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Destino por Noda_92

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Notas del fanfic:

Hola este es mi primer fic, así que si alguien decide darle una oportunidad y leerlo le estaré eternamente agradecida e intentare no defraudarle.

 

 

 

Notas del capitulo:

Hola, el primer capitulo es simplemente para introducir a los personajes prometo que conforme vaya avanzando la historia serán mucho más entretenidos!!

 

A leer! 

 

 

 

 

Por un instante mi corazón se detuvo, contuve la respiración … no podía apartar la mirada del chico que acababa de entrar en clase. ¿Quién era ese? Y lo más importante ¿por qué estaba yo así?.

 

El chico nuevo se encontraba al lado de la profesora, llevaba el mismo uniforme que los demás, pero por alguna razón a él le quedaba mejor. Parecía un modelo sacado de un catálogo de moda juvenil. Era un chico alto, de complexión delgada pero se notaba que estaba en forma, pelo castaño, con un look casualmente desordenado, ojos marrón oscuro y una mirada profunda y lejana, como si todo lo que estuviera a su alrededor no le interesara.

Me di cuenta de que todavía seguía aguantando la respiración, y solté todo el aire de golpe y mi corazón empezó a acelerarse como si hubiese estado corriendo todo el día.

- Buenos días chicos, sentaros, a partir de hoy tendremos un alumno nuevo en clase – dijo la señora Beck señalando al chico nuevo – espero que todos le den una buena bienvenida, pero no seas tímido joven presentate al resto del grupo.

El chico la miro con cara de sorpresa y disgusto a la vez, se giro hacia nosotros y dijo:

- Hola, me llamo Alex – se volvió a girar hacia la profesora con cara de ya estas contenta, ella puso los ojos en blanco y volvió a hablar:

- Veo que no estas muy hablador por la mañana, chicos su nombre es Alejandro Straff, aunque nació aquí se tuvo que mudar a Londres por motivos de trabajo de su padre siendo muy pequeño, pero ahora han regresado y a partir de este momento sera uno más de vosotros. Puedes sentarte en ese asiento vacío – dijo señalando a la mesa que estaba detrás de mi sitio.

Trague con fuerza, tendría que apelar a todo mi auto-control para concentrarme en la clase. Note como el chico se sentó y sacó el material.

“¡Centrate David!, no puedes despistarte, el examen es la semana que viene, además él es un chico igual que tu, y a ti no te gustan los hombres, no eres gay”.

- Como dije la semana pasada este tipo de oraciones compuestas y subordinadas entran para el examen, ¿hay alguna duda sobre esto?, ¿no?, bien, pues pasemos al tema de hoy, cómo realizar un comentario de texto …

bla, bla, bla … Ya he desconectado, ¡por dios! Pero que aburridas son las clases de castellano, no hay quien aguante diez minutos seguidos escuchando a la profesora, bueno a no ser que seas Miriam y te encante ser un ratoncillo de biblioteca sumergido en libros de lengua” sin quererlo sonreí al imaginarme a un ratoncito con gafas y cierto parecido a Miriam, y como ya me era imposible seguir la explicación me puse a mirar por la ventana y dejar volar mi imaginación.

Me encanta estas vistas, desde mi sitio se puede ver el bosque que rodea parte del instituto, la verdad es que me gusta vivir aquí, es un lugar tranquilo rodeado de naturaleza, y para alguien como yo era lo mejor ya que desde que era pequeño he tenido problemas respiratorios y el médico les dijo a mis padres que nos mudáramos a este pueblo que el aire era más puro y me ayudaría, la gente fue muy amable y conocí a mi mejor amigo Sam. Somos vecinos y desde los siete años que somos inseparables, es todo lo contrario a mi, él es atlético y yo soy un patoso que apenas puede hacer ejercicio porque se ahoga, a él le encanta estar rodeado de gente y ser el centro de atención y a mi me encanta pasar desapercibido, odio las multitudes, prefiero la naturaleza y un buen libro, pero aun así nos complementamos muy bien, tenemos una extraña amistad, la gente incluso bromea diciendo que somos pareja, y la verdad es que es un chico muy atractivo, con una mirada dulce y una sonrisa siempre en su cara, alto y de complexión fuerte debido a todo el ejercicio que hace pues le encanta bailar y cantar, ¡y no lo hace nada mal!, vamos que soy la envidia de todas las chicas del colegio por estar siempre a su lado, pero no es cierto que seamos novios, aunque a Sam sí le gustan los chicos, pero esto es algo que nadie sabe, y no pienso ser yo quien revele su más preciado secreto al mundo, a mi me gustan las chicas, o eso creo, porque nunca he tenido una relación ni me ha gustado nadie como para saber que es lo que me va. Mientras que yo solo soy un chico normalito, no tengo un cuerpo marcado pero no soy ningún blandengue, mido un metro setenta y dos, de ojos marrones y llevo el pelo tintando de rojo [1], que es lo único que destaca de mi. Un golpe a mi mesa me saca de mis pensamientos.

