaste. Sí, quedará como un tonto pero al menos salvará su trabajo.
Kibum piensa un segundo antes de responder:
– Tienes razón. – se levanta de un salto de la silla que está al lado de la cama de Taemin y antes de salir le dice a su amigo: – ¡No te muevas de ahí, volveré antes de que te des cuenta!
Kibum corre hasta llegar a la escuela. Tiene que contarle a alguien la verdad, lo que pasó en realidad y hacer que todos sepan que fue su culpa. Llega hasta la sala de profesores y ve que están las luces prendidas a pesar de que las clases han acabado hace algunas horas, ve al profesor de educación física hablando con otros profesores. En teoría los alumnos no pueden entrar a la sala sin permiso, pero él está suspendido lo que significa que las reglas no se aplican a él ¿cierto? Pero no puede simplemente entrar. No, su entrada tiene que ser épica, o lo más parecido. Abre la puerta de par en par y grita:
– ¡Esperen, no despidan al profesor Heo, fue todo mi culpa, yo hice que firme una autorización falsa y luego le dije a Taemin que podía practicar su proyecto de ciencias ahí y luego yo eche no sé qué cosa azul en el recipiente lo que hizo que todo explote! ¡No fue culpa de nadie excepto mía!
Y para mejorar las cosas mientras Kibum contaba el resumen de lo que pasó la directora entró a la sala y se unió a las miradas sorprendidas de los profesores.
– Kibum, nadie va a despedir al profesor Heo. – la voz de la directora proveniente de su espalda hace que Kibum salte hacia el costado asustado. Esa mujer es realmente espeluznante a veces. – Pero por todo lo que acabas de decir creo que deberíamos suspenderte más de una semana.
– Quizás deberíamos hacer más que suspenderlo. – sugiere una profesora que nunca le cayó bien a Kibum, la típica abusadora del poder a la que le gusta torturar a sus alumnos.
– Kibum, ve a casa y dile a tus padres que vengan mañana a hablar conmigo. – dicho esto la señora Jung abandona el lugar.
– ¿Qué has hecho esta vez, Kibum? – pregunta su madre llorando al enterarse de la noticia.
– Mamá, no fue nada grave, Taemin está bien.
– ¿Kibum, podrías salir para que pueda hablar con tus padres? – le pregunta la directora mientras le dirige una mirada que claramente quiere decir “SAL Y NI SE TE OCURRA ESCUCHAR”, así que al salir Kibum pega su oreja a la puerta y escucha– Sentimos mucho decirles esto, pero si Kibum no mejora su comportamiento la escuela no podrá mirar para otro lado otra vez. Sabemos que es un chico especial – ¿”Chico especial”, enserio? – y además él es alumno de esta escuela desde que es un niño, pero ya no podemos seguir tolerando su forma de actuar.
– Hemos intentado todo lo que hemos podido para que cambie. –dice la voz de su padre y su madre lo complementa:
– Incluso lo hemos enviado a ese campamento de verano que nos recomendaron.
La mente de Kibum se llena de imágenes de ese horrible campamento y un estremecimiento recorre su espalda. Si hay algo que odia es ese campamento y sus actividades recreativas para “ser mejor persona” como las llamaban. Insoportable.
– Sabemos de sus esfuerzos y de su dedicación, y nos apena muchísimo decirles que si Kibum no mejora su comportamiento la escuela tendrá que expulsarlo.
Expulsarlo.
La palabra sabe mal en la boca de Kibum.
Se aleja de la puerta y se sienta en el pasillo a esperar a sus padres. Ya no le interesa seguir escuchando de lo que hablan pero las voces traspasan las paredes y llegan aunque él no quiera.
– No podemos dejar que lo expulsen y Kibum no va a cambiar, no lo ha hecho en diecisiete años y no lo hará ahora. –lo defiende la voz desesperada de su madre.
– Lo sabemos, señora Kim, pero no podemos permitir que algo como esto vuelva a pasar.
– No lo va a hacer, por favor, yeobo, dile que no lo va a hacer. – su madre le pide ayuda a su padre, pero su padre no es tonto y sabe que su madre tiene razón: él no va a cambiar.
– Señora Jung, usted conoce a Kibum, sabe que él no es un hueso fácil de roer. Sé que está pensando en otra cosa pero no es algo bueno, sin embargo usted es demasiado educada como para decírnoslo sin rodeos. – sí, su padre es genial. Tras un breve silencio y ruido de papeles, la directora vuelve a hablar.
