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Bollito. por MitcheKiller117

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Notas del capitulo:

Aclaraciones:

Xx — Cambio de escena.

—     Diálogos.

Puntos a remarcar.

“” — Otros puntos de interés.

.

¡A leer!

 ¡Dejen Reviews!

Xx

 

 

XiuMin cayó rendido sobre el sofá.

Estaba agotado, al igual que sus compañeros de grupo.

EXO-K había terminado con sus ensayos una hora antes y el hombre con cara de bollo no podía sentirse más envidioso. Sin embargo y para ser honestos, también sentía que tenía bien merecido el tener que practicar mucho más. El baile no acababa de cuadrarle y no era precisamente que XIuMin no fuese un buen bailarín.

Frustrado, se llevó una mano al cabello y lo encontró húmedo. Frunció el ceño e hizo un mohín sin darse cuenta, detestaba sudar tanto.

—Yah, Seokie. ¿Estás intentando seducir a LuHan? SeHun se va a enojar ~~ — Canturreó Chen.

El aludido se incorporó un poco para levantar la cabeza y LuHan aprovechó para colarse en el sillón y dejarla descasar sobre sus delgadas piernas.

Minseok miró mal a JongDae. —No, no lo estoy.

El castaño le dedicó una sonrisa resplandeciente, el de cachetes rechonchos miró a LuHan para que el otro no lo viera sonrojarse.

XiuMin siempre pensó que la sonrisa de Chen era preciosa y sin embargo, de un tiempo en adelante había comenzado a verla mucho más atractiva. Se reprendido mentalmente y dejó que su Dongsaeng favorito le acariciara el pelo.

—Lu-Ge — Masculló, cansado. — Salgamos a cenar hoy.

El del apodo sonrió de oreja a oreja y le jaló la nariz a su Hyung. — Vale, se me antojan unos bollitos calientitos.

Chen alzó una ceja desde su cómodo asiento, el frío piso de madera del estudio de baile. — ¿Es eso una insinuación?

LuHan se carcajeó sin poder evitarlo y Minseok volvió a hacer un mohín, esta vez asegurándose de mirar al menor. Chen se encogió de hombros.

—¿Qué? Mírate, Seokie~ —Lo apuntó, sonriendo. — Así pareces hasta un bollo doblemente relleno, entiendo por qué LuHan querría comerte.

Quiso contraatacar diciendo que al menos él no parecía un camello y sin embargo, “Seokie” se sonrojó violentamente y volvió a apartar la mirada. La imagen de Chen mordiendo sus cachetes invadió su mente repentinamente y negó repetitivamente con la cabeza. ¿Qué demonios estaba pasando con él?

—Ignoremos a Chen, Lu-Ge

Su Dongsaeng asintió, sintiéndose incapaz de contradecir el puchero que le dedicaba su Hyung. Kris y Tao llevaban un buen rato acaramelados frente a los espejos en el otro extremo de la habitación.

XiuMin no podía culparlos por parecer tan ansiosos y devorarse el uno al otro. Ambos eran muy guapos y le parecía algo obvio. Él tampoco se separaría de Chen si lo tuviese…

Después de que ese pensamiento surcara su mente, Minseok decidió que estaba pensando ya demasiadas estupideces y se sentó meneando la cabeza para después levantarse.

Sus planes de largarse se vieron frustrados cuando EXO-K volvió a aparecer por la puerta.

Xiumin los miró sorprendido. Siendo franco, si él fuese ellos, se hubiese ido a descansar al finalizar. Pero no, los chicos entraban de nuevo y había una sonrisa cómplice entre los labios de algunos de ellos.

KyungSoo mantenía el ceño ligeramente fruncido y parecía preocupado. Baek no les prestaba atención y se mantenía tecleando algo en su móvil. XiuMin pensó en sí estaría mensajeandose con Taeyeon y se entristeció por la idea de saber a ChanYeol triste otra vez.

—Creí que se habían ido hace un buen rato. — Kris habló, separándose un poco de Tao y volviéndose. Tenía los labios ligeramente hinchados.

Kai sonrió —Este Hyung no pierde el tiempo.

Kris chocó su palma con la del de piel acanelada y luego la entrelazó con la de Tao, que lo miró sonrojado.

