Eran como las 12 de la noche. Me encontraba caminando por los extensos bosques de mis tierras quería agarrar un poco de aire tras de haber llegado del trabajo. Cerré los ojos por unos momentos al sentir la brisa calida que chocar contra mi rostro al abrir mis ojos levante mi mirada hacia el cielo despejado viendo a la luna que brillaba a su máximo esplendor iluminándome el camino. Camine hacia un río que se encontraba cerca de la casa y a donde solía ir de pequeño después de una pelea con mi hermano Iason, con mis padres o solamente a despejar mi mente.
Al llegar note que un niño como alrededor de 12 años no se si mis ojos me mentían pero su altura le delataba, me pregunte: ¿que hacia un niño a estas horas de la noche suelto en el busque? y solo. Eso por un momento me iso acordarme de mi infancia cuando me escapaba por las noches hacia el bosque. Me acerque mas ocultándome detrás de un árbol para poder verlo mejor. vi que se encontraba parado cerca de la orilla, su mirada estaba fija en la nada mientras que sus cejas estaban fruncidas con lagrimas en sus ojos y con sus manos empuñadas con fuerza mientras temblaban de impotencia, lo sabia porque no trataba de ocultar sus sentimientos. Su rostro era hermoso, parecía la de un ángel, un ángel lleno de dolor.
Un sentimiento de querer abrasarlo y consolarlo se apodero de mi pero no hice nada solo me quede hay parado observándolo sin quitarle los ojos de enzima. Comencé a estudiarlo con más detalle viendo su pelo de color fuego e igual que sus ojos del mismo color pero menos intensos que su pelo. Piel blanca y pálida. Realmente estaba maravillado ante tanta belleza.
¿Porque lloras belleza…? - dije en un susurro sumamente bajo que apenas yo podía escuchar
Por un memento me di de cuenta que sus ojos estaban fijos sobre mi. Se exalto un poco sorprendiéndose comenzando a retroceder unos pasos para después correr hasta su caballo, antes de montarse se seco las lagrimas volteando a ver donde me encontraba. Me había visto maldije por lo bajo saliendo de mi escondite.
Ey niño!!!... – le llame mas no se detuvo, se monto en su caballo para retirarse- Maldición… - me mordí el labio inferior
después de esa noche no pude sacármelo de mi mente, su hermoso rostro angelical lleno de lagrimas, no podía concentrarme en mi trabajo. Su rostro no invadía mi mente comenzando a sentir deseos de tenerlo cerca, sentir esa piel pálida. Tocar sus labios… Mi corazón comenzaba a latir cada ven mas rápido cuando pensaba en el.
Mente estaba vuelta un caos ¿Cómo podía pensar en un niño que acababa de mirar por primera ves en un río? Era ilógico no lo conocía, no sabia quien era… Me iva a volver loco.
Fui varias veces al lago a ver si volvía a aparecer pero no, no aparecía, en una de esas noches fui al río, me acerque hasta la orilla del río donde estuvo parado el niño que tanto quería ver
¿Cuándo volverás?... – susurre mientras observaba al cielo buscando algo o una señal o que me diera una realmente quería verlo
-hola… tu eres Raoul Am?-
Esa vos aniñada me saco de mi trance volteando a ver a la persona que quería ver - si. Soy Raoul Am… - al verlo hay montado en su caballo con sus ojos fijados en mi con una sonrisa en sus labios. Mi corazón comenzó a latir a mil por hora sorprendiéndome
Mucho gusto… Me llamo Katze Evans – con su caballo se acerco a mi para plantarme un inesperado beso en los labios dejándome petrificado - tu eres el que me espío hace unos días atrás sabes… Te vi y no quería que me vieran en ese estado pero tú me viste…. – se bajo de su caballo quedando frente a mi.
Estaba en estado de shock, me avía besado, me beso. Lo mire sin poder salir de mi estado- tu…
He oído mucho de ti…te he visto desde hace tiempo realmente es verdad de lo que me dicen mis amigos – vi como me estudiaba de pies a cabeza sin dejar de sonreír – eres hermoso…
Hermoso?... - dije tras salir de mi trance frunciendo el ceño sintiéndome un poco enojado y confundido. ¿Cómo se atrevía a besarme sin permiso alguno?- como te atreves a besarme sin mi permiso
Se mis motivos, se que me estabas buscando… te vi y también pude ver lo distraído que estabas y me imagine que era por mi… lo se
voltee a mirar hacia un lado sintiéndome un poco apenado mas que ahora sabe de mis emociones- he estado esperando por ti por estos días y no aparecías
Te e visto todos estos días visitando el río – se acerco a su caballo comenzando a acariciarlo - ¿quieres ser mi amigo?
heee… si, si… claro…
Después de ese momento comenzamos a reunirnos mas seguido, cada ves que nos reuníamos le llevaba cajas de chocolate descubriendo su fascinación por los dulces sacándole una gran sonrisa, esa sonrisa que ahora me encantaba ver cada ves que nos veíamos. Algunas veces katze llegaba llorando por algún problema que se le presentaba con sus padre y venia a mi para poder consolarlo y contarme lo sucedido. Después de algunos días el me presento a sus padres quienes me recibieron con amabilidad descubriendo que eran del extranjero y pasaban el mayor tiempo viajando a la ciudad.
A medida que pasaba el tiempo me empecé a enamorar de Katze, cada ves que estaba cerca de el corazón me latía a mil por hora o cuando me daba esos besos fugases en los labios sentía como mi estomago se llenaba de mariposas.
Ya no aguantaba mas, lo amo, tenia que decírselo ya no lo aguantaba. El sábado cuando Katze me llamo para comunicarme que se iba a quedar tres días en mi casa decidí que era el momento de confesarle mis sentimientos pero lo que menos me esperaba que esa misma noche el se declararía ante mi de forma tan hermosa y tierna sorprendiéndome aun mas que aquella noche en donde lo conocí. Esa noche nos unimos en cuerpo y alma. Lo amaba y seria asi por el resto de mi vida. Me enamora de un ángel.
Al pasar del tiempo Katze les confeso a sus padres sobre nuestro noviazgo sin que yo supiera. Ese día cuando me toco hablar con sus padres casi me daba un infarto. Pensé que me lo iban a quitar, que me acusarían por ser un travesti alejándolo de mí pero no fue así. Aceptaron nuestro noviazgo contándome lo mucho que sufría Katze por los problemas de su familia. Que lo protegiera y cuidara.
Nunca pensaron que su hijo se iva a enamorar de un hombre pero ya no lo querían ver llorar ni sufrir. Ahora Katze se la pasa conmigo, lo llevo conmigo al extranjero cuando me toca salir del país por viajes o negocias. Viendo cada mañana su sonrisa de ángel al despertar
fin