– Ésta escuela que ven aquí es una escuela a la que asisten niños problemáticos como su hijo. Es un internado en realidad y los alumnos de allí son incluso… más difíciles que Kibum. Personalmente no creo que sea una buena escuela para él, pero la mayoría de los profesores aquí dicen que es el único lugar que podría “corregir” a su hijo.
¿Corregir? ¿Acaso soy una cosa que se tiene que arreglar?
– ¿Y esto… podría ayudar? – ¡¿enserio su madre está pensando enviarlo ahí?! La directora acaba de decir que es un internado. I-n-t-e-r-n-a-d-o. Es decir, que no te dejan ver la luz del día durante todo el año.
– Nadie podría responder esa pregunta, todo depende de la voluntad de Kibum.
Kibum no va a ir a un internado, eso está claro.
– Creo que lo mejor será hablarlo con él en casa. – ¡¿su padre también?!
– De acuerdo. Espero de verdad que podamos solucionar todo de la manera más fácil. – la directora… ¿enserio va a hacer que Kibum vaya a un internado?
La puerta se abre y Kibum se levanta del suelo. La directora simplemente inclina un poco su cabeza hacia él apenada pero Kibum se aleja sin siquiera responder el saludo.
– Lo siento, señora Jung, y gracias por todo. – dice su madre antes de que Kibum escuche los pasos de sus padres que lo siguen por el pasillo.
El viaje de vuelta a la casa es silencioso y al llegar Kibum se dirige a su habitación y cierra la puerta enojado ¿con quién? Con él mismo como siempre.
“Quieren enviarme a un internado” le envía a Taemin en un mensaje.
“¿QUÉ? Dime que no es cierto… ¿por qué? Tus padres no lo permitirán, ya lo verás.” Responde Taemin a la velocidad de la luz.
“No estés tan seguro” escribe Key antes de esconder su celular debajo de la almohada porque alguien golpea su puerta.
– ¿Kibum, podemos hablar? – lo llama su madre desde el otro lado de la puerta. Kibum la abre y se queda mirando el rostro de su madre quien lo mira con una sonrisa reconfortante. Ella toma su mano y entra a la habitación seguida de su padre.
– Sabemos que has escuchado lo que nos ha dicho la señora Jung y queremos escuchar tu opinión respecto a eso. – su padre directo al grano como siempre.
– Ni loco. – Responde Kibum y agrega– No pienso ir a un internado, ¿no saben cómo es eso? Están ahí encerrados todo el año, los obligan a estudiar y encima tienes que compartir habitación. No, no y no.
– Kibum, la directora nos ha dicho que si no te portas mejor te expulsarán. – su madre intenta hacerlo entrar en razón.
– Prefiero ser expulsado a ir a un internado.
– Kibum, no estás siendo lógico. Sabes que no vas a cambiar tu actitud y también sabes que lo mejor es una escuela nueva en donde no te conocen y puedes empezar una nueva vida. – Ouch, eso se sintió peor que una puñalada. ¿Enserio su padre piensa eso?
– ¿Qué quieres decir?
– Digo que ya ha sido suficiente, no puedes seguir en esa escuela ya has gastado todas tus oportunidades, una simple cosa que hagas mal y estarás fuera, lo mejor es que empieces de nuevo. Y sí, probablemente no te vaya a gustar, pero aún te quedan dos años para terminar la escuela y ya has empezado uno mal.
– Podría dejar la escuela.
– Deja de decir tonterías, Kibum. – aunque las palabras de su madre sean más suaves son igual de dolorosas que las de su padre en estos momentos.
– ¡Podría hacerlo!
– No vas a dejar la escuela y si quieres seguir en la misma entiende que debes dejar de ser Kim Kibum para ser alguien nuevo, alguien que no haga que una simple “broma” como asustar a un maestro termine en un mes de suspensión y con un maestro enyesado.
– ¡No fue mi culpa que cayera por las escaleras, papá! Yo sólo lo asusté, él fue el que salto hacia atrás…
– Cuando entiendas eso podremos continuar esta conversación. – su padre sale hecho una furia y Kibum lo sigue con la mirada hasta que baja las escaleras.
– Kibum, el que estés en un internado no hará que te queramos menos, pero tu papá tiene razón, ya la has liado bastante en una sola escuela, tienes que dejar que otra escuela conozca el potencial de Kim Kibum. –su madre le guiña un ojo y luego le da un beso en la frente y se va de la habitación dejándolo sólo y confuso.
