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Carta de un suicida. por AGR

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Notas del fanfic:

Informo que los personajes de Saint Seiya no me pertenecen, al igual que la canción Domingo Triste.

Notas del capitulo:

Siempre se puede volver a empezar luego de un sentimiento destruido.

Carta de un suicida.

 

Todo parecía estar bien, pero solo era una cruel fachada oculta tras esa sonrisa llena de amor y alegría, si solo hubiera comprendido mejor sus palabras no estaría hoy enterrándote. Una carta fue todo lo que me has dejado una carta hecha de por tú sangre que no terminé de leer ante ese egoísmo tuyo de irte y dejarme hundido en esta pena, soledad que no me deja dormir ni comer.

¿Por qué? Quizá la pregunta siga presente como la compañera de un recuerdo burdo que lastima ante el recuerdo de la última vez que te miré, que nos fundimos en ese orgasmo profundo y yo no sabía que era el adiós. No solo me robaste el derecho de seguir amándote, me arrebataste a mi hijo que ya estaba albergando en tú vientre. ¿Qué me queda ahora que te marchaste para no volver?

Entran y salen de la casa mostrando las condolencias al quedar viudo, sé bien que no desean que esté solo en esta silenciosa casa que ha perdido la luz de tus orbes celestes como el cielo mismo al salir los primeros rayos de sol. Ya nada será lo mismo, enterraste contigo las esperanzas de que vuelva a confiar o amar, todo lo destruiste y a ti que más te da si ya estás siendo consumido por la descomposición de ese inerte cuerpo. No escuchas, ni ves cuánto dolor cargo en el corazón.

Apretones de manos de saludo o despedida me ofrecen los que son nuestros amigos, pero no sé qué contestar ante sus constantes preguntas de tú suicidio. Yo no quise terminar de leer esa carta que sigue puesta en la almohada que solías usar para descansar y llorar, esa misma que aún conserva tú, pero ahora será mí consuelo cuando llegue la noche donde lloraré como un niño que ha perdido a su madre, pero yo perdí dos gemas de amor.

La corbata me sofoca, quisiera arrancarme este traje tan triste más vestir con algo de color alegre que me haga escuchar una sola vez esa sonrisa tan tuya y contagiosa que lograba que cualquier mal rato pasara pronto más tú estabas pasando por un sufrimiento que no logro comprender y me ignoraste, preferiste callar terminar con tú vida antes que confiar en mí que podía ayudarte a salir de esa incertidumbre. ¿Por qué? Quiero comprender solo un poco la decisión que te ha llevado a dejar todo por lo que tanto luchamos desde que escapamos de la opresión de nuestras familias y de la misma sociedad. ¿A caso soy tan poco hombre?

      –Mi sentido pésame, esto es algo que nadie esperaba Ikki, no te dejes caer por muy duro que sea. No olvides que cuentas con nosotros.

Asentir con la cabeza es todo lo que puedo hacer ya que mis palabras no salen por miedo a maldecirte hasta correr a ese cementerio y sacarte con el fin de no dejarte ir. No debo, no puedo aferrarme a la idea de que todo esto es una mentira, sería matarme aunque ya estoy muerto.

Cada uno se marcha y es justo en ese momento de soledad que siento como los recuerdos sobre ti me azotan sin piedad cada parte de mi cuerpo, desgarrando la cordura, la dureza que demostré hasta que el último puño de tierra cubriera el gris féretro. Nada de lágrimas o algún grito que diera inicio de que me pudiera caer ante el dolor, pero ahora que estoy solo todo es muy distinto, pero no pensaste en mí y cuanto terror tendría al quedarme solo, no pensaste en nada más que en ese absurdo deseo de ya no continuar. Me fallaste de la manera más despiadada que se te ocurrió, ¿Tanto me odiabas? Mírame Hyoga, mira como tiemblan mis manos por el miedo que despertaste y que ahora no sé como apartarle para poder respirar.
Todo está oscuro, apenas logro ver la escalinata, pero no quiero subirla para no ver las manchas que dejaste en nuestro lecho en que tantas veces te amé y una vez más me pregunto ¿Por qué?

Ya no sé cuantos tragos he consumido desde que he llegado a esto que ya no le puedo llamar hogar, ahora será solo un resguardo de amargos recuerdos que han sustituido los buenos momentos. Ya no quiero sentirme así, quiero que el tiempo pase y me haga relegar, no ansío guardar esta tribulación de sentimientos, hace frío, mucho frío aquí en mi alma.

      –¡HYOGA! Me has dejado vacíos mis brazos y con enardecidas ganas de seguir amándote. No me dejes solo esta noche.