—Creemos que nos merecemos un descanso. — ChanYeol dejó un recipiente grande en el suelo de madera y se sentó sobre él. SeHun aseguró la puerta.

Yixing, que había permanecido distraído en el suelo junto a JongDae, los observó fijamente. —¿Qué están tramando?

XiuMin se dejó caer sentado nuevamente en el sofá y LuHan rodeó sus hombros con un brazo, como lo hacía con todo el que se sentaba a su lado. Una sonrisa que prometía problemas se dibujó en los labios del gigante.

—Esta noche nos divertiremos. — Aseguró y golpeó repetidas veces el contenedor sobre el cual estaba sentado, logrando que todos lo notaran.

SuHo recargó una mano sobre su hombro y sonrió de la misma forma. — Chicos, este tiene que ser nuestro pequeño secreto.

Okay. Minseok comenzó a asustarse, ¿Por qué tanto misterio? Terminó de tensarse cuando vio a SeHun sacarse la chaqueta y cubrir la ranura de la puerta con ella.

—¿Y bien? — Por el tono de su voz, Min supo que Yixing tampoco estaba tranquilo.

ChanYeol se levantó y levantó sus manos al aire al mismo tiempo que SuHo se inclinó y abrió el contenedor.

—¡Hoy nos embriagamos!

XiuMin soltó todo el aire que había estado conteniendo sin darse cuenta y se dio cuenta de que el contenedor realmente era una hielera, una infestada de hielo y botellas con distintos colores y líquidos, que todos ahí sabían eran embriagantes.

SeHun se acercó y abrió un hueco entre XiuMin y LuHan, abrazando al menor de estos de forma posesiva por los hombros, ganándose un beso en la mejilla. El mayor rodó los ojos y Lay los puso en blanco.

—¡Kim JoonMyun! ¡¿Te volviste completamente loco?! — Exclamó, levantándose. — ¡Estamos en las oficinas de la SM! ¡Nuestro trabajo!

El aludido, lejos de parecer querer entrar en razón, sonrió. — Lo sé, Yixing, pero no podemos hacerlo afuera.

—Piénsalo, Lay. —Obvió el de piel oscura — Las oficinas cierran en menos de media hora. Vendrán a ver que nadie se quede dentro, no verán luz y cerraran. —Una sonrisa victoriosa se formuló en los gruesos labios de JongIn — Tenemos la noche para nosotros solos.

Lay dudó un segundo y luego volvió a negar con la cabeza. — Se darán cuenta cuando no lleguemos a casa.

Kai le mostró sus dientes, demostrando que todo estaba fríamente calculado. — JoonMyun llamó, dijo que lo pasaríamos en su casa esta noche.

—¿Y por qué no vamos allá?

—Para mis padres, no tomo. — SuHo se encogió de hombros.

Yixing asintió y lo imitó, restándole importancia al asunto y se le quedó mirando a un espejo, confundido. Kai, SeHun, ChanYeol y SuHo celebraron su victoria con un silbido.

KyungSoo los miró mal. — No, JongIn. Dejen esto, vayamos a casa.

XiuMin asintió, apoyándolo y el de ojos grandes se sintió mucho mejor con eso, movió rápidamente sus pies y se colocó ocupando un lugar junto al mayor.

—Se volvieron locos. — Atinó a decir éste.

—Vamos, Seokie. Podría ser divertido~

Algo en esa sonrisa lo hacía perder la cordura. Maldijo por lo bajo, sabía que más tarde se arrepentiría.

—Como quieran. — Musitó.

KyungSoo abrió los ojos como si estuviese viendo una película de terror.

Todos habían perdido la razón.

 

Xx

 

Decidieron encerrarse el resto de la noche.

De entre las bebidas, destacaba la más popular, el Soju. Y sin embargo en esa hielera cabían perfectamente varias botellas con un contenido más fuerte.

Los chicos se habían preparado bien. Traían vasos normales y vasos shot. Siendo que pronto se hubieron quedado solos, encendieron un poco de música, aunque tampoco exageraron en cuanto al volumen.

XiuMin no se movió de su asiento en todo ese tiempo. El hecho de que hubiese accedido a quedarse, no significaba tener que perder la cordura también.

