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Cinco Segundos por Yadira xD

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Notas del fanfic:

Kuroko no Basket no me pertenece ni muchos menos es de mi autoria, sino del genial Tadatoshi Fujimaki.

Notas del capitulo:

Hola!!!


Quiero compartirles este pequeño oneshot, basado en una tirita que vi de Midorima y Takao.


Asi que espero que les guste. n_n 

-Takao-

Uno… Dos...-sonrío e inclino la cabeza viéndolo.- Tres... Cuatro… - él alza la mirada y la conecta con la mía, se me queda viendo sin decir nada.-… Cinco...

-¿Qué?.- vuelvo a sonreír a causa del ceño fruncido de Shin-chan.

-No es nada, Shin-chan.- Me mira durante unos segundos, bufa y vuelve su mirada al libro que estaba leyendo.

Me inclino y me recargo en el respaldo de mi asiento. Nos encontrábamos en el salón de clases. Hoy no había club, por ende, teníamos la tarde libre, pero Shin-chan no había querido irse a su casa al acabar las clases, así que ahora nos encontrábamos en el aula, él leyendo y yo observándolo.

Uno… Dos… -vuelve a alzar la mirada, haciendo que de nuevo se conecten nuestros ojos.- Tres… Cuatro… Cinco… -¿Qué quieres, Takao? Llevas un rato haciendo eso.

Cinco segundos, era el tiempo en el que Shin-chan espera a que yo hable. Suelto una risa, la cual hace que el peliverde se moleste.

-Si quieres pelea la vas a conseguir, Bakao.- no puedo dejar de verlo. Uno… Dos… Tres… Cuatro… Cinco…

-Shin-chan, estaba pensando en que eres muy lindo.- El peliverde abre muchos los ojos y es cuando me doy cuenta que en vez de decirlo mentalmente, mis palabras se habían exteriorizado.  

-Shin-chan ¿por qué te haces para atrás?.- El peliverde se había hecho para atrás, mientras lo veía con un mohín en los labios.- eres tan malo.

-Es porque acabas de decir algo muy desagradable.- el peliverde se acomoda sus lentes y me mira de nuevo.- Así que para o mejor vete a tu casa.

-No quiero.- lo digo y vuelvo a recargarme en el respaldo de mi asiento, contemplándolo mientras él me mira, con sus profundos ojos.

Uno… Dos… Tres… Cuatro… Cinco… -vuelve a soltar un bufido y reanuda su lectura. Lo miro con una sonrisa en mis labios.

Dos segundos era el tiempo que Shin-chan tardaba en darse cuenta que lo estaba viendo, y tres segundos lo esperaba para que hablara… En total eran cinco segundos.

Cinco segundos era el tiempo en que con la mirada le decía cuando lo quería. Aunque el peliverde aún no notaba eso.

¿Cuántos segundos tardara en notar que lo amo?

 Uno… Dos… Tres… Cuatro… Cinco…

 

-Midorima-

 

Siento su mirada sobre mí, levanto la cabeza y nuestros ojos se conectan, pero Takao no dice nada.

-¿Qué?.- frunzo el ceño y bajo mi libro, esperando a que el pelinegro diga algo.

-No es nada, Shin-chan.- lo miro durante unos segundos, ya llevaba rato haciendo eso y estaba empezando a molestarme. Bufo, ¿pero que esperaba?, era Takao del que estábamos hablando, él era tan predecible como una ardilla. Por mi salud mental, decido pasar de eso y vuelvo a reanudar mi lectura.

Hoy no había club, pero no quería estar en casa tan temprano por lo que decidí quedarme a leer un poco. Takao al enterarse decidió quedarse conmigo.

Vuelvo a sentir esa mirada en mí. Alzo la vista de mi libro y nuestras miradas vuelven hacer un clic. Pero este no dice nada. ¡Ya basta! Este estúpido juego me estaba sacando de quicio.- ¿Qué quieres, Takao? Llevas un rato haciendo eso.

Takao suelta una de sus risas que quizás en otro momento me hubieran hecho sentir bien, pero no en este momento. Ahora solo me hacía enojar.- Si quieres pelea la vas a conseguir, Bakao.

Estoy a punto de decir algo pero las palabras del pelinegro me dejan sin poder hacerlo.- Shin-chan, estaba pensando en que eres muy lindo.- Abro los ojos lo más que puedo. ¿Acaso mis oídos habían escuchado bien? Mi corazón empezó a latir sumamente rápido.

-Shin-chan ¿por qué te haces para atrás?.- ¿había hecho que? Y fue cuando me di cuenta que me había hecho para atrás, lejos de Takao. Pero no era mi culpa, lo dicho por el pelinegro me había agarrado con la guardia baja y si no me alejaba aunque sea unos centímetros de él, no sabía qué sería capaz de hacer.- eres tan malo.- dijo el pelinegro con un mohín en los labios. Esos labios que solo inducen al pecado.

Debo mantener la calma, me digo mentalmente. -Es porque acabas de decir algo muy desagradable, así que para o mejor vete a tu casa.

-No quiero.- Takao vuelve a recargarse en su asiento, mientras que lo veo directo a los ojos, tratando de descifrar lo que piensa en estos momentos.

Suelto un bufido. Tratar de comprender a Takao es como tratar de enseñarle a Kagami o a Aomine a ser educados. Solo de pensarlo ya me estaba dando un dolor de cabeza, será mejor que deje pasar esto o terminare cometiendo una locura.

Siento su mirada sobre mí de nuevo, alzo mi mirada con fastidio y lo miro. Esos ojos tan lindos, aquellos por los que había caído desde hace un tiempo. El dueño de esa mirada era el ladrón de sus noches.

“Shin-chan, estaba pensando en que eres muy lindo”… “Lindo”

Me tapo la cara con el libro.- ¿Shin-chan?.- escucho la voz Takao, más no puedo alzar la mirada y contemplarlo.

¡Idiota!... El único lindo, eres tú…

 

¿Cuánto tardaras en darte cuenta que me has robado el corazón? 

Notas finales:

Espero que les haya gustado.


Nos leeremos en la proxima, que pasen un buen dia.


Ciao (n_n)/


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