- Querido David, serías tan amable de bajar de tu nube y volver a la clase – decía con una mirada reprochadora, mientras toda la clase se reía a mi costa y yo me ponía rojo como un tomate, Sam me miraba desde la otra parte de la clase con una amplia sonrisa en su cara, acache la cabeza hacía la libreta y me centre en copiar todo lo que decía la profesora hasta que toco el timbre para el descanso.

Solté el bolígrafo y deje caer mi cabeza en la mesa cerrando los ojos. Note como una mano me acariciaba el pelo, sin poderlo evitar empece a ronronear como si fuese un gatito.

- Algún día te traeré una bola de lana para que te entretengas – solté un bufido y levante la cabeza de la mesa para ver como empezaba a carcajearse por su ocurrencia.

- Yah! No tiene gracia – hice un puchero lastimero y Sam paro de reírse para mirarme dulcemente aun con la sonrisa en su cara – prefiero un bol de leche – dije mientras le ponía ojitos y morritos, ambos empezamos a reírnos. Yo seguía riéndome cuando él fijo su vista a algo detrás de mi.

- Hola – dijo acercándose a la mesa del chico nuevo, yo me gire hacía ellos con un mohín – mi nombre es Sam – le tendió la mano y al ver que el chico le devolvía el gesto amplio su sonrisa haciendo que se vieran sus hermosas encías que traían locas a la mitad del instituto.

- Hola, como ya he dicho antes, mi nombre es Alex y creo – dijo señalándome - que tu lindo gatito tiene hambre – Sam empezó a reírse, ahora si que se estaba divirtiendo, incluso se llevo las manos al estómago.

Quería salir corriendo y esconderme en cualquier rincón, el chico nuevo me había escuchado haciendo el tonto con Sam y lo peor es que me ha llamado, lindo gatito. Mi corazón volvió a acelerarse como antes, ¿por qué estoy así otra vez?, decidí ignorar su comentario y a mi acelerado corazón y con la máxima dignidad que pude dije:

- Voy un momento a por algo de comer que tengo hambre – señale mi barriga, dí media vuelta y salí del aula caminando hacía la cafetería.

Quién se ha creído ese chico, burlándose tan fácilmente de la gente, podría ser muy guapo y todo eso pero era un poco idiota.

Espera un momento, ¿guapo?, desde cuando pienso que es guapo, es un engreído, ptché!, bueno … sí que lo has pensado David, no trates de engañarte, desde que entró por la puerta no le has quitado el ojo de encima, si casi te da un paro cardíaco cuando te ha llamado lindo gatito y te ha mirado a los ojos”. Maldito subconsciente, no hace falta que me lo digas, eso ya lo sé!.

Al volver al aula, Sam estaba en mi silla hablando amigablemente con el chico nuevo y un par de chicas de clase, como no quería arriesgarme a que se burlaran otra vez de mi, con dos veces al día tengo suficiente, me arrime a la mesa de Miriam “la empollona de clase” para pedirle prestados los apuntes de castellano, no me puedo permitir suspender este examen.

- Hola, esto …. - dije rascándome la nuca- ehm … ¿ me podrías dejar tus apuntes de castellano?

- ¿Y que gano yo si te los dejo? - dijo mientras sonreía de oreja a oreja con una mirada un poco picara, que me asusto.

- Esto … no sé depende, ¿qué es lo que quieres? - ella se giro hacia Sam y sonrió, uf siempre igual, puse los ojos en blanco – sabes que el no es de mi propiedad ¿verdad?, esta bien, no te prometo nada, bueno mejor si, tus apuntes por un ¿baile?. - dije algo dubitativo pero al ver como ampliaba su sonrisa supe que había ganado, ahora solo tengo que pensar en como convencer a Sam, cogí los apuntes que me dio y me dirigí a mi silla. Al llegar Sam me obligo a sentarme encima de él, se arrimo a mi oreja y dijo susurrando:

- ¿Qué es lo que has estado hablando con esa chica que me mira como si me acabara de comprar? - un escalofrío recorrió mi espalda, me di la vuelta mientras hacía un puchero lastimero.