Él podía no ser el líder peor sí era el mayor. Y eso lo hacía automáticamente ser el responsable de todos esos pilluelos y de mantenerlos dentro del salón sin intentar hacer diabluras que rebasaran el sentido común.

El ambiente era bastante bueno. SeHun se montó sobre ChanYeol para cambiar algunos focos, se habían aprovechado de la iluminación y solo se dedicaron a encender algunos de ellos, cuando lo hicieron, XiuMin supo que eran de colores variados y extravagantes.

La música era definitivamente buena, sensual aunque no llegaba a lo ardiente todavía. Por la cara de algunos, Minseok pensó que SuHo preparaba muy buenos tragos.

LuHan, SeHun, BaekHyun, Lay, Kai, Tao y Kris bailaban en el centro. Era obvio que la temperatura entre ellos había aumentado y eso podía descifrarse únicamente por el compás de sus cuerpos al mecerse y la forma descarada en la que empezaban a rosarse sin importarles nada, eso sin mencionar las ligeras y vagas carcajadas que se escapaban de sus bocas, asomándose primero como un susurro y luego como un grito fuera del sentido común.

D.O. tomó asiento junto a Minseok desde el principio. Miraba a JongIn con el ceño fruncido y aunque SuHo le ofrecía algo para beber cada tres segundos, el no tardaba ni una milésima en negarse con una mala expresión. El mayor se alegró de tener a alguien cuerdo consigo, lo necesitaría para arrastrar diez cuerpos fuera del edificio más tarde.

—¡Vale mierda la vida! — vociferó ChanYeol, que bebía en el suelo con la espalda recargada en los espejos junto a Chen.

El troll sonrió y alzó su trago como si de un brindis se tratase. — ¡Vale un tocino la vida! ~

Su exclamación, claramente indirecta, llamó la atención del chico de ojos delineados que bailaba meneando las caderas de forma descarada en dirección al gigante. — ¡Me vale un par de orejas bien grandes! — Contestó y guiñó.

XiuMin río aunque se sintió bastante dolido por el gigante y continuo observando. Claramente ChanYeol ya no estaba en sus cabales y lo vio tambalearse un poco al intentar ponerse de pie, fracasando y volviendo al suelo.

Al gigante se le nubló la vista y se sintió desfallecer, ni siquiera llevaba demasiado tiempo bajo los efectos del alcohol sin embargo, bien sabía que había exagerado con sus tragos. Y no importaba, absolutamente nada de eso importaba si BaekHyun no era suyo.

Y no lo era.

No lo era más…

Sacó una caja de sus pantaloncillos y la miró fijamente.

—¿Qué es? — Si JongDae era algo además de Troll, era curioso.

Una sonrisa traviesa se abrió paso en los labios del más alto y también más ebrio. — ¿Quieres probar?

D.O. suspiró y acunó su cara entre sus manos, cuyos brazos a su vez estaban recargados en sus rodillas. —JongIn idiota.

Minseok sonrió con tristeza y en un intento por ayudarlo, tomó dos de los tragos que SuHo recientemente terminó de preparar y le ofreció uno al más pequeño.

—Eh, anímate.

KyungSoo abrió los ojos con sorpresa y sin embargo recibió el vaso. — Pero Hyung…

—Un trago no le hace daño a nadie. — Lo tranquilizó el mayor, bebiéndose el contenido de su vaso en un segundo.

KyungSoo lo imitó y vio toda la habitación girar. El alcohol le causó una extraña sensación en la sangre y sintió su corazón agitado. Pese a todo, le gustó sentirse así.

Al verlo sonreír, XiuMin le pasó otro vaso y chocó uno nuevo suyo contra él en un brindis. —Por los amores malos.

D.O. asintió con timidez y después ambos bebieron el contenido.

Mala idea, Minseok.

Mala idea.

 

Xx

 

Control.

El control es definido como el dominio o autoridad sobre una cosa.

Bien, pues eso era exactamente lo que ellos necesitaban. Controlarse.

