Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El ángel de la guarda por Saga

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

espero les guste :D hace mucho que no escribía una historia jakaajka e.e

 

Hace 3 meses que marcos estaba solo, su último intento por amar lo había llevado a darlo todo de él, a derribar sus defensas emocionales, las murallas que protegían su corazón y su alma, lo dio todo por un hombre, le entregó todo, y ¿qué recibió a cambio?..... nada, bueno, a cambio recibió dolor y pena. Estaba devastado.

Su madre había notado su cambio de ánimo, sabía que algo malo sucedía,  en varias ocasiones intentó sacarle la verdad, más solo se quedaba callado, le avergonzaba que a sus 23 años sus padres no supieran de sus preferencias sexuales, el solo hecho de pensar en la soledad, que sus progenitores le dieran la espalda,  le aterraba, esperaba que cuando el amor lo protegiera podría tener quien lo apoye en el peor de los casos, pero hasta este momento no había tenido suerte, siempre que conocía a alguien no lograba progresar, sus relaciones habían sido desastrozas. 

Marcos era un chico especial, físicamente no tenía nada de lo que otros llaman “atractivo”, medía 1,73, su cabello era negro y ondulado, su rostro varonil, su piel clara, su cuerpo con algunos kilitos de más, sus ojos, reflejaban mil colores, pero eso pocos lo habían notado. Marcos era especial, no por su exterior, si  no por su interior, su alma era blanca como la nieve, no era perfecto ni mucho menos un santo, pero su bondad era digna de recordar, jamás lastimó a otros, incluso cuando le hacían daño, siempre se daba por los demás, siempre humilde, bondadoso, su alma no conocía la envidia ni el odio, él era bueno.

Solo su mejor amiga notaba esa diferencia, y maldecía a todos esos cretinos que no miraban lo que tenían en frente, ella conocía las penas de su amigo, entendía su necesidad de amor, quería ayudarlo, pero no sabía cómo. Le hablaba todos los días para que supiera que era especial para alguien, para saber sobre sus sentimientos, para acompañarlo.

Tenía pocos amigos, contados con los dedos de las manos, se llevaba con pocos, tenía un don, podía ver el color del alma de los que lo rodeaban, podía saber quién era bueno y quien malo, eso lo usaba bastante, era útil.

Un día sus padres y su hermano menor salieron a casa de sus abuelos, él se había quedado en casa cuidando a sus mascotas, en general prefería estar solo. Esa tarde, a eso de las ocho recibió una llamada, era su tía, lloraba, no entendía nada, un miedo atroz lo invadió, algo había pasado, al rato llegó gente a la casa, y una noticia desafortunada, su familia había muerto en un accidente.

Dejó de asistir a su trabajo, dejó de publicar en su Facebook y de hablar con sus amigos, dejó de salir, su vida ya no tenía sentido, lloraba por su mala suerte, por su desgracia, por todo, estaba en un hoyo, de donde sin ayuda,  nadie podría salir.

Sus familiares trataban de ayudarlo, su mejor amiga lo intentó, pero no funcionó,  no sabían qué hacer,  a las tres semanas decidieron que lo mejor era que se cambiara de casa y fuera a vivir con su abuela y sus tías, no podía estar solo ni un momento más, pero......., esa decisión llegó tarde.

Esa noche de invierno Marcos estaba en la sala, había abierto su Facebook por primera vez en días, le hablo a su amiga, y le consultó si tenía tiempo para salir con él, más por trabajo la chica estaba ocupada y no podía acompañarlo, eso lo devastó, le recordó lo solo que estaba, sin más se despidió llorado, aunque eso nadie podía verlo o sentirlo.

Al rato estaba como siempre en su bañera llorando, en su mano tenía un cuchillo, su mente debatía si valía la pena seguir viviendo, sus padres muertos, su hermano también, no tenía quien le diera amor, nunca lo experimento, nunca supo lo que significara que alguien te diera todo su amor, nunca. Sus lágrimas caían a montones, sentía que su vida era una mierda, y por primera vez maldijo al cielo por todo el daño que le estaban haciendo, por qué lo castigaban a él en vez de a la gente mala, por qué a él.

Y entonces, se rindió, tomó el arma y cortó con el piel y carne, su mano comenzó a sangrar, había tomado unas pastillas, por lo que no sintió dolor, poco a poco su cuerpo dejó de responder, su destino estaba decidido.

