POV AUTOR.
El ruido del despertador desgarro sus sueños, sus parpados se abrieron a la realidad, aún se sentía completamente agotado, sus energías aún eran pocas, pero debía despertarse, con insomnio se desprendió de su cama y sin vacilar caminó derecho hacía el baño, se deshizo de su ligera pijama y fue directamente hacía la ducha, el agua fría golpeó su cuerpo relajando sus músculos, no desprecio el agua y solo se ducho lo necesario, al salir de la ducha fue directo hacia el ropero, eligió algo cómodo, una camisa blanca suelta y unos Jean oscuros, seco su cabello negro, luego caminó directamente a la cocina, encendió el fuego y colocó en una olla agua, lo suficiente para dos, luego sacó el tarro de medicamentos que estaban muy bien guardados arriba de la pequeña heladera, formó una mueca de disgusto y preocupación, cada día habían menos medicamentos y el dinero no alcanzaba para comprar ya que a cada minuto el precio de aquellos medicamentos subían de precio, preparó un zumo de manzana como le gustaba a ella, el agua hirvió lo suficiente, lo apago y separó en una taza rosada con corazones un té y en la otra un café, unos pasos se acercaron y una sonrisa se formó en su rostro.
— Buenos días hermano. — sonrió ella, como cada mañana su hermano. sonreía.
— Buenos días Mihan, pero antes de desayunar toma tus medicamentos. — dijo la pequeña de unos 8 años inflando sus rosadas y redondas mejillas en protesta pero Tao se negó ante el berrinche de su hermana, se acercó a la niña, besó sus infladas mejillas con cariño luego besó su frente.
— Mihan debes tomarlas, sabes que esto te hace sentir mejor. —
— Ya sé hermano pero saben hollibles. — dijo frunciendo labios, formando un hermoso puchero.
— Si pero es por tú bien pequeña, además si lo haces hoy iremos al parque, ¿Qué dices? — los ojos de la niña se iluminaron ante la idea, Zi sonrió victorioso, siempre funcionaba, la pequeña cogió sus medicamentos y uno por uno fue tomándolos así dejándolo satisfecho.
Los dos hermanos desayunaron como de costumbre entre risas, las mañanas siempre eran hermosas entre ellos.
Tao ayudó como siempre a su pequeña a vestirse, su ropa no era las más los costosa pero era presentable, peino a la niña, adoraba su larga y suave cabellera castaña, su hermana siempre decía que era Rapunzel y que Tao era su príncipe azul.
Antes de salir, cerró las ventanas, y apagó las luces, cogió su pequeño bolso, y la pequeña mochila de princesa de su hermana, ambos salieron en silencio, Mihan ya conocía el procedimiento rutinario, Tao se sentía demasiado apenado hacer que su niña mintiera, caminaron por el pasillo en silencio, cuando salieron del edificio, el hermano mayor boto un suspiro, siempre era lo mismo, cada mañana tenia que caminar por los pasillos como un ladrón, para que la dueña no lo viera, ya debía tres meses de renta, pero ¿qué podía hacer?, debía pagar los medicamentos de su hermana, su comida, sus quimioterapias, además su empleo no le pagaba lo suficiente, a veces debía hacer doble turno para conseguir más dinero, pero siempre terminaba exhausto con ello, pero no siempre tenia que hacerlo ya que eso significaba dejar a Mihan con su vecina, no era que le disgustaba hacerlo solo le daba pena abusar de la generosidad de la anciana.
La pequeña sonreía mientras apuntaba a las mariposas que la rodeaban, Tao no dejaba de sonreír, esa niña era la viva imagen de su madre, tan hermosa e inocente, pero su sonrisa se volvió amarga. *¿Porqué alguien inocente debe sufrir?*. Ambos continuaron caminando, la niña soltó la mano de su hermano para correr hacia la guardería, Tao se despidió con la mano y una sonrisa, Mihan siempre se ponía feliz al ir a esa guardería, la hacia sentir normal, ya que la mayor parte del tiempo se la pasaba de hospital a exámenes médicos.
Zi continuo con su caminó, su puesto no era el más importante, al igual que su salario que era poco, pero era lo único que podía hacer, ser asistente del alcalde del pueblo, pero debía admitir que el dinero que ganaba era lo suficiente para pagar las pastillas y terapias de su hermana, al entrar saludo a todos con una sonrisa, se dirigió hasta su pequeña oficina y comenzó con los papeleos habituales, hacer numero de ganancias en las recaudaciones, descontar el dinero que se utilizaba para las obras publicas, recibir quejas, amenazas, lo habitual de siempre.
Ya habían pasado 3 horas en las que solo se dedico a revisar números, sus ojos comenzaron a arder por concentración en las cuentas, ZiTao se quitó las gafas y dejo caer la cabeza hacia atrás, inhalo y exhalo pesadamente, observó la hora, en una hora exactamente tendría su descanso, y con eso la salida de Mihan del kínder, tenia que correr para poder dejar a su hermana al cuidado de su vecina y con el tiempo restante volver a la oficina, pero eso ya formaba parte de la rutina, pasaron ya cuarenta minutos, cuando se disponía a arreglar sus papeles para salir unos hombre de gran poder, vestimenta lujoso y presencia limitante se acercaron a él, un hombre alto se acercó, Tao rápidamente se levantó y hizo una reverencia.