Amanecido, apenas puedo abrir los ojos que me arden por tanto llorar esta pena. Creo tener las fuerzas para enfrentar la realidad del que ya no estás aquí cerca de mí ya que el aroma a café por las mañanas, no inunda nuestra morada. Te extraño amado mío.

¿Cuántas semanas han pasado desde tú premeditada muerte? Dos o quizá tres, hace ya mucho que he perdido la cuenta. No sé si reír o llorar, pero es inexplicable la aflicción que se debe soportar para recorrer el camino que me guía a tú lugar de descanso eterno y aquí me tienes sin falta una vez más para entregarte este ramo de rosas que en vida te llegue a dar solo para las fechas especiales y ahora que no estás maldigo no darte todos los días una rosa, porque a tú lado cada instante era algo especial.

El crujir de las hojas secas rompe el silencio del sendero que me lleva a casa, dejando atrás una vez más el amor para enfrentar el tormento que me espera, pero estoy dispuesto a leer esa carta que dejaste para martirio de mí ser. Solo espero tener la fuerza suficiente que me ayude para afrontar la verdad del porque de esa decisión.

Un CD dentro del sobre y la carta perfectamente doblada en tres partes, es extraño todo esto al punto que creo que te has burlado de mis sentimientos al dejar todo muy bien detallado.

       –Ya estoy listo para saber tú verdad.

Debo confesar que me tiemblan las manos, quizá por el miedo al leer aquella vez la primera parte de esta y que dejé sin terminar para no hundirme más. Ya puedo escuchar el triste inicio de esa canción que comienza acoger mi corazón de una profunda nostalgia.

 

Esto es otoño y las hojas están cayéndose
todo el amor se ha muerto en la tierra
el viento está llorando con las lágrimas afligidas
mi corazón nunca esperará de nuevo durante una nueva primavera
mis lágrimas y mis dolores son todos en vano
las personas no tienen corazón, son ávidas y malas

 

 

Para: Mí amado Ikki.


Pedir perdón a quien amas es lo más difícil que puedes hacer cuando le has fallado con todos sus sentidos. Es un suplicio mirarte cada día después de estar con mi amante cual me bajaba la luna y las estrellas, fue así como he quedado embarazado sin saber la verdad que me condenaría.

¿Por qué hay tanta maldad? Yo mismo soy un ser despreciable que no merece nada más que la muerte y es por ello que he tomado tal decisión, porque no puedo condenarte a la miseria de tener un esposo cuyo fruto en su vientre es de otro y ambos condenados a una vida de desgracia.

Quisiera volver el tiempo atrás y corregir tantos errores que he cometido por una simple aventura y esta me ha sentenciado por dañar sin pudor al que tanto me ama.      

 

El amor se ha muerto

El mundo se ha acabado, la esperanza ha dejado de tener
un significado
las ciudades están limpiándose fuera, la granada de
metralla está haciendo la música
los prados están coloreados de rojo con sangre humana
hay personas muertas por todas partes en las calles
te diré otra oración callada
las personas son los pecadores, señor, ellos hacen los errores

 

Esta misma mañana me informaron que tengo sida, que aquel amante al quien creí amar al punto de darle un hijo, solo se burló de mí y con palabras frías cargadas de amargura me espetó que por odio a la sociedad y su discriminación a los enfermos yo era parte de su venganza como muchos otros lo fueron, propagando más el virus.

Caí en un terrible desespero y no encuentro la salida, así que lo mejor es morir antes de verme consumido por ese padecimiento tan terrible y un hijo que de igual manera no iba a sobrevivir, pero lo mejor de suicidarme es no tener que atarte a este infierno.

Ya nadie ama a nadie, todo está corrompido, soy parte de esa maldad, pero tú mi amado esposo eres lo más puro que he tenido y con el recuerdo de tú rostro he de partir.

El mundo se ha acabado

Domingo triste, no falta mucho para el atardecer
en las obscuras sombras, mi afligida soledad
los ojos cerrados, y te vas antes que yo
pero duermes y esperaré a mañana

Veo siluetas y les envío esta súplica
decid a los ángeles que dejen sitio para mi
domingo triste

 

Tengo miedo ante la idea de lo que voy hacer, pero no debo retractarme ahora, no cuando estás tú en medio de tanta desgracia cual causante he sido yo. Duele tanto Ikki, morir tan lento que puedes sentir el más terrible de los fríos, creo que ya mi hora está por llegar para poner fin a esta historia de terror.

Recuerdo que al tener miedo tú me arrullabas entre esos fuertes brazos, mientras que me susurrabas que nunca me dejarías, que nada podía hacerme daño si estuviera a tú lado, pero yo me alejé y ahora muero solo, con miedo, con la terrible culpa de engañarte.

