Ni cómo amigos.
–Dejé de lado todo sentimiento para darme cuenta de quien eres en realidad. Ya no eres el mismo que hace cierto tiempo conocí y eso amigo mío ya es mucho decir.
Quizá te suene trillado, carente de imaginación cada palabra que te digo, pero no importa ya que soy un ser muy simple de poca posesión más nunca he dejado de ser yo. Estás a escasas horas de marcharte, aquel destino que elegiste mostrando una sonrisa gracias a ese corazón que se acelera por ver una vez más a quien no te ama, pero a mí me dejas con esas palabras grotescas dando a entender que solo soy una molestia.
Ya no siento aquella desesperación de angustia al ver como me ignoras después de tantas circunstancias compartidas desde que te conocí más eso no te importa, solo buscas luchar por un imposible y no te das cuenta que eres el bufón de ese que solo pide sin dar nada a cambio, alguien que cree que el dinero es todo en el mundo.
Cierto es que ya no somos de la misma condición social. Ya eres un señor de la alta alcurnia que puede jactarse de todo cuanto tienes, mientras que yo camino por las calles con las manos en los bolsillos con un viejo libro ya gastado en la mochila y en casa apenas que comer.
Sé como es ese mundo ya que he tenido quizá dos oportunidades de ver con mis ojos la forma de cómo se relacionan, las comidas de alta gastronomía y como dejan todo en sus platillos que luego ser parte de los desperdicios que algún indigente recogerá para calmar su hambre. Sé bien como se burlan de los necesitados al presumir sus lujos o bien con solo mirarles por encima del hombro y tú amigo mío no eres la excepción de tan denigrante pensar de los millonarios.
Ambos sabemos que ya somos parte de un pasado que no tuvo inicio mucho menos final, ¿Qué decir ante eso? Nada de lo que dije o hice valió, solo fue un intento al fracaso, pero sigo siendo el mismo, ese chico soñador, que lee, ridículo, ese mismo que te levantó del fango en que te encontrabas cuando te conocí. Los dos nos encontrábamos envueltos en un desamor por eso quizá para ti fue mí decisión y para mí prudencia en esperar y darnos tiempo de tratarnos como amigos para un futuro algo más, pero apenas llegaste a tener alas volaste dejándome atrás con tantos sueños que una vez pensamos en forjar.
La vida continúa, tú encarcelado al dinero y un amor no correspondido, por otro lado yo sobreviviendo. Ya nada es como antes y prueba de ello que ya no sonríes ni eres libre, mientras que yo sin un centavo en el bolsillo sonrió así sea de mi desgracia.
Faltan pocas horas para tú partida la cual te roba el aliento por querer llegar pronto y hacer tus sueños realidad, por mí parte nunca más te volveré a molestar, ya he borrado tú número, todo lo que tenga que ver contigo.
Gracias por pagar con regalos mis sentimientos ya puedo saber cuanto cuestan. Sé feliz si puedes, disfruta como si fuera el último día, solo espero que no te equivoques y te suceda lo mismo que la vez anterior y ojala que logres encontrar quien te preste el hombro por si piensas llorar. Hyoga, si llegas a tener a alguien especial no la humilles ni la desprecies, recuerda de donde saliste antes de ser ahora ese distinguido señor de gran poder que genera tú dinero.
Fue el silencio que se apoderó de los dos, pero se que está porque escucho su respirar agitado, pero no llora y eso lo sé muy bien. Alguien como Hyoga no llora, cómo una ves lo dijo “Mis lágrimas se han secado.” Yo igual dejé de llorar desde que le conocí, todo y cada parte de mí la fue matando con sus cambios tan radicales y lo peor es escuchar de sus labios que era yo quien había cambiado. Cuantas humillaciones tuve que soportar para rescatar algo que ya no tenía solución, que nunca tuvo inicio.
Quiero decir tantas cosas y con esas palabras abrir tus ojos a la realidad, pero es un imposible cuando esa persona te ha dejado atrás, muy lejos de una esperanza por ser feliz. Como bien se dice “Tú felicidad no depende de otras personas si no de ti mismo” ahora comprendo esa frase tan simple y con gran significado.
–No soy bueno para ti. Ikki, lamento haberte hecho tanto daño, pero se que podrás seguir adelante como siempre. Debo terminar de alistar algunas cosas y ya no puedo seguir platicando, pero cuando regrese te invitaré a salir, entonces podremos hablar. Sabes que estoy enamorado de él y no es por el asunto del dinero. Sea para bien o para mal es un riesgo que quiero correr. Lo amo y a ti solo te quiero como un amigo más se que te fallé, que hice promesas que jamás cumplí, pero espera a que regrese y lo platicamos, así te diré como me fue.
