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Las vueltas de la vida. por niky-cham

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Notas del fanfic:

Bueno varios de ustedes ya me conoceran, y sabran que esta era una promesa que estaba por cumplir, a  mi gente de siempre les agradezco la espera y su atenta compañia contimigo. A los nuevos les doy la bienvenida, espero que les agrade mi trabajo y me acompañen con este nuevo proyecto :3

No olviden vistitar mi facebook :

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Y darle me gusta a mi pagina:

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Alli les doy avisos sobre mis fic, las actualizaciones y otras cosillas locas que a mi se me ocurren.

Notas del capitulo:

Primer capitulo conranzoncitos mios a leer >.<

Las vueltas de la vida.

 

Capítulo 1: La broma….

-Hola, cosita mía, hola hijo ¿Cómo estás?

La madre de Chiaki ingresaba en la morada de su retoño, había sido recibida en el umbral de aquel hogar por su hijo y su amada nieta en brazos de este.

Habían pasado ya cinco meses desde el alumbramiento, la pequeña Hatsumi crecía fuerte y sana, a pesar del difícil embarazo, la niña no había presentado complicaciones durante los primeros meses, Hatori y Chiaki por su parte, se sentía bendecidos, alegres de poder gozar la dicha de ser una familia feliz y unos padres amorosos.

Por supuesto la historia no solo es miel sobre hojuelas, Chiaki no podía visitar su casa y Hatori tampoco era capaz de hacer lo propio con la suya. Yoshino se veía limitado, su hermana no le quería ver ni en fotos y a pesar de que el creyó que ese asunto ya estaba solucionado, al parecer eso era solo lo que él creía.

Hatori por su parte no quería saber nada de su madre, ella había dañado a Chiaki, su mejor amigo, su actual pareja y el padre de su hermosa princesa, jamás sería capaz de perdonar a esa mujer, aun siendo ella quien le había dado la vida, pero lo que no sabía el joven de ojos celestes, es que su madre tampoco había dejado las cosas pasar, semanalmente llamaba a Chiaki o le enviaba cartas con el único fin, de insultarlo, amenazarlo y hacerle sufrir, el joven de cabellos marrones no quería que Hatori sufriera por esa causa y había guardado el secreto, bajo siete llaves.

Por otro lado “la joven madre” ya comenzaba a retomar su vida de trabajador, había dejado su más grande obra en el punto más álgido y no tenía la cara para hacer sufrir más a sus lectores, se había retirado ya una buena temporada y había tenido tiempo de disfrutar el crecimiento de su bebe, ahora volvería a trabajar, como siempre se había propuesto cumplir con la fecha límite, pero hace unas semanas que debía haber llamado a sus ayudantes y aun no tenía las hojas suficientes como para hacerlo, Hatori por supuesto había previsto esa situación, pero ya comenzaban a crispársele los nervios, con toda la demora de su afamado mangaka.

-Hola mama, yo estoy bien ¿Y tú? ¿Cómo has estado el último tiempo?- Pregunto sonriente.

-Bien Chiaki, todo me ha salido de maravillas, aunque he estado con tanto trabajo, que ya extrañaba a  mi bella nietecita, tanto tiempo sin poder verla ¿Me dejas cargarla?- Pregunto la abuela.

-Claro mama, Hatsumi también extrañaba tus brazos- Dijo entregando a la bebe en los brazos de su madre.

-Estas malcriando a esta niñita, apuesto a que ni duerme en su cuna- Reprocho la mujer mientras recibía a su amadísima nieta entre sus brazos, ella como abuela sentía el noble derecho de malcriar a su princesa, mientras que los padres, debían dar una buena educación.

- Ya mama, no es para tanto, ni aunque quisiéramos malcriarla, Hatsumi tiene el mismo carácter de Hatori, si la dejas en su cuna dormirá, pero nosotros somos los que preferíamos que duerma en nuestra cama, en la cuna esta solita, y puede que tanga frio, o le puede dar miedo…

-Eres muy sobreprotector.