Quisiera poder escribirte todo lo que siento, el cuanto me arrepiento de causarte tanta dolencia en ese ser que lucha día por día porque ambos alcanzáramos la felicidad sin obstáculos. No soy digno de pedirte perdón, de suplicar por la misericordia, pero me llevaré los recuerdos del amor que me entregaste hasta este amanecer de domingo.

No puedo más, estoy muriendo y continuar escribiendo para no caer en desesperación ya me cuesta, no sé como despedirme de ti, sería despreciable si te dijera que te amo o que seas feliz, pero al menos te debo el gracias por darme siempre lo mejor aunque yo no lo merecía.

Qué domingo tan triste.

Adiós.

 

Tantos domingos solo en las sombras
iré ahora con la noche donde quiera que vaya
los ojos brillan como velas que se queman ardiendo
no lloren amigos, mi carga es ligera
con un último aliento vuelvo a mi hogar
a salvo, en la tierra de las sombras vago
domingo triste.

 

Fueron todas tus palabras, tan vacías como esta mí espíritu, mis brazos, el hogar que compartimos tantas veces. ¿Qué me dejaste al terminar de leer esa despiadada carta? Eso ni yo mismo lo sé en estos momentos, pero supiste como clavar esa daga para desangrar este corazón que te sufre hasta dejarme sin respirar por querer asimilar estos sentimientos encontrados.

¿Ahora qué hago con todos los regalos para el niño que pensé era mío? Sentiste frío mientras que por tú mano arrebatabas ambas vidas, pero a mí me heredaste el frío eterno al no tener sobre mi cuerpo y sentir los movimientos de ese bebé. Hyoga.

A la venta he puesto lo que era nuestro nido, me han pagado muy bien por ello he cerrado ya el contrato. Me iré muy lejos, nada me ata a este lugar. Los recuerdos, la angustia se han alejado de mí y si una vez pensé en claustrar mi ser en este sufrimiento puedo decir que he cambiado de opinión.

Te amé como un loco, ¿Qué me diste tú? Amor que borraste con tú adiós y vivir en un terrible recuerdo ya no puedo, es hora de continuar de volver a sentir. Hyoga, son ya tres años llorando, muriendo por este amor que no volverá.

Te perdono por el daño que me hiciste pasar, quizá yo fallé de igual manera al no poner más atención a tus reacciones, pero pese a todo esto me dejaste algo muy importante para continuar y ya no mirar atrás, eso es el valor. Valor que no tuviste tú.

Hoy en este domingo de otoño me iré lejos, ya puedes descansar en paz, solo me vine a despedir y decirte, que ya no siento odio, ni frío. Un buen hombre me espera paciente para marcharnos y seré más feliz de lo que fui contigo aunque en esta época te llegue a recordar como algo que pudo ser y no fue.

Gracias por enterrar con esa carta todo sentimiento que me ataba a ti.  

      –Tenemos mucho trabajo al llegar Londres, tengo varias ideas para hacer la campaña más atractiva, claro que tú eres el jefe y depende de ti. Pero estoy seguro que todo será genial.

      –Seiya, no debes de sobre esforzarte y menos en tú estado. No quiero que nuestro hijo se vea perjudicado en nada.

       –¿Piensas en él? No quise traerte esos malos recuerdos con mis faltas.

       –¿Pensar en Hyoga? No amor, hace mucho tiempo que dejé de recordarle, ahora lo que importa son ustedes dos que me hacen ver cuán increíble es la vida y lo mucho que hay por disfrutar.

Aquí me encuentro viajando con mí compañero de vida, es algo especial si que lo eres Seiya, la paciencia que posees y esa tenacidad por levantarme si me vez caer no hay forma de cómo comparar tan puros sentimientos, esta vez creo que si eres la persona correcta.

Mírate amor como entrelazas con fuerza tus dedos entre los míos, expresando cada sentimiento en actos más no en palabras. La forma de cómo sacias esos antojos que clama nuestro hijo, pero él no lo veo reflejado en ti y eso me hace feliz porque restauraste un corazón asesinado, un alma quebrantada, pero ahora todo es diferente. No siento frío y mis brazos ya no se encuentran vacíos.

Las cartas que hoy recibo son solo notas de “Te extraño y vuelve pronto a casa. Te amo” y al llegar sus brazos se encuentran abiertos para una cálida bienvenida y no él desazón de un inerte cuerpo.

Me ayudas día y noche con nuestra empresa que va surgiendo como ese niño en tú vientre que será la alegría infinita de nuestras vidas.

 

-Fin

Notas finales:

Bueno aquí les dejo este sonfic, cual espero que sea de su agrado.

Gracias aquellas personas que lo lean.

Kisus pervertidos.


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