El sonido de la alarma me despertó, mas no quise levantarme, mi cama era cómoda y calientita, hoy no era un buen día, al menos no para mí, él siempre estuvo conmigo en este día, pero esta vez no será así…de ahora en adelante él ya no estará conmigo en esta fecha.
Pasé alrededor de veinte minutos tirado en la cama, añorando el tiempo en que mi madre subía a despertarme si no lo hacía por mí mismo, mi madre….cuanto la extraño. Por fin decidí levantarme, tomé mis cosas y me dirigí al baño, hoy sería un largo día.
Bajé a la cocina encontrándola vacía, como todos los días desde hace tres años, recuerdo perfectamente que siempre que bajaba a desayunar mi hermano y mi mamá estaban esperándome entre risas y juegos tontos que solo ellos harían a las siete de la mañana; ahora no solo la cocina sino toda la casa se encuentra en silencio, recordándome que estoy solo. Hace tres años mi madre tuvo un infarto, murió, dejándonos solos a mi hermano y a mí, por esas fechas las cosas no andaban bien económicamente, teníamos muchas deudas incluso antes de su muerte por lo que mi hermano no tuvo más opción que aceptar el traslado al extranjero que su empresa realizó, con el único fin de estabilizar nuestras vidas y haciendo su máximo esfuerzo por mí. Aun tengo tan claras las palabras que me dijo antes de irse:
“Sasuke, tú vas a ser alguien en la vida así tengamos que separarnos por ahora, daré todo de mí para que no te falte nada, para que puedas seguir adelante con tus estudios, te prometo que la falta de dinero no será un impedimento en tu vida como lo fue alguna vez para mamá y para mí… confío en ti, creo en ti, siempre has sido lo mejor para nosotros, no hay nada que anhele más que verte realizado, perdóname por dejarte solo pero ambos sabemos que es lo mejor opción que tenemos por el momento –si no es que la única-… volveré por ti tonto hermanito o tu irás por mí, lo que sea que pase primero…”
Me dijo esto con una sonrisa en los labios y los ojos inundados en lágrimas, y tal como Itachi, mi hermano, dijo tan pronto como empezó a trabajar el dinero llega cada semana sin falta, claro que al inicio hubieron problemas pues lo principal era saldar todas la deudas pero una vez pagadas todo mejoró, hablamos todos los días si es posible pero no es lo mismo, mi hermano es la única familia que tengo, lo único que me queda. Cuando mamá se embarazó por primera vez su familia la rechazó y la echó de la casa sin contemplación alguna, su novio de entonces le dio la espalda diciéndole que ese niño no era suyo, que ni pensara que él se haría cargo de un bastardo, ella siguió adelante por sí misma y tuvo un lindo niño, seis años después volvió a dar a luz, de nuevo se enamoró de la persona equivocada; las cosas fueron complicadas con dos niños que mantener pero nunca se rindió, ni siquiera cuando se vio en la necesidad de decidir a cuál de sus dos hijos podría seguir enviando a la escuela pues el dinero no daba para más, desde ese momento mi hermano empezó a sacrificarse por mí ayudando a mamá en todo lo que podía a sus dieciocho años, dejando de estudiar para buscar un trabajo y que yo sí tuviera la oportunidad que él no había podido tener.
“Sabes, en parte me voy tranquilo pues sé que no estarás totalmente solo, sé que Naruto siempre estará ahí para ti”.
Si de algo estábamos seguros ambos es que tenía razón, Naruto Uzumaki siempre estaría a mi lado, justo como aquel día en que mamá murió y a él no le importó saltarse un examen que valía 90% de la nota final para estar conmigo.
Cuánto nos equivocamos.