Desde el cielo Max, un ángel de la guarda observaba a su protegido, todo ser de luz debe cuidar un alma, ellos no debían interferir en sus decisiones, solo tenían permitido apoyarlos y mostrarles los caminos del destino, guiarlos, pero no manejarlos, esa era la voluntad de Dios. Max estaba nervioso, su corazón exasperado, Marcos el chico que amaba había perdido a su familia, lo veía llorar y sufrir, no sabía qué hacer, quería ayudar, pero… estaba prohibido, no podía interferir. Durante años guió al chico por el camino del bien, sabía que su alma era diferente a la  mayoría de los humanos, le inculcó que el amor era fundamental, quería verlo feliz con otro ser igual que él, pero los últimos acontecimientos rompieron todo esquema, en su mente solo había dos preguntas.

“¿Por qué Dios?, ¿era necesario que tanto dolor sea depositado en un corazón como el de él?”.

Pero cuando vio que el chico iba a suicidarse, todo se quebró, no sabía qué hacer, no podía dejar que concluyera con su vida, no podía, si lo hacía su alma iría a un infierno peor que a ese donde van los malvados, un ser de luz como él no merecía eso. Cuando vio que el cuchillo cortaba la piel de su mano sintió un terror helado, un miedo paralizante y  sin pensarlo a toda marcha se dirigió hacia el creador.

Ingresó al templo donde él miraba la tierra, sin avisar, sin consultar, no tenía tiempo.

-Por qué, digame por qué debe ser así, no es justo y lo sabe- Gritaba Max con lágrimas en sus ojos, mientras una figura luminosa lo observaba de forma seria.

-Es su decisión, lo sabes, no puedes interferir, si él elige ese camino, así debe ser- Respondió el creador de forma severa.

-Pero él es diferente, lo conoces, él es bueno, su alma no merece ir a ese infierno- Criticó el ángel llorando, no podía creer las palabras emanadas del creador.

-Max, dime, por qué quieres cambiar su destino, por qué quieres romper una regla tan antigua como yo mismo- Preguntó mirando al ángel.

Miró a Dios a los ojos –Porque lo amo- Respondió el ángel, cayendo al suelo, llorando por el destino que le esperaba a su amado y también a él.

Dios con su gran saber, sintió compasión por sus hijos, y le preguntó con un tono suave y amable –Qué estás dispuesto a hacer con tal de evitar su destino-

-Todo señor, -respondió- lo daría todo por él, por favor, ayúdame, no permitas que muera de esa forma, él merece ser feliz, merece ser amado,  por favor, tómame a mí, cambia mi alma por la de él, no dejes que él pague-  

-No será necesario darlo todo, ahora Max, has hecho un excelente trabajo protegiendo a uno de mis hijos más amados, si te pedí que cuidaras de él fue porque sé que tú eres tan especial como Marcos, y quiero que sepas- Entonces una luz comenzó a iluminar la sala, el ángel estaba sorprendido -que desde el comienzo tu destino era amarlo a él, y que él te amé a ti,  Dijo el creador con una sonrisa en sus labios, -Protégelo- en ese momento todo se volvió luz.

Max apareció en el baño donde el joven estaba desvanecido,  el agua donde su cuerpo se hallaba estaba roja por la sangre, un mar de lágrimas inundaron el rostro del joven, sin más sacó el cuerpo de Marcos del agua, con un trozo de tela apretó fuerte su mano herida y como pudo lo cargó hasta la calle, donde a gritos pidió auxilio. Uno de los vecinos vio la escena y velozmente ayudó a Max a llevar al joven a un hospital.

Cinco días después el joven herido habría sus ojos, notó que un hermoso joven estaba sentado a su lado, durmiendo, notó que su mano estaba vendada y su cuerpo cansado, se movió un poco, hecho que despertó al  extraño chico.

Cuando vio el rostro de su amado una enorme sonrisa afloró, Marcos lo miró extrañado, pero a los segundos  algo cambió,  vio que la sonrisa que le devolvió fue aquella que lo enamoró en el pasado, esa que tenía cuando era pequeño, Max comprendió que Dios le había dado la oportunidad de hacerlo feliz, de vivir una vida humana a su lado, a cambio de su inmortalidad, no estaba arrepentido, esta era su oportunidad, y la aprovecharía.

-Querido Hijo mío, cuídalo, amalo, protégelo, esta es tu oportunidad, solo tuya, te la ganaste y él también, sean felices, los estaré esperando-.

FIN.

n.n

Notas finales:

gracias por leerlo, 

si les gustó espero aunque sea 1 rw n.n 

gracias 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).