— El señor Choi se encuentra en una entrevista con los concejales, les pido que esperen. — anuncio, el hombre asintió, pero sin quitarle la mirada de encima, eso irritó a Tao, acaso ¿No podía ser más discreto?, le molestaba siempre las miradas de las personas del pueblo, siempre lo comparaban con una mujer y no una cualquiera sino una zorra de burdel, en verdad las personas no tenían nada más de que hablar que solo se encargaban de inventar ridículos rumores, muchos de ellos eran relacionados con su hermana y eso era lo que lo hacia enojar aun más, era una pequeña niña solamente, ella que no había hecho nada pero todos los miraban mal, solo por que su madre se casó dos veces, ellos eran de padres diferentes, pero ninguno de ellos se hizo cargo de él ni su hermana siempre era su madre poniendo el pecho a la situación, pero eso no veían las personas del pequeño pueblo, lo que era la imagen de una mujer con una enfermedad terminal con dos pequeños, un niño 12 años y una pequeña recién nacida, ellos solo veían a dos bastardos con una madre prostituta, esa era la única imagen que el pueblo tenia de ellos, la única persona que lo podía ayudar era el mismo alcalde Choi, era el único que en verdad conoció a su madre, los trataba con mucho respeto y siempre que podía los ayudaba, era como el hermano mayor que nunca tuvo, y agradecía ello, al igual que el empleo, con apenas 20 años ocupaba un puesto importante.
La junta terminó y Tao caminó hasta el alcalde.
— Señor Choi, unos hombres han venido a verlo. —
— Esta bien Tao, diles que pasen, los recibiré en mi despacho. — ordeno, ZiTao asintió y se dirigió a los sujetos, aquel hombre lo seguía examinando, Tao respiro para tranquilizarse.
— El señor Choi los recibirá en su despacho, por favor síganme. — indico, los otros no dijeron nada y lo siguieron, Tao abrió la puerta y se hizo a un lado para que pasaran, aquel hombre fue el ultimo, antes de que Zi se fuera le dedico una sonrisa, Tao arrugo su nariz.
Observó nuevamente la hora y solo quedaban 5 minutos, guardo sus cosas en la pequeño bolso, y como rayo salió corriendo, no sin antes de dejar una nota; "Vuelvo en 20 minutos. Tao".
No tardó demasiado en llegar a la guardería del pueblo, pero la escena lo paralizó, ¿Qué hacían las ambulancias ahí?.
— Mihan...— fue lo único que susurro al viento y nuevamente corrió hacia adentro, encontrándose con la maestra llorando, y los paramédicos levantando la camilla, sus lágrimas se desprendieron de sus ojos, y se acercó, a la camilla, su sollozo se hizo más fuerte y sin preguntar nada se lanzó hacia el pequeño cuerpo que descansaba en la camilla.
— Mihan... — sollozo aun más al ver el rostro de la niña. — no me dejes pequeña. — suplicó quebrando por completo su voz.
Los nervios lo consumían, no había dejado de llorar desde habían hospitalizado a su hermana, estaba hecho un desastre.
— Disculpe, ¿usted es el familiar de Huang Mihan?. — ZiTao levantó la vista y asintió rápidamente. — tengo que hablar con usted, ella esta en un estado muy grave, las pastillas no han hecho un buen efecto en ella, por eso tuvo una recaída, necesita ser hospitalizada de urgencia a la cuidad de Seúl, allí recibirá un buen tratamiento, déjeme decirle que estoy es muy importante ya que la vida de Minha depende de un hilo, además temo decirle que es muy probable que las quimioterapias ni medicamentos puedan parar con este tumor maligno, lo mejor que puede hacer por la niña es operarla y así extirparle el tumor, pero primero debe ser derivada a un mejor hospital que tengan todos los recursos para tratar esta enfermedad, hemos conseguido un lugar en el hospital de Seúl, ¿Quiere hacer los papeleos para el traslado?. — preguntó, Tao quedó en blanco, ¿cómo pagaría eso?.
— D-déjeme hacer una llamada y enseguida se lo confirmo. — pidió, el medico asintió y se fue dejando a ZiTao pensando, buscó en su bolsillo monedas, y al encontrar corrió hasta uno de los teléfonos del hospital, rápidamente marcó los números, el pitido del la línea lo estaba consumiendo, al siguiente tono atendieron.
— ¿Señor Choi?... me apena decirle esto, pero usted puede dar un préstamo o adelanto?, Mihan esta internada y quieren que la traslade a Seúl para sus nuevos tratamientos. —
— Tao, tengo una propuesta y creo que esto te viene de maravilla, ven a mi oficina. — colgó.