-Ella y Hatori son mi vida ¿Cómo podría no protegerlos?- Comento con una sonrisa tierna entre los labios.

La madre también sonrió, se acercó a su hijo y le beso la frente con cariño.

-Suenas igual que yo, cuando tú eras un bebito y tu padre aún estaba con vida yo pensaba de la misma manera, supongo que no puedo reprocharte nada.

Ambos se miraron amorosos y sonrieron luego, Chiaki camino hasta la cocina, pero pasó a llevar unas hojas sobre un mueble.

-Hatori me va a matar- Suspiro, había pisado la portada del nuevo tomo de su manga.

-¿De nuevo le estas causando problemas a Yushiyuki-kun en su trabajo?- Pregunto  ella levantando una de sus cejas.

-No es quiera causarle problemas sabes, es simplemente que no me puedo concentrar, Hatsumi no hace ningún problema, pero no dejo de estar al pendiente de ella…

-Tal vez debas contratar a alguien para que te ayude a cuidarla.

-¡Ni loco! Poner a MI hija en las manos de alguien más, yo sé que yo no soy muy responsable, pero ¡Dios! Hatsumi siendo cuidada por otra persona, eso me aterra, mama, a ella le gusta la leche más tibia que caliente, duerme mejor con la frazada que tú le regalaste, esas de ositos, y su cuello descansa más con la almohada de Hatori que con la mía, nadie más que yo conoce todos esos detalles de mi hija ¿Quieres que la deje al cuidado de alguien así nada más?

-Pero hijo tampoco puedes andar de exquisito ¿Cómo sabes todas esas cosas? Quizás a Hatsumi quizás, ni le importe si el manta de ositos o la de gatos que le regalo Hatori.

-Pero mama… Mi hija- Susurro.

La mujer susurro ante la obstinación de su hijo, realmente no había mucho que hacer.

-Está bien mi niño, solo no exageres, tu trabajo es también muy importante, si luego te enfermas por estar terminando todo a última hora, entonces si necesitaras de alguien quien cuide a tu bebe, debería llevar una vida mucho más equilibrada.

-Si madre tienes razón- Musito- pero mientras no sea necesario, Hatsumi será cuidada solo por mí.

Ese fue el punto final, la madre por su parte decidió no insistir más en ello, sabía que la situación de su hijo había sido complicada, y el simple hecho de que aquella niña existiera significaba todo un milagro.

El resto de la tarde tomaron té con galletas y charlaron en torno a la vida, Hatsumi en su carriola, jugaba alegre con unas ranitas que colgaban del borde de ese con colores brillantes y listones largos para que sus pequeñas manitas los agarran.

.:* Yanase Yuu*:.

Aun  le sorprendía que Chiaki no le hubiera llamado, hacia dias había hablado con él, y le dijo que estaba trabajando en el nuevo tomo, sin embargo ya habían pasado unas buenas semanas desde aquello y aun no solicitaba sus servicios para la ayudantía.

En ese momento se aprovechaba de su tiempo libre y caminaba tranquilo hasta la casa de su novio. Las cosas con Kanade Mino habían comenzado un tanto extrañas, al principio Yanase pensaba que estaba junto a él para borrar de su mente a Chiaki, pero pronto descubrió que realmente se había enamorado de Mino, sus sonrisas pasivas, la calma que tenía al hablar, sus ojos siempre entre cerrados, que si los mirabas detenidamente descubrías que estaban levemente abiertos, y el color enigmático de estos que tanto le encantaba.

Aun se sentía como una muchachita de secundaria, enumerando una a una las cosas que le gustaban de su novio y sonrojándose al pensar en él, en las citas el cine que siempre acordaban, en las cartas que de vez en cuando encontraba en su buzón, siempre eran de su “admirador secreto”, pero el bien sabía que aquella letra le pertenecía al castaño y el perfume de las hojas no le pasaba desapercibido tampoco.

-Vas muy desconcentrado mi cielo, si sigues así, terminaras golpeándote con algún poste de alumbrado- Susurro una voz a sus espaladas.