Kibum busca su celular debajo de la almohada y ve que ha llegado un nuevo mensaje de Taemin:
“¿A qué te refieres? No me digas que estás en verdaderos problemas porque te mato”
– Desearía que todo fuera más fácil. – susurra.
Y quizás todo sí podría ser más fácil, quizás su padre tenga razón y deba cambiar de aire, además lo que su madre dice es cierto: debería enseñarle a más personas quién es él. La directora dijo que ahí probablemente hay chicos peores que él, pero por favor, eso no es cierto.
“Creo que la próxima semana tendrás que visitarme en un internado” le responde a Taemin.
– ¿Aquí es? –pregunta su madre.
– Sí. – Responde su padre y frena el auto frente a la puerta de la gran escuela.
– Wow, parece sacada de una postal antigua. – dice Taemin.
– Eso no ayuda. – se queja Kibum.
– Bien, los papeles están listos, sólo te están esperando, Kibum, así que mejor entremos. – dice su padre.
Los cuatro bajan del auto, los padres de Kibum se adelantan y Taemin ayuda a su amigo a bajar las maletas que tienen sus cosas.
– ¿Ya sabes cómo se llama tu compañero de cuarto? – le pregunta.
– Parece que tú estás más emocionado que yo. – dice Kibum con un suspiro. Taemin agarra una de las maletas y comienza a caminar por el camino de grava hacia la puerta, Kibum agarra la otra maleta y cierra el auto.
– Es más grande que la otra escuela.
– Claro, no sólo nos torturan para que estudiemos sino que además nos hacen vivir aquí. – dice Kibum irónicamente.
– Que bueno que dejan que te visiten los fines de semana, vendré cada uno de ellos a verte y tú a cambio tendrás que enseñarme la escuela, ¿entendido?
– ¿No quieres hacerte pasar por mí y quedarte tú?
– Eso sería genial, pero sabes que es imposible…
–Lástima que no vivimos en Estados Unidos, en las películas siempre hacen esas cosas.
Llegan hasta la puerta de la escuela donde sus padres los esperan junto con un joven desconocido.
– ¿Quién de los dos es Kim Kibum? –pregunta el chico. Y esa es la pregunta más estúpida que Kibum ha escuchado en su vida.
– Soy yo. – enano. Habría sido genial poder decir la última palabra en voz alta pero su madre le ha dicho que intente no llevarse mal con los otros alumnos, y eso es lo que piensa hacer, solo que más extremo, o sea que no hablará con nadie más de lo necesario y no piensa responder preguntas del tipo “¿hey, tienes un lápiz que me prestes?”.
El chico se dirige a sus padres y Taemin:
– Lo siento pero hasta aquí pueden llegar.
– ¿Y quién eres tú para decidir eso? – pregunta Kibum. Vaya, este chico seguro es insoportable.
– Ya me presenté pero tú no estabas aquí: me llamo Kim Jonghyun y seré tu compañero de habitación.
Vaya. Genial, simplemente genial. El tipo probablemente más insufrible de toda la escuela viene a ser el compañero de habitación de Kibum.
– Está bien, hijo, ve con Jonghyun, te llamaremos esta noche. – le dice su madre para tranquilizarlo.
– Por favor cuida que Kibum no se meta en problemas. – le pide su padre al otro chico.
– ¡Papá! – exclama Kibum molesto.
– Está bien, haré lo posible. – responde el joven sonriendo.
– Y ayuda a mi hyung a estudiar por favor, porque es muy tonto. –agrega Taemin.
– ¡Taemin!
– Pero es cierto, hyung…
– Está bien, también intentaré hacer eso. – responde riendo.
Kibum agarra su otra maleta y ve a sus padres y a su amigo volver hacia la entrada de la escuela desde donde lo saludan una última vez antes de alejarse en el auto.
– ¿No irás a llorar cierto? – la voz de Jonghyun obliga a Kibum a voltearse.
– ¿De verdad eres mi compañero de habitación?
– Oh sí y no me gusta compartir mi habitación, así que prepárate para divertirte.
¿Qué significa eso? Bien, Kibum no tiene la más pálida idea, pero no dejará que el otro crea que porque su familia le pidió que “cuide de él” le dejará hacerlo.
– ¿A quién asustas, enano? – dice Kibum mientras empuja un poco a Jonghyun para poder entrar a su nueva escuela.
Bitácora de Kibum durante su estadía en esta nueva escuela.
Día uno: conocí a Jonghyun. Es un idiota.