En una fresca tarde de otoño, de aquellas tardes donde el suelo se alfombra de un color amarronado debido a las hojas secas que caen de los árboles, y el batir de las alas de los pajarillos resuena por todos lados. Un joven rubio no muy alto, de contextura delgada y finas facciones, corría presuroso haciendo a las secas hojas crujir bajo sus pies.
Ji yong, como lo conocían todos, era el segundo hijo de una familia humilde y de bajos recursos, desde temprana edad había lidiado con la muerte de su padre quedando él como responsable de su enferma madre, por lo que gastaba su vida en trabajos de medio tiempo, sin el tiempo suficiente para poder estudiar. Aquella oportunidad nunca se le había presentado a él, a diferencia de su hermana la cual estudiaba en el extranjero, y sin embargo, nunca la había odiado a pesar de eso.
"Hyung, llegas tarde" le dijo SeungRi, su compañero y amigo de la cafetería en la que trabajaba por las noches.
"Lo siento" contestó haciendo una vehemia "En la fábrica me atrase un poco"
"Deberías trabajar menos Hyung" le dijo con preocupación el menor.
"No puedo Ri, necesito el dinero para pagar el tratamiento de mi madre" contestó el rubio con un deje de abatimiento.
"Lo entiendo, pero debes cuidarte, te ves cansado" dijo viendo las surcadas ojeras que se le formaban y su piel pálida y grisácea que parecía disminuir un tono más cada vez que lo veía.
"Lo haré Ri, no te preocupes" dijo el rubio fozándose a esbozar una sonrisa.
La cafetería, era un espacioso lugar que le agradaba a Ji, de todos, era el trabajo que consideraba como su favorito, le gustaba la tranquilidad y los olores que se respiraban, era un lugar acogedor que le permitía darse el descanso que tanto necesitaba su cuerpo, liberarse del estrés y de la gente que le rodeaban por las mañanas. Por ser una sucursal nueva, la cafetería se encontraba mayoritariamente vacía, por lo que la únicas labores de Ji se limitaban a acomodar unas cuantas cajas y atender al par de personas que llegaban de vez en cuando.
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[POV JI]
"Ji, levántate hijo, ya está listo el desayuno" la voz de mi madre me despertó.
"Gracias, enseguida voy" le contesté. Abrí mis ojos lentamente, cerrándolos al instantes por la luz lastimera que se filtraba por la ventana.
Caminé rápidamente hacia la ducha y habiendo terminado me vestí, saliendo a los pocos minutos al comedor donde me esperaban mis padres y mi hermana. Desayunamos alegremente disfrutando de una plática no muy importante pero agradable, vi mi reloj, se me hacía tarde por lo que me apresure a terminar mi desayuno y despedirme.
"Vuelvo más tarde, me voy primero" dije abrazando a mi familia
"Está bien hijo, cuidate" me dijo mi madre dándome un beso.
Rápidamente salí de la casa y caminé hasta mi auto que se aparcaba enfrente y me puse en marcha a la escuela.
"Llegas tarde Ji" me dijeron mis amigos cuando llegué.
"Lo siento, había tráfico" Sonreí
"Está bien" sonrieron "¿Has visto los resultados de la última prueba" me preguntaron entusiasmados.
"No ¿ya salieron?" contesté.
"Sí ¿quieres ir a verlos?"
"Por supuesto" respondí entusiasmado. Corrimos por los pasillos a modo de competencia, tal vez yo no era muy alto o fuerte, pero era rápido por lo que llegué primero
"Woah, otra vez estás en primer lugar" me dijeron entre abrazos y vítores. Y era cierto, ahí estaba mi nombre, en la primera línea.
"Increíble hyung, no fallaste ninguna" me dijeron asombrados y yo solo sonreí satisfecho.
"¿Hyung?"
"Hmn" Murmuré
"¿Hyung?"
"¿Qué?" respondí nuevamente.
"¡Hyung!" ¿Acaso estaba sordo?.
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"Hyung, despierta" SeungRi le llamaba mientras lo sacudía. Ji yong se había quedado dormido.
"L-lo siento, no quise quedarme dormido" el rubio se disculpó poniéndose de pie. A veces los sueños eran la única manera de satisfacer los deseos del corazón.
"Está bien Hyung, no quería despertarte, pero el jefe no tardará en llegar"
"No te preocupes Ri. Gracias. Iré a limpiar las mesas de allá" contestó en medio de un bostezo.
Con los pies desganados y los ojos ligeramente cerrados, cogió una franela y caminó hacia las mesas donde se dispuso a limpiar las migajas de pan.
Ji yong suspiraba mirando a través de los vidrios el pinceleado paisaje amarillento de otoño. Una pareja caminaba sosteniendo a un niño por ambos brazos. Sonrió nostalgicamente. Cómo envidiaba a aquel niño con una sonrisa pintada en su rostro, inocente de la vida, y con una familia feliz. No recordaba haber salido alguna vez a pasear con sus padres. Una lágrima traicionera rodó por sus sonrosadas mejillas. ¿Acaso nunca habría una oportunidad para que él fuera feliz?.
"Buscamos al señor Kwon Ji yong" escuchó a sus espaldas, saliendo de su ensoñamiento.
"Es ese de allá" respondió SeungRi señalando al rubio.
Dos hombres altos, vestidos de traje negro y lentes oscuros se le acercaron.
"¿Señor Kwon?"
"¿S-sí?" balbuceó teniéndolos de frente y limpiándose las lágrimas de los ojos.
"Siéntese por favor"
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Frente a la cafetería un Bentley negro y polarizado se aparcaba con un hombre vestido de negro en su interior.
"Señor, lo hemos encontrado" dijo al teléfono esbozando una sonrisa de lado.
"Bien, ahora traelo, Yul" …