- Lo siento, ¿podrías bailar para ella? - no le podía mirar a los ojos así que miraba mis manos, notaba como el chico nuevo tenía la mirada puesta en nosotros. Sam bufo y dijo un poco enfadado:

- Por que siempre tengo que hacer estas cosas, si prestaras más atención en las clases no tendrías que pedirle los apuntes a nadie, y yo no tendría que prostituirme para ti – esto último lo dijo quitándome de encima suyo y dirigiéndose a su mesa.

- Yah!!! No seas idiota! Tampoco es para tanto – dije gritando enfadado, como solo faltaban un par de minutos para que acabara el descanso la mayoría de los compañeros ya estaban en el aula y me miraron con mala cara – así que simplemente me senté y mire a Sam con cara de pocos amigos, él sonrió y me sacó la lengua, mientras susurraba un idiota.

Aiish que idiota es a veces Sam, me hace enfadar para nada”. La clase ya había empezado y decidí concentrarme en las explicaciones de los profesores hasta que fuera la hora de salir.

Por fin el sonido delicioso de nuestra libertad, eran las tres y cuarto y hoy entraba a trabajar a las cinco, como no quería ser una carga para mis padres, el año pasado empece a trabajar en una cafetería a tiempo parcial. Recogí mis cosas y me arrime a la mesa de Sam.

- Ya se te ha pasado el enfado – pregunte fingiendo un poco de enfado.

- No, no se me ha pasado, no creas que me hace gracia tener que bailar para – se arrimo a mi para susurrar – una pervertidilla.

No lo pude evitar empece a reírme y Sam se unió a mis risas, algunos compañeros nos miraban un poco mal, bueno más bien me miraban mal a mi, no a él. Siempre he sido yo quien no les ha caído bien, y menos desde hace tres años cuando Sam dejo de ir con su grupo de amigos y sólo salía conmigo. Cuando eramos más pequeños yo intente integrarme con mis compañeros, pero por alguna razón nunca lo lograba, así que decidí dejar de intentarlo, me conformaba con hablar con Sam en el jardín de mi casa por las tardes cuando él no se iba con sus amigos. Para mi era mi mejor y único amigo, y esos momentos por las tardes después de haber hecho los deberes esperando la cena eran los mejores del día, poco a poco y conforme fuimos creciendo el tiempo que pasábamos juntos hablando aumento, ya no solo hablamos por las tardes, sino también por las noches después de cenar, incluso me integro en su grupo de amigos, y ellos me aceptaron simplemente porque iba con él, aunque yo no les cayera muy bien. Hace tres años cuando teníamos catorce años, en la excursión de fin de curso el chico del que estaba Sam enamorado planeo junto a “mis nuevos amigos” una broma pesada, y cuando Sam se entero se enfado muchísimo, tanto que desde entonces dejo de ir con ellos. Aun seguía manteniendo una relación cordial con ellos en las clases, pero nada más. La gente piensa que fui yo quien le dijo a Sam que dejara de ir con ellos, pero es mentira, yo ni siquiera le conté la “broma” que ellos me hicieron. Sam solo me encontró llorando en el bosque y yo le dije que me había perdido y como estaba asustado me puse a llorar. No se como él se entero de lo que paso, pero al volver del campamento dejo de ir con ellos, y cuando empezaron las clases, la suerte estuvo de mi lado, ninguno de ellos venia con nosotros. Pero el rumor de que Sam había dejado a su grupo de amigos por mi se extendió y a las “fans” de Sam no les gusto.

- ¿Hoy tienes trabajo?- dijo volviéndome a la realidad, ya estábamos saliendo del instituto y ni me había dado cuenta.

- Sí, entro a las cinco, por cierto ¿que has estado hablando con el chico nuevo? Parece que os habéis hecho amigos – dije algo molesto - se chico nuevo no me gusta Sam, tiene algo en su mirada, como si ocultara un horrible pasado.

- Pero que tonterías dices D – empezó a reírse de mi comentario- sólo trataba de ser amable con él, recuerda que no es fácil integrarse en un sitio nuevo.

En ese momento ya habíamos llegado a la parada de bus, al subir nos sentamos como siempre en la parte de atrás y Sam se puso los auriculares, así que me dedique a mirar por la ventana el bosque, yo me bajaba primero, al llegar a mi parada me despedí de Sam y fui directo a mi casa, eran casi las cuatro y quería darme una ducha antes de ir a trabajar, hoy me esperaba una tarde larga.

 

Notas finales:

¿Qué os a parecido? *se esconde detrás de un cojín*  Estoy abierta a cualquier sugerencia así que no seaís timidos y comentar, os estaría agradecida de saber vuestra opinión. 

 

P.D: sí pinchan en  [1] verán una imagen de como me imagino el pelo de David :). 


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