-Mi…Mino- Exclamo el rubio al verse sorprendido por su amante- No hagas eso,  ¿Quieres matarme acaso?- Soltó en un suspiro, había pegado un brinco y su corazón aun latía desenfrenado.

-Lo siento, pero no pude evitarlo ¿En qué tanto pensabas?- Pregunto el otro continuado su camino, estaban a diez metros de su casa por lo que comenzó a buscar las llaves en su bolsillo.

-Pensaba en…- “Ti”, completo en su mente- En Chiaki, que aún no me ha llamado para trabajar- expuso tontamente avergonzado.

-¿En Chiaki? ¿Quieres ponerme celoso?-Pregunto el castaño en forma de broma al tiempo que metía la llave en la cerradura y abría la puerta para dejarle pasar- Bienvenido- Susurro plantando un beso en el sonrojado rostro de su rubio.

Muchas cosas habían pasado en la vida de Yanase desde que había encontrado a Mino, para empezar su amor no correspondido fue borrado completamente de su corazón, actualmente solo sentía cariño por su mejor amigo y la bebe de este, que ya era casi como parte de su familia, la rivalidad contra Hatori se había terminado, pero debía reconocer que muy de vez en cuando tenían sus encontrones, solo para recordar los viejos tiempos.

-¿Tuviste mucho trabajo hoy?- pregunto curioso, pero más con el único fin de desviar el tema.

-No tanto, aún estamos en mediados de ciclo, pero si Yoshikawa-sensei continúa como va, creo que tendremos mucho trabajo a fin de ciclo.

-Ese estúpido Chiaki, nunca puede cumplir con sus fechas.

-Bueno, acaban de ser padres, debe ser complicado- intento defender.

- En lo más mínimo, ese irresponsable se atrasa solo porque quiere, Hatsumi es más tranquila que una fotografía, apenas si llora cuando tiene hambre, o quiere que la limpien, el resto del tiempo es una maravilla de bebe.

-¿Enserio? ¿Entonces porque crees que se atrasa?

-¡Ja! esa diablilla lo tiene engatusado, se pasa el día entero mirándola- Comento caminado hasta la mesa del comedor, y tomando una pieza de sushi de la bandeja que Mino había preparado para la cena- Bueno no lo culpo, yo también estoy engatusado por esa niña.

-¿Te gustan los bebes? – pregunto Mino tiendo.

-No mucho- Respondió desinteresado- Pero esa niña es diferente al resto, no lo sé, simplemente no puedes despegarle la vista de encima, y aunque ella no pida que la cargues, tiene como ese magnetismo que te hace extender los brazos.

-¿Tan especial es?

-Ni te lo imaginas- Comento el rubio.

-Bueno entonces… ¿Qué te parecer si hacemos nuestro propio bebe?- Pregunto con una sonrisa lujuriosa.

-Tonto sabes que eso…uhmm, Mino…Ah- Suspiro, entre besos, el castaño le guio hasta la habitación, mientras algunas prendas se desmayaban en el camino y quedaban olvidadas tendidas sobre el suelo.

El más alto empujo con cuidado el cuerpo de Yanase sobre la cama y se irguió sobre este, al tiempo que el mismo se desprendía de su camisa.

-Aquí vamos- Susurro en el oído de su rubio, para morder luego el lóbulo de la oreja de este y jadear sensualmente al momento de descender por el cuello tras un rastro de besos.

Las manos de Mino recorrieron con experticia la piel de su pecho, tomando una especial atención a los rosados botones de este, volvió a caer en los labios del rubio y le beso con deseo incontenible, al mismo tiempo sus dedos pellizcaban los pezones del menor, provocando de este pequeños gemidos reprimidos en el beso.

-Ah… Miiino- Gemía Yanase aferrando sus manos a las blancas sabanas, curvando ligeramente la zona lumbar de su espalda.

Kanade sonrió lascivo, introdujo sus manos traviesas dentro del pantalón y coló sus dedos en la ropa interior de este, pronto los pantalón llegaron hasta el suelo y sobre la tela del calzoncillo Mino acariciaba el creciente miembro de su pareja.