La música había subido muchísimo de volumen. LuHan y SeHun estaban completamente fuera de sí. La ropa les estorbaba y no se les veía para nada incomodos estando en solo ropa interior, succionándose el uno al otro frente a los espejos, como antes lo habían hecho Tao y Kris que, por cierto, se besaban apasionadamente sobre el tranquilo sofá en el que anteriormente Minseok había hecho tanto mal.

—¡Soy un pinche unicornio! — Lay corría de un lugar a otro, trotando de forma alegre, sosteniendo un aparato de lo más lindo y nada discreto sobre su frente. — ¡Mi cuerno es azul! ¡Azul y es que este amor es azul como el mar azul! ~

—¡Yixing, amorcito corazón, por favor quítate eso de la cabeza! — Suplicó el líder, algo ebrio pero lo suficientemente cuerdo como para recordar cómo tener vergüenza. JoonMyun lamentaba muchísimo haber traído consigo el consolador favorito de su novio.

Kai había perdido muchas cosas esa noche.

Estaba su lindo y sensual nuevo arete de la oreja izquierda. Estaba la cuenta de los vasos de bebida que había consumido. Estaban las veces que se metió en su linda boquita aquellas pastillas rosadas que ChanYeol le había ofrecido y estaba también, por supuesto, su dignidad.

Pues el moreno estaba de rodillas frente a un obstinado y por si fuera poco borracho KyungSoo.

—Perdóname ojoncito, te juro que lo no vuelvo a hacer chiquitito. ¡Si tú me quieres, pues dame una sonrisa! ¡Si no me quieres, no me hagas caso!

El de ojos grandes meneó la cabeza de forma furiosa intentando decir que no pero lo único que consiguió fue que de su boca salieran un montón de garabatos indescifrables.

ChanYeol se había puesto de pie luego de armarse de valor con un par de esas pastillas chistosas y rosadas que lo hacían tener ganas de reír y vomitar al mismo tiempo y no tenía ni puta idea de cómo eso era posible.

Observó caer a Yixing en un pozo muy hondo y lo vio volver convertido en un lindo unicornio rosado aunque para ser sinceros no sabía que los unicornios pudiesen hablar, ni tampoco que dijeran tantas incoherencias como ese. Es decir, repetía a cada rato que era lindo y además color azul pero él lo único que veía era un caballo feo color rosado.

Vaya incoherencias.

BaekHyun bailaba acariciándose el solo pues, el trio que se estaba montando con SeHun y LuHan un rato atrás se había terminado para su mala suerte.

—Oye niño, ¿Quieres drogas?

ChanYeol se había levantado con el objetivo de seducir al mayor y sin embargo, terminó por ponerse a promocionar su mercancía.

Baek lo miró y se cruzó de brazos, parando el sensual baile que al gigante le parecía el de una zorra en apareamiento. —¿Intentas hacerte el gracioso?

Por el tono de su voz, cualquiera hubiese sabido que estaba totalmente en sus casillas. Claro, excepto ChanYeol que de pronto lo abrazó emocionado.

—¡Lee Sung Mi! ¡Dame tu autógrafo! Soy tu faaaaaaan número uno — El gigante comenzó a bailar a su alrededor.

BaekHyun sonrió enternecido y acarició el cabello del orejón, que de pronto actuaba como un cachorrito muerto de hambre. Sentía mucha pena. Él realmente quería estar con su Yeolie.

—Monta tu unicornio, SuHo. ¡Móntalo, móntalo!  —Definitivamente el chino del hoyuelo se arrepentiría de ello después.

Chen filmaba todo de forma entretenida y a XiuMin, que se mordía las uñas con bastante nerviosismo y desesperación, le pareció que era el único cuerdo ahí además de él.

El mayor no sabía cuándo las cosas se habían salido tanto de control. De un trago para otro, KyungSoo empezó a maldecir a los cuatro vientos y de alguna manera logró que JongIn estuviese disculpándose de una forma tan penosa, en el suelo.

Y todos habían perdido el juicio. Parecían más drogados que borrachos, aunque por supuesto, él no tenía idea de que así era.

Sudor frio bajo por su cuerpo cuando escuchó gemidos y se atrevió a mirar hacía el lugar de donde provenían.

—¡Oh sí! Para abajo-bajo-bajo~ — LuHan gemía de forma incontrolable con el pecho sudoroso pegado al espejo.