En ese momento deseo que me trague la tierra ante mi propia estupidez, pero era necesario decir algo que había guardado ya hace tiempo, más es comprensible que sigo siendo alguien muy confiado y fácil de lastimar. Miro por la ventana llegando a la conclusión que no hay más nada que decir, solo me resta darme a valer, pero no deja de doler la ignorancia del que se ciega por ser quien no es. Puedo ver en mí monitor un mensaje muy llamativo que me hace olvidar tan amargo rato y el cual leo sin contestar aquel que espera en el teléfono más no logro evitar dejar salir una carcajada poco escuchada en mí persona, pero es imposible no hacerlo.
Seiya, solo es un chico que con sus arrebatos logra captar mi atención y en ese momento se que contestar a quien busca que le diga algo más, quizá que le ruegue como antes. Solo el “Tuuuu” de la llamada al ser desconectada fue todo lo que pude hacer para centrarme en aquel que siempre alivia mis penas y que he de comenzar a valorar, no deseo ser el mismo patán que Hyoga es conmigo este joven que me hace sonreír no merece ser lastimado.
De: Ikki Fénix
Para: Seiya Kido
Asunto: Salir
–Seiya, habla Ikki. ¿Quieres salir un rato? Me gustaría poder pasar a tú lado un buen momento si me lo permites.
De: Seiya Kido
Para: Ikki Fénix
Asunto: Sí, quiero salir
–Me fascina la idea de salir un rato, estoy muy cansado. Te veo en una hora, pero no sé en donde podría ser.
De: Ikki Fénix
Para: Seiya Kido
Asunto: Salir
–En una hora en la entrada principal de la Catedral. Ya luego buscaremos que hacer, mientras que platicamos de todo un poco.
Ahí estaba aquel moreno de complexión delgada cual cuerpo fundado en unos vaqueros deslavados y una camiseta negra con un dibujo pintado cual luce orgulloso, sus cabellos rebeldes cuales son agitados por el viento y esa actitud despreocupada, pero que en su interior igual guarda muchas heridas. No hay duda que es un chico genial al no esconder lo que es y aunque se que no soy muy expresivo con él todo es distinto.
Un par de lasañas de pollo en salsa blanca y refrescos es lo que a veces solemos comer para luego ir de visita a la librería. Ya tenemos nuestra rutina que hemos forjado y es cuando he comprendido que todo tiene un fin para dar un nuevo inicio.
¿Qué será de Hyoga? No lo sé tomó su decisión y yo la mía al cuidarme de no ser lastimado y de respetar cómo valorar a quien lo hace conmigo Ya he olvidado si falta mucho o poco para que se marche es fácil ahora decir que ya ni como amigos.
Solo utilizó mi compañía cuando su alma estaba quebrantada por tantas decepciones que padeció tiempo atrás, fue fácil apoyarse en alguien tan ordinario como yo para surgir de su terrible depresión, pero al momento de ese golpe de suerte todo eso fue enterrado por sus propias manos al ya no querer seguir al lado de un pobre diablo.
–Podemos ir el otro sábado al Parque de Diversiones. Por cierto hay un nuevo evento dentro de un mes. ¿Qué dices?
–La idea me parece genial, tengo ganas de comprarme una serie de un anime. ¡Upss! Por cierto este regalo es tuyo. Es el libro que estabas leyendo hace un rato, creo que es muy interesante el tema que este trata. Espero que lo disfrutes.
–Gracias, pero prefiero más tú compañía. La verdad me da vergüenza los detalles.
–Ikki, cuando algo se da es de corazón. No siempre se regala algo para obtener algo a cambio, eres especial para mí. ¿Te ocurre algo? Tú semblante ha cambiado. ¿Necesitas algo?
Sus palabras como alma son tan claras que me hicieron estremecer, pero eso no quita la herida tan rápido como uno espera y sin embargo es un trampolín para surgir de las cenizas descubriendo que no todos son como Hyoga, aquel chico que una vez conocí por una red social, que reía mostrando humildad, pero eso esa la sombra de un pasado que fue sepultado al cambiar quien era y lo que valía por ser algo de lo que hoy me da vergüenza recordar.
–Estoy muy bien, solo pensaba como hacer para no leer tan rápido este libro. Por cierto mi meta es comprarme la saga completa de vampiros.
-Fin-