-Uhm… Mas- Soltó reprimido el rubio con sus ojos cerrados, esperando que su pareja accediera a su petición y así lo hizo.

Mino retiro con lentitud exasperante la última prenda de su amante, y así mismo se deshizo de sus pantalones, dejando solo un ropaje para cubrir su intimidad, su mano derecha llego hasta el miembro ya empalmado de Yanase, mientras que su boca volvió a sofocar los gemidos del rubio con un beso.

-Mino, bastaah… Hazme tuyo- Rogo el rubio apretando repetidas veces sus labios para contener los gemidos y jadeos que el otro provocaba con sus masajes calentones.

-No puedes ser tan impaciente- Sonrió Mino, logrando desesperar más a su amante, quien lanzó una mirada de furia a su “Seme”- Esta bien- Suspiro- La menos- Tres dedos le fueron extendidos frente a sus labios, Yanase los miro durante un segundo, luego de aquello abrió su boca lentamente y paso la lengua por toda la extensión de los delgados dedos, humedeciendo estos tanto como le fue posible.

Cuando Mino considero suficientemente lubricados los dedos, los extrajo de la boca del menor y los llevo cuidadosamente hasta la entrada de este, introdujo en primer lugar su índice, y movió ese dedo en varias direcciones hasta que considero ingresar el dedo corazón, Yuu pego un respingo ante la nueva intromisión, junto sus labios y se dejó hacer por los dígitos de Kanade, que en ese momento simulaban a unas tijeras.

-¿Te gusta?- Pregunto travieso.

Yuu simplemente respondió con un asentimientos y luego de ello un gemido placentero, por supuesto la expresión de su amante le excitaba, el mismo Mino dudaba de su propio autocontrol.

Ingreso así el tercer dedo y último, movió los tras dígitos con desesperación, sacando múltiples gemidos descontentos de su pareja, solo espero a que este se acostumbrara a la intromisión y luego de aquello retiro los dedos, lanzo su ropa interior a un rincón de la habitación, para posicionar su impaciente miembro en la entrada de Yuu.

-Aguanta un poco- Susurro ante de meter el glande de su hombría en la entrada de Yanase, había pensado hacerlo lentamente, pero en ese momento su autocontrol quedo tendido en el piso junto al resto de sus ropas, y solo fue capaz de dar una rápida y certera estocada en el cuerpo de Yuu.

El gemido agudo de Yanase no se hizo esperar.

-Bruto- Reclamo, medio molesto.

Entonces los movimientos cesaron, solo sus respiración ambientaban la habitación, mientras Yanase concentraba su parte baja en acostumbrarse a la intromisión del castaño.

Pronto dio su consentimiento, movió ligeramente sus caderas, dándole paso a mino de comenzar las estocadas. El castaño por su parte comenzó un movimiento ligeramente lento, aumentando la velocidad y la intensidad lentamente.

-¿Así está bien?- Pregunto sin obtener respuesta del más pequeño que solo gemía placentero.

Las arremetidas se hicieron entonces más rápidas y profundas.

-Ahhhh….- Kanade había dado a un buen punto y Yuu no se molestó en ocultarlo.

Mino sonrió y comenzó a apuntar todas sus embestidas a ese punto, sacando constantemente gemidos del rubio.

El momento llego, las embestidas se hicieron raudas y profundas, Yanase curvaba su espalda y aferraba sus manos a las sabanas, entre jadeos admitió que no podría resistir mucho más, Kanade compartió ese sentimiento y dio tres estocadas finales antes de terminar dentro de Yuu, quien al mismo tiempo eyaculo entre sus vientres.

Jamás pensó que esta inocente broma, terminaría siendo su perdición…

Notas finales:

¿Les gusto? ¿Que opinan sobre la bromita? ¿Quiere que esto se ponga color de hormiga? por que yo si >.<

Si me merezco un comentario, haganmelo saber y dejen sus cosillas en la cajita de aqui abajo, se los agradecere.

Los amo cariños mios, nos leemos pronto <3


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