—Dale mamacita, mueve la pom pom pa~. —SeHun lo embestía al ritmo de la música y le besaba el cuello con fiereza.

Ya habían perdido la poca vergüenza que les quedaba, se había ido a parar quién sabe dónde junto a su ropa interior.

Hubiese continuado petrificado de no ser porque alguien jaló de su manga y como buen responsable se vio obligado a volverse. KyungSoo lo miró con pena, sabía que estaba ebrio pero no pudo evitar querer ayudarlo

—Bollo, me siento extraño.

D.O. jamás lo había llamado de esa forma. Aunque extrañado, XiuMin lo miró y se dio cuenta de que bailaba tambaleándose sobre sus pies. La ternura invadió su rostro y dejó escapar una sonrisa de culpabilidad, él lo había incitado a beber y ahora el pobre ni sabía que lo que quería era ir al baño.

Le acarició el pelo. —Tranquilo Soo, solo quieres ir al baño. — Aseguró como madre protectora.

Lo que no sabía era que el ojón había probado ya las drogas del Gigante y que si lo llamaba bollo era porque lo veía como uno. Y que si se sentía extraño era porque tenía una erección.

Un puchero apareció en los labios del de ojos grandes. — ¡Llevame! — Exigió, cerrando sus manos sobre su cuello.

Minseok suspiró y observó a JongIn intentando abrir la puerta, demasiado borracho como para lograr meter la llave en la cerradura.

—¡Yah, JongDae! — Llamó al dinosaurio.

El menor pausó el video y dirigió hacía él, al no notarlo extraño, el chico con mejillas de bollo prosiguió. — Acompáñame al baño.

Una sonrisa traviesa se apodero de los labios del más pequeño. — Cuando quieras. — Guiñó.

Minseok se sonrojó pero rodó los ojos y comenzó a andar arrastrando a KyungSoo consigo. Le quitó las llaves al moreno, abrió y los empujó fuera antes de volver a cerrar la puerta.

Las luces de los corredores se quedaban encendidas.

Su pequeña fiesta privada había ido demasiado lejos. Él se había tomado algunos seis tragos y sin embargo seguía sintiéndose bien. O al menos lo suficientemente bien como para arrastrar a dos personas bajo su cuidado.

Chen iba al frente mirando fijamente algún punto exacto.

—¡¿Por qué Minseok Hyung?! ¡¿Por qué quieres quitarme a mi Dodo?! — JongIn chillaba, siendo arrastrado por el aludido. — ¡Yo lo amo, Hyung! ¡No me lo quites!

—¿De qué chuchas estás hablando Kai? — Minseok río. — Escúchate.

—¡El KaiSoo es más real que la abuela de Baek! ¡El XiuSoo no existe! — El moreno era mucho más fuerte que él, por lo que cuando el menor lo jaloneo por la camisa, XiuMin no pudo hacer otra cosa que chillar asustado.

—¡JongDaaaaae!

En un pasillo de la SM de no sé qué piso y ahora no viene al cuento. Exactamente frente a una foto donde DongHae tenía cara de estar teniendo problemas gastrointestinales Chen se giró y al ver a XiuMin, sintió que solo estaban ellos dos.

El fondo de colores retumbó en su cabeza ante su llamado. Las florecitas se marchitaron y vio las nubecitas cubrir el techo del pasillo con su color gris.

Un malvado nigga negro tomaba a su ángel resplandeciente por la camisa y lo jalaba con fuerza. JongDae juró que su maligna cara se transformó en la de un vampiro sádico y se lanzó sobre él antes de que pudiese hacerle daño a su precioso angelito.

—Yah, ¡JongDae! ¡Pero no le pegues!

Los movimientos de su cuerpo iban demasiado lentos concorde a sus pensamientos y la voz de Minseok retumbó en su cabeza. No dolía pero sentía que podía salir flotando si quería. No sabía con exactitud por qué se encontraba tirado sobre el suelo pero le gustaba la sensación de cosquillas en su estómago al ver el rostro del mayor preocupado.

Un arcoíris se pintó sobre las nubes grises y cuando XiuMin se inclinó sobre él para ayudarlo a ponerse de pie, Chen lo jaló y lo trajo consigo al suelo.