ZiTao quedo unos segundos, ¿Una propuesta mejor?, no dudo y salió corriendo del lugar, y con mucha velocidad llegó al ayuntamiento, entró chocando a las personas, ingreso a la oficina principal, golpeo la puerta y un "adelante" fue el interruptor para entrar.
Sus ojos se abrieron al notar al otro invitado.
— Me alegras que hayas venido, lamento mucho por Mihan, pero no podre darte un aumento ni préstamo, no tenemos fondos ZiTao para ello, lo siento. — dijo apenado, los ojos de Tao se llenaron de lágrimas.
— No importa lo que tenga que hacer, yo encontrare dinero para ayudar a mi hermana — dijo tratando de no romper en llanto.
— Es bueno escuchar eso. — hablo el hombre, Tao lo observó, aun tenia su mirada fija en él.
— Tao él es un viejo amigo, y ha venido aquí por ti. — dijo Choi, Zi alzo una ceja.
— ¿Por mi?. — pregunto.
— Si, le hable de tu situación, y esta más dispuesto a ayudarte, el señor representa a una de las familias más adineradas de toda China, en pocas palabras del todo continente asiático, y ha venido desde Corea a este pueblo exclusivamente para ayudarte, pero debes hacer algo a cambio. —
— ¿Qué debo hacer? — cuestionó inquieto, podía sentir su cuerpo temblar.
— Debes casarte y fingir un matrimonio, es algo de negocios, solo será por un año y cuando el plazo acabe serás libre y con una gran recompensa, ¿qué dices?. — aquel hombre se puso de pie y sonrió, la quijada de Tao se cayó al suelo, la propuesta era descabellada, pero la situación no le permitiría rechazar tremenda propuesta, pero si dudar.
— Pero... ¿porqué alguien con "dinero" necesita a alguien para fingir una relación?, creo que muchos querrían casarse con un multimillonario.. — Espeto con curiosidad, el hombre sonrió.
— En eso tienes razón, pero nadie es capaz de adaptarse al carácter de mi jefe, ni por todo el dinero del mundo. — respondió con un cierta gracia.
— ¿Entonces porqué cree que aceptare algo así? sabiendo que "nadie" puede con su carácter, ¿Y qué si no le agrado a ese señor?. — preguntó con cierto miedo.
— Por qué tú lo haces por algo importante, lo haces para salvar la vida de tu hermana, y a diferencia de otros, que solo lo hacen por poder y dinero, además tú cuentas con mi apoyo, y no te equivocas a él no le agradas, de hecho nadie es agradable ante sus ojos, pero no tendrás que convivir con él día a día, a penas cruzarás palabras, eso si vivirán en la misma casa hasta que finalice el contrato, pero antes que acepte debo dejarle en claro que mi jefe es alguien sumamente estricto, no tiene padres, si un hermano pero ellos son muy diferentes, y es posible que se vean ya sea en cenas familiares o en cualquier evento, es muy calculador, detesta el ruido y en general a las personas, en cuanto lleguemos a la cuidad lo conocerás y además deberás asistir a una conferencia de prensa para presentarte oficialmente como su esposo ante la sociedad. — interrumpió.
— ¿P-prensa?, ¿O-oficalmente? — preguntó alarmado.
— Si, todo esto es para cambiar su imagen, su actitud arrogante y despiadada ha dejado muy mal su imagen, pero como dije es solo una apariencia, muy en el fondo él no es TAN malo, pero muchos creen que es una mala persona, que tiene negocios sucios y muchos de los inversionistas quieren que su hermano tome el mando de los negocios, pero mi jefe no quiere ya que su hermano llevaría a la ruina a la compañía en solo días, aquí no solo depende de su futuro joven si no el de miles de personas, ¿Qué sucederá si el señor Wu se va?, déjeme decirle que muchas personas terminaran en la calle. —
— Acepto, pero por favor deje de decir cosas, ya suficiente tengo como para sentirme más culpable por esas personas, solo le pido que no me separe de mi hermana.— aclaró, lo único en que pensaba era en la sonrisa de la pequeña Mihan.
— Estupendo joven, no se arrepentirás, estas en buenas manos, ahora necesito que firmes este acuerdo, no te preocupes por leerlos por que Choi ya los ha leído, esta todo más que en orden. — entrego dudoso, Tao miró a Choi, esté le sonrió con confianza, no bacilo y firmó el papel.
— Bien hecho, ahora estás oficialmente casado, joven Wu. — dijo el sujeto guardando el papel en el portafolio. — hoy mismo nos iremos a Seúl, su hermana esta lista para el viaje ella será enviada primero al mejor hospital del país y luego la llevaran a la mansión Wu, no se preocupe por sus cosas, empacamos lo necesario, y pagamos sus deudas, ahora es un hombre libre de deudas señor Wu, ahora debemos irnos, el jet nos espera... tenemos un largo viaje. — aquel sujeto tomó a Tao del brazo y lo arrastro afuera, ¿En qué me metí?, pero si la razón era su hermana y si eso significaba soportar a un viejo ricachón pues lo haría, no dudaría si fuese por su pequeña hermana ella valía la pena, además es solo un contrato, no deben intimar, ¿o si?.
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