El mayor respiró de forma agitada al darse cuenta de su cercanía. JongDae le acarició una mejilla a su ángel e inmediatamente sacudió la cabeza, le pareció haber visto que su ángel tenía cara de bollo.

Pero no.

No era así.

Era tan guapo.

Tenía la cara llena de imperfecciones, aunque no de cráteres. Su nariz era fina y no muy ancha. Pequeñas comillas se formaban en las comisuras de sus labios, Chen no podía verlas en ese preciso instante y eso le molestó.

Siempre estaba intentando hacerlo sonreír para poder verlas. Y es que le era inevitable pensar como todo un cursi enamorado que esa era precisamente su cita favorita.

Jodidamente atractivo. Minseok lo miró con profundidad que él tradujo como fogosa pasión y se perdió en el entrecejo fruncido de sus cejas.

Sudaba. Sudaba amor.

La cara de bollo volvió a aparecer. El bollo era un sol resplandeciente, uno parlante.

—¡Chen! ¡Carajo, suéltame!

Suéltame. Eltame. Tame. Me. Cógeme.

De alguna manera había logrado traducirlo, el idioma bollo sonaba encantador y sin embargo complejo, tanto, que le había tomado casi un minuto lograr interpretarlo de forma correcta. Sonrió sintiéndose exitoso.

El bollo volvió a tener la cara de su Hyung y lo jaloneo un poco hasta ponerse de pie.

Tenía unas buenas piernas. Muchos decían que estaba gordo pero a él le parecía que tenía una figura deliciosa. Su traserito no estaba mal, no por nada decían que era hijo del conejo de esa banda que chupa en junio.

¿Los conejos podían tener bollos? Es decir, ¿las personas que vendían bollos en realidad eran asesinas? ¿Asesinas que tenían una fábrica de conejos que tenían hijos a los que ellas mataban cruelmente para después vender?

Frunció ligeramente el ceño, dejándose jalonear. Él no quería que a su bollito lo cocieran y lo vendieran.

Sonrió. Él lo compraría y se lo comería. Mejor. Mucho mejor.

—Ven acá, bollito.

A JongDae de pronto se le antojo verlo bien vestido. Con vestido, sí. Recordaba que su madre tenía uno rojo bastante escotado. Sería un bollo sabroso, bastante rico. De pronto se encontró a sí mismo preguntándose a qué sabría su relleno.

Se lamió los labios, él quería saberlo.

Debía saberlo.

Puso una de sus manos sobre la cabeza del otro y lo atrajo de vuelta hacía él. Fundiendo sus labios en los suyos bajo la creciente desesperación de averiguar su sabor. XiuMin se dejó llevar por lo caliente y excitante del momento, JongDae, con quien llevaba meses fantaseando, lo estaba besando y mientras lo hacía colaba una mano bajo su camisa.

Pensó por un momento que el menor no debía estar del todo en sus cabales, sin embargo, cuando su lengua se deslizó sobre su labio inferior y el mayor tuvo tiempo de abrir la boca, sintió su caliente lengua jugando bien sus cartas y descartó toda posibilidad de que Chen realmente no tuviese idea de qué estaba haciendo.

JongDae por su parte intentaba descifrar si era verdura o algún relleno frutal. Era dulce, sí, definitivamente lo era. Mordió el labio del mayor, que gimió bajo el contacto y probó el sabor metálico de la sangre.

De alguna manera abrió los ojos y observó los del otro.

No era más un bollo.

Las cosas daban vueltas a su alrededor y el KyungSoo que se había quedado profundamente dormido sobre un noqueado JongIn de pronto estuvo colgando sobre el techo. Parpadeó. Volvió a estar sobre el suelo.

Un panda se acercó corriendo por el pasillo. JongDae se lanzó sobre XiuMin, que volvía a ser un bollo, para protegerlo del ataque. Pero el ataque nunca llegó. Un furioso dragón apareció detrás del panda, escupiendo fuego y quemando todo a su paso, cargando al panda entre sus cortas manos y desapareciendo ambos tras una puerta con una humana con vestido dibujada en ella.

El pasillo ardía y no estaba seguro de por qué no tenía calor. Pensó en su bollo y en que quizá se quemaría y dejaría de ser atractivamente esponjoso si se quemaba así que lo miró.

Pero solo se encontró con los ojos de un confundido XiuMin. Y esos labios, esos labios tan apetecibles.

Chen lo tomó por la barbilla y volvió a besarlo, esta vez de forma más húmeda. Sus labios picoteaban aquí y allá, succionaba y lamía cada rincón de la boca del otro no queriendo perder ningún detalle.

¿Era posible querer follarse a su bollo?

Lo era, porque ese ya no era un bollo. Era solo un chico con cachetes en forma de bollo.

Su chico con cachetes en forma de bollito.

Así que se lo comería. Allí, en el pasillo de su trabajo. Nadie estaba cuerdo esa noche después de todo.

Se las arregló para sacarle la camisa a paso veloz, y succionó aquí y allá. Primero su cuello, solo Chen era cuidadoso y fogoso a la vez. Recorrió desde su barbilla hasta sus hombros con sus labios, trazando un camino a seguir con su saliva.

Su sabor era la gloria. Podía percibir algo ligeramente salado y después de unos lengüetazos más, se dio cuenta de que Minseok realmente era como se veía, completamente dulce. Como un caramelo.

Se sintió afortunado y gustoso continuó bajando, deleitándose ante los gemidos que al otro se le escapaban de la boca, enterrando sus dedos en ella, dejando que las chupara y su imaginación volara.

El pasillo realmente no estaba en llamas pero sus cuerpos lo estaban. Chen recobraba la conciencia pero no la fuerza de voluntad.  No podía separarse de su dulce Baozi, aún si así lo quisiera.  Y si estaba seguro de algo, era que no quería.

Y Chen sabía que nunca había filmado a una bailarina exótica siendo cortejada por un gigante que le ofrecía de sus habichuelas mágicas, ni a un caballo feo con un cuerno falso siendo perseguido por Don Cangrejo.

El mayor lo acariciaba sobre la camisa y gemía su nombre de forma incontrolable una y otra vez. No podía evitar sentirse sucio, sobre todo teniendo a dos inconscientes justo en frente y estar gozando de esa forma tan exagerada.

Chen metió una mano en sus pantalones y acarició con parsimonia el bulto que tenía rato yaciendo en los bóxer del mayor. Lo hizo de una forma lenta y dolorosa que a cierto paso se fue volviendo gloriosa. El maldito sabía bien lo que hacía.

Deslizó sus labios nuevamente sobre su pecho y humedeció cada centímetro de su piel bajo ellos antes de volver a fundirlos con los suyos.

XiuMin pese a saber que no era cierto. Sentía que solo eran ellos dos.

Finalmente el menor había logrado desabrocharle los pantalones, levantó la cadera para que pudiera deshacerse de ellos y así lo hizo, deslizando su traviesa mano por debajo de su ropa interior y encontrando al fin ese pedazo de carne alarmantemente dura y ya humedecida por el líquido pre seminal.

Chen sabía que ese no era su baozi. Era su Hyung. Un Hyung al que le debía respeto y en vez de mostrárselo, estaba prácticamente violándoselo en medio de un corredor que tendrían que visitar con frecuencia cada día después de ese.

Las gotas de sudor perlado recorrieron su frente cuando se separó un poco. Los dedos de sus manos abandonaron la boca de XiuMin y lo miró con profundidad.

Estaba consiente. Ambos lo estaban.

Minseok acunó entre sus manos el rostro del menor y se acercó a él, atrapando su labio inferior entre los suyos.

—Te quiero Chennie. — Murmuró bajito y un suspiro de alivio se escapó de su boca.

Lo había dicho. Un peso encima menos.

El aludido sonrió de forma gatuna como usualmente solía hacerlo y movió su boca lentamente hacia arriba, juntando sus labios nuevamente.

—Te quiero más, Seokie~~.

Un fogoso beso húmedo fue lo siguiente. El mayor, tan contento como ansioso, se atrevió a meter una de sus frías manos en los pantalones del otro y comenzó a acariciarlo.

Chen gimió su nombre y él terminó de encenderse como una llama.

Se acomodó sobre el menor rápidamente y este acarició su trasero de forma desvergonzada, bajando la tela de su bóxer y enterrando en su entrada uno de los dedos que momentos antes él mismo había humedecido con su propia saliva.

Un fuerte jadeo se escapó de sus labios. JongDae les prestaba atención a sus botones rosados y él no encontraba la forma de acallar sus sonoros gemidos, así que inclinó la cabeza y comenzó a mordisquear el cuello del menor mientras encontraba la forma de bajar su ropa interior.

Eran un remolino caliente de sensaciones.

Las manos de Chen eran rápidas y se movían deseosas. Ya eran dos de sus dedos los que se colaban dentro de la entrada del mayor y su otra mano se movía proporcionándole caricias veloces y deseosas a su miembro. Minseok le besa el hombro y se aseguraba de marcarle como suyo mientras lo masturbaba.

—V-Voy a… — XiuMin se sentía desfallecer, los dedos del menor tocaban su punto dulce.

JongDae asintió de forma descontrolada y saboreó por última vez uno de sus pezones antes de dirigir su boca a la de su Hyung y volver a unirla. —Quiero que te vengas para mí, Seokie.

Su tono de voz era tan excitante, que bastaron unas caricias más para que el de mejillas gordinflonas se viniera en el vientre de ambos. La sensación del caliente semen de mayor sobre su abdomen lo ayudó a terminar un segundo después. JongDae lo soltó y lo tomó por la cintura.

Permanecieron quietos. Con las respiraciones agitadas y la mente todavía nublada por el éxtasis. Chen enterró su cabeza en el hueco que había entre el cuello y el hombro de su Hyung. Decidió entonces que ese era su lugar favorito. Era cálido, delicioso y olía a él, hermoso. Definitivamente lo era.

El mayor se estremeció entre sus brazos. — JongDae.

El aludido aspiró su aroma y no se movió. — ¿Mmmh?~

—¿Te gusto mucho?

Chen sonrió y clavó sus gatunos dientes en el cuello de su Hyung. — Hyung, me gustas tanto que duele.

Se subió los pantalones de forma incomoda y él también lo hizo. El dulce bollito se movió perezosamente y lo tomó por el mentón, obligándolo a mirarse.

—No tiene por qué doler.

JongDae rozó sus narices, enternecido. —Creí que no te gustaba, Seokie.

El aludido se sonrojo violentamente y unió sus labios un instante. — Pero me gustas, JongDae. Me gustas un montón.

El menor nunca había visto nada más hermoso en toda su vida.

Le mostró sus dientes, deslumbrándolo. Entonces aprovechó para apretar sus mejillas con sus manos, siempre había envidiado a LuHan por hacerlo cuando se le venía en gana, ahora era su turno e iba a aprovecharse de ello.

—Eres mío, Seokie~.

Minseok suspiró y dejo que la dulce caricia de su aliento embriagara al menor. —Lo soy, JongDae.

Sus ojos se cerraron al compás de sus cuerpos entrelazándose nuevamente.

Al final el armar una fiestecita, no había sido tan mala idea.

 

Xx

 

—¿QUÉ DEMONIOS PASÓ AQUÍ?

Bueno, quizá después de todo si lo había sido.

 

Xx

 

Notas finales:

¡Jelou!


Yo me juré a mí misma que el próximo OS que escribiera sería sobre estos dos. Y así fue. ¡Es que yo amo el ChenMin! ¡Es mi favorita luego del ChanBaek! :3


Voy a ser sincera :v Me imaginé todo esto después de leer el resumen de un Fic de Harry Potter, de una de mis autoras preferidas para ser exacta. Incluso el resumen del Fic es parecido y sin embargo, la historia no tiene absolutamente NADA que ver, se los requetecontra aseguro c:


De igual modo, gracias a Metanfetamina por seguir siendo mi fuente de inspiración luego de todos estos años.


Quiero dedicarle esto a Ein. Aunque no sé si vaya a leerlo jajaja :D Yo también soy ChenMin shipper THEHEHE.


Me disculpo por todos mis errores, etc. Dejen un comentario. Es que enserio me desmotivo :/


En fin, Chaito.


XOXO.


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